viernes, 22 de junio de 2007

Falsos Fraudulentos Mentirosos Tramposos Engañosos Faltos de verdad Argentinos












TRUCHOS Por Hugo Presman

La palabra es usada vulgarmente para exteriorizar lo falso. El diccionario lo define con precisión: “Falso, fraudulento. Poco convincente, preparado para salir del paso.” A su vez falso es “engañoso, simulado, falto de verdad.”

En una década de pensamientos truchos como la de los noventa, de conceptos falsos, capaz de proponer la esclavitud como expresión de la libertad, de entregar la espalda como paradigma de ir al frente, de convertir al mercado en Dios, al ciudadano en consumidor, transformar al Estado en un instrumento para levantarle el brazo a los poderosos, considerar a la pobreza como un castigo merecido, a la exclusión como un elemento distintivo, al ghetto como signo de pertenencia, al shopping como una forma excelsa de cultura, el consumo como sentido último de la vida, a la ostentación como emblema del éxito, el fin de las ideologías como ideología única envuelta bajo la denominación neoliberalismo, el empate monetario como un sacramento, todo o casi todo estuvo surcado por la palabra trucho. La privatización del gas en 1992, se efectúo sentando en las bancas a un diputado trucho, cuyo nombre olvidable en la historia infame es Juan Kenan. Los diputados abrazándose para celebrar la entrega de YPF es una postal muda pero emblemática de la segunda década infame.

Menem diciendo que si hubiera dicho lo que iba a hacer no hubiera ganado es una radiografía de la época.

Palabras truchas, actos truchos, discursos truchos, conceptos truchos, mentiras verdaderas.

Hoy se abomina de esa época en su forma menemista, pero se está pronto para alabarla, mayoritariamente en la capital, bajo otros envases. Las viejas ideas truchas en envases publicitarios nuevos.

En el 2004, fruto de un drama personal, el por entonces ingeniero Juan Carlos Blumberg apareció encabezando una cruzada contra la inseguridad. Movilizó multitudes con velas. Se rodeó de muchos de los responsables que apoyaron políticas económicas, que produjeron las condiciones para un incremento de la inseguridad. En su reduccionismo lineal encontró en el endurecimiento de las sanciones del código penal la panacea para reducir los delitos. Discriminó entre las víctimas, justificó procedimientos policiales como el que acabó con la muerte de Sebastián Bordón, mintió reiteradamente con incomprobables denuncias, denostó a los organismos de derechos humanos, defendió a los expulsados de la bonaerense, se convirtió en figura mediática respaldado en una parte de sus recorrido por Radio 10, Ámbito Financiero, La Nación, Canal 9 y fue un virtual columnista de Mariano Grondona. Siempre con las carpetas bajo el brazo y la foto de su hijo muerto. Una coyuntura particular, una recolección de firmas tramposas, le dio el apoyo de cinco millones de firmantes, convencidos en muchos casos y conmocionados e incautos en muchos otros.

El sufrido padre, con la imagen del abuelito de Heidi, se convertía lejos de las cámaras y micrófonos en un sujeto prepotente, autoritario, caprichoso y amenazante. Intimidó jueces, arrodilló a legisladores, muchos de los cuales votaron en contra de sus convicciones, los que los convirtió en tan truchos como el título de ingeniero del que le tomaba examen.

Fiscal moral, miles y miles de personas encontraron en este gerente y/o técnico textil un referente. Blumberg enarbolaba la dureza contra los ladrones de gallinas, los delincuentes marginales, y proponía en última instancia, judicializar la pobreza, mientras omitía proponer cualquier endurecimiento de las sanciones para los ladrones de guantes blancos, de los evasores impositivos o de los vaciadores de empresas, que se llevaron puesto el país.

Referente disputado por las diferentes expresiones políticas del establishment, el ex ingeniero Juan Carlos Blumberg hizo mucho más que “ meter la pata” Mintió a conciencia y aún descubierto siguió mintiendo. Inventó un título en Alemania en una ciudad sin Universidad y fue capaz de contar una historia enternecedora sobre como cursó su carrera universitaria mientras trabajaba. Juan Carlos Blumberg es mucho más que un mentiroso. Es un trucho. Tan falso como las propuestas de los sectores que lo sostienen.

