LA SEMANA POLÍTICA
¿Cambio de nombres o de políticas en materia de Inteligencia?
En estos días una de las novedades más importantes fue el cambio de funcionarios en el área de Inteligencia. Lo que cabe preguntarse es si además de nuevo personal se cambiarán políticas y planes en Inteligencia.
EMILIO MARÍN
Que dos “pingüinos” de pedigrí, como Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher hayan dejado de ser los números 1 y 2 de la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE), por decisión de Cristina Fernández de Kirchner, no es un hecho común y corriente.
No lo es porque se trata de dos funcionarios que estaban hace muchos años en sus puestos; Icazuriaga, en los once que transcurrieron en el gobierno Néstor Kirchner y luego su esposa.
Pero, sobre todo, el recambio tuvo mucha repercusión porque el ámbito de la SI no es tan común como, por poner un caso, la secretaría de Agricultura Familiar, que dicho sea de paso viene mejorando en presupuesto y acciones con su titular, Emilio Pérsico, del Evita.
Según los medios opositores, el cambio de figuritas tuvo que ver con un enojo presidencial contra la dupla desplazada, sospechada de cierta relación y afinidad con Sergio Massa.
Desde la vereda oficialista no dieron razones y se especula que esos jefes de espías no se reportaban tan eficientemente a Olivos. Por caso, CFK se quejó públicamente en setiembre pasado de que había trascendido que el “Estado Islámico” (ISIS) la tenía entre sus blancos, pero que la gente de inteligencia no se lo había comunicado a ella antes que a nadie.
Los diarios como “Gaceta Ganadera” insisten en que la bronca venía porque el diagnóstico de Icazuriaga y Larcher había fallado en 2013, al decirle a Cristina que Massa no pasaría a la oposición ni sería candidato a legislador. Ya se sabe lo que sucedió: el de Tigre rompió con el FPV y ganó esos comicios en la estratégica provincia de Buenos Aires.
Con el correr de los días se podrá recoger más información sobre todos los motivos que influyeron en el recambio. Por de pronto tuvo una consecuencia muy positiva: el nuevo titular de la SI, el fiel escudero Oscar Parrilli, pidió la renuncia de Antonio “Jaime” Stiusso, el número 3 de la dependencia y hombre fuerte de la misma, que estaba en funciones hace 43 años. La opinión pública democrática tiene que saludar esta renuncia-despido porque muchas de las trapizondas y operetas del área reconocen su impronta, incluyendo el contubernio con los servicios norteamericanos y sionistas para desviar la investigación del atentado a la AMIA en contra quien no lo perpetró (Irán).
El problema no es tanto una cuestión de nombres, descontando que gente como Stiusso no se explica cómo fue tolerado por el kirchnerismo en estos once años, proviniendo de la época de la dictadura. Es ante todo un asunto político.
La no alternativa del general
Una rápida enumeración demostrará que la SI era en realidad un NO a las necesidades de un país democrático y soberano.
Por caso, ¿por qué la información sobre las 4.040 cuentas bancarias no declaradas de argentinos y empresas en el HSBC de Ginebra tuvo que ser aportada por el gobierno de Francia en base a un arrepentido ex directivo del banco en Suiza?
Antes hubo mucha data sobre los manejos ilegales de sectores de las clases dominantes con el JP Morgan, pero recién pudieron conocerse gracias a la denuncia de un ex directivo, Hernán Arbizu. La ex SIDE, bien gracias. ¿Nunca investigó estos casos de lavado de dinero, fuga de capitales y evasión impositiva en defraudación del Estado argentino? ¿Para qué estaba, entonces?
La respuesta un poco obvia es que aquella dependencia estaba para escuchar a políticos de la oposición y del mismo palo kirchnerista, y a empresarios para descubrirlos en algún affaire y cobrar “por izquierda”; a gente famosa y magistrados judiciales, no en sus posibles chanchullos sino viendo debajo de sus sábanas para saber con quienes se acostaban y cuáles sus preferencias sexuales, para negociar con ellos desde una posición de fuerza.
¿Alguna vez esa oficina chequeó a la embajada norteamericana para ver qué se tramaba? Parece que no. A esa legación se le daba un trato privilegiado, a pesar de todo el veneno que destiló contra de la presidenta argentina, de la que Hillary Clinton quería saber hasta qué medicamentos tomaba. Esto no se supo por la labor de Stiusso sino por el asilado hace dos años en la embajada ecuatoriana en Londres, Julian Assange y su famoso WikiLeaks. Las partes alusivas a Argentina fueron publicadas por Santiago O'Donnell (a propósito, su pariente Mario “Pacho” O'Donnell acaba de disparar con munición gruesa pidiendo la disolución del Instituto Dorrego del que fue el primer titular, embistiendo contra Víctor Ramos y otros miembros que criticaron a Teresa Parodi y La Cámpora).
¿Alguna vez la SI proporcionó información relativa a manejos de los británicos en el país y en relación con Malvinas? No, ni fueron capaces de acercar material de peso para imputar en serio al titular de Shell, anglo-holandesa, a pesar de sus múltiples infracciones y hasta delitos en su andar monopolista.
