lunes, 18 de junio de 2007

Desaparecidos Colegio Marianista ex alumnos asesinados Homenaje en Caballito Sacerdotes Familiares Madres Plaza Mayo Argentina


























Los Once, sin Judas. por Eladio González (toto) para "Caballito Regalado"


Viernes 15 de Junio 2007. En Avda. Rivadavia 5652 sede del Colegio Marianista de Buenos Aires, Argentina, fui testigo durante 3 horas de una catársis necesaria, saludable pero dolorosísima.

A medida que entrábamos al salón nos emocionamos con paneles, desde donde juveniles rostros femeninos y masculinos inmortalizados en documentos fotográfícos, revivían a esos once ex alumnos del colegio 30 años atrás, misionando felices en los lugares más remotos, pobres y necesitados. En el frente del enorme salón un gran cartel blanco de rojas letras rezaba “MANTENGAMOS VIVA LA MEMORIA”, y ante él se fueron turnando varios ex alumnos leyendo textos poéticos a más de Ignacio Copani que aportó con voz, música y el profundo mensaje de sus canciones.


Los laterales y el fondo estaban tapizados de almas de toda edad (las sillas no alcanzaron) recibiendo de pié y espaldas a la pared, la demoledora andanada amoroso-dolorosa que llegaba desde la voz de cada sacerdote marianista (fueron varios), profesores, familiares y amigos, testimoniando el amor, memoria y admiración hacia los asesinados.

Un audiovisual nos los brindó vivos en su juventud misionera y la misma pantalla mantuvo minutos el semblante de un ex alumno (actualmente sacerdote misionando en Vietnam) mientras oíamos su calido, comprometido y certero mensaje grabado que ayudó a que avanzaramos en la “aparición” de aquellos a quienes se creyó matar.

La bendición de un mural cerámico, que perpetuará estéticamente a los secuestrados y las palabras de su autora allí presente nos cargó de energía, que derrochamos luego en cientos de voces coreando canciones que aportó la Iglesia de la Santa Cruz, su sacerdote, un guitarrista y fieles que musicalmente ofrecieron su otra mejilla “esta vez blindada de decisión, compromiso y exigencia de justicia”.

La frescura de un “Quinteto reducido” vocalizando esperanzas juveniles, prologó palabras del sacerdote que no necesitaron de púlpito para llegarnos profundamente.

“Madre por partida doble”, del ex alumno Almeida y de la “Plaza de Mayo”, Taty junto a su otra hija testimoniaron y nos hicieron “aparecer” a Alejandro allí, entre ellas y su dolor, entre ellas y nuestra acongojada y harto postergada necesidad de recuperar autoestima y dignidad incorporando el NUNCA MAS a nuestras almas desde lo visceral y no solo lo intelectual.

Muchas adhesiones fueron leídas desde micrófono por los dos ex alumnos que oficiaron de presentadores. Desde el país y el mundo llegó la voz milagrosa de “la humanidad” a la que pertenecemos y pugna por reconstruir lo destruído, en palabras de ex alumnos que están lejos ó que no pudieron asistir. Mi adhesión en nombre del Museo “Ernesto Che Guevara” de Caballito que entregué como vecino y director del mismo no fue leída, tal vez se traspapeló para pícaramente aparecer en ésta crónica. (Así de terca es la memoria).

En el subsuelo del Marianista once misioneros volvieron de su “desaparición” para terca, estoica y cariñosamente imbricar en los presentes, lo que hace 30 años dieron a sedientos y hambrientos del Infierno villero ó en poblaciones olvidadas en el Limbo.

Como profetizó Taty Almeida, ellos dieron el ejemplo y nos toca a nosotros llevarlo a cabo, por estar vivos.

Llevamos para casa una edición especial del periódico de título NOTICIAS de la memoria con 4 carillas adornadas por fotos de los once jóvenes de la “Selección Marianista”:



Virginia Monzani, Teresita Scianca, Alejandro Almeida, Carlos Andisco, Eduardo Biancalana (Lasty) Fernando Degregorio, Daniel Rodolfo Grieco, Germán Chango Kuhn, Luis Fernando Kuhn, Guillermo Adrián Kuhn,

Marcelo Piazza, ex alumnos y miembros de los grupos misioneros Marianistas y del Movimiento Juvenil Apostólico.

El barrio de Caballito recibió un baño de memoria que ayudará a desprender la costra hipócrita, para que brille nuestro auténtico perfil humano/cristiano.