PRINCIPIOS DE RESISTENCIA LAUTARO
Lo que sigue son los principios generales que animan a nuestra naciente organización. Pretendemos guiarnos por ellos en nuestros pasos.
-LA RESISTENCIA ES EL PRINCIPIO DE LA VICTORIA:
Lo que sigue son los principios generales que animan a nuestra naciente organización. Pretendemos guiarnos por ellos en nuestros pasos.
-LA RESISTENCIA ES EL PRINCIPIO DE LA VICTORIA:
La Historia es la lucha constante entre los opresores y los oprimidos, es la lucha constante entre el interés individualista y el interés colectivo, es el conflicto entre los privilegiados y los humildes. Esta ley social es la que explica los fenómenos políticos.Dentro de esa lucha nos pronunciamos contra el oportunismo que, por su carácter advenedizo, reniega y difama toda manifestación de sacrificio y califica de impotencia toda lucha política que no da "resultados" en términos de la situación personal de los dirigentes.¿Cuántas derrotas materiales han sido sin embargo el fermento moral de los héroes que vencieron después? ¿O no vindica Fidel Castro a José Martí, caído en la lucha por la Independencia de Cuba, como el autor intelectual de la Revolución Cubana? ¿O no es el Ché Guevara, "derrotado" en Bolivia, la inspiración moral de los esfuerzos libertarios de tantos y tantos luchadores de América y del mundo? ¿O no es Bolívar, que no murió en combate pero no pudo concretar en vida sus aspiraciones de Unidad Americana, la inspiración de quienes luchan hoy por concretar ese sueño bolivariano?Los oportunistas, en su practicismo individualista, verán impotencia donde existe siembra, y derrota donde hay fecundación. En su impaciencia y en su perenne temor por su suerte personal son solícitos con quien ven poderoso e impacientes con los humildes. En vez de hacer el culto de la lucha, hacen el culto a la "victoria". Desde Resistencia Lautaro manifestamos fervientemente que "la Resistencia es el Principio de la Victoria" porque lo que se entiende por victoria es sólo una de las caras de la moneda de la lucha. El patriotismo es siembra, es, como dice Fidel Castro, "laborar pacientemente por el futuro de la Patria".La lucha dejará de llamarse Resistencia aquel día en que los oprimidos hayan vencido en la Tierra instaurando la justicia social y la armonía entre los hombres, sin opresores ni oprimidos. Mientras exista injusticia y opresión la lucha por la emancipación del Hombre se llamará Resistencia. Es por eso que el hecho de entender y reivindicar a la Resistencia como la base de la Victoria no significa una actitud defensiva en el accionar político sino la reafirmación fundamental de que no somos más que una organización singular dentro del proceso de Liberación, una organización que debe estar dispuesta a sacrificarse en beneficio de ese proceso. Quienes son impacientes por la "victoria", entre sacrificarse ellos en beneficio de la Liberación o sacrificar el proceso de Liberación en beneficio de ellos, elegirán lo segundo, transitando la senda burocrática y abandonando la Resistencia.La victoria y la derrota son las dos caras de un mismo proceso dialéctico. El que reniega de los derrotados jamás aprenderá de la derrota y en vez de encontrar inspiración fecunda en la honestidad incontrovertible de los que se sacrificaron por la Liberación, en ellos encontrará estupidez e inútil y vano esfuerzo. El que aborrece del accionar de los héroes que no vencieron participa de la indigna soberbia de los traidores, porque una cosa es el análisis retrospectivo de la Historia, y otra diferente es renegar de quienes entregaron su sangre para fecundarla.
