viernes, 28 de septiembre de 2007
Profesor Juan Carlos Sánchez, y la molesta diversidad ó cuando la diversidad molesta censuran
Argentina
Medios Oficiales: Cuando la diversidad molesta
Por: Prof. Juan Carlos Sánchez (especial para ARGENPRESS.info)
Fecha publicación: 25/09/2007
Primero, fue Norberto Ganci y su programa 'El Club de la Pluma'; luego, Liliana Daunes y su programa 'La Rosa Brindada' y dentro de pocos días, puede ser que Herman Schiller y su programa 'Leña al Fuego' corra la misma suerte que los anteriores. Dos emisoras oficiales como Radio Nacional Córdoba y Radio de la Ciudad han decidido transformar su programación de pública a gubernamental, de discurso en plena diversidad ideológica a la uniformidad conforme al pensamiento actual y futuro del neoliberalismo kirchnerista y macrista.
Tres programas, tres posturas, tres conductores y una diversidad que molesta al poder de turno, el que ejerce el poder de censor como el viejo Tato en el añejo Instituto Nacional de Cinematografía. Hoy nos quieren imponer lo que debemos escuchar o donde debemos opinar o explicar una realidad candente en donde los niños se mueren de hambre, las personas con discapacidad son vulneradas en su derecho al transporte, a la salud, a la educación y a la justicia y los ancianos son sometidos a los ultrajes de la desatención del PAMI y de la falta de adecuación de sus haberes.
Para el poder, existe otra Argentina. La de Tinelli y su Patinando por un Sueño, la de Gran Hermano o la de los actos oficiales tendientes a la acumulación de caudal electoral, mientras la oposición es inexistente por su gran atomización, utilizando recursos presupuestarios a su antojo. Solamente existen los índices de precios manipulados, cuando las amas de casa advierten el grosero incremento de la canasta familiar o los incrementos de asignaciones familiares y de salarios, que llevan rápidamente a perder la carrera con la inflación en forma sustantiva, para hacernos creer que estamos en el Primer Mundo. Al igual que Menem, intentan forjar la imagen de triunfalismo en lugar de reconocer la crudeza que viven millones de argentinos y de argentinas.
Para imponer su visión y su pensamiento, nada mejor que censores como la Lic. Graciela Cabús, en Córdoba y del Sr. Rodolfo Víctor Mascali, en Buenos Aires. Son fieles intérpretes del capricho kirchnerista, en el primer caso y en el segundo, del capricho telermanista y macrista que los lleva a rescindir contratos en la grosera fundamentación de una cláusula contractual que así lo permite, olvidando que la función de los medios estatales es la de permitir la realización de programas que no tienen lugar en los multimedios.
En una entrevista publicada, en el mes de julio de este año, por Juan Cruz Taborda Varela en su blog 'Son cosas mías', la Directora de Radio Nacional Córdoba manifestó que 'pensar que es un medio del Estado y no del gobierno, es decir, concebir al Estado como el espacio del cual todos formamos parte. En ese sentido, la línea editorial tiene que permitir poder abrir canales de expresión para todos los sectores que no tienen cabida en los medios privados' y ante la pregunta acerca de la cabida de los sectores antikirchneristas, respondió que 'si ellos quieren opinar, pueden. Por supuesto que no es nuestra función ir a buscarlos porque ellos opinan todos los días en todos los medios. No son sectores que no tengan capacidad económica para poder aparecer. Pero nuestra prioridad es que tengan voz otros sectores –sociales, de movimientos, organizaciones, campesinos, cooperativos y muchos más- que no tienen esa posibilidad de acceso.', lo que se complementa con la respuesta al interrogante sobre si en Radio Nacional se va a decir todo: 'en Radio Nacional va a haber espacio para que cada uno diga lo que piensa, en el marco de las leyes que todos conocemos. Pero fundamentalmente, van a decir lo que piensan los sectores que no pueden abrir micrófonos con plata en otros medios.' Nuevamente, el doble discurso kirchnerista habla por sí solo. Entre las palabras y los hechos, dos discursos contradictorios pero que revelan la verdadera intención oficial sobre los medios estatales de comunicación.
Por otro lado, la AM 1110 Radio de la Ciudad le comunicó a la colega Liliana Daunes que su programa cesaría el 28 del actual, algo que fue confirmado en charla con la locutora durante la marcha por la aparición con vida de Jorge Julio López, mientras que Herman Schiller mencionaba una próxima reunión con las autoridades de la emisora, durante la emisión del sábado pasado de su programa, cuyo resultado esperamos que no sea el mismo que el de la colega mencionada. Sin embargo, y habida cuenta de la transición en marcha luego de la contienda electoral del pasado mes de junio y la delineación de la política macrista en pos de la 'industria cultural' y de la exigencia de cerrar el déficit existente en el Presupuesto de la Ciudad, no sería nada extraño que 'Leña al Fuego' corriera la misma suerte que 'La Rosa Brindada'.
En este caso, la dupla Telerman - Macri, más allá de las desmentidas del actual Jefe de Gobierno, avanza sustantivamente en pos de uniformar la voz oficial y de adecuar las estructuras gubernamentales para un nuevo ciclo neoliberal en la Ciudad de Buenos Aires. Nada extraño para quienes conocemos de los viejos contubernios o las conveniencias políticas en donde el toma y daca sigue vigente. La 'vieja política' no se ha ido, está más presente que nunca.
En el medio de las necesidades políticas y de los derechos de la ciudadanía, la diversidad se queda sin lugares en donde expresar su pensamiento para relegarlo a los medios barriales o peor aún, acallarla en pos de los fines últimos de los gobernantes.
La diversidad política e ideológica molestó siempre, pero hoy su crudeza es inusitada. Han regresado los viejos tiempos de escuchar, de leer o de ver lo que le interesa al poder, al igual que otrora el menemismo o la misma dictadura militar. Y es grave que ello suceda en un Estado de Derecho y en una democracia que, aún débil, todavía deja resquicios para la libre expresión. Sin embargo, se comienza a mutilarla al igual que la libertad de prensa.
La justificación de la 'línea editorial' no convence ni a oyentes, ni a quienes producen o conducen sus espacios en los medios oficiales. Menos aún, a quienes colaboramos con ellos para tratar de echar luz a la oscuridad de los grandes problemas nacionales. La censura ha vuelto y se ha vestido con sus mejores galas para quedarse, salvo que la acción decidida de la ciudadanía se exprese en pos del derecho a la información, del derecho a la libre expresión y de la libertad de prensa.
La diversidad molesta, pero es hora de comenzar a ejercer la tolerancia tal como suele ser solicitado en tantas publicidades oficiales de un organismo como la INADI (Instituto Nacional contra el Racismo, la Xenofobia y la Discriminación). Pero está en todos nosotros, hombres y mujeres de la Argentina, ciudadanos y ciudadanas, simples habitantes de estas tierras benditas, exigir que se respeten los derechos de quienes comunican y de quienes reciben el mensaje como simples oyentes, lectores o televidentes.