viernes, 1 de agosto de 2008

Terrorismo del bueno admitido por Estados Unidos, Posada Carriles la extrema derecha cubano americana explotó avión de cubana en Barbados 1976


Nuria Barbosa cubana visita a paciente argentino Oscar Sosa en La Habana 2008









Heridas de ataque en 1976 contra avión cubano siguen abiertas

28 de Julio de 2008, 11:49am ET

LA HABANA (AP) - Su madre gritó tan alto que todos los vecinos la escucharon, su padre se quedó mudo. Eso es lo que Roseanne Persaut Nenninger recuerda de aquel día de octubre de 1976 en el cual les dijeron que el avión donde viajaba desde Guyana a Cuba su hermano, Raymond Persaut, había sido saboteado.

Entonces vivía en Georgetown y era una niña de 11 años. Hoy es una doctora naturista que reside en Nueva York y sigue esperando que se haga justicia.

Tres décadas después del primer atentado terrorista en el mundo contra un avión civil en el aire, Nenninger sufre porque los presuntos autores intelectuales, los anticastristas Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, caminan libres por la Florida.

Posada Carriles se escapó de una cárcel venezolana cuando estaba siendo juzgado y Bosch fue liberado en 1988, tras 11 años de prisión.

Pese a que ambos han negado su participación en los ataques, documentos secretos desclasificados recientemente por Estados Unidos parecen no dejar dudas acerca del papel que tuvieron en el atentado, que costó la vida a 73 personas, incluidos 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos. Nadie sobrevivió al sabotaje.

"Han pasado 32 años, pero aún sentimos ese dolor", reflexionó la mujer al visitar por primera vez La Habana a mediados de junio para realizar investigaciones sobre medicina verde. Nenninger aprovechó la ocasión y se encontró con los hijos de varios de los cubanos que iban a bordo del fatídico vuelo.

"Mi sueño es ver a algunos familiares cubanos (de las víctimas) ir a los Estados Unidos... y que puedan ser escuchados por el Congreso", explicó la mujer en entrevista con la AP en una calurosa tarde habanera.

Está convencida de que eso ayudaría a movilizar a la justicia a actuar hasta finalmente ver a Posada Carriles juzgado o enviado a Venezuela para ser procesado. La nación sudamericana solicitó su extradición.

"Mis compatriotas en Estados Unidos --ella tiene ahora esa nacionalidad--, necesitan ser educados, que les cuenten de estos ataques terroristas... realmente ellos no los conocen bien".

"Uno debe responsabilizarse del crimen que cometió", sentenció la mujer aludiendo a su deseo de que el anticastrista sea juzgado en Estados Unidos o culquier otro país por el ataque.

Nenninger incluso estuvo trabajando junto al congresista demócrata por Massachusetts, William Delahunt, durante una audiencia congresional sobre Posada Carriles el año pasado.

Con voz pausada, recordó como si fuera ayer aquellas últimas horas junto a su hermano, quien tenía 19 años y una vida por delante.

"La noche antes de que él se marchara hicimos una fiesta muy grande; mi padre consiguió algunas sillas prestadas para que los vecinos se pudieran sentar, duró hasta la madrugada. Mi padre estaba muy emocionado de saber que él vendría a Cuba a estudiar medicina", comentó Nenninger.

Amanecieron sin dormir y toda la familia --su padre, madre, hermanos y hermanas-- fueron en la mañana a llevar al joven Persaut al aeropuerto.

"Lo vimos llegar hasta la pista y lo despedimos. Volvimos a nuestra casa a tomar una siesta", relató la mujer de intensos ojos negros y mirada penetrante.

El vuelo CU-455 estalló en el aire tras una escala en el aeropuerto Seawell de Barbados.. Eran las 12:23 del 6 de octubre de 1976. En cinco minutos cayó al mar y desapareció tragado por el agua.

Persaut era un muchacho inteligente, el orgullo de unos padres humildes. Antes de recibir la beca se desempeñaba como maestro y esta era la primera vez que subía a un avión.

Tres décadas después algunas investigaciones independientes, otras de los países involucrados, documentos desclasificados de la CIA y entrevistas a líderes de grupos anticastristas violentos dejan ver la trama detrás de atentado. Según los documentos, Bosch y Posada Carriles, un ex agente de la CIA, planearon el ataque y reclutaron en Venezuela --donde el segundo residía-- a dos hombres de esa nacionalidad, quienes se subieron al avión y dejaron la carga mortal antes de bajar en una escala.

"Unas horas después, una prima mía que trabajaba en la cancillería (de Guyana) llegó a mi casa, nos pidió que nos sentáramos y nos dijo que el avión donde viajaba nuestro hermano Raymond había sido derribado", rememoró Nenninger.

La intervención de las policías barbadense y venezolana llevó a los cuatro involucrados a la cárcel.

Sin embargo, Posada Carriles se fugó 1985 y Bosch logró la libertad tras una serie de apelaciones, regresando a Estados Unidos, donde obtuvo un perdón del presidente George Bush (padre).

Desde entonces, Posada Carriles colaboró con grupos paramilitares en Centroamérica y reconoció la autoría intelectual de una serie de bombazos en hoteles de La Habana en 1996, aunque luego se desdijo.

En 2000 fue encarcelado en Panamá, cuya presidenta Mireya Moscoso lo amnistió en el 2004. La corte superior del país, no obstante, acaba de declarar inconstitucional el perdón abriendo la posibilidad de solicitar su extradición, como ya lo hizo Venezuela. Posada Carriles tiene nacionalidad venezolana y un proceso pendiente en ese país.

Una vez en Estados Unidos fue detenido por suministrar información migratoria falsa pero no por su historial violento. Tampoco se dio lugar a los pedidos de Caracas de repatriación.

Desde 2007 vive en la Florida y Nenninger se pregunta por qué hay terroristas "buenos" y terroristas "malos" ante los ojos de Washington.

Médica naturista, Nenninger se desempeña en la división de investigaciones de la firma farmacéutica Epigenic Research con sede en Connecticut y vino a la isla con un permiso especial del Departamento del Tesoro estadounidense. En sus días isleños se reunió también con autoridades sanitarias cubanas.

A finales del año pasado, la mujer contó su historia ante un subcomité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, cuando por primera vez el caso de Posada Carriles llegó al Congreso.

La audiencia tenía como objetivo examinar el trato dado por la administración estadounidense a Posada Carriles.

Durante esa audiencia también participó Peter Kornbluh, analista principal de la National Security Archive, una organización encargada de desclasificar documentos del gobierno estadounidense.

En sus palabras concordó con Nennigner: "Estados Unidos se encuentra en la situación realmente inexplicable de tener no uno, sino dos hombres a quienes nuestras propias agencias de inteligencia identificaron como responsables del derribo de un avión civil, gozando de una vida libre y sin trabas en la Florida", le dijo a los congresistas.