martes, 13 de octubre de 2009

ALBERTO LAPOLLA INDIO OCTUBRE 1492 MONTEAGUDO INDIO MARIANO MORENO INDIO MANUEL BELGRANO INDIO SIMON BOLIVAR INDIO MARX INDIO

Sello postal de un monarca, invertido.  ¿ por qué no se callará ?
Homenaje a nuestros hermanos del Abya Yalla
 
 
 


11 de octubre de 1492: último día de libertad del Abya Yala… hasta ahora
                                                                  
                                                                                      Por     Alberto   Lapolla

       (Extractos de mi libro inédito, De la Invasión a la Revolución)

Ellos,
Ellos y los venados,
Ellos y los pavos azules,
Poblaban aquel mundo de golosina,
De otro planeta,
Llegaron
Por mar
Seres de injuria..... (Poema Nahuatl)   (Recreado por Miguel Ángel Asturias)

'No era fácil permaneciesen por más tiempo nuestras regiones libres del contagio de la Europa, en una época en que la codicia  descubrió la piedra filosofal que había buscado inútilmente hasta entonces: una  religión cuya santidad es incompatible con el crimen sirvió de al usurpador. Bastaba ya enarbolar el estandarte de la cruz para asesinar a los hombres impunemente, para introducir entre ellos la discordia, usurparles sus derechos y arrancarles las riquezas que poseían en su patrio suelo. 

Sólo los climas estériles donde son desconocidos el oro y la plata, quedaban exentos de este celo fanático y desolador.  Por desgracia la América tenía en sus entrañas riquezas inmensas, y esto bastó para poner en acción la codicia, quiero decir el celo de Fernando e Isabel  que sin demora resolvieron tomar posesión por la fuerza de las armas de unas regiones a que creían tener derecho en virtud de la donación de Alejandro VI, es decir, en virtud de las intrigas y relaciones de las cortes de Roma con la de Madrid.

En fin, las armas devastadoras del rey católico inundan en sangre nuestro continente; infunden terror a sus indígenas; los obligan a abandonar su domicilio y buscar entre las bestias feroces la seguridad que le rehusaba la barbarie del conquistador.'                              
                                            Bernardo de Monteagudo 12 de enero de 1812 (93)  

'Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir a unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido  en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas. (...)

La América, en ningún caso, puede considerarse sujeta a aquella obligación; ella no ha concurrido a la celebración del pacto social del que derivan  los monarcas españoles los únicos títulos de propiedad de  su imperio.

La fuerza y la violencia son la única base de la conquista que agregó estas regiones al trono español; conquista que en trescientos años, no ha podido borrar de la memoria de los hombres las atrocidades y horrores con que fue ejecutada, y que no habiéndose ratificado jamás por el consentimiento libre y unánime de estos pueblos, no ha añadido en su abono título alguno al primitivo de la fuerza y violencia que la produjeron.

Ahora, pues, la fuerza no induce derecho, ni puede hacer de ella una legítima obligación que nos impida resistirla, apenas podamos hacerlo impunemente; pues como dice Juan Jacobo Rousseau, una vez que recupera el pueblo su libertad, por el mismo derecho que hubo para despojarle de ella, o tiene razón para recobrarla o no la había para quitársela.' 
                    Mariano Moreno (Publicado por la Gazeta de Buenos Aires, 1810)

'No es mucho, pues, no hubiese un español que no creyese ser señor de América, y los americanos los miraban entonces con poco menos estupor que los indios en los principios de sus horrorosas carnicerías, tituladas conquistas.'  
                                                                      General Don Manuel Belgrano (22)

La mentada conquista consistió en 'Barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana; y jamás serían creídas por los críticos modernos, si constantes y repetidos documentos no testificasen estas infaustas verdades.' 
                                                                 Simón Bolívar, Carta de Jamaica, 1815

La llamada conquista fue, una "cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento de la población aborigen en las minas.(...) Los actos de barbarie y desalmada crueldad cometidos por las razas que se llaman cristianas contra todas las religiones y todos los pueblos del orbe que pudieron subyugar, no encuentran precedentes en ninguna época de la historia universal ni en ninguna raza, por salvaje e inculta, por despiadada y cínica que ella sea."              
                                                                                   Karl Marx, (El Capital) (36)

'Cuatro siglos hacen ya que la sangre europea fue injertada en tierra americana. (...)  Razas enteras fueron exterminadas, las praderas se poblaron. Las selvas vírgenes se explotaron y muchas se talaron criminalmente para siempre. La llamada civilización entró a sangre y fuego(…)El aborigen fue sustituido por inmigrantes. Éstos eran hechos enormes, objetivos, claros. La inteligencia americana nada vio, nada oyó, nada supo.(...) El hecho americano pasaba ignorado para todos.'                       
                                                                                     Raul Scalabrini Ortiz  (39)


I. - La Invasión española de América (Abya Yala)

12 de octubre de 1492.

El Almirante Cristóbal Colón arribó  a la actual Santo Domingo, a la que bautizó Isla La Española, dando inicio a la opresión europea sobre los pueblos y las tierras americanas, principiando la esclavización y el holocausto de un continente. Esclavización que, en lo que atañe a  los derechos de los pueblos originarios oprimidos y sus hermanos negros, mestizos, mulatos, y pobres en general, se mantiene hasta hoy, sojuzgados por una minoría blanca, heredera directa o indirecta -con algún grado de mestizaje- de los invasores españoles y sus socios posteriores portugueses, ingleses, franceses y  holandeses. La invasión iniciada en 1492 aun no ha concluido, a excepción de los triunfos de Cuba (donde los españoles no dejaron un solo sobreviviente de la población caribeña original), Bolivia, Venezuela y Ecuador y algunos momentos en México, Nicaragua, Chile, Guatemala y Argentina.  España no era ni por mucho, la primera conexión de las tierras americanas con el viejo mundo, más allá de los franceses de la edad del hielo, los vikingos, los irlandeses y lso innumerables contactos con las culturas del Pacífico en un sentido y en el otro, el mismo Colón reconoció en sus diarios de navegación, que las tierras a las que arribaba no era la primera vez que recibían visitas transatlánticas: 'Sin embargo, doscientos años después de la visita de Musa I (navegante africano de la cultura Mandinga de Malí, África Occidental) a La Meca, Cristóbal Colón en sus "Diarios" de los que sólo quedan fragmentos y citas, rescatados por el fraile Bartolomé de las Casas(...) personalmente testificó acerca de la presencia de las expediciones Mandinga a las Américas. Según el "New African Review", Colón escribió que "las flotas mercantes de África Occidental periódicamente partían de la costa de Guinea y navegaban a la América Meridional con oro y otras mercancías; (los Mandinga) introdujeron el arte de la aleación del oro." (69) ¿Cómo es posible que los "eruditos" y estudiantes europeos y americanos no hayan visto y leído los siguientes datos escritos y publicados en estos "Diarios"? Colón escribió: "Los indios trajeron pañuelos de algodón, confeccionados muy simétricamente y trabajados en colores semejantes a aquellos que se traen de Guinea, de los ríos de Sierra Leona y sin diferencia alguna... Los Mandinga comerciaron con oro y tela llamada "almaizar"... (69) (New African Review (Londres), "They Came Before Columbus", Ellos vinieron antes que Colón, Enero de 2001) Se supone hoy que varios puertos y ciudades americanas  figuraban ya en mapas tan antiguos como los de Ptolomeo o el de Marino de Tiro que Ptolomeo copió y modificó,  nombres que fueron suprimidos por pedido de Carlos V cuando pidió al cartógrafo Mercator que realizara el mapa eurocentrista que aun hoy, deforma la realidad geográfica del mundo entero.(89)(90) De tal forma España, Portugal y el resto de las potencias europeas se las ingeniaron para ocultar y destruir cualquier rastro de los contactos de América con los pueblos de allende los mares anteriores a la llegada del Almirante genovés, para de ese modo poder exigir el señorío del 'descubrimiento', el saqueo de sus riquezas, el dominio sobre sus gentes, el derecho a esclavizarlas y a quitarles sus tierras, acompañado de la supresión e 'inexistencia' de la historia y de las civilizaciones africanas para poder esclavizarlas y depredarlas a su antojo.
Para mayor tragedia la España que enviaba a Colón, era a su vez, la  que acababa de buscar la 'solución final' para su unidad política y territorial, mediante la persecución, exterminio y destierro de árabes y judíos con masivos asesinatos en las hogueras de la Inquisición católica, incluyendo claro está la apropiación de sus riquezas por parte de los reyes y nobles católicos. Para la España de 1492 -y este hecho sería terrible y atroz para los cien millones de americanos que vivían felices en sus tierras-, lo diferente debía ser exterminado, aniquilado, purificado por el fuego, la tortura, o a lo sumo, esclavizado. Al respecto, el mismo Almirante señaló en carta a los reyes: 'Este año de 1492, después de haber dado fin a la guerra de los moros y después de haber echado fuera todos los judíos de todos vuestros reinos y señoríos, pensaron enviarme a mí a las dichas partes de las Indias.'(3)(pag37)(Pigna Felipe, op.,cit.,2004) No mentía el Almirante en esta cuestión, el 31 de marzo de 1492, los Reyes católicos de España, Fernando II de Aragón (Uno de los personajes siniestros y harto corruptos de l nobleza europea que inspirara  el libro 'El Príncipe' de Niccola Maquiavello; el otro era César Borgia) y su esposa Isabel I de Castilla, 'firmaron en Granada el edicto de  expulsión de los judíos de todos los territorios de las coronas Bajo su mando. El objetivo de tal decisión fue,  según el propio texto, evitar el daño que los judíos estaban causando a la religión cristiana.'(48)(pag15)(Saban Mario, Op.,cit.,2007)  Sin embargo, conociendo la catadura del personaje firmante del edicto, y los pasos que daría para ejecutarlo, hace pensar que los motivos religiosos encubrían otras razones que, primero se lanzarían sobre judíos y moros de España y luego sobre los pueblos americanos. Al momento de la expulsión las Coronas de Aragón y de Castilla estaban fuertemente endeudadas con los comerciantes y banqueros judíos, que habían auxiliado económicamente a los reinos católicos en su lucha contra los árabes.  En el pensamiento de Fernando de Aragón era mucho más económico expulsar a los judíos arguyendo motivos religiosos que pagar sus deudas. Mejor aun, al expulsarlos podía quedarse con sus riquezas. De tal forma el edicto fue mantenido en secreto (tal como cuatro siglos más tarde realizaría la Gestapo de Hitler para implementar la 'Solución Final' al problema judío, mediante el sistema de 'Noche y Niebla') hasta el 29 de abril y el 1 de mayo de 1492, de tal forma los judíos fueron tomados por sorpresa y no pudieron sacar sus riquezas al exterior, ni vender sus propiedades a algún valor razonable, ni disponer de sus bienes. Los mismos debieron ser abandonados a favor de los cristianos, especialmente los nobles. Uno de los puntos clave del edicto 'impedía a los judíos llevarse oro, plata y piedras preciosas. Y, por una cuestión lógica debían abandonar sus hogares. Cronistas de época (...) aseguran que los casos de explotación se veían en cada rincón. "Daban una casa por un asno", certifica.'(48)(pag16)(Saban Mario, Op.,cit.,2007)  El 31 de julio de 1492 los últimos judíos abandonaban España. Cabe aclarar que los hebreos constituían más del 20% de la población de la España del siglo XV, mientras que los musulmanes constituían algo más del 30% de la misma. Los judíos españoles, los Sefaradíes, una de las principales etnias del pueblo judío, debáin su nombre a Sefarad que significa España en hebreo. Los judíos expulsados se distribuirían por todo el Medio Oriente en poder del imperio otomano, algunos irían a Francia de donde ya habían sido expulsados en el siglo XIII y algunos muy pocos se dirigirían a Inglaterra. Pero aproximadamente la mitad de los expulsados, se dirigirían a Portugal, donde en general siempre habían sido bien tratados. De los avatares de los judíos españoles refugiados en Portugal, y de los propios judíos portugueses, partiría lo que algunos consideran (48) el cuarto grupo étnico que se mestizaría en América, durante la invasión española a nuestras tierras. A los americanos nativos, se agregarían los europeos españoles y lusitanos, los negros africanos arrancados de sus selvas natales para ser esclavizados en el continente americano y europeo, y también los judíos portugueses que por decenas de miles se dirigirían al Brasil (y a otros lugares de América) y desde allí a toda la América española y en particular a Buenos Aires.

Es bueno ubicar esta situación de la instauración en España de un régimen de fanatismo e intolerancia atroces, heredero directo del espíritu salvaje y perverso de las Cruzadas o de las campañas de Carlomagno contra los pueblos paganos de Europa, sometidos a sangre y fuego al cristianismo. Régimen que reaparecería en Europa cuatro siglos más tarde (entre 1932 a 1945) durante el régimen nazi, con la misma violencia contra los mismos pueblos y también otras etnias diferentes ya que los nazis exterminaron judíos, árabes, gitanos, eslavos, armenios y demás 'razas inferiores' o 'impuras' según las palabras de Himmler, Goebbels, Fernando VII o Felipe II. Se hace necesario, decíamos, conocer el carácter atroz de la hegemonización cristiana sobre la península ibérica, para poder comprender claramente cuál era la España que se abalanzaba sobre una América que los recibió en paz y armonía como siempre había recepcionado a los visitantes de allende los mares. Un continente que hasta entonces, había vivido en felicidad y armonía, con muchos otros pueblos del mundo, tal como se desprende hoy de los últimos descubrimientos antropológicos, arqueológicos e históricos que no dejan dudas respecto del contacto casi permanente de los pueblos americanos con sus similares de Asia, África, Oceanía, Polinesia y la propia Europa, mucho antes de la llegada de los invasores españoles. Con una diferencia: todos los contactos anteriores no implicaron en ningún caso el sometimiento y la destrucción de las culturas existentes, tal como harían las naciones católicas con los multitudinarios, ricos, bien nutridos, bellos y felices pueblos originarios de América.