¿Sirvió la SI para ubicar y detener a alguno de los 49 genocidas prófugos de la justicia? Que se sepa, tampoco, lo que no es raro, dada la procedencia de jefes como Stiusso.
En principio la designación de Parrilli en la dependencia parece un dato positivo, pero a condición de que sirva para abrir un debate más de fondo sobre cuál es la inteligencia que se necesita. En cambio, si apunta a que la presidenta y su sector político se desprendan de posibles adversarios, o si se limitan a tratar de perjudicar al juez Ariel Lijo que puso contra las cuerdas a Amado Boudou, entonces todo será igual o peor que antes. El vicepresidente ahora fue escrachado por la declaración del ex ministro de Economía, Carlos Fernández, diciendo que en la renegociación de la deuda de Misiones no era necesario contratar a The Old Fund,
Y puede haber algo peor que es de esperar que no suceda. El cuestionado general César Milani puede copar el pequeño sector de inteligencia que aún no controla, lo que no sería una buena alternativa a la situación actual.
Aprender de Cuba
La isla socialista suele ser encomiada por otros países latinoamericanos en sus facetas más destacadas, como salud, educación y cultura. Y está muy bien que se valoren esos aspectos de una revolución social que durante décadas brilló en soledad, no porque quisiera estar sola sino porque la región la dejó sola, en medio del bloqueo estadounidense y el discurso falaz de la falta de democracia y de derechos humanos.
Esa performance destacada de la patria de José Martí volvió a ponerse sobre el tapete esta semana en Paraná, cuando los jefes de Estado y cancilleres del Mercosur estaban culminando su cumbre con algunos miembros invitados, como la Bolivia de Evo Morales (a la que el gobierno de Paraguay sigue dándole rodeos para no votar su incorporación como socio pleno). La cita tuvo de positivo que volvió a apoyar a Argentina en dos reclamos muy sentidos: contra los “fondos buitres” y a favor de la soberanía en Malvinas.
La presidenta argentina anunció en plena reunión que unos minutos más tarde, a las 14 horas, hablarían en simultáneo los mandatarios de Cuba y Estados Unidos, y que habían sido liberados el espía norteamericano Alan Gross, de una parte, y los tres luchadores cubanos antiterroristas encarcelados.
La emoción era muy grande incluso entre los presidentes reunidos con una organización y logística que compartió el Palacio San Martín con el gobernador y precandidato presidencial Sergio Urribarri. Éste era uno de los más felices, por razones obvias.
Cristina dijo allí y lo repitió el jueves en un acto en la Casa Rosada, que el 17 de diciembre debería ser instituido como día internacional de la dignidad de los pueblos que no se rinden, en referencia a Cuba. No se rindió ante el bloqueo total impuesto en febrero de 1962 y no se rindió ante la detención de cinco de sus hombres, condenados a cuatro perpetuas en una farsa de juicio en Miami. Comentario al margen: es una pena que en los 16 años de cárcel que sufrieron esos héroes cubanos ningún presidente argentino pidiera su libertad ni recibiera a sus familiares de visita en Buenos Aires.
Obvio que Cuba no es la isla de la fantasía. Dijo bien CFK que le faltan muchas cosas del consumo y en buena medida eso tiene relación con el bloqueo. Pero como quedó expuesto antes, y ella lo reconoció, tiene muchos logros propios de una sociedad con “dignidad, libertad e independencia”.
Siempre se puede aprender algo más de Cuba, sin copiarse. Si la región latinoamericana tiene problemas de narcotráfico, debiera tomar nota de la experiencia de los servicios de seguridad cubanos que vencieron en esa batalla. Si algunos países tienen que rediscutir su línea de inteligencia, podrían estudiar lo hecho por la isla. Es que ha sobrevivido a 53 años de bloqueo y campañas de la CIA, la Usaid y otras agencias operativas para la destrucción de la revolución.
La seguridad cubana en 1995 detuvo al agente de la CIA Rolando Sarraff Trujillo y en 2009 a Gross, que fueron parte de la negociación con Barack Obama para liberar a los cubanos Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino.
Esa es la gran diferencia política con Stiusso, que tenía otros blancos y prioridades, y actuaba como aliado de la CIA y el Mossad.
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informó el Museo “ ERNESTO CHE GUEVARA ” de Caballito, CABA
calle Rojas 129, esq. Yerbal, Buenos Aires (cod. AAC
1405) Argentina
Visitar lunes a viernes de 10 a 19 hs. (corrido) – entrada libre y
gratuita
Escuela de Solidaridad con Cuba “ CHAUBLOQUEO ”
Registro donantes voluntarios de Células Madre (INCUCAI)
Coordinador Mesa Vecinal Participativa en Seguridad de Caballito
Telef. 4 903 3285 Irene Rosa Perpiñal -
Eladio González (Toto)
email - museocheguevara@fibertel.com.ar
Lea libro Cuba Existe, es Socialista y No
está en Coma del Arq. Rodolfo Livingston en http://estudiolivingston.com.ar/libros/cubaexiste.php y emocionate.
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