El museo Ernesto Che Guevara enlutado por la muerte de la Abuela Antonia Acuña de Segarra en Mar del Plata.
¡ Devuelvan a los nietos apropiados !
Miércoles 15 de julio de 2020
Stella Calloni. Corresponsal
Buenos
Aires. Las Abuelas de Plaza de Mayo comunicaron hoy el fallecimiento de Antonia
Acuña de Segarra, de 86 años, integrante de la Comisión Directiva de ese
organismo y a cargo de la sede en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires,
quien tenía tres hijos desaparecidos y nunca pudo recuperar a sus nietos,
nacidos en cautiverio, como más de 400 niños que fueron sistemáticamente
apropiados por los militares de la pasada dictadura.
En junio de 1978, durante el Mundial de Futbol, desaparecieron sus dos
hijas Laura, de 17 años y Alicia, de 21, ambas embarazadas. La primera de ellas
a días del parto junto con sus yernos Pablo Torres y Carlos Mendoza. Poco
después también secuestraron y desaparecieron a su hijo Jorge.
Al desconsuelo de su muerte se une como agravante que nunca pudo
encontrar a sus nietos además de sus hijos, y como la mayoría de los familiares
de desaparecidos, recorrió comisarías, juzgados y decenas de dependencias del
Estado, sin obtener respuesta, dijeron en el comunicado las Abuelas de Plaza de
Mayo.
Buscando a sus hijos “viajó a Buenos Aires, donde se encontró con otras
madres que recorrían despachos oficiales en busca de sus hijos, hijas, nietos y
nietas. Allí conoció de la existencia de las Abuelas de Plaza de Mayo, se
incorporó a la institución y comenzó a replicar el trabajo en Mar del Plata (…)
trabajaba en cada acto de difusión, siempre con la esperanza de encontrar algún
nieto, alguno de sus nietos”, y organizó a las Abuelas en Mar del Plata
convirtiéndose esa sede en referente en esta lucha. Ahora ella nos guiará
para encontrar a su hijos y nietos, y a todos los que faltan, fue la promesa de
sus compañeras de lucha.
Esta muerte que se une al deceso el lunes de la madre de Plaza de Mayo,
Carmen de Conde, se produce cuando en esa organización recuerdan su formación
hace 43 años, lo que es un duro golpe y nos obliga a renovar todos los
esfuerzos para saber la verdad y hacer justicia. Todos son nuestros hijos y
nuestros nietos, y es muy doloroso ver que se han ido nuestras compañeras de
lucha sin tener el mínimo consuelo de al menos saber lo que sucedió con sus
hijos.
No fue el único hecho que golpeó a los organismos de derechos humanos.
También la muerte del abogado y profesor Julio Maier, quien además de estudiar
derecho en la Universidad de Córdoba, había realizado estudios de posgrado en
filosofía del derecho en la Universidad de Munich y fue investigador del
seminario de filosofía del derecho en la Universidad de Bonn. También sufrió
persecución política y atentaron contra su casa por lo cual regresó a Alemania
y en 1984 volvió al país. Reconocido por su trabajo por todos los organismos de
derechos humanos y los juristas, fue despedido con mensajes del presidente
Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El ex juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni escribió sobre
Maier: Discutidor genial, testarudo, con la imperdible musicalidad de su
acento cordobés, honesto en sus convicciones como pocos, dispuesto a sumarse a
todas las causas nobles, así fue Julio Maier, el más profundo científico del
derecho procesal penal de nuestro país y de toda nuestra región, de consulta
obligada, al que acudíamos ante cualquier duda.
Y se refirió a su trabajo en toda la región y especialmente en
Centroamérica, por lo cual recibió importantes reconocimientos en diversos
países del mundo. En Latinoamérica es imposible referirse a las reformas
procesales sin mención, al menos, de su nombre.