'El paraíso terrenal'

América vivía entonces en el mejor de los mundos, tal como podría vivir sin la opresión europea-norteamericana que aun campea sobre nosotros, dado la riqueza inconmensurable del ecosistema que porta, y la bondad, solidaridad, astucia e inteligencia sin par de nuestros pueblos originarios y mestizos... Al menos 2000 etnias poblaban el continente, hablando algo más de 2000 lenguas, la mayoría de ellas hoy exterminados. Los Mayas -una de las mayores culturas de la humanidad, inmensamente más cultos, sabios y evolucionados que los bárbaros españoles, que los estaban esclavizando y exterminando, poseedores de uno de los cinco idiomas escritos de la antigüedad, y del mayor saber astronómico y cosmogónico de la historia humana-, reflejaron aquel terrible momento:

No había entonces enfermedad
No había entonces pecado,
Había santa devoción en nosotros.
Saludables vivíamos.
No había entonces enfermedad
No había dolor de huesos,
No había fiebre,
No había viruela.
No fue así lo que hicieron los extranjeros
Cuando llegaron aquí.
Ellos enseñaron el miedo,
Y vinieron a marchitar las flores.
Para que su flor viviese,
Dañaron y sorbieron nuestra flor.
¡A castrar el sol!
Eso vinieron a hacer aquí los extranjeros.          Poema maya del Chilam Balam (3)

ORO, ORO, ORO... y  PLATA también.

Apenas llegado a América, Colón comunicó  a la reina de Castilla -Isabel la Católica- sus humanitarias y evangelizadoras intenciones. 'Son las mejor gente del mundo y sobre todo la más amable, no conocen el mal -nunca matan ni roban-, aman a sus vecinos como a ellos mismos y tienen la manera más dulce de hablar del mundo, siempre riendo.(...) No llevan armas ni las conocen, porque les mostré una espada, la tomaron por el filo y se cortaron.(...) Serían buenos sirvientes con cincuenta hombres podríamos dominarlos y obligarlos a hacer lo que quisiéramos.'(3)(pag35)(23)(Pigna Felipe, op.,cit.,2004) 'Sí, así es como Colón veía a los indios - no como anfitriones hospitalarios, sino como "sirvientes" para hacer "lo que queramos que hagan".
 
 ¿Y qué es lo que quería Colón?. Esto no es difícil de determinar, en las dos primeras semanas de anotaciones en el diario, hay una palabra que se repite setenta y cinco veces: ORO. En los argumentos habituales sobre Colón, en lo que se hace hincapié una y otra vez es en su sentimiento religioso, su deseo de convertir a los nativos a la Cristiandad, su reverencia hacia la Biblia.
 
Sí, estaba interesado por Dios. Pero mucho más por el Oro.(...) Ordenó a los nativos que encontraran una cierta cantidad de oro, en un cierto periodo de tiempo, y si no cumplían con su cupo, les cortaban los brazos. El resto aprendía la lección y traía el oro. Samuel Eliot Morison, un historiador de Harvard, que fue un biógrafo admirado  de Colón, reconoció este punto. Escribió: "Quien fuera el que inventara este espantoso sistema, como único método de producir oro para la exportación (¿¿exportación??!!.AJL), el responsable del mismo fue solo Colón...... aquellos (nativos) que huyeron a las montañas fueron cazados con perros, y de los que escaparon se ocuparon el hambre y la enfermedad, mientras miles de pobres criaturas, en su desesperación tomaron veneno de mandioca para acabar con su miseria." Morison continúa:
 
"Así que la política y los actos de Colón, de los cuales solo él fue responsable, comenzaron la despoblación del paraíso terrenal que fue 'La Española' en 1492. De los nativos oriundos, estimados por etnólogos modernos en 300.000, entre 1494 y 1496 un tercio había muerto.
 
En 1508 el censo mostraba sólo 60.000 vivos.... en 1548 Oviedo (Morison se refiere a Fernández de Oviedo, el historiador Español oficial de la Conquista) dudaba sobre si quedaban 500 indios." Pero Colón no obtuvo oro suficiente para mandarlo a casa e impresionar al Rey y la Reina, y a sus financieros españoles, así que decidió mandar a España otra clase de partida. Esclavos.
 
Rodearon a cerca de 1200 nativos, seleccionaron a 500, y a esos los mandaron, encadenados unos junto a otros, en el viaje a través del Atlántico.
 
En el camino murieron doscientos, de frío y enfermedad.'(23)(Zinn Howard, Colón y la civilización occidental) El Almirante había encontrado un próspero negocio para él, sus descendientes y para la corona española: 'Desde aquí uno puede mandar, en el nombre de la Santísima Trinidad, tantos esclavos como se puedan vender..'(23)(Zinn Howard, op.cit.) Más adelante en 1608, Felipe II aprobaría una Real Cédula en la cual señalaba: "todos los indios, siendo los hombres mayores de diez años i medio, i las mujeres de nueve i medio, que fuesen tomados i cautivados en la guerra, sean habidos i tenidos por esclavos suyos, i como tales se pueden servir de ellos, i venderlos, darlos i disponer de ellos a su voluntad."(40)(19)(citado por  500 años de resistencia indígena, 1992)
 
Los colonizadores se apoyaron en este argumento monárquico para obligar a los indios a entrar en guerra y luego convertirlos en esclavos.'(19)(citado por  500 años de resistencia indígena, 1992)  Por su parte, el rey Católico Don Fernando, 'no se cansaba de exigir "diligencia y cuidado en la extracción y el envío de Oro de América.'(30)(Puiggrós Rodolfo, Historia Crítica de los Partidos..., TomoI. 1986)
 
La Reina Isabel la Católica, tenida por los defensores de la invasión española a América y por la Iglesia Católica, como 'defensora de indios', expresaba sin embargo con la mayor claridad sus intereses sobre la evangelización de América: 'Los cristianos que viven y moran en dicha isla (La Española), ni hallan quien trabaje en sus granjerías y mantenimientos ni les ayude a sacar ni coger el oro que hay en la dicha isla, y porque Nos deseamos que los dichos indios sean doctrinados para que la dicha isla se labre y se coja el oro que en ella hubiere para estos, mis reinos.'(3)(pag38)(Pigna F.,op.cit.2004)
 
Por su parte la Iglesia y su Inquisición, consideraban que los americanos 'andan desnudos en vivas carnes hombres y mujeres; en las bodas, otros es el novio, que así es costumbre usada y guardada; si el novio es cacique, todos los caciques convidados prueban a la novia primero que no él y entonces ella queda por muy esforzada. Con liviana causa dejan las mujeres, y ellas por ninguna los hombres. Andar la mujer desnuda convida e incita a los hombres presto, y mucho usar aquel aborrecible pecado hace a ellas malas.'(3)(pag23) (Pigna F.,op.cit.2004)
 
El jurista de la corona española, Ginés de Sepúlveda explicaría el sentido de la 'evangelización' de América. 'Justificará la "guerra justa", es decir el exterminio de los americanos, porque "siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de los son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos siendo por derecho natural que la materia obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón, la mujer al marido, los hijos al padre, lo imperfecto a lo perfecto para desterrar las torpezas nefandas y portentoso crimen de devorar carne humana y propagar la fe cristiana, por todos los rincones del mundo."(37)(pag13) (citado por O'Donnell Pacho, en Historias Argentinas, 2006) 
 
De tal forma, el Papa español Alejandro VI, el Papa catalán Borgia - el más corrupto, perverso y monstruoso de la historia de la Iglesia católica.
 
Aquel que gastaba en orgías el dinero destinado a los pobres. Aquel que había llegado a engendrar un hijo-nieto con su propia hija Lucrecia- ese Papa, además de otorgarle a España y Portugal todas las nuevas tierras 'descubiertas' mediante el tratado de Tordesillas, ese Papa lascivo, corrupto, incestuoso, ladrón y asesino, ese Papa decíamos, exigió a los Reyes católicos españoles, 'acabar con la impudicia y el pecado en América". Les  encomendó la conquista  espiritual de las nuevas tierras. Había que imponer la monogamia, combatir la sodomía, el incesto y la idolatría entre los salvajes.'(3)(pag43) (Pignba F.,op.cit.,2004) También había que esclavizar a los 'salvajes' para que consiguieran ORO, ORO, mucho ORO. De tal forma la destrucción de los americanos y la esclavización masiva de nuestros pueblos, fue una obra conjunta de la corona española y de la Iglesia católica con sede en Roma.

El mayor genocidio y saqueo de la historia

Se daba así inicio, a la llamada 'Conquista y Evangelización' de América, es decir, a la esclavización, el saqueo y el mayor genocidio que conoce la historia de la humanidad, cometido en nombre de Dios, la religión, la Iglesia católica y el derecho divino del reino de España (y Portugal) a oprimir y conquistar a nuestros pueblos. Obra llevada adelante sin piedad alguna por España y sus hombres, durante más de tres siglos, continuado luego por sus sucesores, las oligarquías blancas (o mestizas, pero de propiedad y capital blanco) criollas, de origen hispano, británico o portugués, que heredaron el poder español, luego de la derrota de los proyectos emancipadores de los héroes de la Independencia americana.
 
De manera increíble, nuestros libros de texto oficiales y escolares, aun hablan de los invasores, esclavizadores, y genocidas que llegaron a partir de 1492, como 'conquistadores', 'adelantados',  'evangelizadores', o 'fundadores'.
 
Peor aun, todas nuestras ciudades (en Argentina, pero también en casi la totalidad de los países de Nuestra América a excepción de México) han montado estatuas y monumentos a estos invasores criminales, dejando claro que para las oligarquías gobernantes en América después de la revolución de la Indpenendencia, los invasores y asesinos de los americanos son sus héroes y padres. Ellas se asumen así, como continuadoras de los esclavizadores y genocidas invasores de 1492.
 
Tal como lo expresan sin tapujos los oligarcas argentinos, los Ocampo, los Güiraldes, los Martínez de Hoz, los Anchorena, los Álzaga Unzué, los Duhau, los Ibarguren,  y demás dueños espúreos de la tierra y de la nación: 'Nosotros somos los descendientes de los conquistadores'.
 
De allí, que quede por contar la otra historia, la verdadera historia de los pueblos americanos. La que no puede ser sino, la de los derrotados en 1492, la de aquellos que resistieron -y resisten- por cinco siglos la defensa de sus culturas, sus tierras, sus lenguas, sus religiones, hasta hoy. Incluso, al costo de su propia extinción. Sólo en territorio argentino, han sido exterminadas y desaparecidas más de sesenta etnias, que poblaban nuestro territorio a mediados del siglo XVI, cuando España dio inicio a la invasión de nuestro territorio.
 
Aun hoy, nuestra historia oficial comienza con la llegada de los invasores españoles, tal como si Irak comenzara a relatar su historia con la llegada del ejército de Bush, o si Viet Nam, contara la suya, a partir del inicio de la invasión francesa a mediados del siglo XIX, despreciando su verdadera historia previa.
 
Es hora de que escribamos y hablemos la otra historia, la verdadera historia de América, la que no es otra, que la de los pueblos 'indios' y su heroica resistencia de cinco siglos, a la que aportaron el mayor genocidio que conoce la humanidad. Alrededor de cien millones de americanos poblaban este mundo de golosina, cuando los españoles mancillaron nuestro suelo el 12 de octubre de 1492. Cien años más tarde, a comienzos del siglo XVII, sólo restaban dos millones de sobrevivientes. En su nombre y en los millones que siguieron asesinando luego los españoles -ya que la historia de la dominación del capitalismo europeo es la del genocidio permanente y continuado sobre los pueblos del Tercer Mundo-, las oligarquías criollas blancas hispanas, británicas o portuguesas, cabe rescatar y escribir la otra historia.

Si habláramos de saqueo, la magnitud de la depredación española sobre América, no tiene parangón en la historia de la humanidad, fue Karl Marx en El Capital, pese a su mirada eurocéntrica en muchos aspectos,  'quien describió acertadamente, hace más de un siglo, aquel derramamiento de sangre que caracterizó la dominación española. Fue, según Marx, una "cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento de la población aborigen en las minas.(...)
 
Los actos de barbarie y desalmada crueldad cometidos por las razas que se llaman cristianas contra todas las religiones y todos los pueblos del orbe que pudieron subyugar, no encuentran precedentes en ninguna época de la historia universal ni en ninguna raza, por salvaje e inculta, por despiadada y cínica que ella sea."(36)(Marx Karl, El capital, 1974) Marx llamó a este saqueo, sumado a la esclavización africana, 'el lodo y la sangre con que se construyó el Capital Originario del Capitalismo.'(36)(Marx Karl, El capital, 1974) Lodo y sangre: principalmente americana, también africana y asiática.
 
Más tarde, el historiador venezolano, Uslar Petri confirmó en el Archivo de Indias en Sevilla, que: 'Consta en el Archivo de Indias. Papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata provenientes de América.' (24)
 
Es lógico suponer que la cifra total robada por España a los pueblos americanos hasta 1824, fecha de la batalla de Ayacucho, debe por lo menos ser el doble de esta colosal fortuna.
 
