viernes, 1 de agosto de 2008

Golpe, Sociedad Rural, destitución, Ganaderos magnicidio, antidemocracia, terrorismo aristocrático, clase alta nazi










Olor a Bosta (*)
Por Hugo Presman


Entre las convenciones argentinas figura la habitual presencia del Presidente y el Secretario o Ministro de Hacienda en la inauguración de la Exposición de Palermo de la Sociedad Rural. Desde 1984, Raúl Ricardo Alfonsín le agregó el discurso presidencial, decisión de la que seguramente se arrepintió posteriormente.

La otra costumbre inveterada es el Tedeum del 25 de mayo donde la alta jerarquía católica expresa en lenguaje críptico o directo según la fortaleza o debilidad del gobierno, sus opiniones y críticas. El peso político y económico de los nucleados en la Sociedad Rural ha adelgazado considerablemente. Desde la modificación de la Constitución en 1994, parece improcedente que los gobiernos se sometan al examen de uno de los cleros aunque sea el mayoritario. Por lo tanto sería conveniente concluir con ambas prácticas atávicas.

Como es costumbre, el sábado 31 de julio del 2004, en la inauguración de la exposición de la Sociedad Rural, habló el actual presidente Luciano Miguens. Los presidentes de esta institución son clonados desde el primero. Carecen de matices. Tienen un discurso único. Son un ejemplo que la biología social en la Argentina se adelanto en más de un siglo a los actuales avances científicos. Nunca un pensamiento complejo. Siempre una retahíla de lugares comunes abrevados en prejuicios ancestrales, en ideas obsoletas desde que la pronunciaron por primera vez. Reaccionarios, cavernícolas, discriminadores, articulan un lenguaje que posiblemente ruborizan a los costosos ejemplares que exhiben.

Con voz grave afirmó: “Desterremos para siempre la violencia como método, el pasamontañas y la ocultación de identidad como medio intimidante, y la toma de rehenes como recurso ante la pasividad y complacencia de quienes deben ser nuestros garantes.....es hora de terminar con la confusión entre el derecho de peticionar y el delito de extorsionar.....El enemigo no es el pasado sino la incapacidad de construir el futuro.......el enemigo es la inseguridad jurídica, no la justicia.... debe quedar claro que el enemigo es la delincuencia, no la Policía” Y luego como siempre exigió la eliminación de las retenciones.

En la inauguración del presente año las vacas lucían una cucarda negra por las retenciones lácteas. Luciano Miguens volvió a reiterar sus lugares comunes en su verba insustancial: “La confrontación como ejercicio cotidiano no es el camino....que el debate de ideas prevalezca sobre el agravio...Hablar de retenciones como impuesto distorsivo ha sido calificado como postura ideológica. Si sostener que el campo necesita de sus propios fondos para multiplicar su producción es una cuestión ideológica, bendita sea esta ideología. .... El mejor antídoto contra los aumentos de precios es el aumento de la producción. Las viejas recetas de vedas, precios máximos y retenciones fracasaron reiteradamente.... Esto es insoportable. Insostenible en el largo plazo. Tenemos el Estado como socio oneroso, que solo parece esperar nuestro crecimiento para aumentar su recaudación. Buscamos un socio más solidario, más comprometido con nuestra gestión. ...El productor agropecuario europeo goza de subsidios. Allí les regalan y aquí nos quitan....Es preocupante el aumento del gasto público”

Comparemos lo que decía el Presidente de la Sociedad Rural el 1-08-1976 en la inauguración de la muestra de aquel año: “Tampoco olvidamos que hace poco más de cuatro meses nuestro país se debatía en un desorden próximo al caos y estaba al borde de la catástrofe. Como salidos de una pesadilla recobramos poco a poco la visión de la realidad en medio de revelaciones sobre la anterior conducción que superan nuestra capacidad de asombro. Hoy, desde una nueva perspectiva, consecuencia de haber asumido el gobierno las Fuerzas Armadas el 24 de marzo, encaramos el futuro de la Argentina, con renovada esperanza.” Y como para que no queden dudas del apoyo a la política económica puesta en marcha por Martínez de Hoz el 2 de abril de 1976 afirmaba: “Destacamos, que por primera vez en mucho tiempo la más alta autoridad nacional ha enunciado conceptos que por acertados considero necesario repetir aquí”. Y como no sólo los presidentes de la Sociedad Rural son clonados sino también sus discursos, aparecía el reclamo eterno: “Pero para poder realizar ésta política, es requisito indispensable desterrar definitivamente los gravámenes, impuestos o derechos a las exportaciones y mantener un tipo de cambio realista”.
Alguien podrá decir que en agosto aún era demasiado pronto para conocer que encapuchados o no, se secuestraban diariamente a miles y miles de compatriotas.