EL INGENIERO AUTÉNTICO

De un ingeniero con título trucho a un ingeniero con título pero con discurso trucho. Mauricio Macri perdió en la campaña su apellido cargado de connotaciones no precisamente elogiables. Todas las falacias, los prejuicios, las convicciones del establishment en un envase joven. José María Aznar en versión porteña. Promocionado como una mayonesa, en afiches casi sin textos. Ceñido a un discurso reducido a slogans publicitarios por el autor del libreto: el publicista Jaime Durán Barba. Perteneciente a una familia que usó y abusó del Estado, primero como contratista y luego como uno de los beneficiarios del desguace del Estado, parte del cual engrosó su patrimonio, su inevitable acceso a la jefatura de gobierno, implica dejar a la ciudad con mayor desarrollo cultural de América Latina y entre las principales del mundo en manos de sus “dueños”. Más de ochocientos mil ciudadanos de Buenos Aires ( en el lenguaje Pro vecinos), que votaron por Macri el 3 de junio, decidieron dejar sus vidas en manos de los sucesores de Menem, pero esta vez sin intermediarios. Los Menem son preservativos. Se usan y se tiran. Los que los usan y los tiran son los Macri y equivalentes mayores y menores. Quienes suponen que un rico no roba no conoce o intenta olvidar la historia del país. Quién considera que la claridad será una variante innovadora del PRO, debería saber el pasivo que arrastra Boca, las denuncias de jugadores que pasaron por el club como Bermúdez y Delgado, entre otros, a los que se les expropió el 15% sobre el monto de las transferencias que les correspondían. Ventas de jugadores que difieren significativamente entre lo que pagó el comprador y lo que recibió Boca. Desaparición misteriosa de jugadores de divisiones inferiores que aparecen jugando en Europa. Un Fondo de compras de jugadores donde se beneficiaron amigos del Presidente. Modificación de Estatutos que obliga para acceder a cargos directivos poseer un importante patrimonio traducido en la necesidad de presentar avales bancarios. El presidente que coloca las garantías de 12 de los 18 integrantes de la Comisión Directiva, convirtiéndolos en levantadores de manos.

Disminución de populares para transformarlas en plateas. Un club popular convertido en negocio para sus directivos y excluyente para sus millones de hinchas. Hasta el Museo de la Pasión Boquense está en manos de terceros. En realidad Boca es un mero pretexto para tercerizar y conceder franquicias.

Los éxitos deportivos tapan los horrores de la gestión. Esa de la que hace ostentación, y proyecta trasladarla a la Ciudad de Buenos Aires a través de imágenes publicitarias del PRO.

Macri, el ñoqui del Congreso, ausente en la votación de todas las leyes fundamentales. El que hubiera despedido a alguien que hubiera tenido ausencias similares trabajando en SOCMA. Macri, absuelto por la corte menemista en un sonado caso de contrabando. Macri, el de las cloacas de Morón, cuya nauseabunda licitación terminó inhabilitando a perpetuidad para el ejercicio de cargos públicos a Juan Carlos Rousselot, intendente de ese partido. El coimeador en cambio, puede acceder a la Intendencia de la Capital Federal. Los Menem, los Rousselot pasan. Los Macri y equivalentes mayores y menores, quedan y ahora deciden prescindir de los intermediarios. El gobierno y el poder en manos de sus dueños. Por eso no habla de ciudadanos sino de vecinos. Es el administrador y dueño del edificio. Y nosotros los vecinos a quienes nos queda exclusivamente el pago de las expensas. Durante el menemismo éramos simultáneamente los consumidores y las víctimas del mercado. Con el macrismo, los vecinos. Los ciudadanos, los que se quedan realmente con los derechos políticos y la torta, son los que sonríen desde un afiche y nos cargan: “ Va a estar bueno Buenos Aires”. Lo que el cartel no aclara, muy austero en el texto, es para quienes estará bueno. Pero imagínelo, porque están detrás del afiche. Preparando los negocios. Vendiéndole que la política es solo gestión. Peor aún: que la política es una porquería. Que solo todo se reduce a administrar. Y que Macri vino en un plato volador y es “lo nuevo”. El exitoso que viene de afuera de la política. El que pondrá orden, privilegiará el sacrosanto derecho a transitar, que terminará con la inseguridad, esconderá a los cartoneros y limpiará en todo sentido la ciudad. El que se llena la boca con la necesidad de un Estado que se llevó a su casa, el que admiró a Alsogaray y Menem, el que elogia al brigadier Osvaldo Cacciatore de la dictadura criminal por las autopistas, alguna de las cuales llegan a la 9 de julio, al tiempo que se llena la boca con el transporte público. Parece que Durán Barba, en algunos casos aislados, no le compatibilizó los discursos entre lo que piensa y lo que dice.