Si sólo reclamáramos la devolución de ese primer saqueo cometido hasta 1660, con los intereses normales del caso, es decir, 'exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo de 10% anual, acumulado sólo durante los últimos 300 años. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los "descubridores" que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 180 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata, ambas elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total de la Tierra.'(24)
 
Está claro que esta suma no incluye los miles de kilogramos de oro y plata americanos hundidos en los galeones españoles, o robados por los corsarios y piratas ingleses, holandeses, franceses a los españoles, lo cual aumentaría aun mucho más las cifras del saqueo europeo a América. El hecho de acercarnos al bicentenario del inicio de la gesta emancipatoria de 1809-1810, que concluyera en la derrota de España, y la conquista de nuestra soberanía política, pero que también implicaría la derrota de las ideas de redención social y económica, que nuestros próceres fundantes proponían, nos debe hacer recuperar la otra historia, la historia de los pueblos o simplemente la historia del pueblo, para acabar con las historias de las oligarquías servidoras de los imperios de turno.

Encomenderos, corregidores y curas: esclavizadores de indios y violadores de indias.
'Los indios contribuían a mantener esta situación social, con su trabajo y su paciencia para sobrellevar resignados una vida miserable. Junto con los negros esclavos(...) Mitayos o yanaconas, encomendados o reducidos bajo la dura mano del corregidor, su lote fue siempre el mismo, de opresión y martirio.(...) Les tomaron sus mujeres de concubinas después los exterminaron por la esclavitud o la guerra.
 
Entre otras medidas que revelan el olvido de la caridad y la moral más elementales, puede citarse aquel voto del Cabildo (de Buenos Aires. AJL), pidiendo la prohibición del casamiento con indios extraños, "por la dificultad que se ofrece de que muchos indios de otras provincias vienen a esta ciudad y se casan en ella con indias de vecinos encomenderos y se las llevan." (dejando al encomendero sin los 'favores' de la india.
 
AJL) Explotados para satisfacer la avaricia de sus dueños, satisfacer sus bajas pasiones, su lujuria y su crueldad. Las tribus que no se rebelaron y huyeron a los valles de la Cordillera, desaparecieron en pocos años. La teoría y la práctica de los conquistadores armonizaban admirablemente.
 
Argumentos teológicos y filosóficos de la más pura escolástica, disiparon los restos de escrúpulos que podían molestar a aquellas conciencias, confirmándolas en la bondad de una conducta que tan bien concertaba sus intereses materiales, el desahogo de sus pasiones, la comodidad de la vida y sus principios morales. Fray Tomás Ortiz, (...) coloca a los indios en la categoría de bestias, leños y piedras y "así, según la opinión de Aristóteles, recibida por muchos, son siervos y esclavos por naturaleza y pueden ser forzados a obedecer a los más prudentes, y Juan Celio Calcagnino, comentando al mismo Aristóteles añade que se pueden cazar fieras, si los que nacieron para obedecer lo rehusan."
 
En derecho se les califica de personas miserables. Fray Gregorio García, dominico, dice que "son de más baja o despreciada condición que los negros y todas las demás naciones del mundo".
 
Fray Juan de Zapata, (...) dice "que en ellos se verifican y cumplen a la letra todos aquellos epítetos de miserias y desventuras que el evangélico profeta Isaías da a aquella gente que dice que habita más allá de los ríos de Etiopía."(...) [Los españoles,] Procedieron en todo de acuerdo con estas ideas.(...) Su propósito único era adquirir fortuna, la legendaria de millones, un sueño de nabab que vigorizaba sus espíritus y templaba sus caracteres. Con su sólo esfuerzo, tratando honestamente a los indios apenas habrían ganado el modesto sustento, más o menos la misma miseria de la que venían huyendo(...). Su concepto de la vida era exclusivamente sensualista, en el sentido más vulgar de la palabra, como continúa siendo al presente.(...) En la práctica el régimen resultó  desastroso. En primer lugar, esas diversas autoridades se resumían en un cura y un corregidor en perpetua discordia(...) "Los curas querían que los indios asistieran  todos los días a la misa y al rosario, a la hora que se les antojaba, que muchas veces era bastante intempestiva; los administradores se lo impedían unas veces con razón, otras sin ella, y lo que resultaba era que  el cura mandaba a azotar a los que obedecían al administrador, y el administrador a los que obedecían al cura; y unos y otros castigos se ejecutaban en los miserables indios, sin más culpa que  obedecer."(...)

 Los corregidores de los repartimientos (...) tenían el privilegio de suministrar a los indios los objetos de consumo y se convirtieron en los únicos y exclusivos tenderos de la comarca: "no permiten que haya otra tienda más que la suya, y así tienen una en cada pueblo, donde precisamente han de ir a comprar.
 
El indio se veía obligado a comprar por cincuenta pesos la mula que valía diez y ocho o veinte y con sesenta mil pesos se obtenían trescientos mil de utilidad..." Se enriquecían con la cobranza de los tributos, cometiendo todo género de exacciones, imponiendo a los exentos, percibiendo doble y triple contribución.
 
 "Los indios(...), pagan al corregidor o a sus cobradores, que son varios, los cuales le dan un recibo; pero como los indios son una gente tan rústica y de tan poca sagacidad (es decir son tan 'rústicos y poco sagaces' que no se les ocurriría cobrar algo ya cobrado, o estafar a alguien, faltar a la palabra o traicionar lo acordado, como hacen los sagaces españoles. AJL) que no alcanzan a prever las resultas que ha detraer consigo el descuido con aquel papel, ni tienen  en sus caxas ni parage seguro donde poder guardarlo convenientemente, sucede que después de algunos días se pierde el recibo, y así queda en la previsión de volver a pagar; porque acudiendo otro cobrador, o tal vez el mismo, a reconvenirle que pague, el pobre indio va a buscar el recibo, y como no sabe leer, trae un papel cualquiera o un recibo viejo y lo presenta sencillamente. El cobrador no queda satisfecho y aunque el se canse en persuadirle que ya tiene  pagado un tercio de su contribución, el cobrador atribuye a engaño, lo que es ignorancia, y después de maltratarlo (azotarlo. AJL)  se lleva lo que encuentra en casa del desdichado, y si no hay cosa de valor lo pone en un obraje (a trabajar de esclavo. AJL) para cobrar el importe del tributo con el producto de sus jornales.
 
El infeliz indio, (...) muere en poco tiempo, si la mujer o hijas no han conseguido entretanto juntar la cantidad que exige el cobrador."(70)(pags55-56-5759-60)(García Juan Agustín la Ciudad Indiana)

Las 'leyes de Indias', el hambreamiento  y la esclavización masiva de los indígenas.
'Hasta la llegada de los europeos, la población india de La Española había cubierto sus frugales necesidades sin mucho esfuerzo, contentándose con subsistir de lo que la próvida naturaleza ofrecía.
 
Pronto advirtieron con amargura que los blancos llegados en extrañas naves no eran enviados del cielo, como habían pensado, sino seres terrenales crueles y egoístas que venían a traerles la desgracia. Los indios taínos fueron explotados y sometidos a trabajos forzados para alimentar a aquella muchedumbre parásita de soldados y funcionarios hambrones. "Lo que basta para tres casas de a diez personas cada una para un mes -escribe Las Casas- come un cristiano e destruye en un día."
 
A la carga de alimentara  los blancos hubo que sumar que las cabras, vacas y cerdos importados de Europa resultaron ser dañinos para los cultivos indígenas. "En  estas ovejas mansas -añade el dominico- entraron los españoles en cuanto los conocieron como lobos y tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos." Colón volvió a pensaren el negocio negrero.
 
Ya en su primer viaje, a los tres días de llegar, había pensado en la posibilidad de esclavizar a los nativos para compensar la escasez de oro y especias. Con su mentalidad mercantil (...) echó cuentas y calculó que cautivando a toda la población taína de La Española y explotando (es decir talando. AJL) el palo Brasil que  la isla producía se podían obtener unos beneficios netos de más de cuarenta millones de  maravedies.
 
En vista de que el oro no era tan fácil de conseguir como se prometía al principio, propuso  abiertamente a los Reyes Católicos el comercio de esclavos en una carta que les envió con una expedición de regreso, en febrero de 1494. Colón limitaba su proyecto a los caníbales y lo presentaba como meritoria y cristiana iniciativa, para salvar sus almas y "quitarlos de aquella inhumanidad" (es decir esclavizarlos para 'hacerlos humanos'. Tal el concepto de 'humanidad' de la Europa cristiana. AJL) de devorara  sus semejantes. Si conseguía la licencia real, ya extendería el negocio a los más numerosos y mansos taínos puesto que en los mercados europeos todos los indios parecían iguales. (...)
 
El Almirante comandó una expedición al interior de la isla y capturó mil seiscientos indios, de los cuales envió a Sevilla a quinientos cincuenta en febrero de 1495. El proyecto era venderlos como esclavos y  adquirir víveres y pertrechos para la colonia con el producto obtenido. El resto de los prisioneros fue repartido entre los colonos. La llegada de los esclavos indios a España indignó a los Reyes Católicos (ya vimos que la indignación se refería particularmente a la ausencia de oro. AJL), particularmente a la reina Isabel, mujer estricta, expresó sus dudas sobre si "con buena conciencia se pueden vender, y esto no puede hacerse hasta (...) saber la causa por la que (el Almirante) envía acá los cautivos".
 
Sin embargo, las remesa de esclavos continuaron llegando, unas veces como mercancía legal, otras veces clandestinamente. El abuso adquirió tales proporciones que en 1500, la reina ordenaría confiscarlos y  que los que sin cesar llegaban a España fuesen devueltos a su tierra. "
 
¿Qué poder tiene el mío Almirante para dar a nadie más vasallos? Pero esa medida causó poco efecto: se siguió esclavizando a los cada vez más escaso indios. En 1503, los reyes prohibieron la captura de indios, exceptuando a los caribes, que se consideraban por ser caníbales, "naturalmente esclavos". 
 
Pero como el que hace la ley hace a la trampa, otra cédula real fechada en aquel mismo año dejaba la puerta abierta a la esclavitud, pues ordenaba que "ya que los indios no quieren trabajar y andan y andan vagabundos (en su tierra!!.AJL) ni menos los pueden haber para adoctrinarlos (...) en adelante compeláis y apremiés a los indios que traten y conversen con cristianos (...) y trabajen en sus edificios, y en coger oro y sacar oro y otros metales (la reina Isabel la católica mostraba con claridad su 'amor' por los indios.AJL) y en hacer granjerías y mantenimientos." En 1511 la explotación del indio había llegado a tal punto que el dominico fray Antonio de Montesinos la denunció en un célebre sermón.'(ver más adelante) (83)(pag186-188)( Eslava Galán Juan, El enigma de Clón y los descubrimientos de América, 1992)
 
Siendo el autor de estas palabras un español defensor de la labor ibérica en América, cabría señala el apotegma que dice que 'a confesión de partes relevo de pruebas', sólo que las pruebas aun laceran un continente entero.

Los 'Requerimientos', el disfraz del genocidio.

Ante las atrocidades denunciadas entre otros por Fray Bartolomé de las Casas, Fray Antonio de Córdoba, Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Vázquez Menchaca y Fray Antonio de Montesinos, Carlos V pareció querer poner coto a los desmanes. Al menos en sus escritos. Decretó así en 1542 (cuando ya la mayor parte del genocidio indio se había llevado a cabo), las Nuevas leyes de Indias, puso entonces, como condición que antes de someter o conquistar nuevos territorios, los indios debían ser 'requeridos' a la obediencia a la fe católica y a la corona española, mediante un bando que se les debía leer antes de atacarlos. 
 
Claro que la lectura de dicho requerimiento se hacía en castellano, idioma que por supuesto los aborígenes americanos desconocían, lo cual permitía a los 'civilizados' españoles continuar sus matanzas y atrocidades con la conciencia tranquila. La corona española al mismo tiempo lavaba sus manos en  los torrentes de sangre que la 'evangelización' de América producía.
 
También acumulaba los ríos de oro y plata que América pagaba a España y por su intermedio a Europa, por su 'descubrimiento'. Las instrucciones 'ordenaban que, si después de ser requeridos los indios para que buenamente se entregasen a los cristianos, no lo hicieran, los "dichos religiosos y españoles podrán entrar en dicha tierra y provincia por mano armada y oprimir a  los que los resistieren, y sujetarlos, y traerlos a nuestra obediencia.'(71)(pag19) (O'Donnell Pacho, Historias Argentinas, 2006)  El emperador clamaba por disimular los procedimientos para la obtención del ORO americano. 'Las ordenanzas reales prefirieron el término "pacificación" al de "Conquista": "E mandamos q. Estos asientos no se den con título e nombres de conquistas, pues aviendose de hazer con tanta paz e caridad como deseamos, no queremos q. Se pueda hazer fuerza ni agravio a los indios" (J. Solórzano Pereira).'(71)(pag21)(O'Donnell Pacho, op.cit.,2006) 'La pacificación empezaba con un discurso dirigido a los indios. El Capitán de la entrada o expedición, o quien él designara, debía requerirles que en paz aceptaran el señorío del Rey, dueño de aquellas tierras por gracia y donación del Papa. Juan de Oviedo, veedor de minas y fundiciones de oro  en la expedición de Pedrarias Dávila, dejó una versión completa del documento que debió leer en su propia lengua castellana a los indios de Santa Marta. Es de imaginar lo que habrán comprendido...' (71) (pag21)(O'Donnell Pacho, op.cit.,2006)

El 'Requerimiento'.

 'De parte del rey, don Fernando, y de su hija, doña Juana, reina de Castilla y León, domadores de pueblos bárbaros, nosotros, sus siervos, os notificamos y os hacemos saber, como mejor podemos, que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que después de nosotros vinieran.
 
Mas por la muchedumbre de la generación que de éstos ha salido desde hace cinco mil y hasta más años que el mundo fue creado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos reinos y provincias, que en una sola no se podían sostener y conservar. 
 
