lunes, 25 de noviembre de 2019

OEA Luis Almagro, Venezuela, Ecuador, Colombia, Chile, Dominica y el golpe de estado en Bolivia por Tony López Chaubloqueo museo Che Guevara de Buenos Aires


 La OEA, Luis Almagro, Venezuela, Ecuador, Colombia, Chile, Dominica y el Golpe de Estado en Bolivia.

Por. Tony López R (*)
La OEA es un organismo regional que se inscribe y forma parte de la Organización de Naciones Unidas, nacida en abril de 1948, en Bogotá, Colombia.  Aprobó su Carta Fundacional, conocida como la Carta de la OEA y cuyos principios básicos, siguen vigentes y sin embargo desde su fundación hasta hoy, esos principios básicos han sido violados en no pocas ocasiones, porque ha sido una institución al servicio de los intereses políticos, económicos y sociales de los Estados Unidos.
En su capítulo I:  Naturaleza y propósito, en su artículo No 1, expresa lo siguiente:
-         Los Estados americanos consagran en esta Carta la organización internacional que han desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia.
En su artículo 2, los principios de esta organización establecen lo siguiente:
La Organización de los Estados Americanos, para realizar los principios en que se funda y cumplir sus obligaciones regionales de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, establece los siguientes propósitos esenciales:
a) Afianzar la paz y la seguridad del Continente.
b) Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención;
c) Prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miembros;
d) Organizar la acción solidaria de éstos en caso de agresión;
e) Procurar la solución de los problemas políticos, jurídicos y económicos que se susciten entre ellos;
f) Promover, por medio de la acción cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural;
g) Erradicar la pobreza crítica, que constituye un obstáculo al pleno desarrollo democrático de los pueblos del hemisferio, y
h) Alcanzar una efectiva limitación de armamentos convencionales que permita dedicar el mayor número de recursos al desarrollo económico y social de los Estados miembros.
Teniendo en cuenta estos principios contenidos en la Carta de la OEA podemos afirmar que su Secretario General, Luis Almagro, ha venido violándolos sistemáticamente y de manera flagrante, al promover y ejecutar acciones en contra de algunos Estados miembros, entre ellos al Estado venezolano, con el agravante que Venezuela, ya no es miembro de la OEA desde abril del 2019.  
Su objetivo es derrocar al gobierno democráticamente elegido de Nicolás Maduro, en comicios que tuvo una amplia y mayoritaria participación electoral y apegado   a derecho como lo establece la Constitución   venezolana, aunque por obra y gracia de Estados Unidos y la campaña de los medios hegemónicos estadounidenses, latinoamericanos y europeos, en Venezuela hay una “dictadura”. 
Almagro, en su condición de Secretario General lejos de propiciar y afianzar la seguridad y la paz de los Estados miembros ha sido promotor de la violencia y terrorismo en Venezuela, desde el año 2015, y luego de que el presidente Barak Obama, considerara a Venezuela como un peligro para la Seguridad de los Estados Unidos, Almagro se dedicó a buscar fórmulas para cumplir el mandato de Obama y derrocar a Nicolas Maduro.
Como Secretario General, fracasó en todos sus intentos por aplicar la llamada Carta Democrática a Venezuela, propuesta presentadas por él en el Consejo Permanente de la OEA, y en la 46, 47 y 48 Asambleas de Cancilleres de la OEA y en la Cumbre de las Américas, donde tuvo el apoyo del   vicepresidente estadounidense Mike Pence, y no lograron condenar al gobierno de Venezuela.
Fue esa derrota lo que llevó a Luis Almagro a crear en el mes de agosto del 2017, el conocido, nefasto y mercenario, Grupo de Lima, compuesto en su gran mayoría por países que hoy, no solo violan los derechos humanos, sino que están masacrando a sus pueblos, que protestan y marchan pacíficamente contra el modelo neoliberal, como es el caso de Chile, Ecuador, Perú, Colombia y el brutal y sangriento Golpe de Estado en Bolivia.
El acoso y la brutal política anti-venezolana de Estados Unidos, utilizando como operador político a Luis Almagro, conllevó a que Venezuela decidiera pedir la salida de esta organización, en la 47 Asamblea de la OEA, en Cancún, México, nación que luego de cumplir el procedimiento establecido, dejo de ser miembro de esta organización desde abril de este año 2019.
El colmo de esta ilegitima política del señor Almagro, contra Venezuela, es reconocer un supuesto representante del autoproclamado “presidente” Juan Guaidó y acreditarlo como embajador ante la OEA, teniendo en cuenta que esa nación no es miembro de esa desprestigiada organización regional.
Por otra parte, los lectores deben conocer que Guaidó, representa solo a una parte de la Asamblea Nacional, pues hay un importante número de legisladores venezolanos opositores, que no apoyan al autoproclamado y nada tienen que ver con Guaidó, la irracional y dictatorial decisión de Luis Almagro, violando todo lo establecido, esperemos que esa conducta,  sea  tomada en cuenta, por los países miembros, para no apoyar su reelección a la Secretaria General.