El 31-07-1977, Celedonio Pereda decía: “El proceso de moralización iniciado en marzo de 1976 se nota en todos los niveles del cuerpo social. Es indudable que cuando las autoridades dan el ejemplo con su actitud de austeridad, ecuanimidad y sobrio uso del poder promueven la emulación y el respeto de todos.....Finalizada la segunda guerra mundial, el mundo volvió a una mayor libertad comercial y se redujeron las exageraciones de aquellas políticas autárquicas que habían demostrado su fracaso en los hechos. No sucedió así en nuestro país, donde se persistió en el error. Bajo la influencia ejercida por la CEPAL y ciertos conceptos keynesianos se postularon premisas carentes de realismo..... ”. El cierto, el único realismo aceptable es el servilismo ante el imperio y el anti - industrialismo cerril
Puede ser que 19 meses no fueran suficientes para conocer la magnitud de la criminalidad desplegada por el terrorismo de Estado.

Pasemos entonces al discurso del nuevo Presidente de la Rural, Dr. Juan Pirán el 27-07-1979. No hay ninguna mención, sobre como desterrar para siempre la violencia. El olor a bosta había adormecido las pituitarias de los grandes ganaderos y la política económica que apoyaban incondicionalmente los volvía sordos y ciegos. Decía el duplicado de Pereda: “ Puesta en marcha el Proceso de Reorganización Nacional en marzo de 1976,con una correcta conducción económica, comienza una etapa de fortalecimiento de los principios de libre empresa y de iniciativa privada, únicas bases ciertas para obtener un rápido desarrollo creador de trabajo y riqueza”
Ciento treinta y ocho años coherentes Pavón, en 1861, cierra provisionalmente más de cuarenta años de guerra civil. En EE.UU se inicia la Guerra de la Secesión que concluye con la derrota de los algodoneros del Sur. Aquí triunfan el equivalente de aquellos algodoneros: son los ganaderos de la Pampa Húmeda y los comerciantes del puerto de Buenos Aires. Los primeros estuvieron siempre vinculados al mercado externo y les importaba poco todo aquello que quedara más allá de la Pampa Húmeda. De ahí que no preocuparan las amputaciones territoriales y no vacilaron en arrasar a los indios. Para la mayoría, Gran Bretaña era la madre Patria. A los segundos, le interesaba el interior para la colocación de los productos industrializados ingleses, por lo que realizaron una política de exterminio y destrucción de las artesanías provinciales.

Cuando todavía no se había convertido en un pensador del establishment, Juan José Sebreli escribía en “Los Oligarcas” del Centro Editor de América Latina: “De regreso de Europa en 1858, el rico hacendado Eduardo Olivera impresionado por las exposiciones rurales a la que había asistido en Birminghan y Salisbury, auspició la creación de una asociación que promoviera la mejora de la ganadería. La reunión inicial se realizó en la ex casa de Rosas, en Palermo, con la asistencia de Sarmiento. La guerra Civil impidió la concreción inmediata del proyecto.

De vuelta de otro viaje a Europa, Olivera recibe la invitación de su amigo José Martínez de Hoz para organizar juntos la proyectada asociación. El 16 de Agosto de ese mismo año se realiza una reunión en casa de Federico y Benjamín Martínez de Hoz y allí se procede a declarar instalada la Sociedad Rural Argentina, nombrándose una comisión directiva compuesta por José Martínez de Hoz como presidente y Ricardo Newton como Vicepresidente. Las bases y reglamentos adoptados habían sido redactados por Olivera.