De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo a uno, que fue llamado san Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o creencia; y diole todo el mundo por su Reino y jurisdicción, y como quiera que él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más aparejado para regir el mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos, moros, judíos, gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren.
 
 A este llamaron Papa, porque quiere decir admirable, padre mayor y gobernador de todos los hombres.  A este san Pedro obedecieron y tomaron por señor, rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y así mismo han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al pontificado, y así se ha continuado hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe. 
 
Uno de los Pontífices pasados que en lugar de éste sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y Reina y sus sucesores en estos reinos, con todo lo que en ella hay, según se contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron, según se ha dicho, que podréis ver si quisieseis. 
 
Así que Sus Majestades son reyes y señores de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado, han recibido a Sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven como súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego sin dilación, como fueron informados de los susodichos, obedecieron y recibieron los varones religiosos que Sus Altezas les enviaban para que les predicasen y enseñasen nuestra Santa Fe y todos ellos de su libre, agradable voluntad, sin premio ni condición alguna, se tornaron cristianos y lo son, y Sus Majestades los recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar como a los otros súbditos y vasallos; y vosotros sois tenidos y obligados a hacer lo mismo.
 
Por ende, como mejor podemos, os rogamos y requerimos que entendáis bien esto que os hemos dicho, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo, y reconozcáis a la Iglesia por señora y superiora del universo mundo, y al Sumo Pontífice, llamado Papa, en su nombre, y al Rey y reina doña Juana, nuestros señores, en su lugar, como a superiores y reyes de esas islas y tierra firme, por virtud de la dicha donación y consintáis y deis lugar que estos padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho. 
 
Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello que sois tenidos y obligados, y Sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos con todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis libremente lo que quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a que os tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad os quisieseis convertir a nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho casi todos los vecinos de las otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederán privilegios y exenciones, y os harán muchas mercedes.  Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de Sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como Sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de Sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen.  Y de como lo decimos y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo dé por testimonio signado, y a los presente rogamos que de ello sean testigos.  FIN (72) (López de Palacios Juan, Monarquía Española)

La 'evangelización' de América.

 Fray Bartolomé De Las Casas Destrucción de las Indias

Fray Bartolomé De Las Casas, denunciaría en su famosa obra sobre 'Brevísima relación de la destrucción de las Indias', el atroz genocidio que los españoles llevaron adelante en el nombre de su Dios y su Rey, sin embargo para remediarlo apelaría a medidas peores, como lo sería pedir la esclavización masiva de los africanos.
 
Él mismo llegó a ser propietario de hombres y mujeres de color esclavizados.
'Brevísima relación de la destrucción de las Indias, colegida por el obispo don fray Bartolomé de Las Casas o Casaus, de la orden de Santo Domingo, año 1552.

Descubriéronse las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos. Fuéronse a poblar el año siguiente de cristianos españoles, por manera que ha cuarenta e nueve años que fueron a ellas cantidad de españoles; e la primera tierra donde entraron para hecho de poblar fué la grande y felicísima isla Española, que tiene seiscientas leguas en torno.(Nota, 1 legua = 4.97Km) Hay otras muy grandes e infinitas islas alrededor, por todas las partes della, que todas estaban e las vimos las más pobladas e llenas de naturales gentes, indios dellas, que puede ser tierra poblada en el mundo. La tierra firme, que está de esta isla por lo más cercano docientas e cincuenta leguas, pocas más, tiene de costa de mar más de diez mil leguas descubiertas, e cada día se descubren más, todas llenas como una colmena de gentes en lo que hasta el año de cuarenta e uno se ha descubierto, que parece que puso Dios en aquellas tierras todo el golpe o la mayor cantidad de todo el linaje humano.
 
Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo.
 
Son asimismo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión e que menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad, que ni hijos de príncipes e señores entre nosotros, criados en regalos e delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores. Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los sanctos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre.
 
Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, e cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, e cuando mucho, duermen en unas como redes colgadas, que en lengua de la isla Española llamaban hamacas. Son eso mesmo de limpios e desocupados e vivos entendimientos, muy capaces e dóciles para toda buena doctrina; aptísimos para recebir nuestra sancta fee católica e ser dotados de virtuosas costumbres, e las que menos impedimientos tienen para esto, que Dios crió en el mundo.
 
 Y son tan importunas desque una vez comienzan a tener noticia de las cosas de la fee, para saberlas, y en ejercitar los sacramentos de la Iglesia y el culto divino, que digo verdad que han menester los religiosos, para sufrillos, ser dotados por Dios de don muy señalado de paciencia; e, finalmente, yo he oído decir a muchos seglares españoles de muchos años acá e muchas veces, no pudiendo negar la bondad que en ellos veen: «Cierto estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo si solamente conocieran a Dios.» En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado, que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales de ella docientas personas.
 
La isla de Cuba es cuasi tan luenga como desde Valladolid a Roma; está hoy cuasi toda despoblada. La isla de Sant Juan e la de Jamaica, islas muy grandes e muy felices e graciosas, ambas están asoladas. Las islas de los Lucayos, que están comarcanas a la Española y a Cuba por la parte del Norte, que son más de sesenta con las que llamaban de Gigantes e otras islas grandes e chicas, e que la peor dellas es más fértil e graciosa que la huerta del rey de Sevilla, e la más sana tierra del mundo, en las cuales había más de quinientas mil ánimas, no hay hoy una sola criatura. Todas las mataron trayéndolas e por traellas a la isla Española, después que veían que se les acababan los naturales della. Andando en navío tres años a rebuscar por ellas la gente que había, después de haber sido vendimiadas, porque un buen cristiano se movió por piedad para los que se hallasen convertirlos e ganarlos a Cristo, no se hallaron sino once personas, las cuales yo vide. Otras más de treinta islas, que están en comarca de la isla de Sant Juan (Puerto Rico), por la misma causa están despobladas e perdidas. Serán todas estas islas, de tierra, más de dos mil leguas, que todas están despobladas e desiertas de gente. De la gran tierra firme somos ciertos que nuestros españoles por sus crueldades y nefandas obras han despoblado y asolado y que están hoy desiertas, estando llenas de hombres racionales, más de diez reinos mayores que toda España, aunque entre Aragón y Portugal en ellos, y más tierra que hay de Sevilla a Jerusalén dos veces, que son más de dos mil leguas. Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos. Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado, que se llaman cristianos, en estirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones. La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras. La otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad, o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen e ser resuelven o subalternan como a géneros todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas. La causa por que han muerto y destruído tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber): por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas; a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas. Y así han curado de sus vidas y de sus ánimas, e por esto todos los números e cuentos dichos han muerto sin fee, sin sacramentos. Y esta es una muy notoria y averiguada verdad, que todos, aunque sean los tiranos y matadores, la saben e la confiesan: que nunca los indios de todas las Indias hicieron mal alguno a cristianos, antes los tuvieron por venidos del cielo, hasta que, primero, muchas veces hubieron recebido ellos o sus vecinos muchos males, robos, muertes, violencias y vejaciones dellos mesmos.
DE LA ISLA ESPAÑOLA  En la isla Española, que fué la primera, como dijimos, donde entraron cristianos e comenzaron los grandes estragos e perdiciones destas gentes e que primero destruyeron y despoblaron, comenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijos a los indios para servirse e para usar mal dellos e comerles sus comidas que de sus sudores e trabajos salían, no contentándose con lo que los indios les daban de su grado, conforme a la facultad que cada uno tenía (que siempre es poca, porque no suelen tener más de lo que ordinariamente han menester e hacen con poco trabajo e lo que basta para tres casas de a diez personas cada una para un mes, come un cristiano e destruye en un día) e otras muchas fuerzas e violencias e vejaciones que les hacían, comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debían de haber venido del cielo; y algunos escondían sus comidas; otros sus mujeres e hijos; otros huíanse a los montes por apartarse de gente de tan dura y terrible conversación. Los cristianos dábanles de bofetadas e puñadas y de palos, hasta poner las manos en los señores de los pueblos. E llegó esto a tanta temeridad y desvergüenza, que al mayor rey, señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó por fuerza su propia mujer. De aquí comenzaron los indios a buscar maneras para echar los cristianos de sus tierras: pusiéronse en armas, que son harto flacas e de poca ofensión e resistencia y menos defensa (por lo cual todas sus guerras son poco más que acá juegos de cañas e aun de niños); los cristianos con sus caballos y espadas e lanzas comienzan a hacer matanzas e crueldades extrañas en ellos. Entraban en los pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban e hacían pedazos, como si dieran en unos corderos metidos en sus apriscos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. Otros, daban con ellas en ríos por las espaldas, riendo e burlando, e cayendo en el agua decían: bullís, cuerpo de tal; otras criaturas metían a espada con las madres juntamente, e todos cuantos delante de sí hallaban. Hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego, los quemaban vivos. Otros, ataban o liaban todo el cuerpo de paja seca pegándoles fuego, así los quemaban. Otros, y todos los que querían tomar a vida, cortábanles ambas manos y dellas llevaban colgando, y decíanles: "Andad con cartas." Conviene a saber, lleva las nuevas a las gentes que estaban huídas por los montes. Comúnmente mataban a los señores y nobles desta manera: que hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y atábanlos en ellas y poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos tormentos, desesperados, se les salían las ánimas. Una vez vide que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco principales y señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impedían el sueño, mandó que los ahogasen, y el alguacil, que era peor que el verdugo que los quemaba (y sé cómo se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla), no quiso ahogarlos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen y atizoles el fuego hasta que se asaron de despacio como él quería. Yo vide todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas. Y porque toda la gente que huir podía se encerraba en los montes y subía a las sierras huyendo de hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias, extirpadores y capitales enemigos del linaje humano, enseñaron y amaestraron lebreles, perros bravísimos que en viendo un indio lo hacían pedazos en un credo, y mejor arremetían a él y lo comían que si fuera un puerco. Estos perros hicieron grandes estragos y carnecerías. Y porque algunas veces, raras y pocas, mataban los indios algunos cristianos con justa razón y santa justicia, hicieron ley entre sí, que por un cristiano que los indios matasen, habían los cristianos de matar cien indios. (...)Había en esta isla Española cinco reinos muy grandes principales y cinco reyes muy poderosos, a los cuales cuasi obedecían todos los otros señores, que eran sin número, puesto que algunos señores de algunas apartadas provincias no reconocían superior dellos alguno. El un reino se llamaba Maguá, la última sílaba aguda, que quiere decir el reino de la vega. Esta vega es de las más insignes y admirables cosas del mundo, porque dura ochenta leguas de la mar del Sur a la del Norte. (...)y todos los ríos que vienen de la una sierra que está al Poniente, que son los veinte y veinte y cinco mil, son riquísimos de oro. En la cual sierra o sierras se contiene la provincia de Cibao, donde se dicen las minas de Cibao, donde sale aquel señalado y subido en quilates oro que por acá tiene gran fama. El rey y señor deste reino se llamaba Guarionex; tenía señores tan grandes por vasallos, que juntaba uno dellos dieciséis mil hombre de pelea para servir a Guarionex, e yo conocí a algunos dellos. Este rey Guarionex era muy obediente y virtuoso, y naturalmente pacífico, y devoto a los reyes de Castilla, y dió ciertos años su gente, por su mandado, cada persona que tenía casa, lo hueco de un cascabel lleno de oro, y después, no pudiendo henchirlo, se lo cortaron por medio e dió llena mitad, porque los indios de aquella isla tenían muy poca o ninguna industria de coger o sacar el oro de las minas. Decía y ofrescíase este cacique a servir al rey de Castilla con hacer una labranza que llegase desde la Isabela, que fué la primera población de los cristianos, hasta la ciudad de Sancto Domingo, que son grandes cincuenta leguas, porque no le pidiesen oro, porque decía, y con verdad, que no lo sabían coger sus vasallos. La labranza que decía que haría sé yo que la podía hacer y con grande alegría, y que valiera más al rey cada año de tres cuentos de castellanos, y aun fuera tal que causara esta labranza haber en la isla hoy más de cincuenta ciudades tan grandes como Sevilla. El pago que dieron a este rey y señor, tan bueno y tan grande, fué deshonrarlo por la mujer, violándosela un capitán mal cristiano: él, que pudiera aguardar tiempo y juntar de su gente para vengarse, acordó de irse y esconderse sola su persona y morir desterrado de su reino y estado a una provincia que se decía de los Ciguayos, donde era un gran señor su vasallo. Desde que lo hallaron menos los cristianos no se les pudo encubrir: van y hacen guerra al señor que lo tenía, donde hicieron grandes matanzas, hasta que en fin lo hobieron de hallar y prender, y preso con cadenas y grillos lo metieron en una nao para traerlo a Castilla. La cual se perdió en la mar y con él se ahogaron muchos cristianos y gran cantidad de oro, entre lo cual pereció el grano grande, que era como una hogaza y pesaba tres mil y seiscientos castellanos, por hacer Dios venganza de tan grandes injusticias. El otro reino se decía del Marién, donde agora es el Puerto Real, (...)y más grande que el reino de Portugal, aunque cierto harto más felice y digno de ser poblado, y de muchas y grandes sierras y minas de oro y cobre muy rico, cuyo rey se llamaba Guacanagarí (última aguda), debajo del cual había muchos y muy grandes señores, de los cuales yo vide y conocí muchos, y a la tierra deste fué primero a parar el Almirante viejo que descubrió las Indias(Colón); al cual recibió la primera vez el dicho Guacanagarí, cuando descubrió la isla, con tanta humanidad y caridad, y a todos los cristianos que con él iban, y les hizo tan suave y gracioso recibimiento y socorro y aviamiento7 (perdiéndosele allí aun la nao en que iba el Almirante), que en su misma patria y de sus mismos padres no lo pudiera recibir mejor. Esto sé por relación y palabras del mismo Almirante. Este rey murió huyendo de las matanzas y crueldades de los cristianos, destruído y privado de su estado, por los montes perdido. Todos los otros señores súbditos suyos murieron en la tiranía y servidumbre que abajo será dicha. El tercero reino y señorío fué la Maguana, tierra también admirable, sanísima y fertilísima, donde agora se hace la mejor azúcar de aquella isla. El rey del se llamó Caonabó. Éste en esfuerzo y estado y gravedad y cerimonias de su servicio, excedió a todos los otros. A éste prendieron con una gran sutileza y maldad, estando seguro en su casa. Metiéronlo después en un navío para traello a Castilla, y estando en el puerto seis navíos para se partir, quiso Dios mostrar ser aquella con las otras grande iniquidad y injusticia y envió aquella noche una tormenta que hundió todos los navíos y ahogó todos los cristianos que en ellos estaban, donde murió el dicho Caonabó cargado de cadenas y grillos. Tenía este señor tres o cuatro hermanos muy varoniles y esforzados como él; vista la prisión tan injusta de su hermano y señor y las destruiciones y matanzas que los cristianos en los otros reinos hacían, especialmente desde que supieron que el rey su hermano era muerto, pusiéronse en armas para ir a cometer y vengarse de los cristianos; van los cristianos a ellos con ciertos de caballo (que es la más perniciosa arma que puede ser para entre indios) y hacen tanto estragos y matanzas que asolaron y despoblaron la mitad de todo aquel reino. El cuarto reino es el que se llamó de Xaraguá; éste era como el meollo o médula o como la corte de toda aquella isla; excedía a la lengua y habla ser más polida; en la policía y crianza más ordenada y compuesta; en la muchedumbre de la nobleza y generosidad, porque había muchos y en gran cantidad señores y nobles; y en la lindeza y hermosura de toda la gente, a todos los otros. El rey y señor dél se llamaba Behechio; tenía una hermana que se llamaba Anacaona. Estos dos hermanos hicieron grandes servicios a los reyes de Castilla e inmensos beneficios a los cristianos, librándolos de muchos peligros de muerte, y después de muerto el rey Behechio quedó en el reino por señora Anacaona. Aquí llegó una vez el gobernador que gobernaba esta isla con sesenta de caballo y más trecientos peones, que los de caballos solos bastaban para asolar a toda la isla y la tierra firme, y llegáronse más de trescientos señores a su llamado seguros, de los cuales hizo meter dentro de una casa de paja muy grande los más señores por engaño, e metidos les mandó poner fuego y los quemaron vivos. A todos los otros alancearon e metieron a espada con infinita gente, e a la señora Anacaona, por hacerle honra, ahorcaron. Y acaescía algunos cristianos, o por piedad o por codicia, tomar algunos niños para ampararlos no los matasen, e poníanlos a las ancas de los caballos: venía otro español por detrás e pasábalo con su lanza. Otrosí, estaba el niño en el suelo, le cortaban las piernas con el espada. Alguna gente que pudo huir desta tan inhumana crueldad, pasáronse a una isla pequeña que está cerca de allí ocho leguas en la mar, y el dicho gobernador condenó a todos estos que allí se pasaron que fuesen esclavos, porque huyeron de la carnicería. El quinto reino se llamaba Higüey e señoreábalo una reina vieja que se llamó Higuanamá. A ésta ahorcaron; e fueron infinitas las gentes que yo vide quemar vivas y despedazar e atormentar por diversas y nuevas maneras de muertes e tormentos y hacer esclavos todos los que a vida tomaron. Y porque son tantas las particularidades que en estas matanzas e perdiciones de aquellas gentes ha habido, que en mucha escritura no podrían caber (porque en verdad que creo que por mucho que dijese no pueda explicar de mil partes una), sólo quiero en lo de las guerras susodichas concluir con decir e afirmar que en Dios y en mi conciencia que tengo por cierto que para hacer todas las injusticias y maldades dichas e las otras que dejo e podría decir, no dieron más causa los indios ni tuvieron más culpa que podrían dar o tener un convento de buenos e concertados religiosos para robarlos e matarlos y los que de la muerte quedasen vivos, ponerlos en perpetuo cautiverio e servidumbre de esclavos. Y más afirmo, que hasta que todas las muchedumbres de gentes de aquella isla fueron muertas e asoladas, que pueda yo creer y conjecturar, no cometieron contra los cristianos un solo pecado mortal que fuese punible por hombres; y los que solamente son reservados a Dios, como son los deseos de venganza, odio y rancor que podían tener aquellas gentes contra tan capitales enemigos como les fueron los cristianos, éstos creo que cayeron en muy pocas personas de los indios, y eran poco más impetuosos e rigurosos, por la mucha experiencia que dellos tengo, que de niños o muchachos de diez o doce años. Y sé por cierta e infalible sciencia que los indios tuvieron siempre justísima guerra contra los cristianos, e los cristianos una ni ninguna nunca tuvieron justa contra los indios, antes fueron todas diabólicas e injustísimas e mucho más que de ningún tirano se puede decir del mundo; e lo mismo afirmo de cuantas han hecho en todas las Indias. Después de acabadas las guerras e muertes en ellas, todos los hombres, quedando comúnmente los mancebos y mujeres y niños, repartiéronlos entre sí, dando a uno treinta, a otro cuarenta, a otro ciento y docientos (según la gracia que cada uno alcanzaba con el tirano mayor, que decían gobernador). Y así repartidos a cada cristiano dábanselos con esta color: que los enseñase en las cosas de la fe católica, siendo comúnmente todos ellos idiotas y hombres crueles, avarísimos e viciosos, haciéndoles curas de ánimas. Y la cura o cuidado que dellos tuvieron fué enviar los hombres a las minas a sacar oro, que es trabajo intolerable, e las mujeres ponían en las estancias, que son granjas, a cavar las labranzas y cultivar la tierra, trabajo para hombres muy fuertes y recios. No daban a los unos ni a las otras de comer sino yerbas y cosas que no tenían sustancia; secábaseles la leche de las tetas a las mujeres paridas, e así murieron en breve todas las criaturas. Y por estar los maridos apartados, que nunca vían a las mujeres, cesó entre ellos la generación; murieron ellos en las minas, de trabajos y hambre, y ellas en las estancias o granjas, de lo mesmo, e así se acabaron tanta e tales multitudes de gentes de aquella isla; e así se pudiera haber acabado todas las del mundo. Decir las cargas que les echaban de tres y cuatro arrobas, e los llevaban ciento y doscientas leguas (y los mismos cristianos se hacían llevar en hamacas, que son como redes, acuestas de los indios), porque siempre usaron dellos como de bestias para cargar. Tenían mataduras en los hombros y espaldas, de las cargas, como muy matadas bestias; decir asimismo los azotes, palos, bofetadas, puñadas, maldiciones e otros mil géneros de tormentos que en los trabajos les daban, en verdad que en mucho tiempo ni papel no se pudiese decir e que fuese para espantar los hombres. Y es de notar que la perdición destas islas y tierras se comenzaron a perder y destruir desde que allá se supo la muerte de la serenísima reina doña Isabel, que fué el año de mil e quinientos e cuatro, porque hasta entonces sólo en esta isla se habían destruído algunas provincias por guerras injustas, pero no de todo, y éstas por la mayor parte y cuasi todas se le encubrieron a la Reina.(...) Débese de notar otra regla en esto: que en todas las partes de las Indias donde han ido y pasado cristianos, siempre hicieron en los indios todas las crueldades susodichas, e matanzas, e tiranías, e opresiones abominables en aquellas inocentes gentes; e añadían muchas más e mayores y más nuevas maneras de tormentos, e más crueles siempre fueron(...) (Fué impresa la presente obra en la muy noble e muy leal ciudad de Sevilla, en casa de Sebastián Trujillo, impresor de libros. A nuestra señora de Gracia. Año de MDLII) (20) (De Las Casas Fray Bartolomé, 'Brevísima relación de la destrucción de las Indias.' Cambio 92, Madrid, 1992)

