Paternal confesión de un padre de Caballito a su hijito argentino de tres años. Segundo nombre Rafael.
Tenés 3
años .
16 de
Abril de 1981 . CHE ……
DEMIÁN :
Me impulsa
a escribir el temor a que cuando vos tengas veinte años, esto que quiero manifestar
hoy se me haya olvidado, ó tal vez las vueltas del destino me obliguen a
negarlo ó a disminuirlo.
Ó tal vez
yo ya no esté.
Me
apasiona y emociona genuinamente tu vida, que no es la mía.
Vivimos juntos, se dice pero son muchas las
horas que me pierdo de verte por el trabajo ó los entretenimientos de “adulto”,
cine, teatro, etc.
Pero las horas que
estamos físicamente cerca (porque ahora no estoy a tu lado, pero mi ser si lo
está) gozo con tu espectáculo.
Tus
frases recién “collageadas” de un idioma nuevo me sorprenden, me refrescan.
Me
sorprendés a cada rato con tus sentimientos elementales de odio ó cariño. Tu contacto me hace hervir internamente los
genes que todavía viven en mi esperma, que olfatean a sus ex –compañeros ya
personificados en un ser humano.
Viéndote veo a muchas personas y se que no veo, pero hay
en vos cientos de antepasados, ya olvidados que te dieron esa sonrisa, ese
gesto, ese humedecerse los ojos ó ese pie que arrastras en tu primer paso de
baile.
12 de Mayo
de 1981 -
El 1º de Mayo quisiste en la
terraza de Espinosa 1457 nuestro hogar en La Paternal ver el humo y fuego de un
incendio en el barrio.
Te puse sobre el
pilar de la segunda terraza y como me pedían ayuda para el asado (había veinte
personas) te recomendé que no te movieras y te mantuvieras agarrado de una
soga, te oí llorar al rato y era que te habías caído ó tirado (según vos, me
dijiste como el Hombre Araña).
Te rompiste la tibia.
Fui yo el culpable, creo que sí y ahora que te veo rascarte con una
aguja de tejer dentro del yeso que te hace picar me arrepiento.
Me parecés tan capáz, tan hábil, que te dejé
solo.
Fui un bestia, perdóname cuando
leas esto.
Un beso a mi querido hijo
Demián Rafael González.
12 de
Abril de 1982
Volví a encontrar hoy
este cuaderno y puedo contar mi experiencia con vos. Te llevé por primera vez y conocí tu escuela,
tu primera escuela, tu primer aula de Jardín, tu primera maestra.
Apenas entramos a la escuela, te pusiste como
un bebé, comenzaste a hablar como si tuvieras un año ó dos menos. Era tu emoción, de que te acompañara
Papá.
Estuve un rato sentado en esa
sillita minúscula, al lado de mi hijo.
Luego me fui, pero me fui diferente, me fui feliz de verte crecer, feliz
de sentir emociones gracias a vos.
¿Qué
sabe un hombre que nunca llevó a su hijo a la primera escuela?.
Hace cinco ó seis días te llevé con la
camioneta Dodge furgón a Pinamar, llevábamos una pequeña mudanza y luego de
descargarla dormimos por la noche abrazados dentro del furgón.
A la mañana me
despertaste vos y fuimos a la playa solos, a pesar de ser Abril nos bañamos y
te lance al agua un nylon con anzuelos.
Te quedaste pacientemente con tus cuatro añitos frente al inmenso mar
desierto y el gigante se enterneció y te regaló un gran cangrejo, que con tus
gritos de miedo se asustó más que vos.
Tu primer cangrejo, pescado con tus manitos.
Gracias por haber nacido Demián Rafael.
Tu papá…. Toto
Pasó el
tiempo y Demián Rafael tiene hoy 35 años.
El mundo fue impactado por tragedias nucleares y hasta genocidios en
esta Argentina en la que él pudiera hoy ser un nieto de los trescientos
desaparecidos, que la sociedad busca afanosamente.
Mi hijo
lleva como segundo nombre el mismo que honró, destacó y legó para la memoria de
la humanidad, el recién fallecido Presidente de Venezuela Hugo RAFAEL Chávez
Frías.
En todos estos años exhorté a mi
hijo.. ¡”Sos un González tenés que cuidar ese apellido”! .
Hoy contrito, dolorido y triste mi
querido hijo te recomiendo enfáticamente
¡ Te llamás Rafael, tratá siempre de honrar ese nombre !
Tu
padre Eladio González Toto
museocheguevara@fibertel.com.ar