Gustavo Martin
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Gustavo escribió:
"Foto: Sepelio del Senador norteamericano Huey Long, asesinado poco
después de denunciar a la Standard Oil como responsable del estallido de la
guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia.
Ver artículo: Sangre sobre el piso
de mármol ... ... A ocho décadas de realizar sus denuncias contra Rockefeller
sobre la guerra del Chaco en el Congreso norteamericano, el senador Huey Long
sigue siendo un desconocido para la historia paraguaya que se enseña en
escuelas, colegios y universidades. Una muestra más del poderío y dominio
ejercido por la embajada norteamericana de Asunción sobre la superestructura
cultural paraguaya, sus planes educativos, sus historiadores, medios,
periodistas y universidades. En 1995 el canal de cable alternativo TNT, del
multimillonario Ted Turner, produjo la película "Kingfish" -con el
papel protagónico interpretado por el actor John Goodman-, basada en la
historia del legendario político de Louisiana y Senador norteamericano Huey
Long, quien en sensacionales discursos pronunciados entre 1934 y 1935 en
Washington, acusó a la Standard Oil y a los Rockefeller de ser la mano negra
detrás de la matanza paraguayo-boliviana por el Chaco Boreal (guerra del
Chaco de 1932 a 1935), para terminar poco después misteriosamente asesinado
en Baton Rouge. Huey Pierce Long había nacido en la pequeña localidad
suburbana de Winnfield, en el estado de Louisiana, a finales del siglo XIX,
cuando sobre las cenizas de la guerra civil norteamericana, rapaces compañías
como la petrolera Standard Oil sujetaban a la región bajo opresión
neocolonialista de los capitales del norte estadounidense. En una región de
alta influencia católica, de rasgos latinoamericanos por su ascendencia
franco-española y sus tensiones sociales, Long irrumpió en la política de
Louisiana como un radical (redneck) que se rebelaba contra la oligarquía del
estado, contra la actitud expoliadora de las grandes empresas, contra el
engreimiento de ciertas tradiciones de la clase alta, contra la moda, los
licores fuertes y muchos otros usos y costumbres de su época. La lista de
cosas que le gustaba era mucho más corta, dice con ironía Thomas Harry
Williams, su principal biógrafo, que entre ellas sólo cita a dos: las
estrictas medidas sanitarias y el socialismo. Electo gobernador de Louisiana
a fines de la década de 1920, se vio pronto enfrentado a la Standard Oil de
Louisiana requiriéndole un impuesto por cada barril de petróleo a ser
refinado para sus progamas sociales. Los amos en el negocio del kerosén
pusieron el grito en el cielo y fraguaron un juicio político en busca de la
destitución. La Standard Oil emprendió una gran campaña de difamaciones,
sobornó legisladores, chantajeó e intimidó físicamente a otros tantos, compró
espacios en la prensa y hasta subsidió festejos populares en busca de su
objetivo. A pesar de todo, Long contrarrestó con inusitada habilidad la
turbulenta campaña adversa y terminó absuelto. El laureado escritor
estadounidense Robert Penn Warren, cuya novela basada en Huey Long le valió
el Pulitzer en los años cuarenta, resumió la gran capacidad de maniobra
política del gobernador de Louisiana en la reflexión de su personaje:
"En la política, el mal no sólo puede engendrar el bien, sino que además
es lo único que hay para engendrarlo". En la década de 1930 se había
iniciado la producción en serie de automóviles, y el petróleo se iniciaba
como "leitmotiv" del intervencionismo norteamericano en
Latinoamérica y el mundo. Personeros de la Standard Oil viajaban por el mundo
apropiándose del recurso y fundando filiales que pretendían ser naturales de
los países que expoliaban. Así nació la Standard Oil of Bolivia, instituída
por Spruille Braden, luego cabeza de la conspiración contra el Paraguay en la
Conferencia para la Paz del Chaco, quien insinuó al presidente boliviano
Salamanca sobre la posibilidad de obtener armas y créditos para apoderarse
militarmente del Chaco paraguayo y sus yacimientos petrolíferos. No era
América del Sur la que iba a imponer condiciones a su majestad el dólar. Como
lo expresara el escritor paraguayo Arnaldo Valdovinos, centenares de
ametralladoras, manejadas por manos esclavas, rompieron el silencio de las
selvas chaqueñas, festejando el triunfo de sus amos. En varias de sus novelas
más celebradas, Augusto Roa Bastos narró los episodios más trágicos de un
ignominioso capítulo de la expansión imperialista en Sudamérica, en que los
condenados paraguayos parasitados y desnutridos, debieron empuñar el fusil
para defender el subsuelo y los latifundios extranjeros que se extendían
sobre la vasta planicie esmeralda del Chaco Boreal. La prensa de todo el
mundo pronto se hizo eco de la participación evidente de las grandes
petroleras en el diferendo chaqueño: el Daily Herald de Londres, la prensa
comunista soviética y hasta el mismo New York Times. Sin embargo, a pesar de
todos los indicios, para muchos hablar del petróleo como detonante de la
matanza entre paraguayos y bolivianos seguía siendo mera especulación. El
secreto a voces pronto iría a sacudir los mismos confesionarios del imperio.
El 30 de mayo de 1934 el senador Long sacudía al Congreso en Washington con
una proclama incendiaria contra la Standard Oil, acusándola de haber
desencadenado el enfrentamiento armado del Chaco. "¡Aquí está
Rockefeller, con un ejército, robando al Paraguay!" dirá el senador para
no ahorrar adjetivos contra la empresa petrolera. Y cuando el 15 de enero de
1935 la Sociedad de las Naciones decidió levantar el embargo de armas que
pesaba sobre Bolivia, manteniendo el mismo sobre Paraguay, Huey Long declaró
a la prensa: "Esta decisión de la Liga de las Naciones no es más que un
mensaje dirigido al Paraguay y firmado por Rockefeller que dice: No toquen
los lugares donde hemos localizado pozos del petróleo". Obviamente, el
senador había incursionado en terreno fangoso y los sucesos no tardaron en
demostrarlo. El 8 de septiembre de 1935, habiendo abandonado el senador Long
con sus guardaespaldas una sesión especial en el Capitolio Estatal de Baton
Rouge, adonde había arribado desde Washington buscando zanjar en cuestiones
locales de su estado, un desconocido se le acercó al amparo de la oscuridad y
en ese momento se escuchó un disparo. La guardia de Long abrió fuego contra
el sospechoso ocasionándole a su turno 51 heridas de bala antes de ser éste
identificado como un joven y respetado médico, Carl Austin Weiss, proveniente
de una familia de reconocida alcurnia en la sociedad local. Posteriormente se
sabría que Weiss había actuado como cabeza de turco y que las balas que
impactaron en Long tenían otra procedencia. En las primeras horas del día 10
fallecía el senador en el Hospital Our Lady of the Lake, víctima de la avidez
sin límites del imperialismo petrolero, y la Standard Oil tenía las manos
libres para quedarse con el petróleo del Chaco. Con la guerra entre Bolivia y
Paraguay como telón de fondo, se había cerrado uno de los más infames y
controvertidos capítulos de la historia norteamericana. A propósito de la
Foto...La historia de la foto prohibida de Long en su ataúd... Fue obtenida
por Oscar Valenton, periodista de The New Orleans State, desde un balcón,
contaviniendo disposiciones de la policía de Louisiana. Al percibir el flash,
la policía subió para aprehenderlo, pero en pocos segundos él reemplazó la
película por otra, guardando la que contenía esta foto. Así la policía le
incautó un rollo falso, y se pudo conservar esta imagen..."
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