No todos acordaban con la matanza: La Homilía ocultada de Fray Montesinos
Otras voces también provenientes de la Iglesia, se levantarían con igual ímpetu, para repudiar las atrocidades cometidas por los españoles en América. Fray Antonio de Montesinos pronunció en 1511, en la Isla de Santo Domingo, un brutal ataque a los encomenderos y tratantes de esclavos, en una homilía que España ocultaría durante siglos. Montesinos atacó frontalmente a los genocidas. 'Todos  estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hechos tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dáis incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su Dios y creador, sean bautizados, oigan misa guarden las fiestas y domingos? ¿Éstos no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos? Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad  de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto que en el estado (en) que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo.' (3)(pag54)(Pigna Felipe, op.cit.Tomo I. 2004).

De manera infame la Iglesia católica y la historiografía de origen católico, tanto española como particularmente de origen argentina, en particular la corriente conocida como Revisionismo hispano-católico, integrada entre otros por José María Rosa, Ernesto Palacio, Fermín Chávez, Martínez Zuviría (Hugo Wast), Federico y Carlos Ibauguren, Manuel Gálvez, Juan Carlos de Paoli,  los hermanos Irazusta (todos los nombrados funcionarios de la dictadura fascista de Uriburu, instalada en 1930), Jorge Sulé, y hasta Jorge Abelardo ramos, niegan estos hechos atroces relatados por las Casas y otras decenas de frailes, pero especialmente contados y vividos, por todos los pueblos americanos  que debieron soportar la atroz invasión española. Esa que Ernesto Giúdici  de manera genial llamó 'cuando Hitler invadió a América', dando una idea actualizada de la magnitud del genocidio cometido, de las metodologías atroces empleadas y del similitud de origen en el catolicismo occidental europeo del nazismo alemán y del genocidio español en América. Dichos historiadores hispano católicos, unidos  a la derecha católica española, incluido el propio dictador fascista Francisco Franco, quien solía escribir sobre la historia americana con seudónimo, incluso se niegan a aceptar la historia del genocidio cometido. Historia que debe ser relatada y conocida por todo el mundo y que hoy es imposible de ocultar. Por el contrario hablan de una supuesta 'Leyenda Negra', propiciada por Inglaterra para descalificar la 'misión evangelizadora y civilizadora' de España en América. Los relatos de Las Casas, Montesinos, Moreno, Belgrano, Monteagudo, y la historia contada por las etnias sobrevivientes a las casi 2500 existentes en 1492, -hoy solo restan 250- los mas de cien  millones de americanos nativos asesinados en sólo un siglo, hablan de la infamia y la falsedad de la supuesta leyenda negra y por el contrario la refrendan totalmente.

El famoso 'mestizaje'.
Toda una corriente historiográfica influida por los intereses oligárquicos, lso de la dercha española y la ideología de la Iglesia católica expresada por los revisionistas de cuño hispano-católico (José María el Pepe Rosa, los hermanos Irazusta, Carlos y Federico Ibarguren, Martínez Subiría -Hugo Wast-, Carlos de Paoli, Jorge Abelardo Ramos,  entre muchos otros en Argentina y toda América), reivindican el 'mestizaje' de los españoles 'amplios de espíritu y ajenos al racismo anglosajón'  con las mujeres indias que consentían alegres y oferentes el deseo sexual de los hidalgos ibéricos. Sin embargo por boca de los propios españoles la historia parece haber sido muy diferente, aun cuando el resultado haya sido el mestizaje, pero obligatorio y de prepo, es decir mediante el estupro y la violación masiva de las jóvenes indias. Un cronista peninsular reivindicador de la España 'conquistadora', Juan Eslava Galán (83), no tiene sin embargo, más remedio que reconocer que, 'Es natural que los taínos (los habitantes de la Española. AJL) se mostraran algo recelosos con los españoles cuando advirtieron que también ellos secuestraban y tomaban mujeres para concubinas. Colón siempre discreto, procuró silenciar el tema, pero otros indicios nos permiten deducir lo que ocurrió. Oigamos a Michele de Cuneo, un italiano que acompañaba al Almirante en este segundo viaje: "Como yo estaba en el batel apresé a una caníbal (una mujer Caribe, a quienes los españoles acusaban de caníbales para poder justificar su esclavización y exterminio. AJL) bellísima y el señor Almirante (Cristóbal Colón. AJL) me la regaló. Yo la tenía en mi cámara, y como según su costumbre, estaba desnuda, me entraron ganas de solazarme con ella. Cuando quise poner en ejecución mi deseo, ella se opuso y defendió con las uñas de tal forma que mejor no hubiera empezado. Pero así las cosas, para contaros todo de una vez, eché mano de una soga y le di una tunda que no os podéis imaginar los gritos que profería. Finalmente nos pusimos tan de acuerdo que sólo os diré que realmente parecía entrenada en una escuela de rameras.'(83)(pag181)(Eslava Galán Juan, op.cit.,1992) Más tarde en lo que podría denominarse el primer levantamiento hispanoamericano, los españoles residentes en la Española se sublevaron contra el gobierno despótico y corrupto de la familia Colón exigiendo el derecho a explotar a los indios por ellos mismos y a tener todas las indias que desearan. El jefe de la sublevación, Francisco Roldán Jiménez, inició su levantamiento con el mismo lema que de una u otra forma usarían todos los amotinados criollos en América, incluidos Túpac Amaru y los revolucionario de Mayo: 'Viva el rey, muera el mal gobierno'. Pero para reunir a sus hombres fue más claro, tratando de convencer a los tripulantes de dos carabelas que en su segundo viaje Colón, había enviado con provisiones a la isla antes de llegar él mismo. Así Roldán les expresó a los españoles recién llegados: 'En lugar de azadones, manejaréis tetas; en vez de trabajos, cansancio y vigilias, tendréis abundancia, placeres y reposo." La existencia que llevaban los rebeldes de Roldán, parásitos de los sufridos indígenas era, en verdad reposada. Aquellos truhanes se habían rodeado de esclavos indígenas y concubinas y vivían como sátrapas. Las Casas (El Padre Bartolomé de las Casas, en su 'Brevísima relación de la destrucción de las Indias'. AJL) certifica que ni siquiera "se preocupaban por andar a pie camino alguno; aunque no tenían mulas; aunque no tenían mulas ni caballos, sino a cuestas de los hombros de los desventurados indios, o como en litera metidos en hamacas." Además "iban junto con indios que llevasen unas hojas grandes de árboles para hacerles sombra y otros unas alas de ánsar para abanicarlos; seguidos de una recua de indios cargados como asnos... con los hombros y las espaldas como de bestias con mataduras.' (83)(pag202) (Eslava Galán Juan, op.cit.,1992) Destituido el gobierno de la familñia Colón por la corona española, fue designado al mando de La Española en su lugar Francisco de Bobadilla, sin embargo 'Sus concesiones demagógicas (entre ellas la explotación sexual de las nativas) no le granjearon la aprobación de los gobernados. Los reyes lo destituyeron y murió en el naufragio de la carabela que lo devolvía a España.'(83)(pag206)(Eslava Galán Juan, op.cit.1992)
Abya Yala o América

