Declaran sitio histórico a
Es por su significado como espacio de memoria en relación a los crímenes cometidos durante la última dictadura militar argentina.
Por otra parte, el Cuerpo votó una resolución para rendir
homenaje a las señoras María Eugenia Ponce de Bianco, Esther Ballestrino de
Careaga y Azucena Villaflor de De Vincenti, fundadoras del movimiento
"Madres de Plaza de Mayo", al cumplirse 30 años de la generación del
mismo. El acto tendrá lugar el 23 de noviembre a las 14 horas en la Legislatura. La
iniciativa corresponde al diputado Helio Rebot (Fuerza Baires).
La crónica de los hechos
La tarde del 8 de diciembre de 1977 unos quince
familiares de detenidos-desaparecidos estuvieron reunidos en la Iglesia de Santa Cruz.
Desde hacía tiempo consideraban que era más seguro encontrarse allí.
La iglesia de la Santa Cruz (Carlos Calvo, General Urquiza,
Estados Unidos y 24 de Noviembre), base de los padres pasionistas, se había
convertido en el centro de reunión de personas cuyos familiares habían sido
secuestrados por la dictadura militar. Astiz se infiltró entre ellos
Una mañana, temprano, varios agentes de la Marina fueron distribuidos
en distintos puntos de la
Iglesia mientras se realizaba la misa de Primera Comunión. La
orden: detener a quienes habían sido señalados previamente por Astiz. Así se
hizo.
El jueves 8 de diciembre de 1977 a las ocho y media de
la noche un grupo de hombres vestidos de civil, que se identificaron como
policías, interceptó a los familiares de desaparecidos que salían de la Iglesia de la Santa Cruz , donde
habían estado ultimando los detalles y recolectando la plata para una
solicitada que saldría en el diario La Nación dos días después. Se llevaron a nueve
personas: la religiosa francesa Alice Domon, Angela Aguad, María Esther
Ballestrino de Careaga, Raquel Bullit, Eduardo Gabriel Horane, José Julio
Fondevilla, Patricia Cristina Oviedo, María Eugenia Ponce de Bianco y Horacio
Aníbal Elbert. Ese mismo día desapareció de su atelier Remo Carlos Berardo,
quien también participaba de las reuniones de la Santa Cruz. Dos días
después, cuando iba a comprar el diario para ver la solicitada, fue secuestrada
Villaflor. Al mediodía se produjo la detención de la compañera de Domon, Leonie
Duquet.
Astiz fue la pieza central que permitió que los marinos
concretaran el operativo que tenía como objetivo descomponer el incipiente
movimiento de derechos humanos que se estaba organizando en el país en plena
dictadura militar. El "Angel Rubio" se presentó ante las Madres de
Plaza de Mayo con la identidad falsa de Gustavo Niño, hermano de desaparecido y
comenzó a participar de las reuniones de los familiares. Proporcionó los datos
que guiaron a la patota de la
ESMA hasta la
Santa Cruz y terminó su tarea marcando a sus víctimas con un
beso.
A la salida de la reunión, varios fueron secuestrados por
un grupo de tareas de la ESMA.
Entre ellos estaban las madres María Ponce de Bianco y
Esther Ballestrino de Careaga.
Dos días más tarde secuestran a Azucena Villaflor.
Alrededor del 20 de diciembre de 1977 comenzaron a
aparecer cuerpos en la costa del Océano Atlántico, entre Santa Teresita y Mar
del Tuyú, que fueron presurosamente enterrados como NN en el cementerio de
General Lavalle, Provincia de Buenos Aires".
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF),
informaron el pasado viernes 8/7, en un conmovedor acto - conferencia de
prensa, que las identidades de los cuerpos hallados en el cementerio de la
localidad bonaerense de General Lavalle pertenecen a estas tres mujeres,
fundadoras de la organización Madres de Plaza de Mayo.
El 24 de Julio, en un pequeño jardín lateral de la Parroquia Santa
Cruz, fueron inhumados los restos de Esther Ballestrino de Carega y Mary Ponce
de Bianco.
Los restos de Ballestrino de Careaga y Ponce de Bianco
descansan en el jardín de la iglesia.
Tal como quedó expresado el testimonio de sus familiares:
"Estas madres, incansables luchadoras que dieron sus
vidas por sus hijos, no pudieron vencer a la muerte pero eran tan obstinadas
que pudieron vencer al olvido. Y volvieron."
"Volvieron con el mar, como si hubieran querido dar
cuenta, una vez más, de esa tenacidad que las caracterizó en vida. La presencia
de sus restos da testimonio de que no se puede desaparecer lo evidente."