Después de 37 años, la justicia llegó para la familia Molina Theissen. La madrugada del 23 de mayo el Tribunal de Mayor Riesgo C de Guatemala puso fin a la larga espera y sentenció a 4 ex oficiales guatemaltecos, 3 de ellos graduados de la Escuela de las Américas (SOA / WHINSEC), por el secuestro y violación de Emma Guadalupe Molina Theissen, y por la desaparición forzada de Marco Antonio Molina Theissen en 1981.
Por unanimidad, el ex general Benedicto Lucas García, quien fungió como jefe del Estado Mayor del ejército; el ex general Manuel Callejas y Callejas, ex jefe de inteligencia militar; Francisco Gordillo y Hugo Zaldaña, fueron sentenciados a 33 años de prisión inconmutable por los crímenes de lesa humanidad y por la violencia sexual cometida en contra de Emma Guadalupe, secuestrada y detenida por el ejército guatemalteco entre el 27 de septiembre y el 6 de octubre de 1981. Adicionalmente, Lucas García, Callejas y Callejas, y Zaldaña fueron condenados a 25 años de prisión inconmutable por la desaparición forzada de Marco Antonio el 6 de octubre de 1981. Edilberto Letona fue absuelto de todos los cargos y se ordenó su liberación inmediata.
"El 23 de mayo pasará a la historia de Guatemala como la fecha en que la familia Molina Theissen y todas las familias a las que nos fueron arrebatadas niños y niñas, familias sumidas en un profundo abismo, vemos la justicia brillar. Los sobrevivientes podemos sentirlo, y sentimos que se hizo justicia también para nosotras y para nuestros desaparecidos, por nuestros niños y niñas", dijo Adriana Portillo, defensora de derechos humanos y sobreviviente del conflicto armado en Guatemala. Después de que las fuerzas de seguridad guatemaltecas mataron a uno de sus hermanos y desaparecieron a seis miembros de su familia, entre ellos su padre, sus hijas de 10 y 9 años, y su hermana de 18 meses, Adriana y sus dos hijas sobrevivientes huyeron de Guatemala en 1985.
Marco Antonio tenía 14 años cuando fue desaparecido por el ejército guatemalteco, auspiciado por el gobierno de EEUU. De acuerdo con la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de Guatemala, 5 mil menores más corrieron la misma suerte, sin embargo todavía se desconoce su paradero. Sin embargo, la lucha por verdad y justicia iniciada hace 37 años por la familia Molina Theissen es un paso histórico en la lucha por el esclarecimiento de las personas asesinadas y desaparecidas durante el conflicto interno.
"A pesar de que éste ha sido un paso grande en la historia de la justicia de Guatemala, no podemos olvidar que la Escuela de las Américas sigue entrenando ejércitos latinoamericanos en otras partes del mundo en técnicas de tortura y desaparición, y tantas cosas más. No sólo Guatemala y no sólo SOA Watch, pero los pueblos del mundo debemos buscar que estos gobiernos estadounidenses paguen también porque son responsables de todo el sufrimiento de los pueblos latinoamericanos a lo largo de tantos años", añadió Portillo en referencia a Benedicto Lucas García, Manuel Callejas y Callejas, y Francisco Gordillo graduados de la escuela de las Américas.
En SOA Watch celebramos la histórica sentencia en el caso Molina Theissen y reconocemos la lucha de las familias como el motor de los movimientos por verdad y justicia en América Latina. No olvidamos el papel represor de los gobiernos estadounidenses en la violenta y digna historia de los pueblos de nuestro continente. Demandamos el cierre de la SOA/WHINSEC como un primer paso para la reparación de los daños causados a cientos de miles de víctimas de tortura, exilio, desaparición forzada y muerte. Guatemala dio un paso más hacia la búsqueda de memoria y justicia. Estados Unidos debe seguir el ejemplo.
En solidaridad,
SOA Watch