'Abya Yala, el descubrimiento de América
Enrique Dussel (Dussel, 1993) ya nos había advertido que el denominado "descubrimiento de América" fue, en verdad, el encubrimiento de los pueblos que aquí habitaban. Abya Yala es, así, el verdadero descubrimiento de América. Es lo que veremos en este artículo.
En la lengua del pueblo Kuna, Abya Yala significa "tierra madura", "tierra viva" o "tierra en florecimiento" y es sinónimo de América. El pueblo Kuna es originario de Sierra Nevada, en el norte de Colombia, habitó la región del Golfo de Urabá y las montañas de Darien, y actualmente vive en la costa caribeña de Panamá, en la Comarca de Kuna Yala (San Blas). Abya Yala se viene usando como una autodesignación de los pueblos originarios del continente en contraposición a América, expresión que, aunque usada por primera vez en 1507 por el cosmólogo Martin Wakdseemüller, sólo se consagra desde fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX como un medio de las élites criollas para afirmarse en contraposición a los conquistadores europeos dentro del proceso de independencia. Aunque los diferentes pueblos originarios que habitan el continente atribuyeran nombres propios a la regiones que ocupaban -Tawantinsuyu, Anauhuac, Pindorama-, la expresión Abya Yala es cada vez más usada por los pueblos originarios del continente objetivando la construcción de un sentimiento de unidad y pertenencia. Pese a que algunos intelectuales, como el sociólogo catalán-boliviano Xavier Albó, ya habían utilizado la expresión Abya Yala en contraposición a la designación consagrada de América, la primera vez que la expresión fue explícitamente usada con ese sentido político fue en la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, realizada en Quito en 2004. Nótese que en la I Cumbre, realizada en México en el año 2000, la expresión Abya Yala aún no era invocada, como se puede leer en la Declaración de Teotihuacán, cuando se presentan como "los Pueblos Indígenas de América reafirmamos nuestros principios de espiritualidad comunitaria y el inalienable derecho a la Autodeterminación como Pueblos Originarios de este continente". A partir de 2007, sin embargo, en la III Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, realizada en Iximche, Guatemala, no sólo se autoconvocan como Abya Yala, sino que también resuelven constituir una Coordinación Continental de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas de Abya Yala "como espacio permanente de enlace e intercambio, donde converjan experiencias y propuestas, para que juntos enfrentemos las políticas de globalización neoliberal y luchar por la liberación definitiva de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y de todo patrimonio natural para vivir bien". Poco a poco, en los diferentes encuentros del movimiento de los pueblos originarios, el nombre América va siendo sustituido por Abya Yala, indicando así no apenas otro nombre, sino también la presencia de otro sujeto enunciador del discurso, hasta aquí callado y subalternizado en términos políticos: los pueblos originarios. La idea de un nombre propio que abarcara todo el continente se impuso a esos diferentes pueblos y nacionalidades cuando comenzaron a superar el largo proceso de aislamiento político a que se vieron sometidos tras la invasión de sus territorios en 1492, con la llegada de los europeos. Junto con Abya Yala hay todo un nuevo léxico político que también se viene construyendo, donde la propia expresión "pueblos originarios" gana sentido. Esa expresión afirmativa fue la que esos pueblos en lucha encontraron para autodesignarse y superar la generalización eurocéntrica de "pueblos indígenas". A fin de cuentas, antes de la llegada de los invasores europeos, en el continente había una población estimada de entre 57 y 90 millones de habitantes que se distinguían como maya, kuna, chibcha, mixteca, zapoteca, ashuar, huaraoni, guarani, tupinikin, kaiapó, aymara, ashaninka, kaxinawa, tikuna, terena, quéchua, karajás, krenak, araucano/mapuche, yanomami, xavante, entre tantos y tantas nacionalidades y pueblos originarios del continente. La expresión "indígena" es, en ese sentido, una de las mayores violencias simbólicas cometidas contra los pueblos originarios de Abya Yala en la medida en que es una designación que hace referencia a las Indias, o sea, a la región buscada por los negociantes europeos a fines del siglo XV. La expresión "indígena" ignora, así, que esos otros pueblos tenían sus propios nombres y su propia designación para sus territorios. Paradójicamente, la expresión "pueblos indígenas", en la misma medida en que ignora la differentia specifica de esos pueblos, contribuyó a unificarlos no sólo desde el punto de vista de los conquistadores/invasores, sino también como una designación que, en principio, servirá para constituir la unidad política de esos pueblos por sí mismos, cuando comienzan a percibir la historia común de humillación, opresión y explotación de su población y la dilapidación y devastación de sus recursos naturales. Abya Yala se configura, por lo tanto, como parte de un proceso de construcción político-identitario en el que las prácticas discursivas cumplen un papel relevante de descolonización del pensamiento, y que ha caracterizado al nuevo ciclo del movimiento "indígena" cada vez más como un movimiento de los pueblos originarios. La comprensión de la riqueza de los pueblos que viven aquí hace miles de años y del papel que tuvieron y tienen en la constitución del sistema-mundo ha alimentado la construcción de ese proceso político-identitario. Considérese, por ejemplo, que hasta la invasión de Abya Yala (América) Europa detentaba un papel marginal en los grandes circuitos mercantiles, que tenían en Constantinopla uno de sus lugares centrales. La toma de esa ciudad por los turcos, en 1453, propició la búsqueda de caminos alternativos, sobre todo por parte de los grandes negociantes genoveses, que encontraron apoyo político entre las monarquías ibéricas y en la Iglesia Católica Romana. Desde entonces, circuitos mercantiles relativamente independientes en el mundo pasan a estar integrados e incluso se constituye el circuito Atlántico con la incorporación del Tawantinsuyu (región hoy ocupada por Perú, Ecuador y Bolivia, principalmente), del Anahuac (hoy México y Guatemala, principalmente), de las tierras guaraníes (envolviendo parte de Argentina, Paraguay, sur de Brasil y Bolivia, principalmente) y Pindorama (nombre con que los tupí designaban a Brasil). El carácter periférico y marginal de Europa era tal que la expresión "orientarse" (ir hacia el oriente) indicaba la relevancia de Oriente en la época. Así, es con la incorporación de los pueblos de Abya Yala y con su sometimiento político, junto con el tráfico y la esclavización de los negros africanos traídos a este continente, que se crea la oportunidad para la centralidad de Europa. En resumen, el surgimiento del sistema mundo moderno se da junto con la construcción de la colonialidad. Se trata, por lo tanto, de un sistema mundo moderno-colonial. Y ese carácter contradictorio inscrito en el sistema mundo moderno, que busca olvidar su carácter también colonial, es lo que los pueblos originarios de Abya Yala vienen buscando explicitar en la lucha "por la liberación definitiva de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y de todo patrimonio natural para vivir bien".
De este modo, la descolonización del pensamiento se vuelve central para los pueblos originarios de Abya Yala. Como bien señaló Luis Macas, de la Coordinadora de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), "nuestra lucha es epistémica y política", donde cumple un papel fundamental el poder de designar lo que es el mundo. Varios intelectuales vinculados a las luchas de los pueblos de Abya Yala han señalado el carácter etnocéntrico inscrito en las propias instituciones, incluso en el Estado Territorial, cuyo eje estructurante está en la propiedad privada y cuyo fundamento se encuentra en el Derecho Romano. A pesar de su origen regional europeo, los fundamentos del Estado Territorial, incluso la idea de espacios mutuamente excluyentes, como la propiedad privada, han sido impuestos al resto del mundo como si fueran universales, ignorando las diferentes formas de apropiación de los recursos naturales que predominaban en la mayor parte del mundo, casi siempre comunitarias y no mutuamente excluyentes. En América Latina, el fin del colonialismo no significó el fin de la colonialidad, como afirmó el sociólogo peruano Aníbal Quijano, explicitando el carácter colonial de las instituciones que sobrevivieron tras la independencia y que ilumina la declaración de Evo Morales Ayma al asumir la presidencia de la República de Bolivia, en 2006, cuando afirmó que era "preciso descolonizar el Estado". Para que no se piense que se trata de una afirmación abstracta, debe recordarse que los concursos de oposición para funcionarios públicos en ese país eran realizados exclusivamente en lengua española, cuando aproximadamente el 62 por ciento de la población piensa en quechua, aymara y guaraní, las lenguas que hablan predominantemente en su vida cotidiana. En países como Guatemala, Bolivia, Perú, México, Ecuador y Paraguay, así como en ciertas regiones de Chile (en el sur, donde viven aproximadamente un millón de araucanos/mapuches), de Argentina (el Chaco norteño) y de la Amazonia (brasileña, colombiana y venezolana), el carácter colonial del Estado se hace presente con todo su peso. El "colonialismo interno", expresión consagrada por Pablo González Casanova, se muestra actual, en tanto historia de larga duración actualizada. No es raro que esas regiones sean objeto de programas de desarrollo, casi siempre de des-compromiso, de modernización, casi siempre de colonización (de hecho, esas expresiones casi siempre son sinónimos). La elección del nombre Abya Yala por los kuna recupera la lucha por la afirmación de sus territorios, de la que ellos fueron pioneros con su revolución de 1925, consagrada en 1930 en el derecho de autonomía de la Comarca de Kuna Yala, con sus 320.600 hectáreas de tierras, más las aguas vecinas del archipiélago de San Blas. La lucha por el territorio se configura como una de las más relevantes en el nuevo ciclo de luchas del movimiento de los pueblos originarios que se delinea a partir de los años '80 del siglo pasado (Myskitos en Nicaragua) y que logra su mayor expresión en los años '90 y a comienzos del nuevo siglo, revelando cambios profundos tanto del punto de vista epistémico como político. En ese nuevo ciclo de luchas, se produce un desplazamiento de la lucha por la tierra en tanto medio de producción, característica de un movimiento que se construyó en torno a la identidad campesina, hacia una lucha por el territorio. Las grandes Marchas por la Dignidad y por el Territorio de 1990, que fueron movilizadas en Bolivia y en Ecuador con estructuras organizacionales independientes, son hitos de ese nuevo momento. "No queremos tierra, queremos territorio", es la síntesis expresada en un cartel boliviano. Así, más que una clase social, lo que se ve en construcción es una comunidad etnopolítica, o sea, el indigenato (Darcy Ribeiro) constituyéndose como sujeto político. Considérese que fue fundamental para esa emergencia la tensa lucha del pueblo miskito en el interior de la Revolución Sandinista, en Nicaragua (1979-1989), por la afirmación de su derecho a la diferencia y a la demarcación de sus territorios, y que, pese a todo el desgaste que generó aquella experiencia revolucionaria, en gran medida por la colonialidad presente entre las corrientes políticas e ideológicas que la lideraron, nos legó una de las más avanzadas legislaciones sobre los derechos de autonomía de los pueblos originarios, tal como nos informa Héctor Díaz-Polanco. El levantamiento zapatista del 1º de enero de 1994 daría enorme visibilidad a ese movimiento que, aunque de modo desigual, se extiende por todo el continente al mostrar, por primera vez en la historia, que los pueblos originarios comienzan a dar respuestas más que locales/regionales a sus demandas, sin dejar de ser locales/regionales. El protagonismo de este movimiento ha sido importante en la lucha por la reapropiación de sus recursos naturales, como se puede ver en 2000, en Cochabamba, en la Guerra del Agua y, en 2005, en la Guerra del Gas, ambas en Bolivia, pero también entre los araucanos/mapuche, en Chile, en la lucha por la reapropiación del río Bio Bio, amenazado por la construcción de centrales hidroeléctricas, o aun en las luchas contra la explotación petrolera en el Parque Nacional de Yasuny, en la Amazonia ecuatoriana, y la frontera colombiano-venezolana, entre tantos otros ejemplos. Ese movimiento ha sido fundamental también en la lucha por la preservación de la diversidad biológica, en gran medida asociada a la diversidad cultural y lingüística. La dimensión territorial del movimiento se exhibe, asimismo, en su protagonismo ante las nuevas estrategias supranacionales de territorialización del capital, como en los casos del Nafta, el Alca y los Tratados de Libre Comercio (TLCs). El movimiento zapatista lo explicitó mejor que cualquier otro al hacer emerger al México Profundo, se podría decir a la "América Profunda", precisamente el día en que se firmaba el Nafta. El protagonismo del movimiento de los pueblos originarios también fue importante en la lucha contra el Alca y contra los TLCs que siguieron a la derrota del Alca. Como puede verse, la lucha por el territorio asume un carácter central y una perspectiva teórico política innovadora en la medida en que la dimensión subjetiva, cultural, resulta aliada a la dimensión material -agua, biodiversidad, tierra-. Territorio es, de esta manera, naturaleza + cultura, como insisten el antropólogo colombiano Arturo Escobar y el epistemólogo mexicano Enrique Leff, y la lucha por el territorio se muestra con todas sus implicaciones epistémicas y políticas. Cuando observamos las regiones de nuestro continente que contienen la mayor riqueza en biodiversidad y en agua, podemos ver cuán estratégicos son esos pueblos, y cada vez más tienden a ser, ante las nuevas fronteras de expansión del capital (Díaz-Polanco, Ceceña y Ornelas). Abya Yala se posiciona así como un atractor (Prigogine) en torno al que otro sistema puede configurarse. Eso es lo que los pueblos originarios están proponiendo con ese otro léxico político. No olvidemos que dar nombre propio es apropiarse. Es hacer propio un espacio a través de los nombres que se atribuyen a ríos, montañas, bosques, lagos, animales y plantas; por ese medio, un grupo social se constituye como tal, constituyendo sus mundos de vida, sus mundos de significación y convirtiendo un espacio en su espacio: un territorio. El lenguaje territorializa y, de esa manera, se revela una tensión de territorialidades entre América y Abya Yala.' (122)(Giarracca Norma,  Abya Yala, el descubrimiento de América)

