martes, 8 de abril de 2008

Emilio Marín, la soja, el periodismo vacuno, vendido ó comprado o rematado en Liniers, Buenos Aires, Argentina, golpe de estado sojero, Sociedad Rural

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editoriales



UN DEBATE MUY NECESARIO PARA LA DEMOCRACIA

El rol de los medios durante el lock out de los dueños de la soja y el campo



Una de las pocas cosas positivas que dejó el corte de rutas durante 21 días es el debate incipiente sobre cómo lo cubrieron los medios. La Facultad de Ciencias Sociales de la UBA puso el dedo en la llaga.

EMILIO MARÍN



Que el árbol no tape el bosque. La desafortunada referencia de Cristina Fernández de Kirchner a una caricatura del maestro “Menchi” Sábat publicada en Clarín, no debería oscurecer todo lo sesgado que filmaron, grabaron y escribieron los medios durante la crisis. Y la aplastante mayoría de éstos no fueron indulgentes con la presidenta sino todo lo contrario, parecían estancieros o exportadores de soja, o al menos opinaban como si lo fueran.

Ya había terminado el conflicto, el sábado 5 de abril, y algunos programas televisivos insistían en esa visión maniquea de que todo lo malo se personificaba en el gobierno y lo bueno en los productores. En América 24, “Estado de la situación”, pasaron un informe sobre el acto del 1 de abril en la plaza de Mayo y mostrando varios colectivos vacíos aseguraban que todo el mundo había ido allí “acarreado”. Luego la cámara enfocaba a un solitario ciclista y concluía en que debía ser el único que llegó por sus propios medios al lugar, para escuchar el discurso presidencial.

Tantas deformaciones dan pie a pensar que tales emisiones no pueden ser ajenas al hecho de que el dueño de América es el frustrado candidato a gobernador por la derecha, Francisco de Narváez. Es el socio de la Sociedad Rural en el predio de Palermo que Carlos Menem les vendió a bajo precio y pagadero en cómodas treinta cuotas.

El domingo 6 las pasiones de “La Nación” aún no se habían entibiado, luego de su virulenta campaña a favor de los exportadores de soja disimulados bajo la bombacha y pañuelo de “chacareros”. El editorial de Gaceta Ganadera, “El nuevo colectivismo kirchnerista”, sostenía: “tan sólo cabe preguntarse cuán dispuesto puede estar un potencial inversor en la Argentina a arriesgar su capital en una inversión productiva, después de comprobar, con el conflicto entre el campo y el Gobierno, que el Estado nacional ya no sólo aspira a ser socio en ciertos negocios privados, sino que apunta a convertirse en su virtual dueño”.

En este caso no caben dudas. Además del efecto arrastre histórico que trae la tribuna de doctrina agropecuaria, pesaron en su posición sus negocios conjuntos con Clarín en el mega emprendimiento Expoagro. En los últimos dos años esa exposición concitó los mayores negocios de cerealeras, feed-lot ganadero, fábricas de maquinaria agrícola, de insumos, fertilizantes, seguros, préstamos bancarios, etc.

Esos medios son expertos en sacar las cosas de contexto o alterar el orden de los factores. “El campo intensificó el paro y se endureció después del discurso”, tituló Clarín el 26 de marzo (página 9), cuando cualquier observador mínimamente informado podía rectificarlo. Es que la decisión ruralista de prolongar el lock out se había tomado horas antes del discurso de la presidenta.

Como Clarín es el controlante mayoritario de La Voz del Interior, no extrañó que el matutino cordobés modificara y/o ocultara aspectos importantes de la movilización multisectorial del martes 1 de abril. Pese a que la misma había sido convocada y organizada por la CGT y la Multisectorial integrada por 40 entidades sociales y políticas a favor de las retenciones y en contra del lock out, el diario dijo que había sido un llamado de los kirchneristas. Lo peor es que no dedicó ni una línea a informar de la presentación en la justicia federal de una querella penal contra la Sociedad Rural y CRA por la ley de Abastecimiento. En cambio dio mucho espacio a los recursos que presentarían los ruralistas patrocinados por un ex funcionario de la dictadura, el dirigente de la UCR Antonio María Hernández.



Un tono épico

No sólo los tres diarios (La Nación, Clarín y La Voz del Interior) emplearon un tono de apoyo explícito a quienes cometían diversos delitos al cortar totalmente las rutas y hasta se atribuían el derecho a requisar los vehículos y cargas. Otros medios del interior, como El Tribuno de Salta tituló en su portada del 27 de marzo: “No cede la rebelión del campo”. De este modo daba toda la impresión de que se estaba frente a una justa protesta del sector. Rebelión. Casi como si estuviera frente a la reedición de la pueblada de Alcorta, de 1912, en Santa Fe, cuando nació la Federación Agraria de Esteban Piacenza.

