miércoles, 11 de julio de 2007
Jorge Castañeda, Yeidckol Polevnsky Miguel del Padrón Adys Cupull Froilán González Cuba México Oaxaca Guerrero Tabasco Durango
UN RAMO DE ROSAS. Por Miguel del Padrón.
La interparlamentaria México-Cuba realizada en La Habana del 5 al 7 de julio, volvió casi locos a los hijos del imperio que comenzaron a ladrar y echar fuego por la boca. Sirven sin pudor a los que le arrebataron a México la mitad del territorio, le matan cientos de mujeres en la frontera, construyen un muro que dicen que por equivocación lo ubicaron dentro del territorio mexicano, disparan contra los inmigrantes como si fueran lobos, condenan a muerte a supuestos violadores de las leyes en territorios que una vez fueron de México, liberan a terroristas confesos, sacan de la cárcel a delincuentes si son amigos del presidente Bush, colocan en prisión a cinco luchadores antiterroristas cubanos y por si fuera poco ocuparon por seis años Los Pinos, la Secretaria de Relaciones Exteriores y la mente de algunos periodistas. Uno de ellos criticó fuertemente a una dama del nuevo México, porque dijo unas cuantas verdades sobre Cuba. Se trata de la senadora Yeidckol Polevnsky.
Al parecer el odio de ese comentarista hacia a la Revolución Cubana, la desinformación o su mente colonizada es tan grande, que le parecía imposible escuchar lo que la conocida empresaria decía y no era para menos. No podía culparla de comunista, izquierdista, socialista ni aún como participante en algunas manifestaciones callejeras durante su etapa de estudiante. Como la señora es defensora del empresariado mexicano nacional, es decir de los que quieren a México, no puede decir que esta en contra de la Empresa Privada. Tampoco afirmar que es una anciana fea, sin peinarse y carente de dientes, pues es una mujer que la observé en un programa de televisión que si hubiera querido convertirse en Miss Universo lo logra sin mayores dificultades y de seguro hubiera puesto en apuros al jurado encargado de evaluar a las principales bellezas del mundo. Se hubiera convertido en rival triunfadora de las italianas, españolas, turcas, chilenas y hasta de las cubanas de lanzarse a la competencia.
El periodista defensor de una rara democracia, donde sólo permite que se hable si los puntos de vista son coincidente con los suyos, reaccionó con furia muy parecida a la canina y ofendió no solo a la senadora Polevnsky, sino a todos los senadores y diputados que viajaron a La Habana. Formuló preguntas comentarios, donde la voz principal la llevó el demandante tomados de los titulares de la prensa reaccionaria y más vulgar de Miami. Sus comentarios distan mucho del periodismo mexicano, donde generalmente esta considerado como culto, respetuoso, galante y apegado a normas éticas y de respeto: ¿O es que esto también mermó mucho en el México de los últimos seis años?.
El furioso catalogó la reunión interparlamentaria como: "Van a Cuba con el único objetivo de fumar la pipa de la paz con Fidel Castro y su banda. A fumarla a cambio de nada.". Dice que quería encontrar una señal que le hiciera ver lo equivocado que estaba, pero la Yeidckol lo aniquiló al decirle: “Cuba no es una dictadura; a su manera, Cuba es una democracia”. El periodista echó llamas de potente candela por la boca y la nariz y gritó:"¡Una democracia que persigue por sistema a los opositores, que amedrenta por sistema a los habitantes!". Al margen de que esto es un asunto enteramente cubano, sería útil que se informara sobre lo que en ese aspecto aparecen de forma sistemática en los noticieros mexicanos e indague cuántos hay en Cuba, salvo que considere que la Base Naval de Guantánamo que ilegalmente ocupa Estados Unidos en la Isla este bajo jurisdicción cubana.
La empresaria Polevnsky, sin perder la calma, cultura, elegancia, distinción ni por sobre todas las cosas inteligencia y tolerancia le dice: "Sí, una democracia, Cuba es grande en educación, salud, deporte. El interrogador simplemente utilizando la libertad de expresión de su democracia particular, le tapó la boca a la senadora al cortar milagrosamente la entrevista y evitar que siguiera hablando.
Habría que preguntarse si ese periodista quiere para Cuba la democracia que existía antes del triunfo de la Revolución de Fidel Castro, o la que rige actualmente en Estados Unidos, con robos de urnas, fraudes, corrupción, muertos votando, boletas en blanco y bloqueo de carreteras para que los negros y latinos no acudan a las urnas, esto para no inmiscuirme en la de su país.