La destrucción de la cultura americana objeto de saqueo y dominio cultural-religioso
'La destrucción de América latina, afectó fuertemente también a los sectores culturales: la memoria histórica fue objeto de manipulación, fuego, robo y censura. El proceso fue lento y sistemático, feroz e implacable: hoy sabemos que el sesenta por ciento de toda la memoria escrita de la región desapareció. Un cincuenta por ciento por destrucción premeditada y un diez por ciento por desidia. Más de quinientas lenguas se extinguieron para siempre. Acaso la destrucción de la memoria histórica latinoamericana comienza con el feroz ataque de los conquistadores españoles a Tenochtitlán en 1521. Bernal Díaz del Castillo relata en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España: "Y cuando hubieron llegado a la casa del tesoro, llamada Teucalco, luego se sacan afuera todos los artefactos tejidos de pluma, tales como travesaños de pluma de quetzal, escudos finos, discos de oro, collares de los dioses, las lunetas de la nariz, hechas de oro, las grebas de oro, las ajorcas de oro, las diademas de oro. Inmediatamente fue desprendido de todos los escudos el oro lo mismo que de todas las insignias. Y luego hicieron una gran bola de oro, y dieron fuego, encendieron, prendieron llama a todo lo que restaba, por valioso que fuera: con lo cual todo ardió". Los frailes Fray Juan de Zumárraga y Diego de Landa se encargaron luego de hacer desaparecer el noventa por ciento de los códices Mayas. En 1532, Francisco Pizarro, un eminente conquistador analfabeto, y mediocre empresario dedicado a la cría de cerdos, sometió a Atahualpa y le pidió un rescate. Con ingenuidad, el Emperador de los Incas le entregó cientos de objetos que luego fueron fundidos en 6080 kilos de oro y 11872 kilos de plata. De esta forma se aniquilaron obras de arte valiosísimas. Posteriormente, las tropas españolas acudieron al Templo del Sol en Cuzco y arrasaron con todo lo que encontraron a su paso y las esculturas de oro las fundieron sin misericordia. Este "memoricidio", cometido en la época del "humanismo clásico", avalado por los mejores pensadores europeos, fue premeditado: los distintos proyectos imperiales transculturizaron por igual a indígenas y africanos para someterlos con una derrota total. Como bien se sabe, ningún imperio puede sostenerse sólo por la fuerza de las armas o de un modelo económico y político, se requiere la imposición de valores culturales y la práctica de la damnatio memoriae sobre los pueblos vencidos. Dado que la memoria es el vínculo más importante de la identidad nacional, es el primero en ser amenazado o atacado. Entre el siglo XVI y el siglo XXI, bibliotecas, archivos, ediciones únicas, piezas de arte prehispánico o colonial y de la etapa modernista y surrealista fueron arrasados, olvidados o expoliados. Decenas de bibliotecarios y archivistas fueron asesinados desde México hasta Tierra del Fuego, lo que convierte a estos oficios en los oficios más riesgosos del continente después del relativo a los periodistas y militantes. Durante las dictaduras de las décadas de los sesenta y ochenta, numerosas editoriales fueron víctimas de ataques violentos y miles de escritores fueron asesinados o exiliados. En los actuales momentos, están desapareciendo miles de libros del siglo XIX debido a la falta de presupuesto para su restauración y conservación. El cincuenta por ciento de las bibliotecas latinoamericanas soporta abandono y desidia, y lo mismo pasa con los archivos. Otro grave problema heredado es el tráfico ilícito de obras de arte y de objetos arqueológicos: aumenta sin medida por la demanda de compradores inescrupulosos interesados en piezas fundamentales de las culturas precolombinas.Se tiene certeza de que el ochenta por ciento de los asentamientos arqueológicos de la península de Yucatán han sido saqueados. En su búsqueda, los saqueadores han destruido monumentos y tumbas en Ecuador, Colombia, México, Belice, Guatemala y Honduras. Cada asentamiento recuerda un paisaje lunar. En Amazonas, roban urnas amazónicas; en Costa Roca y Panamá trafican con águilas colgantes de oro. No hay un solo museo arqueológico que no haya sido robado. En el Museo Carlos Zevallos Menéndez de Guayaquil, una banda disimuló el robo de máscaras Tumaco-Tolita con un incendio en el edifico que arruinó cientos de obras. Los denominados huaqueros, en su afán por conseguir cerámicas del período Moche, Keros incas o remos labrados Chimú y Chincha, han provocado un saqueo total en Perú con el silencio de las autoridades. Esta es la realidad. Los historiadores resaltan con vergüenza la quema de libros en Alemania durante la época nazi, condenan la destrucción de la cultura de los bosnios a manos de los serbios, pero ignoran la quema de los Códices Aztecas a manos de religiosos cristianos españoles.Quiero manifestar aquí que cuando visité México en 2004 para asistir a la presentación de una edición de mi obra Historia universal de la destrucción de los libros, intenté rastrear con mejores documentos la eliminación de los escritos Mayas y fue bien poco lo que pude encontrar. Hay un silencio letal sobre este asunto, que a veces se traduce en un artículo emocional; jamás en un estudio detallado que compile todos los bienes culturales latinoamericanos desaparecidos o destruidos hasta la fecha. En verdad, creo que a pesar de los esfuerzos evidentes por entender el pasado desde una perspectiva más plural, los latinoamericanos todavía sentimos vértigo a la hora de examinar nuestra historia.'(123)(Baez Fernando, La Nación, Buenos Aires, 29-01-2006) 
II. La cultura  solidarista-comunista americana

El Inkario fundante. El Tuhuantisuyu y el Solidarismo Inka.
'Es imposible hacer la historia de las nuevas naciones, como Argentina, Perú, Bolivia y Chile (también Ecuador. AJL) que emergieron impetuosas en los albores del siglo XIX, partiendo únicamente de la negación superadora de la cultura española. En un segundo plano, y a veces en el primero, estuvo siempre presente la antigua cultura incaica. El mito del gran imperio indígena, descuartizado por los españoles, se viene reproduciendo como un sueño colectivo, pasando de generación en generación, calentando los sentimientos de los pueblos americanos de base indígena y de quienes en lo más íntimo se consideran herederos de la vieja aristocracia imperial incaica. Hubo un pasado precolombino que se hizo presente en los restos de centros urbanos monumentales, de templos memorables, semiderruidos, pero que convergían hacia el Cuzco, la ciudad capital de la religión del Sol, "el ombligo del mundo". Millones de hombres conducidos por grandes Incas que cubren casi un milenio, organizaron un coordinado sistema nacional de vida sobre una larga extensión que va desde cerca de Panamá hasta el norte argentino. (Desde Panamá, hasta el sur de la provincia de San Luis, según los últimos estudios, en el momento de máxima extensión. AJL). La historiografía burguesa ha encerrado toda esta gran experiencia social americana, que desde ese largo pasado alimenta un poderoso mito indigenista, en el campo menor de la etnología, negándole el derecho a ocupar un espacio en la historia. Pero allí están los hechos que han roto ya estos restrictos esquemas interpretativos y hoy Macchu Picchu es ya un centro de atracción histórica como Atenas o Roma.(...) "Ha habido en el Perú a la vez colectivismo agrario y socialismo de Estado, el uno muy anterior a los Incas, el otro establecido por estos conquistadores, el uno resultado de una larga evolución, el otro creación del género humano. En realidad, crearon de arriba a abajo un marco socialista de producción, de reparto, de consumo, y jerarquizaron la población en  forma que todo el poder y todas las responsabilidades estuviesen en manos de los jefes." [Buadin Louis, citado por (10)(pag15)(Astesano E. Op.cit)]Una verdadera revolución social agraria estuvo en la base del gran imperio [incaico], al imponerse la forma superior de propiedad estatal sobre la propiedad comunal de las tribus. La nacionalización de la tierra como resultado de la centralización del poder en los grandes Incas, transformó el sistema, identificando la propiedad de la tierra con la soberanía, y la renta de la tierra con el impuesto, creando además una nueva categoría: "la tierra del Inca" o "tierra del Templo", que también era trabajada colectivamente por el pueblo. En esencia el trabajo social se desdoblaba -como en todas las culturas antiguas- en trabajo necesario aplicado a la tierra comunal y trabajo sobrante, creador de excedente, destinado a las otras formas de propiedad común. La propiedad estatal de la tierra que expresaba el salto revolucionario hacia una sociedad nueva fue acompañada por una gran revolución hidráulica (que alcanzó a todo le Tercer Mundo similar a la revolución industrial de nuestros días). Había nacido el modo de producción Solidarista antiguo (Base ancestral de la solidaridad de nuestros pueblos americanos. La que les ha permitido sobrevivir a los sucesivos genocidios y condiciones de superexplotación inhumanas, a los que han sido sometidos, por los invasores españoles primero y por las repúblicas oligárquicas probritánicas o proyanquis posteriores a la Independencia. AJL).(...) "El gobierno (incaico) aparece en todas las regiones como un conjunto bastante homogéneo de profesionales civiles, militares o religiosos, que cubrían importantes necesidades de dirección económica, política o militar de núcleos numerosos. El paso del jefe indio de la comunidad al funcionamiento del Estado apareció así como una necesidad al desarrollo de la sociedad." [(Witfogel, K, op.cit., (pag275) citado por (10)(pag16) (Astesano E. Op.cit)] "Respecto del control social y riquezas naturales, los caudillos constructores del Estado hidráulico no tuvieron igual en el mundo no hidráulico. La modesta Torre de Londres y los dispersos castillos de la Europa medieval expresan la sociedad baronial equilibrada de la Carta Magna con tanta claridad, como las inmensas ciudades administrativas y palacios, templos y tumbas colosales de Asia, Egipto y la América antigua, expresan la coordinación organizadora y potencial de movilización de la economía y el estatismo hidráulico." [cit, por (59)(pag16) (Astesano E. Op.cit) (Astesano E. Op.cit)] En el inmenso mar de pobreza e inseguridad en que vivían las tribus americanas surgía como una larga isla de alta cultura y buen nivel de vida el imperio incaico.(...) Entre los incas esa protección social iba más allá del buen nivel de vida. La producción de la tierra del Inca, sus reservas eran "almacenadas en grandes depósitos, para socorrer al pueblo en los años malos, para alimentar ejércitos en campaña, para aliviar la situación apremiante de las viudas, huérfanos y ancianos. En el Tahuantisuyu, nadie padecía hambre, ni estaba ocioso, ni mentía, ni robaba. No había desocupación ni prostitución." [Valencia Vega A.,(pag18) citado por (10)(pag17) (Astesano E. Op.cit)] Lo que impresionó al oidor español Alonso de Zorita fue el ver el trabajo indígena a principios del siglo XVI por el "sentido de contribución, la alegría y el gran júbilo que le acompañaban." El viejo solidarismo incaico se desintegró con la conquista española, pero las generaciones indígenas fueron transformando ese pasado, en un "paraíso perdido", que confusamente atribuían a un gran constructor imperial, el Inca Pachacútec, cuya fuerza inmanente desde un lejano ayer, regía los acontecimientos humanos del altiplano andino todavía a fines del siglo XVIII y principios del XIX.' (10) (pag15a18)(Astesano Ed., op.cit.1979)

