martes, 4 de septiembre de 2007
Bloqueo, el crimen que nadie ve. Reflexiona Fidel Castro. Los SUPERREVOLUCIONARIOS. Cuba bloqueada, amenazada, perseguida, calumniada pero LIBRE
Reflexiones del presidente cubano FIDEL CASTRO
Los superrevolucionarios
Leo cuidadosamente todos los días las opiniones sobre Cuba de agencias
tradicionales de prensa, incluidas las de los pueblos que formaron
parte de la URSS, las de la República Popular China y otras. Me llegan
noticias de órganos de prensa escrita en América Latina, España y el
resto de Europa.
El cuadro es cada vez más incierto ante el temor de una recesión
prolongada como la de los años que siguieron a 1930. El gobierno de
Estados Unidos recibió el 22 de julio de 1944 los privilegios
otorgados en Bretton Woods a la potencia militar más poderosa, emitir
el dólar como moneda internacional de cambio. La economía de ese país
estaba intacta después de la guerra, en 1945, y disponía de casi el 70
por ciento de las reservas en oro del mundo. Nixon decidió
unilateralmente, el 15 de agosto de 1971, suspender la garantía en oro
por cada dólar emitido. Con eso financió la matanza de Vietnam en una
guerra que costó más de 20 veces el valor real de las reservas en oro
que le quedaban. Desde entonces la economía de Estados Unidos se
sostiene a costa de los recursos naturales y los ahorros del resto del mundo.
La teoría del crecimiento continuo de la inversión y el consumo,
aplicada por los más desarrollados a los países donde la inmensa
mayoría es pobre, rodeada por lujos y derroches de una exigua minoría
de ricos, no solo es humillante sino también destructiva. Ese saqueo y
sus desastrosas consecuencias es la causa de la rebeldía creciente de
los pueblos, aunque muy pocos conozcan la historia de los hechos.
Las inteligencias más dotadas y cultivadas se incluyen en la lista de
recursos naturales y están tarifadas en el mercado mundial de bienes y
servicios.
¿Qué ocurre con los superrevolucionarios de la llamada extrema
izquierda? Algunos lo son por falta de realismo y el agradable placer
de soñar cosas dulces. Otros no tienen nada de soñadores, son expertos
en la materia, saben lo que dicen y para qué lo dicen. Es una trampa
bien armada en la que no debe caerse. Reconocen nuestros avances como
quienes conceden limosnas. ¿Carecen realmente de información? No es
así. Les puedo asegurar que están absolutamente informados. En
determinados casos, la supuesta amistad con Cuba les permite estar
presentes en numerosas reuniones internacionales y conversar con
cuantas personas del exterior o del país deseen hacerlo, sin traba
alguna de nuestro vecino imperial a sólo 90 millas de las costas cubanas.
¿Qué aconsejan a la Revolución? Veneno puro. Las fórmulas más típicas
del neoliberalismo.
El bloqueo no existe, pareciera una invención cubana.
Subestiman la más colosal tarea de la Revolución, su obra educacional,
el cultivo masivo de las inteligencias. Sostienen la necesidad de
personas capaces de vivir realizando trabajos simples y rudos.
Subestiman los resultados y exageran los gastos en inversiones
científicas. O algo peor: se ignora el valor de los servicios de salud
que Cuba presta al mundo, donde en realidad, con modestos recursos, la
Revolución desnuda el sistema impuesto por el imperialismo, que carece
de personal humano para llevarlo a cabo. Se aconsejan inversiones que
son ruinosas, y los servicios que aportan, como el alquiler, son
prácticamente gratuitos. De no haberse detenido a tiempo las
inversiones extranjeras en viviendas, habrían construido decenas de
miles sin más recursos que la venta previa de las mismas a extranjeros
residentes en Cuba o en el exterior. Eran además empresas mixtas
regidas por otra legislación creada para empresas productivas. No
había límites para las facultades de los compradores como
propietarios. El país suministraría los servicios a tales residentes o
usuarios, para lo cual no se requieren los conocimientos de un
científico o un especialista en informática. Muchos de los
alojamientos podían ser adquiridos por los órganos de inteligencia
enemigos y sus aliados.
No se puede prescindir de algunas empresas mixtas, porque controlan
mercados que son imprescindibles. Pero tampoco se puede inundar con
dinero el país sin vender soberanía.
Los superrevolucionarios que recetan tales medicamentos ignoran de
forma deliberada otros recursos verdaderamente decisivos para la
economía, como es la producción creciente de gas, que ya purificado se
convierte en una fuente inestimable de electricidad sin afectar el
medio ambiente y aporta cientos de millones de dólares cada año. De la
Revolución Energética promovida por Cuba, de vital y decisiva
importancia para el mundo, no se dice una palabra. Llegan todavía más
lejos: ven en la producción cañera, un cultivo que se sostuvo en Cuba
con mano de obra semiesclava, una ventaja energética para la isla,
capaz de contrarrestar los elevados precios del diésel que derrochan
sin freno los automóviles de Estados Unidos, Europa Occidental y otros
países desarrollados. Se estimula el instinto egoísta de los seres
humanos, mientras los precios de los alimentos se duplican y triplican.
Nadie ha sido más crítico que yo de nuestra propia obra
revolucionaria, pero jamás me verán esperar favores o perdones del
peor de los imperios.
Fidel Castro Ruz
3 de septiembre del 2007