sábado, 13 de junio de 2009

Che Guevara docente maestro alfabetizador constructor de escuelas vive en los niños cubanos de Gibara Holguín y en toda la isla libérrima Huracán IKE

foto: Gibara en Holguín, Cuba, casa mágica que se transforma en Escuela



Estudiar en casa

FROILÁN PARRA SUÁREZ

HOLGUÍN.— El panorama dejado por el huracán Ike desanimaba al más ecuánime de los mortales. No es de extrañar, por eso, que José, Rafelito y Eduardito esa mañana anduvieran serios, con el rostro compungido: Ike los había dejado sin escuela también.

"Ni un solo día hemos perdido las clases. Adornamos el "aula" con los cuadritos y los murales que teníamos en el centro", afirman los estudiantes del sexto grado, del Centro Escolar Atanagildo Cajigal, de Gibara

¿Y ahora, dónde damos clases? Indagaban. Mas la preocupación de los niños encontró rápida respuesta en la solidaridad de los vecinos, unas 600 familias holguineras brindaron, de inmediato, parte de sus viviendas para abrir las aulas y reiniciar nuevamente el curso, recién estrenado días antes, con más de 200 000 estudiantes y 1593 escuelas abiertas.

foto: contra viento y marea y huracán IKE los niños incorporan conocimiento en Gibara, Holguín, Cuba


A pesar del "esfuerzo" destructor de Ike, la afectación de 757 instalaciones escolares, de ellas 73 totales de techo y 539 parciales, 40 derrumbes totales y 105 parciales, no constituyó en modo alguno impedimento para que niños y niñas, de los distintos niveles educacionales recibieran sus clases.

Nueve meses después del fatídico encuentro de los cubanos con el destructor meteoro, la situación ha variado bastante, pero el altruismo de muchos hombres y mujeres anónimos del pueblo, mantiene en las improvisadas aulas a 1074 estudiantes de primaria en la provincia, de unas 61 escuelas que continúan con afectaciones de diferentes magnitudes y que impiden el retorno de los educandos a sus predios.

—Solamente en Gibara, afirma Gisbert Tejas Martínez, director municipal de Educación, 231 estudiantes reciben la docencia de esta forma. El huracán ocasionó daños a 101 escuelas en el territorio.
De ellas ya 75 están recuperadas completamente, aunque aún funcionan dos centros de evacuados en instalaciones nuestras: el centro escolar Atanagildo Cajigal y la Escuela de Oficios.

Un cuarto de la casa de Lisette Galván Cansino, convertido en escuela, permite a los niños y niñas recibir sus clases con calidad

Así encontramos, en una soleada mañana, a la experimentada maestra Tomasa Morales Almaguer, del Centro Escolar Atanagildo Cajigal Torres, en pleno proceso docente en un local convertido en peculiar escuela.

—Desde mediados de septiembre, apenas unos días de pasado el huracán, con el apoyo de los vecinos y el Consejo Popular, se acondicionó este local, donde ahora reciben clases 15 alumnos de sexto grado, en la mañana, y 11 en la tarde con otro profesor, explica Tomasa.

Unos 231 alumnos de la enseñanza primaria gibareña, 1074 en la provincia, reciben clases en locales alternativos como este — En la escuela funciona un centro de evacuados, personas que perdieron sus viviendas y aún no ha sido posible reubicar – expresa Tomasa –, por eso los vecinos prestaron esta habitación y aquí se imparten las clases, sin mermar la calidad de las mismas —Ni un solo día hemos perdido las clases. Adornamos el "aula" con los cuadritos y los murales que teníamos en el centro. Recibimos las clases, damos los matutinos y todas las actividades, afirma Liuba María González Mendosa, espabilada alumna de sexto grado que confiesa interesarle la Informática, "aunque la medicina también me atrae".

De igual modo reciben las clases de computación, en casa de la profesora María Velásquez, quien convirtió parte de su vivienda personal en laboratorio, en tanto, Yainier, el instructor de arte, les enseña los primeros pasos en el mundo de las artes plásticas en las pintorescas áreas del "Cuartelón", restos coloniales de la presencia española en la región.

foto: milagro pedagógico tras huracán IKE las casas se vuelven Escuelas

—Lo importante es que los niños no se queden sin estudiar, dice Lisette Galván Cansino, propietaria de la habitación convertida en escuela, nosotros ya nos acomodamos, ellos pueden utilizar este lugar el tiempo que necesiten, hasta que la escuela los pueda recibir nuevamente.

http://www.granma.cubaweb.cu/2009/06/14/nacional/artic17.html