MIGAJAS DE PAN
Después de mucho cacareo respecto a cambios en la política exterior hacia Cuba, en realidad Obama y su gabinete apenas han invalidado algunas de las medidas más drásticas e inhumanas tomadas por la administración Bush. Medidas cosméticas que no son ni una novedad ni un acercamiento concreto, pues el alcance de sus cambios no recupera los niveles de relación que se alcanzaron durante los mandatos de Bill Clinton –años en los que, contradictoriamente, se aprobó la ley Helms-Burton.
Los grandes cambios, no obstante, siguen sin llegar. Porque ni los ciudadanos norteamericanos pueden viajar libremente a Cuba ni los científicos, artistas, profesionales cubanos pueden llegar normalmente a Estados Unidos; ni la ley de ajuste cubano ni el obsoleto, criminal y arcaico bloqueo se eliminan.
Además aunque Obama parece sincero, objetivo y humano y quisiese acabar con toda la crueldad y maldad que ha emanado de La Casa Blanca en el pasado medio siglo contra la isla caribeña obviamente, y ojala estemos totalmente equivocados, no podrá hacer los cambios que él sienta y crea. Cambios muy necesarios aclamados ya por la gran mayoría de los países del planeta y reflejados cada año en los votos en las Naciones Unidas. Obviamente la rígida, mentecata y terca estructura imperial, reforzada con el odio, dinero y espíritu de venganza de la intransigente mafia floridana no se lo permitirán.
Y como percibe la gran mayoría de América Latina y el Caribe estos cambios? Pues después de 50 años de brutal y unilateral bloqueo a un pequeño país hermano, los cambios se ven como insultantes migajas de pan.
Latinos sin Fronteras, Los Ángeles.
