domingo, 13 de diciembre de 2015

Miradas diferentes opuestas Macri Cristina Braden o Peron el Evangelio Museo Che Guevara presbitero Eduardo de la Serna

Una vez más…. Desde dónde mirar

Eduardo de la Serna



Dicen que las cosas se reciben al modo del recipiente. Y esto se ha aplicado desde para la física hasta a la posibilidad o no de comprensión de hechos o de textos. No sé si la física cuántica ha relativizado, o negado esto, y si también lo cuestiona la psicología. Pero me sirve de punto de partida sin más pretensiones que esas…

Como no podía ser de otra manera, el gobierno saliente y el gobierno entrante también reciben miradas, comentarios, análisis “según el modo del recipiente”. Y, como todos somos “únicos e irrepetibles”, la recepción, aceptación, comentarios, críticas son únicas e irrepetibles. Sintetizar en acuerdo o desacuerdo, a favor o en contra, amigable o no es simplemente un simplismo para el análisis. Y pretender un análisis único, objetivo, definitivo, es algo – por decir lo menos – falso y absurdo. Obviamente en el análisis se mirará, evaluará, “pesará” un elemento más que otro, se dará más importancia a un tema que a otro. Y – dejando de lado los datos falsos, ¡que los hay! – todo tiene una cierta razonabilidad que no sería sensato absolutizar. Pero a la que se le dará mayor o menor importancia según “el recipiente”.

Señalo brevemente, y a modo meramente indicativo, algunos elementos:

La plaza de despedida de Cristina (Clarín tituló: “Festejos en Capital y GBA por el fin del mandato de Cristina”): había una multitud. No faltaron los que dijeron que fueron por el chori y la coca… 

El traspaso del mando: a pesar que al salir de su encuentro con Cristina Macri dijo que “quedamos en hacerlo en el Congreso, como corresponde” más tarde pidió hacerlo en la casa Rosada. El tema fue motivo de negociaciones (entre el presidente del senado entrante y saliente y el secretario de gobierno entrante y saliente), pero en medio de las negociaciones el gobierno entrante presentó una medida cautelar que un fiscal (Di Lello) y luego una jueza (Servini de Cubría) aceptaron afirmando que el mandato presidencial de Cristina finaliza a las 0 hs. del día 10, por lo cual la que entregaría atributos sería una ciudadana común o una expresidenta no la presidenta en curso haciendo un traspaso de mando. Desde mi “recipiente” creo que los asesores de Macri le dijeron que no convenía el congreso (Pinedo así lo dijo) sino la Rosada (por cuestión de público presente). Alguno dijo que es “extraño que se sepa que se aplaudirá más al saliente que al entrante”. La diferencia de las plazas lo demuestra. Yo celebro que Cristina no haya ido dadas esas circunstancias.

El discurso de Macri (leyó) fue bien recibido por unos, simplemente mirado por otros y criticado por varios. No hubo anuncio de medidas precisas, en varios aspectos no se diferenció de sus discursos de campaña. Ideas como “consenso”, “encuentro”, “acuerdo” pueden decir mucho o no decir nada. El acento en el s.XXI – que se puede leer como afirmación que los gobiernos K eran del s.XX, por el personalismo ya que el s.XXI se caracteriza por los equipos – busca parecer un “gobierno moderno”. Algunos podemos pensar que sin “equipo” Maurizio puede hacer poco y nada, pero el tema principal es cuál es el equipo. Los ministros, lo dijo ayer, son un “equipo excelente”, y me permito disentir. Creo que es un gobierno de gerentes, y eso no me parece un equipo, parece una reunión de directorio, que es otra cosa.