La Sociedad fue por cierto en sus orígenes - y lo seguiría siendo por muchos años - sumamente restringida. Para darnos una idea del exclusivismo basta recordar que su acta de fundación fue firmada tan solo por sesenta y tres ciudadanos, todos ellos ricos estancieros ligados entre si por vínculos familiares o amistosos.
La primera exposición de la Sociedad Rural se realizó en abril de 1875 en un terreno ubicado en Florida y Paraguay... ...Desde su fundación la Sociedad Rural se adjudicó la representación de la clase ganadera en su totalidad, pero en realidad representaba tan solo a un núcleo muy reducido dentro de ella, a los más poderosos. Si en sus orígenes sus miembros no llegaban a cien, setenta años después, en 1936, apenas llegaban a dos mil y recién en la década del sesenta alcanzan la cifra record de nueve mil miembros, solo el 10% de la clase ganadera. En realidad la Sociedad Rural actúo siempre con las características de una sociedad secreta con poderes ocultos, siendo secreto el procedimiento de las admisiones de socios. No se admiten por supuesto en ella a medianos y pequeños propietarios ni a chacareros, ni a colonos ni a arrendatarios. Los cargos principales de la Comisión Directiva están siempre en manos de las principales familias de la oligarquía ganadera”
Para tener una idea del poder que tuvo en el pasado, cinco de los nueve presidentes entre 1910 y 1943, fueron hombres pertenecientes a la Sociedad Rural.

Según Alain Rouquié, en su libro “Poder Militar y Sociedad Política en la Argentina”, Hipólito Yrigoyen tuvo un ministerio en el cual cinco de los ocho ministros eran socios de la Sociedad Rural, la misma cifra que los dos presidentes anteriores: Saenz Peña y de la Plaza

El Peronismo y la Sociedad Rural

La crisis de 1929 obligó a la oligarquia a adoptar medidas contrarias a su prédica persistente. El librecambio estaba herido y la mano invisible del mercado era ortopédica. Pragmáticos, implementaron una serie de instrumentos intervencionistas y reguladores que los salvarían de la depresión pero consolidarían incipientemente, como efecto no deseado, la industria de sustitución de importaciones. De las crisis del capitalismo mundial, la primera guerra y el crack de 1929 surgiría una burguesía industrial argentina tan débil como mezquina y una nueva clase trabajadora que engendrará al peronismo. La segunda guerra mundial consolidará el proceso de industrialización y redistribución del ingreso. La oligarquía se arrodillará ante el Imperio Británico considerándose parte de él, accediendo al tratado Roca - Runciman, adelanto de las relaciones carnales pero con diferente amante.

En 1935 la Sociedad Rural le hizo un acto de homenaje al rey Jorge V. El embajador inglés improvisó un discurso donde por una vez fue sincero, afirmando que la Sociedad Rural era la personificación de la amistad anglo - argentina.
La redistribución de ingresos entre sectores productivos, se realizo expropiando parte de la renta agropecuaria a través del IAPI y trasladando el monto obtenido a los industriales vía una potente política de créditos. A eso se sumó el congelamiento de los arrendamientos que cambió la distribución entre distintos sectores del campo y el Estatuto del Peón para desterrar prácticas feudales.

Los ganaderos no podían contener sus iras. En 1945 a la exposición rural, como hecho inédito no concurrió ningún miembro del gobierno a la inauguración. Se produjo una catarsis entre los asistentes con insultos contra los oficiales del ejército y con vítores sostenidos al líder de la oposición, el embajador norteamericano Spruille Braden. Se reproducía una escena parecida a la del 30 de agosto de 1930, cuando el acto se suspendió por las cataratas de silbidos e insultos que recibió a Irigoyen. En su segunda presidencia la influencia de los ganaderos se había reducido: sólo un ministro y el vicepresidente pertenecían a la Sociedad Rural. Seis días después era derrocado.
Como una nueva frotación de zonas sensibles, la Fundación Eva Perón se hizo cargo del predio de Palermo fertilizado con bosta de pedigree. Eso si, se lo arrendaba para la Exposición anual.

