Asunción, 11 de mayo de 2015
SU SANTIDAD, PAPA FRANCISCO PRIMERO
PALACIO APOSTÓLICO 00120
CIUDAD DEL VATICANO
Su Santidad,
El motivo de la presente es pedir otra vez, respetuosamente, que se abran los archivos del Vaticano necesarios para poder acceder a la verdad de la OPERACION CÓNDOR, y permitir así que actúe la justicia.
Como es conocido, la OPERACION CÓNDOR fue un pacto criminal suscrito en Santiago de Chile el 25 de noviembre en 1975 entre las dictaduras militares de Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay, con el objetivo de eliminar físicamente a los considerados enemigos ideológicos de estos gobiernos a través de la cooperación internacional militar y policial. La OPERACION CÓNDOR extendió el terror en América Latina por medio de secuestros, torturas, violaciones, suspensión de la noción del tiempo, creación de la figura del “desaparecido”, robo de infantes, ocultación de los cuerpos de las víctimas (muchas de ellas lanzadas con vida al Rio de la Plata), etc. Miles y miles de ciudadanos/as de estos países fueron asesinados entre terribles torturas por policías y militares, quedando los crímenes impunes y siendo generalmente protegidos sus autores por la justicia. Sobrevoló el CÓNDOR sobre los suelos latinoamericanos llevando su carga de muerte y dejando para siempre su sombra y un aletear macabro que sugiere que puede volver.
El 27 de enero de 2014 solicitamos la valiosa colaboración de su Santidad para hacer efectiva nuestra lucha contra los responsables de este Terrorismo de Estado que asoló los países de América Latina en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado. En concreto solicitamos la apertura de los archivos del Vaticano y la desclasificación de los documentos de Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay, que hacen referencia al, ” CÓNDOR” que pretendió acostumbrarnos a ver el mundo injusto como un hecho normal.
Nos obliga a esta petición la lenta acción de la justicia en Paraguay, donde en 25 años de democracia y con una nueva Constitución Nacional solo se han conseguido unas pocas sentencias sobre crímenes de lesa humanidad producidos durante la dictadura del general Alfredo Stroessner, entre los años 1954-1989. Por otra parte cabe destacar que el gobierno brasileño, después de 50 años de silencio, creó la Comisión de la Verdad, que para avanzar definitivamente necesita disponer principalmente de documentos depositados en los archivos del Vaticano.
También se ha considerado el hecho que la opinión pública mundial recibiese con alegría la noticia que su Santidad colaboró con la justicia argentina en el caso del asesinato de Monseñor Enrique Angelelli y de dos sacerdote: el español Carlos de Dios Muria y el francés Gabriel Longeville, colaboración que permitió la condena a cadena perpetua de los militares genocidas. Este hecho nos lleva a pensar en la predisposición de la su Santidad a situar la justicia en un primerísimo lugar , y por ello a autorizar la apertura de los archivos del Vaticano
Una explosión de la memoria
Hay que considerar también la existencia de uno de los mayores archivos de fuerzas militares y policiales de la región, actualmente catalogado por la UNESCO como Memoria del Mundo año 2009 (mas de 700.000 folios) y que se encuentra a disposición de jueces y público en el Palacio de Tribunales de Asunción. Este transcendental hallazgo lo realicé el 22 de diciembre de1992 con apoyo del Juez Penal Jose Agustin Fernandez y cabe destacar que fue en ese acervo documental donde se encontró el Acta de fundación de la OPERACION CÓNDOR. Asimismo, el Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay, creada a instancias de la ciudadanía mediante la Ley 2.225 y presidida por Mons. Mario Melanio Medina, entregado al Estado Nacional y a la sociedad civil los días 28 y 29 de agosto de 2008, concluye con la confirmación del testimonio de miles de víctimas sobre la existencia de las más graves violaciones a los Derechos Humanos cometidas por la dictadura stronista y en aplicación de la llamada OPERACION CÓNDOR. Todos estos documentos son evidencia del terror aplicado a la población; terror que espera aún que la justicia actúa sobre sus autores.
En este sentido, permita su Santidad que traslademos a su conocimiento la iniciativa llevada a cabo, en agosto de 2014, por un grupo de víctimas representantes de diversos sectores de la sociedad paraguaya. Hemos promovido ante los tribunales de la Argentina una querella penal contra los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura del general Stroessner, basándonos en el principio de la Jurisdicción Universal para crímenes de esta naturaleza, principio sostenido por la legislación internacional, especialmente por parte de la ONU. El juez responsable de la causa ya remitió a las autoridades paraguayas el exhorto correspondiente, al que el gobierno paraguayo respondió de forma evasiva evidenciando que Paraguay sigue al margen de la ley.
Que la iglesia se abra a la sociedad
Pero hay en Paraguay, y los hubo durante la dictadura, sectores que mantuvieron una gran dignidad y coraje en defensa de los Derechos Humanos. Uno de esos grupos fue, como Su Santidad recordará perfectamente, el sector de la iglesia fiel a la Conferencia de Medellín y al Concilio Vaticano II y que bajo la conducción de Monseñor Ismael Rolón caracterizó toda esa etapa de vulneración de los Derechos Humanos por un alto compromiso con las directrices emanadas de ambos históricos eventos, con la consecuencia de la detención, tortura y exilio. Tenemos entendido que numerosos documentos de denuncia e informaciones promovidas por este sector de la iglesia, fueron enviados a las autoridades vaticanas y que se guardan en sus archivos. Entre ellos informaciones y requerimientos sobre la trágica situación de nuestros países por aquellos años de TERRORISMO DE ESTADO, y en concreto sobre el centenar de ciudadanos/as paraguayos/as detenidos y desaparecidos en la Argentina.
Sabemos que los Archivos del Vaticano reflejan la vida de la Iglesia y el acontecer del mundo a lo largo de los siglos, convirtiéndose actualmente en una de las fuentes de conocimiento más importantes de la humanidad, de indudable utilidad para ayudar a la justicia en el caso de la OPERACIÓN CÓNDOR. Esta apertura de los archivos posibilitaría a su vez la consulta de investigadores sociales en relación a multitud de temas que requieren informaciones que sólo se encuentran en ellos. Por todo ello, independientemente de pedir su apertura, sugiero que la UNESCO declare dichos archivos MEMORIA DEL MUNDO.
Para finalizar, pongo de manifiesto dos hechos de alta significación para la historia de las luchas por los DDHH en Paraguay. El primero de ellos es la situación conocida del amparo de la iglesia al Padre José Luis Caravias, histórico gestor de las Ligas Agrarias Cristianas en los momentos de la más dura represión stronista. El segundo hecho es el honroso comentario de su Santidad sobre la Dra. Esther Ballestrino de Careaga como formadora de actitudes morales y por su capacidad de lucha por los Valores de Justicia y Libertad. Esta acción ha sido muy apreciada en la opinión pública paraguaya ya que se trata de una figura estelar en el camino que ella supo transitar con excelencia: el de la solidaridad y la defensa de los Derechos Humanos. A estos hechos nos gustaría añadir la noticia de la apertura de los Archivos vaticanos con el fin de colaborar en la consecución de una justicia pendiente de aplicar durante ya demasiado tiempo.
Santo Padre, me despido con la convicción de que “No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a descubrirse” (Mateo, 27).
Quedo atento a su respuesta y aprovecho la ocasión para saludarle con mi mayor respeto.
MARTIN ALMADA
Premio Nobel Alternativo 2002,Miembro del Comité Ejecutivo de la Asociacion Americana de Juristas (AAJ),
Víctima y descubridor de los Archivos de la Operación Cóndor.
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