Eladio González en el Garrote Vil, instrumento español con el que ejecutaban a los revolucionarios cubanos en Cárdenas, Cuba por el año 1886.
Mi nombre es Eladio González, corría el año 1999 la criminal negativa de la Aduana y Cancillería argentina, habían mantenido durante más de un año los siete mil kilogramos (7 toneladas) de amor solidario, destinados a ayudar al pueblo cubano, empolvándose dentro del primer Museo Sudamericano dedicado a Ernesto Che Guevara.
Una buena amiga de Cuba (radical ella) me sugirió y obtuvo una entrevista con Lázaro....., perdón con César Jaroslavsky. Es que milagrosamente la medicina cubana había devuelto el uso de las piernas, al ex diputado amigo de Carlos Menem.
Encontrarán detalles de boca de la hija del radical en el texto que agregó al final.
Nos recibió y al oir mi explicación sobre la inhumana prohibición (a ese pueblo que a través de sus médicos, le había devuelto el caminar por si mismo) y cuánto necesitaba recibir el envío, solo replicó que la actitud de Cancillería y Aduana era anticonstitucional y lo siguió repitiendo en variadas formas, tantas como las que yo inventé para traducirle y hacerle ver lo imperioso de la necesidad de que la mercadería llegara al bloqueado pueblo, que él había tan bien conocido.
En suma que el pudor se me evaporó a los treinta minutos y tajantemente le espeté si existía alguna solución que él nos pudiera aportar. (No chicaneé con ninguna deuda de salud hacia Cuba, a pesar de haberlo visto entrar a su estudio, caminando erguido sobre su metro ochenta de estatura como si el bastón que llevaba en la mano fuera un adorno. (¡Lo juro!)
Me hizo prometer que cuando apelara a la persona a quien me dirijía no lo mencionara (¡valiente y comprometido el hombre!) y manuscribió en un papelito: el teléfono de la Cancillería argentina sección América Central.
Fué lo mismo que si sangrando, la ropa destrozada, y desesperado encuentro a Robocop
le digo: ¡ ese que esta allí es policía, me golpeó y robó ! y el policía mecánico me contestara: "Okey telefonea al 911"
Allí evalué claramente la estatura moral del radical sujeto que me había dado la entrevista y volví con la cola entre las patas a casa.
Tiempo después una organización de salud vinculada a Cuba, organizó en el Teatro San Martín una reunión sobre el tema de los tratamientos en Cuba y no tuvo mejor idea que invitar al exitoso cobayo, que resultó al hablar al público una rata.
Erguido como lo vieron entrar los presentes los aleccionó sobre aspectos simpáticamente turísticos de Cuba, la dedicación que enfermeros y médicos le brindaron y las conversaciones CON LAS QUE FIDEL CASI TODAS LAS TARDES APROVECHABA PARA GANAR EXPERIENCIA. (Mirá que alumno radical se buscaba el maestro marxista)
Hasta ahí fué casi a favor de Cuba, luego nos miró a todos y profetizó, buen pueblo el cubano pero ESE SISTEMA NUNCA PODRA FUNCIONAR EN ARGENTINA.
¡ Maldito radical que nos pinchó la utopía ! Que viajó a Cuba paralítico y volvió caminando sin alma ni agradecimiento. ¡ Pobre hombre vacío de lo esencial !.
Ocho médicos a la izquierda gritaría yo añadiendo "pero ninguno cubano por favor".
No repitamos la triste experiencia. Hoy él ya no está, pero en Argentina tenemos catapultada por Maipo Lanata a la Doctora Hilda Tropicana Molina, otra desagradecida que aún supera a Jaroslavsky pero que es cubana.
Todo esto lo repetiría gustoso si me invitaran Lanata ó Mariano golpista Grondona, Susana Mercedes Giménez, Mirtha cuarta edad Legrand, me reportearan en el diario La Nación para el que escribió José Martí y Pérez allá por el 1885 mientras de codito ostentaba el cargo de Cónsul Argentino en New York.
Hay tanto para hablar sobre los cinco hermanos de la doctora Hilda Molina, varones universitarios que luchan contra el terrorismo y por los cuales jamás abrió ni abrirá su mentirosa boca. Los cinco héroes de la República de Cuba.
Cesar Jaroslavsky no estuvo mal en darle diez mil o más dólares a la descuidista cubana. Estuvo pésimamente mal en esquivar el bulto a la deuda moral y en no sacar la cara para que los donativos que eran ropa y calzado usado, medicinas, cuadernos, lápices y juguetes para niños llegaran a ese digno pueblo amenazado y bloqueado como el había confirmado.
Eladio González toto director del Museo Che Guevara
Gracia Jaroslavsky habló del caso Molina
La médica cubana Hilda Molina recibió en 2002 del ex diputado nacional César Jaroslavsky la suma de 10.000 dólares como recompensa por el trato que recibió en el centro médico adonde fue atendido. Por esa situación, la médica fue acusada de fomentar prácticas capitalistas.
El Diario de Paraná, Miercoles 17 de junio 2009
En declaraciones a LT14, Gracia Jaroslavsky recordó que en 1992 su padre fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Italiano de Capital Federal, por una hernia de disco, lo que le produjo problemas motrices, quedando inválido.
Ante esta situación, la mujer contó que el presidente de Cuba, Fidel Castro, invitó al dirigente entrerriano a viajar a su país para someterse a un proceso de recuperación.
La hija del ex diputado nacional recordó que el propio Castro lo recibió en el Centro de Restauración Neurológica (Ciren), que era dirigido por Hilda Molina, que fue la encargada de atenderlo y diagnosticarlo.
“Lo atendieron gratis, no le cobraron un centavo. Él se sentía muy mal, porque uno veía todas las necesidades que tenían, te daba una cosa espantosa estar ahí, que no te cobraran”, relató la hija del ex dirigente radical.
“Papá llegó paralítico, no podía sostenerse ni pararse; era un horror cuando llegó”, recordó Gracia Jaroslavsky tras indicar que en Cuba “le devolvieron la vida”.
Más adelante, destacó la “calidez” y el “amor” con el que asistieron a su padre. “Uno va a estar agradecido toda la vida con lo que hicieron, fue impresionante la atención y los cuidados”, destacó.
Sobre la médica Hilda Molina, mencionó que “ella era una eminencia, Fidel tenía una consideración sobre su persona notable. Era una mujer que participaba y tenía una vida activa dentro del esquema del gobierno cubano”, señaló.
Jaroslavsky dijo que su padre “quería retribuir en algo lo que habían hecho por él”, por ese motivo, le entregó 10 mil dólares, “para que ella hiciera lo que quisiese con ese dinero, no le puso condicionamientos”, aclaró.
“Fue en concepto de agradecimiento; de ahí para adelante lo que hizo o no hizo, o lo que debió hacer, lo desconozco”, aseveró.