Las autoridades de la Sociedad Rural conspiraban en privado pero ejercitaban sus rodillas en público. El padre de Joe Martínez de Hoz, como presidente de la institución, llegó hablar de la Argentina libre, justa y soberana lo que le provocaba seguramente fuertes dolores estomacales. Imaginémonos el desgarramiento que le significó a los socios redactar documentos en que lamentaban la desaparición de “la compañera Evita” y la llamaban “Jefa espiritual de la Nación”, “Abanderada de los Trabajadores”.

Pero la careta pudo sacarse jubilosamente el 16 de septiembre de 1955. Con una alegría profunda manifestaban: “Le hacemos llegar al nuevo gobierno los alborozados sentimientos de los hombres del agro y ofrecer su más amplia y sincera colaboración. El movimiento del 16 de septiembre ha sido un verdadero desagravio para la cultura del país”.

Otras fechas, los mismos pensamientos clonados

14 de julio de 1966: La Rural se viste de fiesta para recibir a un Presidente prometedor que ingresa en la carroza que usó la Infanta Isabel: Juan Carlos Onganía. Discurso del presidente del evento Faustino Alberto Fano: “ Si en todos ha renacido la esperanza, si el anhelo común es reconstruir la Argentina, si aspiramos al bienestar general positivo, no declamado, si queremos realmente la prosperidad de nuestra tierra generosa y nuestro magnífico pueblo, nos ofrecen, si pretendemos seguridad y estabilidad, si es nuestra voluntad ser libres, entonces, nuestros primeros deberes han de ser asumir la total responsabilidad que nos compete, trabajar a conciencia en orden y disciplina....”
11 de agosto de 1996: Enrique Crotto felicita al ex Ministro Domingo Cavallo por su excelente gestión y dijo que las cuentas fiscales hay que equilibrarlas pero no en perjuicio del sector más importante de la Nación.
5 de marzo del 2000: El país devastado después de treinta años de políticas liberales. Escuchemos al Presidente de la Sociedad Rural Enrique Crotto, que solicita como el FMI, una dosis más intensa de veneno: “A su vez, aún persiste el ciclo recesivo, agravado por las pésimas "Reformas Tributarias", una desregulación insuficiente, que debe ser profundizada y una apertura que aún brinda un excesivo proteccionismo explícito a sectores ineficientes de la economía. Es función indelegable del Estado, intervenir para desregular asegurando la competitividad.”
3 de agosto del 2003: Luciano Miguens dijo: “Es momento de unir, no de dividir. Todavía hoy, de cada cuatro barcos que exportamos de soja, el Estado se queda con uno. El panorama económico actual hace impostergable considerar una reducción progresiva de las retenciones para recuperar la competitividad de nuestra producción”.
Miguens no hablaba en Suecia o Noruega. Lo hacía en la Argentina con la mitad de la población bajo la línea de pobreza y de ello la mitad en la indigencia. Tal vez añora cuando en París se decía “Rico como un argentino”, predecesores de los actuales jeques árabes que nadan en la abundancia mientras sus pueblos se ahogan en la miseria.

Olor a Bosta

Perón varias veces, Duhalde ayer, Kirchner ahora, los distintos presidentes de 1973 al 24 de marzo de 1976, decidieron no concurrir a la fiesta de los vacunos. Illía y Alfonsín sufrieron las iras bovinas al grito de rojos y soviéticos.
La oligarquía es una sombra de lo que fue. Como otros sectores de la sociedad argentina fueron debilitados por el fundamentalismo de las políticas que propusieron. Sin embargo gritan estentóreamente con un discurso único, reiterando los eternos reclamos y los errores y prejuicios centenarios. Si ayer se oponían tajantemente a la industrialización, hoy repiten el discurso oponiéndose a que las retenciones sean destinadas parcialmente a socorrer, a través de los Planes Jefes y Jefas de Hogar, a las víctimas de las políticas que auspician inveteradamente.

Por otra parte, el gobierno desaprovecha una excepcional coyuntura histórica y no utiliza las retenciones para diseñar una política industrial. Sólo acumula para redistribuir los miserables $150,00, inalterables a pesar de su desvalorización. Las reservas que se incrementan mes a mes sirven fundamentalmente para garantizar el pago de la deuda externa.

De la Sociedad Rural sale siempre olor a bosta. Los animales son los únicos inocentes.

Hugo Presman
02-08-2005
(*) Artículo publicado el 5-08-2004 actualizado al 2005