No al plan del régimen sionista israelí de anexión de
territorios de Cisjordania.
Agrupación Judía
Diana Arón, AJDA
Como agrupación
independiente de chilenos/as judíos/as condenamos de forma enérgica y
categórica el plan de anexión de territorios ocupados en Cisjordania que el régimen
sionista israelí pretende implementar a partir de julio del año en curso.
Dicho plan es ilegal, ya que va en contra del Derecho Internacional y de las reiteradas
resoluciones de las Naciones Unidas al respecto. El plan de anexión constituye
una afrenta injustificable a los derechos más básicos de la población palestina
que habita en dichas tierras y al Pueblo Palestino en general - dentro y fuera
del Medio Oriente – así como a sus derechos inalienables sobre los territorios
ocupados por Israel desde 1967.El régimen de emergencia en Israel,
nacido desde una crisis política sin precedentes en dicho país - y enmascarado
bajo el objetivo de enfrentar la crisis sanitario-social provocada por el
COVID-19 - se ha aprovechado de la situación para implementar esta injusticia.
Estas políticas bajunas, avaladas por el régimen de EE.UU. bajo
la administración de Donald Trump, comprueban una vez más lo que Israel reiteradamente
ha negado: que pretende llevar a cabo la colonización definitiva de los
territorios ocupados, con el objetivo final de expulsar a los palestinos de su
tierra. Como chilenos/as judíos/as independientes consideramos que es nuestro
deber sacar la voz: la anexión significaría la consolidación de una política
sistemática de colonización y ocupación que históricamente ha atentado contra
las reivindicaciones del Pueblo Palestino y la posibilidad de una coexistencia
pacífica entre israelíes y palestinos. Además, la anexión traerá consigo graves
consecuencias en toda la región, poniendo en riesgo la estabilidad de los
tratados de paz de Israel con Jordania y Egipto, y una previsible ola de
violencia; más muerte y sufrimiento. Por otra parte, la anexión haría más
difícil aún retomar la senda de las negociaciones para lograr un genuino
acuerdo de paz en base al derecho de autodeterminación de ambos Pueblos. No
podemos aceptar que políticas como la intensificación de la ocupación, la
promulgación de la “Ley Básica del Estado-Nación” o el mismo plan de anexión,
sean llevadas a cabo en nombre de todos/as los/as judíos/as. En solidaridad con
el Pueblo palestino y con los ciudadanos israelíes que se alzan contra la
ocupación, nos sumamos a las numerosas organizaciones judías en Israel y el
mundo que la repudian. Le pedimos al régimen de Chile que, además de la
gran preocupación manifestada por el Ministro de Relaciones Exteriores hace
algunos días, adopte una posición activa a nivel internacional sobre la materia
y junto a otras naciones de América Latina colabore para evitar que el plan de
anexión se lleve a cabo. Consideramos que para esto, la intervención de la
comunidad internacional es clave. Asimismo, llamamos a comunidades judías
organizadas y a judíos/as independientes en todo el mundo, a alzar la voz
contra el plan de anexión.
Por último,
apelamos a la Comunidad Judía de Chile a tomar una postura crítica y reflexiva
sobre este tema, pronunciándose contra políticas como esta, las que además de
violar los derechos humanos y de los Pueblos, ponen en riesgo el futuro de
Israel.
¡No a
la ocupación! ¡No a la anexión! ¡Sí a una solución que respete los derechos de
todos los habitantes de la región!
Santiago, Chile,
11 de junio de 202
Lo subrayado
es nuestro.
Una ejemplar combatiente del Pueblo Chileno
Diana Frida Aron
Svigilsky, fue una periodista, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria,
MIR, que nació en Santiago el 15 de febrero de 1950, estudió su enseñanza
básica y secundaria en el Instituto Hebreo y luego ingresó a la Escuela de
Periodismo de la Universidad Católica de Chile. Efectuó su práctica profesional
en el Canal 13 y al titularse comenzó a trabajar en la revista Onda de la
Editorial Quimantú. Como militante del MIR, participó en el equipo del
periódico El Rebelde. Después del golpe militar comenzó a trabajar en el equipo
de comunicaciones de su partido, por lo cual fue intensamente buscada, siendo
detenida por agentes de la Brigada Halcón, pertenecientes a la Dirección de
Inteligencia Nacional, DINA, el 18 de noviembre de 1974 en avenida Ossa, comuna
de Ñuñoa.
Al intentar
escapar, fue baleada recibiendo cuatro impactos en el pulmón y los riñones. Fue
conducida a Villa Grimaldi y, posteriormente, trasladada al cuartel Santa
Lucía. Recibió brutal tortura por parte del criminal Miguel Krassnoff quine se
ensañó acusándola de ser “judía y además marxista”. Su paradero se pierde a
mediados de enero de 1975 y su muerte ha sido corroborada por detenidos que
coincidieron con su prisión en los calabozos de la DINA.
A la fecha de su detención tenía 24 años
de edad y en el 2004, su caso fue investigado por el ministro Alejandro Solís,
quien sentenció a los integrantes de la DINA, Manuel Contreras, Pedro Espinoza,
Osvaldo Romo, Marcelo Moren y a Krassnoff, a penas entre 15 y 10 años de
presidio por el delito de secuestro, condena ratificada por la Corte Suprema.