Aquí también es imposible de disociar esa postura de El Tribuno del hecho de que su propietaria es la familia Romero. La cabeza política de ese clan, Juan Carlos Romero, fue dos veces gobernador de Salta y es un poderoso propietario de tierras con explotaciones agro-ganaderas varias, además de un inversionista en otros rubros.

En los medios hubo un rechazo absoluto a las denuncias de Cristina Fernández de Kirchner contra las maniobras desestabilizadoras de la democracia semiocultas en los cortes de rutas y los cacerolazos de acero inoxidable (diría Horacio Verbitsky) o de teflón, como ironiza la canción de Ignacio Copani.

Pero en esos medios se podían ver los cortes con carteles que decían: “Cristina andate”, “Cristina no te vayas con Chávez, andate con Chuda”, “Fuera Cristina, la nueva plaga”, “Fuera Montoneros, echémoslos como en 2001”, “Abajo la patria montonera” (varios noticieros de TV, La Voz del Interior 30/3, 11F; La Voz del Campo, 4/4; El Tribuno 27/3, pág. 6). Y no fueron epítetos de simples chacareros enojados. El presidente de la Sociedad Rural de Jesús María, Miguel Piccat, entrevistado por Mario Pensavalle, de Radio Universidad de Córdoba, dijo refiriéndose a la jefa de Estado: “son los mismos que el general Perón echó por inútiles de la Plaza de Mayo”.

Los caceroleros de teflón gritaban a voz en cuello “Que se vayan” en la puerta de la residencia de Olivos, con abundante cobertura televisiva. Y no hubo, en esos mismos medios, una voz contraria ni rectificadora de semejantes despropósitos, de hondo sentido antidemocrático.

El alineamiento de clase de los medios se correspondió con una actitud simétrica de la justicia. Cuando los desamparados de este país cortaron rutas demandando comida o trabajo, en pocos minutos se tuvieron que ver con fiscales, procesos penales y aún represión policial. Esta vez esos mismos funcionarios judiciales miraron sin ver cómo se consumaban graves delitos sin adoptar medidas. Pertenecer tiene sus privilegios, rezaba una propaganda de una tarjeta de crédito. ¿Los dirigentes de la Sociedad Rural tienen fueros para violar leyes, provocar perjuicios millonarios y quedar indemnes?



TV basura

El citado informe de América 24 fue uno de los tantos productos de una televisión basura que filma cuando Luis D´Elía le da una trompada a alguien que lo venía insultando durante una cuadra, pero que apaga la cámara cuando los productores apretaban a los camioneros y cuando arrojaban leche, verduras, carnes y demás alimentos en las rutas. ¿Por qué será que no hubo filmaciones del enfermo muerto en Canals cuando aquéllos no dejaron pasar la ambulancia? Tampoco las hubo de la muerte de la brasileña que acompañaba a un camionero atascado, cuando se reanudó el tránsito.

Todo es cuestión de alineamiento político. Por eso los medios hicieron la apología de Alfredo de Angelis y pusieron sordina a sus palabras provocadoras de que “si mandan a la gendarmería manden también las ambulancias”. Este bocón es el mismo que durante la crisis con Uruguay en 2007 por las pasteras había convocado a pasar la frontera del vecino para protestar contra Botnia, lo que hubiera generado un gravísimo incidente internacional. Los medios que quieren hacer de De Angelis un nuevo Blumberg, se hacen eco de sus quejas por la demora del gobierno en recibir al cuarteto desestabilizador. Pero no reparan en las palabras ultimatistas del entrerriano: “la presidenta tendrá que anunciar las medidas en quince días”. Si no es así, amenaza con volver a cortar las rutas. Si eso no es extorsión…

Los choques del 25 y 26 de marzo en la Plaza de Mayo, entre la gente de D´Elía y los caceroleros VIP, dio pie a las coberturas televisivas más sesgadas y también ignorantes sobre lo que estaba en juego. Presentaron a unos como ciudadanos bien vestidos y normales, y a los otros como violentos piqueteros.

Quizás teniendo en mente esas coberturas, aunque seguro que muchas otras tantas que aspiran al premio “Sociedad Rural 2008”, la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA emitió una crítica declaración el 1 de abril. Allí sostuvo: “Durante el tratamiento periodístico de los hechos vinculados al lock out de la actividad agrícola-ganadera, han existido expresiones de periodistas –no corregidas ni enmendadas por colegas del propio medio o sus superiores– que lejos de importar afirmaciones de hechos o apreciaciones opinables, llenan de vergüenza e indignación por sus contenidos clasistas y racistas, y por la supina ignorancia que revelan”.

Para los aludidos dicha crítica importa una injerencia del gobierno y hasta el fascismo. Es que los dueños de los medios, como los dueños de la soja y las vacas, se creen dueños de la verdad.