El periodista parece que quiere hacer chistes y entró en escena, como si fuera un elefante que teme a una mariposa. "¡Una democracia, Dios, una democracia! “¿Sabes cuáles son los tres éxitos de la revolución cubana?”, me dice el ex canciller Jorge Castañeda: “La educación, la salud y el deporte. ¿Y sabes cuáles son los tres fracasos? El desayuno, la comida y la cena”. Y con aire de triunfador concluyó: "Se acabó, Jorge" Yo también tengo la impresión de que todos los senadores y diputados que van a La Habana, van más o menos de rodillas...", que llevan la bendición del presidente Calderón y que viajaron a pedir perdón. Los diputados y senadores van a pedirle perdón a Fidel y a Raúl Castro por los supuestos agravios anteriores. Van a querer hacer las paces en las condiciones que dicte La Habana. Qué vergüenza rendirse así a un dictador y comenzó a echar más fuego por la boca y por todos los orificios del cuerpo humano, en especial por uno que casi le quema la espalda.
La senadora Yeidckol Polevnsky, no le preguntó, pero cualquiera puede sugerirle al interrogador-comentaristas que el ex canciller mexicano Jorge Castañeda, que obedeciendo dictados del imperialismo norteamericano envenenó las relaciones de México con Cuba hasta practicamente llevarlas a las de ruptura diplomáticas, recomiende a los cubanos, la forma que utilizó para darle desayuno, almuerzo y comida a todos los mexicanos sin excepción y además garantizarles educación, salud y deporte y a la vez desmienta a recientes estudios donde se plantea que más de 18 millones 790 mil mexicanos, es decir 18.2 por ciento de sus habitantes sufren de pobreza alimentaria, 25 millones 950 mil de pobreza de capacidades para adquirir la canasta básica de alimentos y pagar los gastos en salud y educación, 49.7 millones de pobreza de patrimonio, lo que significa que uno de cada dos se encuentra en esta situación. Los datos fueron dados a conocer en los mapas de pobreza en México, por el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo (Coneval).
Estos estudios indican que las estados que tiene mayor porcentaje de población en situación de pobreza de patrimonio son Chiapas, con el 75.7 por ciento de sus habitantes, Guerrero, con 70.2; Oaxaca, con 68, y Tabasco y Durango, con 59.4 por ciento y se da el caso en algunas comunidades como San Lorenzo Texmelucan, en Oaxaca, donde 96.8 por ciento de sus habitantes están en esta condición extrema.
Hay que aclarar a los lectores que los mexicanos no sufren como los cubanos de un bloqueo que dura más de 45 años por la potencia más poderosa del planeta, ni en ese período han soportado invasiones armadas, agresiones y sabotajes terroristas contra sus instalaciones económicass o culturales y además que Cuba no posee los recursos económicos fabulosos de México.
El interrogador no puede acusar a Yeidckol Polevnsky, de torpe, estúpida, mensa, boba, bruta, íncapaz, inepta, ni calificativos por el estilo, causa de su irritación por hacer aclaraciones sobre la realidad cubana. Ella, distinguida y con clase se limitó a invitarlo a visitar la Isla, con finura y gracia femenina le estaba diciendo que era un completo ignorante de la realidad en el país vecino y hermano, que no sabía nada de lo que estaba preguntando y desde luego que al parecer ni él ni el ex-canciller Castañeda han recorrido la periferia de la ciudad de México ni el interior del país.
Este hecho por demás lógico, porque desde que asumió la cancillería Jorge Castañeda, de quien el periodista es muy amigo, no volvió a La Habana y en siete años pasan muchas cosas, incluso que dos países tradicionalmente hermanos, respetuosos el uno del otro en sus asuntos internos, Fox y Castañeda se abrogaron el derecho por encargo de Bush y de la mafia terrorista de Miami de dictarle normas a Cuba, que ellos mismos no saben respetar en el país que administraban y sometieron al norte brutal que los desprecia, de modo que cuando esos parlamentarios tratan de buscar un camino de respeto y convivencia civilizada, los seguidores de Bush que sienten complejos de ser méxicanos, reaccionen con tanta virulencia.
Le sugiero a ese periodista que compre un ramo de rosas para la senadora Polevnsky y retome la galantería y caballerosidad que distinguen a los mexicanos. Tal vez ella le lleve un puro y una botella de Ron Havana Club, del auténtido, no del que se robó, falsificó y adulteró Estados Unidos y le reitere la invitación de viajar a La Habana. Si el periodista es sincero y honorable comprendó lo equivocado que esta y en caso de que sus miradas se fijen en todo lo negativo, recuerde que es un asunto de los cubanos y nadie tiene derecho a inmiscuirse en ellos. Ojalá lo entienda y contribuya a la amistad entre dos pueblos que lo mejor que puede sucederles es que vivan en paz, armonía y hermandad.