-LA RESISTENCIA ES LA BASE DE LA MULTICULTURALIDAD:
-LA RESISTENCIA ES LA BASE DE LA MULTICULTURALIDAD:
Suele escucharse decir que la Argentina es un "crisol de razas"... Más allá del controvertido concepto de "raza", al que no adscribimos, indudablemente que muchos son los alimentos culturales con constituyen la cultura nacional. Después de todo, si no somos chovinistas, comprobaremos que en todas las naciones sucede más o menos lo mismo, en menor o mayor medida, porque la Historia es tempestuosa.Si analizamos, por tomar un ejemplo que no sea la Argentina, la composición cultural de uno de los centros imperiales, los Estados Unidos, encontraremos elementos anglosajones, elementos indígenas, elementos africanos, elementos del "Lejano Oriente"... Cada colectividad implica una cultura, y una Nación puede componerse de un gran número de colectividades. Si entendemos, además, que ninguna colectividad permanece estanca en sí misma ni ninguna colectividad escapa a su propia transformación, entonces concluímos que la multiculturalidad es una realidad de la Historia.En este contexto, en el conflictivo mundo actual: ¿Cuál es el parámetro para reivindicar una cultura en relación con otra? ¿Su idioma? ¿Su teconología? ¿Su desarrollo económico? ¿Su arte? ¿Su organización?Todos estos elementos son valorables en sí mismos como singulares creaciones del Hombre que enriquecen la cultura, son valorables como expresiones del conocimiento, y son transferibles también de una comunidad a otra. En este sentido todas las culturas son patrimonio de la Humanidad. Pero si nos referimos a una cultura nacional, lo que hace que una cultura, considerada como nacional, pueda ser reivindicada o repudiada, es el carácter de la dirección política del Estado (en su sentido más amplio como conjunto de instituciones políticas soberanas) que la representa en determinado momento. Pero, en este sentido, aún si entendemos a la cultura yanqui como agresiva en función de que Estados Unidos es una Nación imperialista, podríamos también encontrar reservas antiimperialistas en el seno de la sociedad de esa nación.En este punto es donde, justamente, surge con más claridad el concepto que reivindicamos desde Resistencia Lautaro. Todas las culturas pueden no sólo convivir fructíferamente sino alimentarse mutuamente si la relación entre las diferentes naciones y colectividades es fraterna. Pero la división de los hombres como resultado de los intereses egoístas y la existencia de naciones agresivas y de clases opresoras, implica que una parte de la cultura, que una parte del desarrollo de la sociedad es utilizado para frustrar el desarrollo de las grandes mayorías. Entonces lo que determina el valor de una determinada cultura no es tanto su manifestación formal, como su relación con la política a la que sirve. Como sucede con los instrumentos, ese mismo desarrollo y conocimiento puede ser utilizado para la Liberación del Hombre, en cambio que para su opresión. Es por eso que la Resistencia, en tanto lucha libertadora de los oprimidos contra los opresores, es la base de la multiculturalidad, es decir, la base de la socialización de la cultura, la base del desarrollo armónico del Hombre en una convivencia multiplicadora.Es bajo ese prisma que debe pensarse la Unidad de la diversas culturas, Unidad que, si no es impuesta, será la unidad de la diversidad, en contraposición con la Unidad en el Hombre Unidimensional que nos propone como modelo el imperialismo: hombres ciegos, meros engranajes del aparato económico-militar que pretende uniformizar a toda la sociedad en el frenesí del consumo sin sentido, superfluo, lo que es decir también, de la producción sin sentido, destructiva y desorganizada.