Se dice que el gobierno saliente alentó la confrontación: me resulta curioso que los que siempre hablaron de “negros”, “grasas”, “¡viva el cáncer!”, “choriplaneros”, “yegua” digan que hubo confrontación… Y que algunos pretendan darle justificación teológica con una o dos citas bíblicas me parece fundamentalista, si no ridículo. También se podrían citar otras contrarias (pero sería caer en lo mismo, por lo que lo evito). Si yo miro los comentarios que hay en las noticias en los diarios, o los comentarios en Facebook  lo que me resulta curioso es que los insultos, ofensas, agravios y “confrontaciones” vienen de un solo lado. Unos muchos curas firmamos una despedida a Cristina. En el Facebook del grupo hay un montón de insultos o agravios, de un solo lado. Los que insultaron ayer a las Madres, los que hackearon Página 12, los que pintaron la ex Mansión Seré, son unos. Ahora, si lo que molesta es que se avance en los juicios a los genocidas, y se investigue sus cómplices civiles (que el macrismo votó en contra en el Congreso), que haya 19 vacunas obligatorias y la meningitis o el cáncer de útero puedan ser enfermedades del pasado, que haya universidades en municipios lejanos de la Ciudad, que haya planes de construcción para que muchos puedan ser dueños de su casa (y no alquilar, obviamente), que los que no pudieron trabajar porque “los modelos económicos del 90” los expulsaron del mundo del trabajo puedan jubilarse porque el estado reconoce su responsabilidad en ese genocidio por goteo, o como decía Rodolfo Walsh “miseria planificada”… Que se “incluya” a los “sobrantes” no debería verse como confrontación, a menos que algunos no quieran saber nada de sentarse a la mesa de todos. Y sobre eso sí hay varias cosas bíblicas para señalar.

Un problema con lo “ideológico”. Ya se dijo que las relaciones internacionales no serán “ideológicas”, lo cual es ciertamente ideológico, pero no se reconoce. Que se trate de tener buenas relaciones con la mayor cantidad posible de países no impide que haya más consenso con unos que con otros. Y negar o ignorar que hay imperios, que hay “divide y reinarás”, que hay dominadores y dominados, y cipayos, cómplices o negadores es difícil de tolerar. La historia lo enseña, aun la “historia oficial”. Me resulta patético (desde mi mirada, obviamente) que si una madre lleva a su hijo a la plaza a despedir a Cristina se la llame “ideologizada”, y que hace mal en hacerlo, pero una madre que lleva a su hijo a “Disney” es una buena madre, como si Disney no fuera ideológico. Esa fue la recomendación de Lanata a la mamá de Casey Wander: “que lo lleve a Disney”, obviamente ideológica. Algunos no quisiéramos esa ideología para nuestros sobrinos.

En suma… creo que hay miradas diferentes. Y es razonable. Claro que también hay “desde dónde” mirar. Porque puedo mirar desde un lugar o desde otro, por ejemplo desde las inversiones y desde "el mundo" (que curiosamente es sólo un 5% del mundo, son los que mandan) o también desde los pobres. Por ejemplo, yo puedo hablar de los 12 años del kirchnerismo en San Francisco Solano. Estoy desde el 25  de mayo de 2003, exactamente el día que Néstor asumió como presidente de la República. He visto como cambió el barrio, el ambiente, el trabajo, los pobres. Eso no me lo contó nadie, no hay estadísticas o “sabios académicos” que puedan desmentir lo que veo en el día a día. A veces escucho tipos que repiten “yo soy economista”, “yo soy socióloga”, “yo sé”. Y debo decir que antes de empezar sé que voy a estar en la vereda opuesta. Esa mirada que cree que desde la ciencia y el conocimiento se tiene la verdad y los que no tienen esos “arcanos” no pueden saber y deben aprender no me interesan. Para empezar porque es evidente que hay otros economistas, otros sociólogos, otros psicólogos sociales, otros pedagogos, otros… que tienen otras miradas. Que discutan en la academia si quieren, no me interesan. Me interesa otra cosa. En mi caso, mi “recipiente”, es mirar “desde los pobres”. Y eso, no necesito que me iluminen los ilustrados. Curiosamente muchas ilustradas o ilustrados reconocen eso, “pero”... Siempre un “pero”. “Pero” que muchas veces es de desprecio a lo que los pobres viven, experimentan o sienten. ¿Cómo era eso de las “confrontaciones”? Y acá termino: me dijeron que como cura no me debo meter en política… Y me pregunto: ¿no debe importarme la política económica que hace que los pobres estén mejor o peor? ¿No debe importarme la política de salud que beneficia a los pobres con vacunas que no podrían pagar? ¿No debería importarme que los pobres puedan acceder a universidades públicas? ¿No debe interesarme que puedan jubilarse los que fueron expulsados del trabajo? ¿No debería importarme lo que beneficie o perjudique a los pobres? ¡Qué curioso! ¡Yo había entendido el Evangelio de otra manera! 

Foto tomada de aefucr.blogspot.com