Al que quiere convertir a Buenos Aires en un enorme negocio inmobiliario privado, no deja de repetir su obsesión reciente y poco creíble sobre el Estado, la salud y la educación pública. El que tiene como libro de cabecera “ La virtud del egoísmo” de Ayn Rand quién sostiene: “ Nadie debe subordinar su vida a la obtención del bienestar de los demás”

Para humanizar y hacer creíble este discurso trucho, está Gabriela en su silla de ruedas, con mucho más talento político que su jefe. Pero a no engañarse. Gabriela Michetti, más allá de sus valores reconocidos por varios de sus adversarios, es Mauricio Macri con polleras. O para ser más claro todavía: es el fotoshop de Mauricio cuando a su nombre se agrega el apellido Macri. Es su actual Carlos Bianchi, el as de espadas. Tal vez Michetti se debería preguntar porque se fue el exitoso director técnico, cuando el “generoso” presidente consideró que su empleado se quedaba con el usufructo de los triunfos que el quería apropiarse en exclusividad. Es un espejo que tal vez adelante uno de sus probables futuros.

INTERPRETACIONES SINTÉTICAS DE UN RESULTADO

Obviamente que el triunfo de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires tiene causas estructurales y coyunturales que analicé en las dos notas anteriores: “ Entre el fracaso y “la gestión” y “Rumbo al Ballottage”. Resumiendo lo expresado: las históricas jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 emitieron dos mensajes: el positivo de dar por enterrado un modelo que arrasó con el país y cuestionar desde los bancos, catedrales de la década y despejar el velo positivo que cubría a las privatizaciones entre otros virajes, y el negativo que se realizó desde la antipolítica. Este mensaje desideologizado se encarnó mayoritariamente en figuras de afuera de la política que se presentan como nuevas y despegan la gestión de la política, como Mauricio Macri y Daniel Scioli.

En segundo lugar, el fracaso relativo de los llamados gobiernos progresistas. Sobre todo, entre las expectativas que generaron y lo efectivamente concretado. Si bien superiores a otros gobiernos de la ciudad, estuvieron lejos de marcar una diferencia que hubiera restado toda posibilidad a alternativas del tipo Macri.

En tercer lugar, el grosero error del gobierno de dividir el campo en dos candidaturas mientras el PRO caminaba tranquilamente a ganar por goleada. El triunfo en primera vuelta fue tan contundente que alejó toda posibilidad de victoria en la segunda, cosa que no se hubiera producido con una sola candidatura. Se consideró que el enemigo a vencer era Elisa Carrió, una dirigente que empezó como progresista para virar a ser una variante del establishment. Para ser claro: con una torpeza notable el gobierno consideró más peligrosa una representante del establishment que al propio establishment.

En cuarto lugar, el malestar que produce en los habitantes de la ciudad puerto algunas de las actitudes de Kirchner, algunas posiciones como la pasividad ante los cortes, el problema de los cartoneros, la inseguridad y más allá las relaciones con Hugo Chávez. En general, suelen sufrir por algunas de las mejores actitudes del gobierno.

En quinto lugar, la muy buena campaña de Mauricio Macri donde mezcló las pautas publicitarias con una actitud militante meritoria.

En sexto lugar, un grosero error de enfoque para la segunda vuelta, partiendo de lo nacional y con la verba presidencial que produce urticaria en el volátil electorado capitalino. En lugar de mejorar las propuestas locales y de ahí marcar las diferencias nacionales, se empezó exactamente el revés.

