lunes, 22 de agosto de 2022

LA QUINTA BOMBA ATOMICA PUEDE ESTALLAR

LA QUINTA BOMBA ATÓMICA PUEDE ESTALLAR

                                                             Jorge Gómez Barata

Nunca dudé que la guerra desatada en Ucrania podría tener un
desarrollo nuclear, lo que no imaginé es que pudiera ser de la manera
como ahora se presenta y que el desenlace más probable se relacionaría
con una central electronuclear.

Cuatro de los actores de la actual tragedia bélica europea, Estados
Unidos, Rusia, Gran Bretaña y Francia poseen bombas atómicas, a ellos
ha sumado una quinta: la central electronuclear de Zaporiyia, ocupada
por Rusia y operada por ucranianos que puede volar en cualquier
momento sin que, tal vez nunca se llegue saber quién lo hizo.

La bomba atómica que en 1945 arrasó a Hiroshima contenía 64 kilogramos
de Uranio y la que destruyó a Nagasaki 6,2 de plutonio. En los seis
reactores de la planta electronuclear de Zaporiyia, hay 1.200
toneladas de uranio, sin contar los residuos almacenados en el lugar y
el agua contaminada.

La planta electro nuclear de Zaporiyia es la mayor de Europa, la
tercera en el mundo y 10 veces más grande que Chernóbil y, en caso de
explotar, muchas veces más letal. Un solo reactor dañado en Chernóbil
expulsó 500 veces más materiales radiactivos que la bomba de Hiroshima

Una planta nuclear no es una bomba atómica y no puede estallar como
tal, pero es mucho peor. La prueba que Hiroshima y Nagasaki nunca
fueron evacuadas, se reconstruyeron en el mismo lugar y volvieron ser
prósperas ciudades donde sus habitantes viven felices, en cambio
Prypiat, una localidad ucraniana próxima a la planta de Chernóbil, no
será habitable hasta dentro de 24.000 años tiempo que demorará el
uranio esparcido en desintegrarse.

 Comparada con una planta nuclear, las bombas atómicas contienen
cantidades insignificantes de uranio, las hay hasta de diez kilos y
algunas se destinan a usos tácticos. En las bombas lo letal es la
explosión que se realiza en segundos, mientras en las centrales
eléctricas el desastre viene con la contaminación radioactiva que es
resultado de dilatados procesos físicos y químicos.

Al estallar el uranio de las bombas atómicas se fragmenta en micro y
nano partículas, muchas de las cuales son llevadas por el viento y van
a parar al mar, ríos o zonas poco pobladas, mientras que el
combustible nuclear de las plantas se expande prácticamente intacto.

La explosión de reactores de la planta de Zaporiyia afectaría a los
residentes en Dombass, Crimea, Odessa, Sebastopol, Jerson, Melitopol,
Nikolayiv, Mariupol, Krivói Rog, Donetsk, naturalmente Zaparozhe
cientos de ciudades, pueblos y aldeas, así como áreas de Rusia,
Moldavia, Hungría, Rumania, Eslovaquia, Polonia, Belarus, y Turquía y
el Mar Negro. Dependiendo de la dirección y velocidad de los vientos
las sustancias radiactivas pueden propagarse por Rusia, Europa
Oriental y Central y el Mediterráneo.

Un desastre nuclear en Ucrania afectaría a toda Europa superaría con
creces las consecuencias de Chernóbil y Fukushima, con la diferencia
de que aquellos fueron accidentes, mientras Zaporiyia sería resultado
de un acto de guerra realizado con la intención de hacer daño y
evidenciar hasta dónde pueden llegar la maldad y la estupidez humana.

 Las gestiones de Rusia, Turquía y la ONU para tratar de prevenir el
desastre son loables y deben ser apoyadas, sin olvidar, cómo comenzó
todo ni perder de vista que la guerra pudo ser evitada, no debió
comenzar y debe parar ¡Ya! Allá nos vemos.

 21/8/2022
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