-NUESTRO PATRIOTISMO ES AMERICANISTA:
-NUESTRO PATRIOTISMO ES AMERICANISTA:
Desde Resistencia Lautaro nos reivindicamos patriotas y, en ese mismo sentido, americanistas. El patriotismo es superior al nacionalismo porque ser patriota es ser leal a los orígenes más allá de las configuraciones territoriales que toman los Estados.¿Y qué es lo que da origen a todo? La actividad del Hombre, el Trabajo. Por lo tanto, los principales sujetos de la Patria son los trabajadores, aquellos que no poseen más que su biológica fuerza en tanto seres humanos, todos semejantes en su misma condición.¿Y de qué manera los hombres, desprovistos de todo otro atributo que sí mismos, pueden superarse, elevarse, dignificarse? A través del trabajo, que es lo que crea los bienes materiales y espirituales; a través del estudio, que es el trabajo de asimilar los conocimientos desarrollados por la sociedad, o a través de la lucha para defender la propiedad social de lo que se ha producido de la misma manera social. Trabajando, estudiando y luchando es como se hace patriotismo.Indudablemente que el Poder del Pueblo, organizado, tiene sus manifestaciones territoriales. El objetivo de nuestra lucha es la Liberación del Hombre. En este sentido, como nativos de América, aspiramos a que nuestro continente, en principio desde el Río Bravo hacia al Sur, se constituya en una sola Gran Nación compuesta por los diferentes pueblos que habitan esa geografía, en una sola Unidad Política que promueva la Justicia, el Desarrollo y la Liberación crecientes de los pueblos, en una Unidad Política que supere las divisiones políticas artificiosas que hoy constituyen cada uno de los Estados Nacionales actuales.Indudablemente que para arribar a tan magno objetivo, a tan sublime meta, será necesaria la lucha singular de los diferentes destacamentos libertadores, según las características peculiares de cada movimiento de nuestra Patria Grande, y dando respuesta al peculiar accionar contrarrevolucionario de las diferentes oligarquías que, donde les es posible, utilizan y utilizarán esos estados nacionales no como instrumentos de la realización de los pueblos, sino, obviamente, como instrumentos de su dominación. Será la lucha de los pueblos, la Resistencia, la que será capaz de vencer a esas oligarquías y, en ese proceso controvertido y dinámico, invertir la utilización del Estado para hacer de dicho aparato un instrumento al servicio de la Independencia y de la emancipación de las masas populares.Indudablemente que en su transcurso habrá victorias y derrotas y habrá territorios que, como Cuba y Venezuela hoy, serán la avanzada de toda esta lucha, y territorios que permanecerán sojuzgados bajo el yugo retrógrado de los alienados al Imperio.Es por eso que nuestra simbología como organización no atiende a representar ninguna identidad nacional en particular, sino que intenta que la misma no resulte sectaria para ningún pueblo o cultura de nuestra América.
-NO NOS PRONUNCIAMOS EN FAVOR DE NINGUNA FORMA DE LUCHA EN ESPECIAL, PERO TAMPOCO NOS PRONUNCIAMOS EN CONTRA DE NINGUNA:
-NO NOS PRONUNCIAMOS EN FAVOR DE NINGUNA FORMA DE LUCHA EN ESPECIAL, PERO TAMPOCO NOS PRONUNCIAMOS EN CONTRA DE NINGUNA:
Las formas de lucha de la Resistencia tienen que ver con el propio desarrollo del movimiento histórico. No compartimos el criterio de quienes niegan a priori alguna forma particular de lucha, adopten éstas características más o menos violentas, o más o menos pacíficas.Por principio entendemos que la violencia, sentida como perniciosa, sólo es patrimonio de quienes ejercen el Poder, no de aquellos que la emplean para enfrentar la opresión. Parafraseando aquella conocida sentencia que reza que "la violencia en manos del pueblo no es violencia, es justicia", desde Resistencia Lautaro decimos, inversamente, que "la justicia del pueblo, para las oligaquías, siempre resultará violenta". Adopte las formas que adopte la lucha de las masas, si éstas resultan insolentes para los soberbios, resultarán violentas para ellos, y así las calificarán a través de sus monopolios de la palabra, los grandes medios privados de comunicación de masas.Hecha esta disquisición sobre la legitimidad constituyente del ejercicio de la fuerza por parte del pueblo, que es el soberano de la democracia, decimos que, más aún todavía, es un grave error político el que un dirigente popular se pronuncie contra alguna de las formas de lucha que el pueblo, en la diversidad de su Resistencia, pueda eventualmente llevar a cabo. Una cosa es explicar la naturaleza de la organización a la que se pertenece y otra diferente es renegar de alguna de las formas que la resistencia puede adoptar.
Argentina, 29 de noviembre de 2007
Argentina, 29 de noviembre de 2007