Partido de la Liberación (PL)
¿Por qué no viajó a Cuba en todo su mandato presidencial?
Carta Abierta al presidente Néstor Kirchner
Buenos Aires, 5 de noviembre de 2007
Al presidente de la Nación Argentina, Néstor Carlos Kirchner
De mi mayor consideración:
Como ciudadano argentino y como secretario general del Partido de la Liberación (PL), le escribo estas líneas para manifestarle mi desagrado por el hecho de que usted, en los cuatro años y siete meses que durará su mandato hasta el próximo 10 de diciembre, no haya viajado nunca a la hermana república de Cuba. Hasta esa fecha resta aún algo más de un mes y usted tiene una invitación de ese gobierno desde hace muchos años, de modo que aún hay tiempo de que se decida y visite al pueblo y el gobierno cubano.
Pero lamentablemente todo parece indicar que ese lapso se consumirá como el tiempo transcurrido desde mayo de 2003, sin viajar. Por eso le escribo. Porque me parece un error político, diplomático y hasta personal de su parte, haber llegado hasta hoy con la descortesía de no haber correspondido a tan amable invitación del presidente Fidel Castro.
Usted ha viajado varias veces a Washington y Nueva York. También lo ha hecho a Madrid, Salamanca, Londres, París y otras ciudades europeas. A Beijing, Shanghai y otras asiáticas. A Brasilia, Montevideo, Santiago de Chile, México DF, La Paz, Caracas y otras capitales latinoamericanas. Esas visitas suyas, sobre todo a las ciudades tercermundistas, han tenido su importancia y anudado más lazos políticos y comerciales, también de afecto, con otros países (en todo caso sería reprochable la falta de viajes suyos a Africa y a Palestina, donde los dramas hubieran merecido la llegada de un mandatario argentino).
¿Por qué entonces no viajó también a Cuba? En octubre de 2004 el entonces ministro de relaciones Exteriores Rafael Bielsa, al recibir a una delegación del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MASCUBA) que yo también integraba, informó que “en enero de 2005 el presidente Kirchner estará llegando a La Habana”. Tengo seis testigos.
¿Por qué entonces no se concretó tal periplo hasta el día de hoy? Tiempo hubo y oportunidades también. Evidentemente las suyas han sido razones políticas, que lo llevaron a considerar innecesario corresponder la citada invitación. Para serle franco, señor presidente, creo que el motivo fue que usted “compró” el caso de una médica contrarrevolucionaria cubana que recibe dineros de la mafia de Miami, y de su hijo cubano desertor que vive en Buenos Aires, adoptando una actitud de injerencia en los asuntos internos de Cuba.
Usted no sólo se involucró en ese asunto, fogoneado por el Departamento de Estado norteamericano, el diario La Nación y el Miami Herald. Peor aún, ventiló en la prensa la misiva entregada a Cuba justo cuando el presidente Castro visitaba la Argentina en julio de 2006, durante la Cumbre del MERCOSUR. Quienes lo asesoraron, señor presidente, y usted mismo, debieron saber que a la revolución cubana se le pueden pedir muchas cosas pero no se le sacará absolutamente nada con los aprietes tan típicamente argentinos.
Suponiendo que usted tenga razón en esgrimir el expediente de esa médica mercenaria, que no la tiene. Pero suponiendo. ¿Le parece que el asunto era tan cardinal como para entrometerse en la soberanía de Cuba y afectar la relación bilateral con un país tan amigo del nuestro?
Piense que este 16 de noviembre se hará un acto en el Congreso recibiendo a la tercera promoción de médicos argentinos recibidos en Cuba, camada que también integran licenciados en educación física y deportes, ingenieros mecánicos, economistas y enfermeros. Piense en los más de 15.000 argentinos operados gratuitamente de la vista por profesionales cubanos en las dos clínicas ubicadas en Bolivia. Piense en los miles de argentinos alfabetizados con el método cubano “Yo sí puedo”.
¿Le parece que semejante actitud solidaria y fraterna merecía ese desplante? Me parece que no lo merecía. Que más allá de la mencionada diferencia, usted debió ir a La Habana, conversar con las autoridades cubanas –incluso sobre ese punto controversial- y anudar nuevos acuerdos políticos, culturales y diplomáticos.
Ojo, no soy de los que creen que todo anduvo mal en la relación con Cuba. Precisamente recién cité cosas que los cubanos han hecho por nuestro pueblo y el gobierno que usted preside también aportó lo suyo, convalidando al fin los títulos de la ELAM, invitando a Cuba a reuniones del MERCOSUR, votando en la ONU contra el bloqueo, etc.
Pero queda esa asignatura pendiente de su gobierno: el viaje sin condicionamientos a La Habana, sin prerrequisitos. Como ciudadano común diría que el suyo fue un error político. Pero como secretario del PL, como político, le digo que ese error no fue casual: usted no viajó a Cuba como gesto objetivo hacia Washington y las grandes potencias europeas, hacia la oligarquía argentina y “La Nación”. Fue como decirles a esos intereses: “yo condeno al terrorismo de Estado y al ex dictador Videla, pero también me diferencio de Castro y el socialismo de Cuba que restringe los derechos humanos”.
Esa política suya, ambivalente, tiene cierto parecido con la teoría de los dos demonios que en el plano interno felizmente su gobierno ha rechazado. Piénselo mejor señor presidente: en esta historia caribeña el único demonio es George Bush, la CIA, el Pentágono, la Patriot Act, Guantánamo, la mafia de Miami y los mercenarios cubanos como la médica que su administración beatificó como la abuelita de Heidi.
Una última cosa, señor presidente. Después del 10 de diciembre de 2007, cuando haya dejado el cargo, dése una vuelta por La Habana y converse con todos los cubanos, autoridades y gente sencilla. Le va a hacer mucho bien. Ellos no le van a reprochar nada que haya hecho su gobierno entre 2003 y 2007. Se lo reprocho yo, que soy argentino y militante de izquierda. Los cubanos, estoy seguro, lo van a recibir como un amigo. Ellos saben que cuando se invita a un amigo a la casa no es para hacerle reproches, y menos por la prensa.
Lo saluda atentamente.
Sergio Ortiz
Secretario general del Partido de la Liberación (PL) de Argentina.
DNI 8.363.331
www.pl.org.ar pl@pl.org.ar Belgrano 1024 (CP 5000) Córdoba. Argentina.
Cel 0351.155.165884
NOTA: Esta carta fue entregada personalmente por el autor en Balcarce 78, en la oficina respectiva de la presidencia de la Nación, el 5 de noviembre de 2007 a las 17 y 15 horas.