Argentina. Entre el dolor y la esperanza.
Por: Tony López R.
La desaparición por 78 días y luego el hallazgo del cadáver del joven Santiago Maldonado, cubren de un oscuro manto la política argentina que ha provocado fuertes protestas y condena al gobierno ultraneoliberal del rico empresario Mauricio Macri, que se han intensificado luego del macabro hallazgo de sus restos mortales arrojados al rio Chubut, al sur del país.
Las protestas y condena están acompañadas por la Comisión de Derechos Humanos y Desaparecidos de las Naciones Unidas; organismos multilaterales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Partidos y organizaciones políticas y sociales argentinas, así como organismos de derechos humanos nacionales y latinoamericanos y caribeños, han expresado su profunda preocupación por este brutal crimen, que según fuentes públicas ha sido atribuido a la Gendarmería Nacional y la sospecha de la complicidad de altos funcionarios del gobierno de Mauricio Macri.
El fantasma de la vuelta a las prácticas de desapariciones y asesinatos ejecutadas por las Fuerzas Militares, como lo fue en 1976 cuando gobernaron ilegalmente al imponerse con el fusil y las bayonetas, calan muy profundamente en el sentimiento y el recuerdo del noble pueblo argentino que sufrió varias dictaduras militares en décadas pasadas y no soportaran una vuelta a ese ominoso y doloroso pasado, esas protestas y reclamo de justicia, es el claro mensaje de esa sociedad argentina al gobierno del presidente Mauricio Macri.
Desde su llegada al poder el gobierno de Macri no ha hecho otra cosa, que honrar su eslogan de Cambiemos, o sea cambiemos, para imponer una desproporcionada política impositiva que afecta a los sectores más desprotegidos y a la clase media. Los impuestazo no tocan los intereses de los grandes empresarios, ni de la Sociedad Rural, cambiemos, para entregar la economía al Fondo Monetario Internacional, (FMI) una decisión, que fulminó una de las más importante conquista del presidente ya fallecido, Néstor Kirchner, entregando así, la economía de ese rico país al poder financiero internacional.
Cambiemos para pactar con el premier israelí Benjamín Netanyahu una política dirigida a que Israel contribuya a insertar a la Argentina en el sistema global, mientras que para Israel Argentina es un aliado estratégico, los que junto con Colombia y Méjico, se convierten en la trilogía latinoamericana más importante para Israel, orientados especialmente a fortalecer, en estrecha alianza con Estados Unidos, los temas de protección, seguridad del sistema y apoyo a la derecha y extrema derecha en la región.
La venta de material bélico y reforzar lazos bilaterales es otro de los objetivos de Israel con el gobierno austral, elevar el intercambio comercial y tratados comerciales , teniendo en cuenta que hasta este año, el intercambio era de 196 millones una cifra pequeña, según datos de la Cámara de Comercio y Servicio de Israel.
En este escenario se escenificaron las elecciones legislativa, importante evento porque ha servido para medir fuerzas y debe reconocerse que Cambiemos se impuso y ganó en 15 provincia de las 24 en la cual está dividida el país, amplió su representación en las dos cámaras al posesionar a 109 diputados y 24 senadores, pero no tiene mayoría absoluta por lo que deberá establecer alianzas para lograr consenso en la aprobación de las reformas, que el presidente anunció, al conocer la victoria obtenida, en estas elecciones de segundo tiempo.
La pregunta, ¿cuál será la respuesta de esa población de clase media, que aún continúa apoyando al macrismo, cuando este imponga la política de ajuste económico que se propone en el próximo año? El gobierno anuncia aumento de tarifas y combustibles, flexibilización de leyes laborales, reforma impositiva y jubilatoria, e irá a fondo con una mayor profundización del modelo neoliberal, el Jefe de Estado dijo la noche del domingo, que esta votación le daba respaldo y se “renovaba el compromiso con el cambio”. Pero que nadie piense que ese cambio es como dijo para superar la pobreza, no, será para endeudar más la Nación y llevar más pobreza al pueblo argentino, quedaran pequeñas las reformas económicas que en su momento hicieron Carlos Menen-Domingo Cavallo en la década el 90.
Pero hay que resaltar que se produjeron dos hechos favorables para las fuerzas populares, el primero con el triunfo electoral de la ex presidenta Cristina Fernández de Kischner, para ocupar una curul en el senado y el respaldo de 3 millones 400 mil votos para su nuevo partido Unidad Ciudadana, quedando como segunda fuerza política en el país, mientras que el segundo lo fue el aumento electoral de la izquierda que logró sumar 1.300.000 votos, un 35% más que en las primarias a nivel nacional, con lo que logró la mayor votación de su historia. No debo omitir que la izquierda argentina requiere de salirse de los cánones sectarios y buscar unidad e inclusión, con la Unidad Ciudadana. También es inexplicable, que un sector del peronismo en cabeza de Florencio Randazzo, con su Frente Justicialista se haya apartado del kischnerismo y solo lograra un 5.28 % de la votación un caudal demasiado pobre que lo deja en la orfandad política.
Este resultado y la victoria de Cristina es un mensaje de esperanza, teniendo en cuenta la campaña mediática y judicial en su contra, posesionando a su novel partido Unidad Ciudadana (UC) como segunda fuerza política en el país, relegando al peronismo a un tercer puesto, y contribuyendo en la práctica, a la casi desaparición del histórico partido de Ricardo Balbín y Raúl Alfonsín, la Unión Cívica Radical, cuyos legados democráticos, han sido traicionado por los actuales dirigentes que establecieron una la alianza con Cambiemos, una fuerza política identificada con posiciones militaristas y de ultraderecha.
La Unidad de las fuerzas populares, progresistas y revolucionaria es la única carta de triunfo, frente a un sistema y gobierno que llevará a su pueblo a la ruina económica y a un negro pasado de impunidad e injusticia social.
(*) Periodista, politólogo y analista internacional
24-10-17