Un batido que da como resultado que por primera vez un candidato que forma parte del poder accede, sin negar su pertenencia ideológica, pero truchando su discurso, a un cargo ejecutivo. El candidato del gobierno Daniel Filmus, sólo puede aspirar, en el mejor de los casos, a una derrota digna, en el improbable pronóstico que sólo sea por diez puntos de diferencia. En realidad toda la incertidumbre se reduce a especular sobre la diferencia. Si superará en dos o tres puntos los veinte de diferencia, o Filmus podrá reducir tres o cuatro puntos a la distancia de veinte considerada como comodín. El descuento de las últimas dos semanas de Filmus, tiene como contrapartida negativa para sus pretensiones el esperado incremento de los votos en blanco que favorece al que va primero. Posiblemente los votos en blanco dupliquen o tripliquen el 1,6% de la primera vuelta. La incógnita sigue siendo la concurrencia que fue la más baja desde 1983, alcanzando apenas al 69%. Es posible que no se mueva significativamente este porcentaje tanto hacia arriba como hacia abajo.

TRUCHOS
De un ingeniero con título trucho a un ingeniero con título pero con discurso trucho. Extraño recorrido. El hombre de las carpetas, seguramente lleva en su interior, junto con su inexistente título, las propuestas publicitarias del PRO, donde pueden convivir armónicamente. Estas son un catálogo de buenos deseos, sintetizado en “ Estará bueno Buenos Aires”. Son futuros títulos Blumberg.

Las promesas tienen la consistencia de la oportunidad. La mentira de prometer concurrir siempre a un debate, cualquiera sea la posición en las encuestas, se engarza con el inventado diálogo de Blumberg con el Papa.

¿Que extraño mecanismo psicológico lleva a conocer los hechos, negarlos y suponer que dichas conductas no se repetirán en el futuro? Que la misma persona que representando a empresas del grupo como Sideco, Pluspetrol, Socma, Iecsa, Manliba y otras contrajeron deudas en el exterior que fueron transferidos a la sociedad a través de los seguros de cambio por alrededor de 180 millones de dólares. Eso luego vino cargado en las expensas que pagaron muchos de los que hoy piensan a Mauricio Macri como solución. O de que eficiencia se habla como se pudo comprobar, cuando se rescindió el contrato con la empresa Itron perteneciente al grupo encargado de la facturación del ABL e impuesto automotor que prestado por el Estado, posteriormente, ahorró 30 millones de pesos por año. ¿Que honestidad se puede sostener cuando fue procesado por un contrabando de 55 millones de dólares por el envío de autopartes al Uruguay bajo el régimen de exportaciones definitivas cobrando reintegros y luego reintroduciéndolos al país? Fue uno de los casos emblemáticos de la corte menemista que los absolvió y que luego sirvió de base para la destitución del riojano presidente del máximo tribunal Julio Nazareno. O el canon que adeudó del correo privatizado. O el despido de miles de empleados considerados como inversión.

Durante el menemismo le adjudicaron 1080 kilómetros de Rutas Nacionales y sin inflación, se le autorizó desde el Estado un aumento del 32% para los peajes. Y si en 1982 aprovechó la estatización de la deuda externa, veinte años más tarde se benefició con la pesificación.

Lo trucho puede sobrevivir un cierto tiempo. Puede encandilar con fuegos artificiales. Pero la realidad a la larga, rechaza el truchaje como un cuerpo extraño. La extensión en el tiempo de lo trucho determinará la profundidad del daño. Lo trucho de Blumberg duró tres años.¿Será más extenso el tiempo que necesitará la realidad para desnudar la insustancialidad dañina de las reales políticas del hijo de Franco?

Muchos de los que lo votarán el 24 de junio, negarán en un futuro sus votos, como ayer lo ocultaron con Menem. Lo harán con la misma vergüenza íntima con que algunos legisladores deberían tener hoy recordando que flexionaron sus rodillas cuando fueron intimidados por un falso ingeniero, que hizo un curso veloz en derecho y seguridad en algunas academias truchas.

La historia siempre pasa sus facturas a quienes pretenden engañarla. Menem hoy es un espectro. Quien lo admiró, como Mauricio Macri hoy esquiva su apoyo.

El futuro jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y muchos de los que hoy lo votan, pueden mirarse en ese espejo roto donde se refleja la soledad de un ex presidente dos veces reelegido, el volátil apoyo social, y las consecuencias que aquellas políticas desataron.

El hombre, dice una vieja sentencia, es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
21-06-2007