La participación de Luis Almagro en el Golpe de Estado Cívico- Militar en Bolivia, es un hecho muy grave y la comunidad internacional y especialmente los países miembros de las OEA, no subordinado a Estados Unidos, deben tomar en cuenta la conducta de su Secretario General, Luis Almagro.
La política y acción de Luis Almagro, contra la estabilidad y la paz en la región, se ha hecho absolutamente visible cuando, traicionando la buena fe y la confianza que en él y en la OEA, depositó el presidente Evo Morales, al pedirle que la Comisión de la OEA hiciera una auditoria, contraviniendo la decisión del Tribunal Nacional Electoral, que lo declaró ganador por un margen de 10,70 por ciento de diferencia, como establece la Constitución, ese margen de acción, fue aprovechado por la Comisión de la OEA, para determinar que hubo irregularidades, ese fue el argumento, para desencadenar el plan debidamente diseñado, para buscar la salida de Evo Morales como Presidente de Bolivia y evitar su continuidad.
Después de los hechos y consumado el plan, se ha conocido que la Comisión de la OEA falseo los datos y manipuló la información, Evo había ganado las elecciones limpiamente, pero Estados Unidos, Almagro y la derecha boliviana, no podían dejar que un indígena antimperialista, continuara en la presidencia, las grandes riquezas de ese país en hidrocarburo, litio, y uranio, deben ser explotados por sus transnacionales, pero no para el pueblo boliviano.
Por otra parte, la publicación argentina Resumen Latinoamericano, el pasado 17 de noviembre, dio a conocer que el general golpista Williams Kaliman, 72 horas después de la salida de Evo Morales, se fue a vivir a Estados Unidos, después que el Encargado de Negocios de la embajada estadounidense en La Paz,  Bruce Williamson le entregó un millón de dólares a él y al resto de cada  jefe militar y  medio millón a los jefes de la policía y los traslado  a Estados Unidos donde se encuentran escondidos.
Resumen Latinoamericano, también dio a conocer que el general Kaliman, y otros políticos de la derecha boliviana, desde hace varios meses atrás, sostenían reuniones con Williamson, en la provincia de Jujuy, al amparo del gobernador Gerardo Morales, unos de los políticos más afines al gobierno de Mauricio Macri, lo que explica, como el plan para derrocar a Evo Morales, venia planificándose con la participación y dirección de la embajada de Estados Unidos, por indicaciones de Washington.
Todos estos acontecimientos unidos a una  campaña mediática muy bien  dirigida a confundir y vilipendiar a la candidatura del MAS, fue sembrando un escenario negativo para la reelección de Evo Morales, a donde se unieron otros factores, sectores importantes de la Iglesia Católica, las  sectas cristianas, muchas de ellas apañando al fascista  Comité Cívico, liderado por Luis Fernando Camacho, quien con una biblia en una mano, evocaba al señor y con la otra ordenó matar e incendiar el país, en nombre de la democracia.
Otros graves acontecimientos están ocurriendo en Suramérica, los crímenes y   la brutal represión contra el pueblo chileno, que ya cuenta con más de 40 muertos, miles de heridos, detenidos y desaparecidos no es objeto de preocupación y mucho menos de un pronunciamiento  del señor Luis Almagro y la OEA, él está más empeñado en derrocar a gobiernos progresistas, que trabajan para sus pueblos, que la de condenar los gobiernos  que reprimen y cometen crímenes de lesa humanidad, como lo sucedido con el gobierno de facto en Bolivia, al cual él (Almagro) en su condición de Secretario General de la OEA, ha reconocido, obvio, si él ayudo  a instaurar ese gobierno golpista.
O en Ecuador donde fueron masacrados por el Ejército 9 indígenas y que a pesar de que la CONAIE, aceptó parar las manifestaciones y protestas a cambio de bajar el precio del combustible y otras reivindicaciones a la que el presidente Lenin Moreno se había comprometido, pero nada se ha cumplido, y hoy el movimiento indígena acusa a Moreno de traición y amenaza con volver a las calles.
Y qué decir del Paro Nacional en Colombia, que ha provocado varios muertos, cientos de heridos por la represión, más de 80 allanamientos a locales sindicales y del movimiento social, sin ninguna orden judicial, toque de queda, en Bogotá y en varias capitales departamentales, tampoco en estos casos la OEA y su Secretario General, dicen nada, guardan cómplice silencio.
Por último,  la señora canciller de Dominica, en la OEA, le reclamó a Luis Almagro que se deje de inmiscuir en los asuntos electorales de su país, la dirigente caribeña fue muy enfática y le recordó los principios y reglamentos de la OEA, que como bien señalé al principio, siguen siendo violados por el señor Luis Almagro, quien intenta ser reelegido para el cargo de Secretario General en las elecciones a celebrarse en el primer semestre del próximo año, los gobiernos que se respeten tendrán la última palabra. 

(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
La Habana, Cuba, 23 de noviembre de 2019.  19.30 hrs.