El Comunismo inkaico
'En el plano de la economía se percibe mejor que en ningún otro hasta qué punto la Conquista escinde la historia del Perú. (...) Hasta la Conquista (Invasión española. AJL) se desarrollaba en el Perú una economía que brotaba espontánea y libremente del suelo y la gente peruanos. En el Imperio de los Inkas, agrupación de comunas agrícolas y sedentarias, lo más interesante era la economía. Todos los testimonios históricos coinciden en la aserción de que el pueblo inkaico -laborioso, disciplinado, panteísta y sencillo- vivía con bienestar material. Las subsistencias abundaban; la población crecía El Imperio ignoraba radicalmente el problema de Malthus. La organización colectivista regida por los Inkas, había enervado en los indios el impulso individual; pero había desarrollado extraordinariamente en ellos, en provecho de este régimen económico, el hábito de una humilde y religiosa obediencia a su deber social. Los Inkas sacaban toda la utilidad social posible de al virtud de su pueblo, valorizaban el vasto territorio del imperio, construyendo caminos, canales, etc., lo extendían sometiendo a su autoridad a tribus vecinas. El trabajo colectivo, el esfuerzo común, se empleaba fructuosamente en fines sociales. Los conquistadores españoles destruyeron, sin poder naturalmente  reemplazarla, esta formidable máquina de producción. La sociedad indígena, la economía incaica se descompusieron y anonadaron completamente al golpe de la Conquista. Rotos los vínculos de su unidad, la nación se disolvió en comunidades dispersas. El trabajo indígena cesó de funcionar de un modo solidario y orgánico. Los conquistadores no se ocuparon casi sino de distribuirse y disputarse el pingüe botín de guerra. Despojaron los templos y los palacios de los tesoros que guardaban; se repartieron las tierras y los hombres, sin preguntarse siquiera por su porvenir como fuerzas y medios de producción. El Virreynato señala el comienzo del difícil y complejo proceso de formación de una nueva economía.(...) España se esforzó por dar una organización política y económica a su inmensa colonia. Los españoles empezaron a cultivar el suelo y a explotar minas de oro y plata. Sobre las ruinas y los residuos de una economía  socialista, echaron las bases de una economía feudal.(...) La debilidad del imperio español residió precisamente en su carácter y estructura de empresa militar y eclesiástica más que política y económica. En las colonias españolas no desembarcaron como en las costas de Nueva Inglaterra grandes bandadas de pioneer. A la América Española no vinieron casi, sino virreyes, cortesanos, aventureros, clérigos, doctores y soldados. No se formó, por esto, en el Perú una verdadera fuerza de colonización. La población de Lima estaba compuesta por una pequeña corte, una burocracia, algunos conventos, inquisidores, mercaderes, criados y esclavos. El pionner español carecía, además, de aptitud para crear núcleos de trabajo. En lugar de  la utilización del indio, parecía perseguir su exterminio. Y los colonizadores no se bastaban a sí mismos para crear una economía sólida y orgánica. La organización colonial fallaba por la base. Le faltaba cimiento demográfico (por el exterminio de las masas indias. AJL)(...) Y como para el trabajo de las haciendas de la costa se recurrió a la importación de esclavos negros, a los elementos y  características de una sociedad feudal se mezclaron elementos y características de una sociedad esclavista. Sólo los jesuitas, con su orgánico positivismo, mostraron, acaso en el Perú como en otras tierras de América, aptitud de creación económica. Los latifundios que les fueron asignados prosperaron. Los vestigios de su organización restan como una huella duradera. Quien  recuerde el  vasto experimento de los jesuitas en el Paraguay, donde tan hábilmente aprovecharon y explotaron la tendencia natural de los indígenas al comunismo, no puede sorprenderse absolutamente de que esta congregación de hijos de san Iñigo de Loyola, como los llama Unamuno, fuese capaz de crear en el suelo peruano los centros de trabajo y producción que los nobles, doctores y clérigos, entregados en Lima a vida muelle y sensual, no se ocuparon nunca de formar.'(82)(pag13a15)(Mariategui José C., Siete Ensayos sobre la realidad Peruana, 1995)

La memoria del 'Paraíso Perdido' y la lucha americana.
José C. Mariátegui explicó ese 'paraíso perdido' en los términos concretos y reales de la cultura americana y no en su 'europeización', por cualquiera de las vías posibles, fuera por el dominio español o por miradas 'liberadoras' eurocéntricas, en los tiempos que la aurora revolucionaria alumbraba los inicios del siglo XX. 'La fe en el resurgimiento indígena no proviene de un proceso de "occidentalización" material de la tierra quechua. No es la civilización, no es el alfabeto del blanco, lo que levanta el alma del indio. Es el mito, es la idea de la revolución socialista. La esperanza indígena es absolutamente revolucionaria. El mismo mito, la misma idea, son  agentes decisivos del despertar de otros viejos pueblos, de otras viejas razas en colapso: hindúes, chinos, etc. La historia universal tiende hoy como nunca a  regirse por el mismo cuadrante. ¿Por qué ha de ser el pueblo incaico, que construyó el más desarrollado y armónico sistema  comunista, el único insensible a la emoción mundial? La consanguinidad del movimiento indigenista con las corrientes revolucionarias mundiales es demasiado evidente para que precise documentarla. Yo he dicho ya que he llegado al entendimiento y a la valorización justa de lo indígena por la vía del socialismo. El caso de Valcárcel (Valcárcel Luis, autor de Tempestad en los Andes. AJL) demuestra lo exacto de mi experiencia personal. Hombre de diversa formación intelectual, influido por gustos tradicionalistas, orientado pro distinto género de susgestiones y estudios Valcárcel resuelve políticamente su indigenismo en socialismo.(...) Nos dice entre otras cosas, que el "proletariado indígena espera su Lenin." No sería diferente  el lenguaje de un marxista.  La reivindicación indígena carece de concreción histórica mientras se mantiene en un plano filosófico o cultural. Para adquirirla -esto es para adquirir realidad, corporeidad- necesita convertirse en reivindicación económica y política.(...) La historia, afortunadamente, resuelve todas las dudas y desvanece todos los equívocos. La Conquista fue un hecho político. Interrumpió bruscamente el proceso autónomo de la nación quechua, pero no implicó una repentina sustitución de las leyes y costumbres de los nativos por las de los conquistadores. Sin embargo, este hecho político abrió, en todos los órdenes de cosas, así espirituales como materiales, un nuevo período. El cambio de régimen bastó para mudar desde  sus cimientos la vida del pueblo quechua.' (82)(pag35y sgtes., nota)(Mariategui José C., op.cit.,1995)

El Inkario en Tucumán.
'Mensajeros de una estirpe sagrada, los Incas habían traído a la tierra, por mandato del astro paterno, la misión de unificar todos los pueblos de la Indias (sic), en la comunidad de un gobierno, de una religión y de un idioma. Ejecutores celosos del mandato divino, iban acrecentando su poderío por la persuasión o por las armas. Desde Manco Cápac, el fundador pacífico del Cuzco, siete Incas habían ceñido la mascapaicha o borla imperial, hasta el advenimiento de Viracocha, formidable en la guerra." [Rojas R., (pag64), citado por (10)(pag19)(Astesano E. Op.cit)] Su fama llegó a todos los rincones del antiguo mundo y los ecos de sus guerras, llevados por los relatos de los chasques y los peregrinos, conmovieron también al Tucumán calchaquí que se anticipó a ceder a la gloria cuzqueña. "Los incas traían a las tierras conquistadas, sus caminos, sus puentes, sus siembras, sus telares, sus armas y sus leyes protectoras. El curaca venía como procónsul del Inca, y con él un amauta que enseñaba la religión y sus ritos, y un harevec (haravicu) que enseñaba la lengua y sus tradiciones. Los sencillos calchaquíes adoradores entonces de la tormenta y el rayo no entregaron la patria ni mudarían la raza: adorarían a Inti magnífico en los cielos, donde la tormenta y el rayo fuesen dioses menores; y acatarían al Inca en la tierra, sin desmedro de los caciques tradicionales. Hablarían en cambio una lengua conocida en todos los ámbitos del mundo por ellos imaginado, trocarían sus rudas hachas de piedra por nuevas armas de metal fundido; vestirían la desnudez de sus mujeres con ponchos y sayas de vistosos colores; y así en la nueva era, serían admirados y temidos.' [Rojas R., (pag67) cit. por (10)(pag19) (Astesano E. Op.cit)] Viracocha, vencedor del país de los Kollas, había llegado hasta el pueblo de los Charcas, donde recibió una delegación que iba a ofrecerle su anexión voluntaria al Imperio. Los detalles pintorescos de esta ceremonia, en que un grupo de indios fatigados, que habían recorrido doscientas leguas, contemplaban a estupefactos, la figura imponente del Inca, a quien creían de origen divino, fueron recordados por la tradición y, más tarde recogidos por Gracilazo. "Los embajadores calchaquíes entregaron, en señal de acatamiento, maíz de sus campos, lana de sus guanacos, miel de sus montes. Así quedó incorporado a los dominios del Inca nuestro Tucumán, con el nombre que ellos le dieron. La jurisdicción peruana, tan hermosamente ganada por el Cuzco sobre el Tucumán." [Rojas R., cit., (pag68) por(10)(pag19)(Astesano E. Op.cit)] Muchos años después vino la conquista española, rechazada en los comienzos por "los calchaquíes ya quichuizados, fuertes en las armas y la fe en el Sol". El Tucumán de los Incas fue agregado arbitrariamente a la jurisdicción del río de la Plata; allí quedó enclavada la intocable tradición indígena, vencida pero presente en la raza, en el idioma, en el culto, ahora secreto, a los dioses antiguos; en los templos y en las procesiones de la religión del conquistador blanco.' (10)(pag19 y sgtes) (Astesano E., op.cit.1979)

La memoria Inka.
'Es evidente que el mito de un paraíso perdido en el oscuro pasado, puedo haberse diluido con el transcurrir de las generaciones, si los conquistadores hubiesen puesto en marcha instituciones de seguridad y bienestar social superiores. Pero un día el Inca Garcilaso -que, nacido a pocos años de la llegada de los españoles al Perú(...)- logró verter al idioma de los conquistadores, en sus célebres "Comentarios Reales", un apasionante relato comparativo de estas formas de vida, que oponían la solidaridad humana y el egoísmo individual. En su visión humanista no falta de cultura (como lo revelan sus continuas comparaciones entre el Cuzco y Roma, el imperio incaico y el romano), Garcilaso introdujo por primera vez, en el esquema ideológico de la historia escrita blanca, el pasado incaico. En 1590 aparece en Madrid la primera edición de la obra "Comentarios Reales de los Incas", del Inca Garcilaso de la Vega, mestizo hijo de un conquistador y una princesa indígena, nacido en el Cuzco y muerto en España como deportado político. La obra surge en un clima de represión.'(10)(pag20)(Atesano Ed., op.cit.1979) En 1572 el Virrey Toledo derrotó al último Inka, Túpac Amaru I, quien había proseguido la lucha contra el invasor español, continuando a sus predecesores que intentaron vengar la infame muerte de Atahualpa a manos de Pizarro, y recuperar su territorio invadido  por los españoles. Así al traicionado y masacrado Atahualpa, lo continuó su hermano Manco Cápac. Manco reorganizó el Tuhuantisuyu, construyendo dos nuevas capitales; Willcabamba y Macchu Picchu. Dado el alto grado de organización y su superioridad social y económica, frente al modelo de exterminio, esclavización y saqueo, propiciado por los atrasados europeos, el Tuhuantisuyu Inka resistió 36 años como organización social autónoma, hasta ser finalmente derrotado. Sin embargo su resistencia, como lo veremos sería permanente a lo largo de toda la dominación española. Así a la muerte de Manco Cápac, lo sucedió su hijo Sagri Túpac, a éste su medio hermano Titu Cusi. Finalmente a la muerte de éste apareció el último Inka, otro de los hijos de Manco Cápac, llamado Túpac Amaru I. Del último Inka tomará su nombre, ya en la segunda mitad del siglo XVIII, el padre de nuestra emancipación José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II. Túpac Amaru I [Túpac Amaru en lengua queshwa significa 'Serpiente Resplandeciente', la serpiente era en América, el símbolo de la inteligencia], fue derrotado por los españoles y decapitado en el Cuzco, como varios de sus predecesores. Luego de su muerte el virrey Toledo, desató una carnicería contra todos los miembros de la nobleza Inka, incluidos los mestizos como Garcilaso. Los que no fueron asesinados, fueron desterrados a España, algunos a prisión y otros con prohibición de retornar a América. De tal forma que Garcilaso publicó sus memorias, que más tarde provocaría su muerte en prisión en España. Esta obra, que circularía bajo censura, se transformaría más tarde en una de las fuentes del pensamiento iluminista, su impacto sería enorme sobre toda la cultura occidental; los jesuitas copiarían la organización comunista incaica para someter 'pacíficamente' a los pueblos americanos, y, filósofos y pensadores del iluminismo como los abates Marmontel y Raynal u otros más tarde como Jean Jacques Rousseau, Voltaire, Karl Marx, Federico Engels, Proudhon o Mijail Bakunin tomarían la idea del Incario como la sociedad perfecta, como el 'paraíso perdido' que era posible recuperar aboliendo o colectivizando la propiedad privada. El libro sería estrictamente prohibido en América luego de la rebelión de Túpac Amaru II, circulando en forma clandestina. Su publicación, tendría el efecto de una bomba de profundidad para la dominación española en América. El Libertador San Martín, estando convaleciente en Córdoba luego de reorganizar el Ejército del Norte, conmocionado por la constatación del peso de la cultura Inkaica en los territorios del noroeste -y seguramente también,  por razones que abonan la teoría de su origen mestizo, que lo unía a Garcilaso-, envió una recomendación al gobierno central para que se publicara a la brevedad el libro de Garcilaso. Más tarde lo haría difundir especialmente en los territorios de las Provincias Unidas, en Chile y lo editaría durante su gobierno del Perú. Tal la importancia de la obra del hijo de una Palla Inca y un capitán español, llamado Gracilazo de la Vega, que reivindicó -como harían muchos mestizos- la cultura sometida de su madre, mostrando al mundo occidental la posibilidad de organizar la sociedad de una manera más humana y solidaria.

El Inka Garcilaso y el solidarismo comunista  Inka.
'Yo nací ocho años después que los españoles ganaron mi tierra, y me crié en ella hasta los veinte años, y así vi muchas cosas de las que hacía los indios en aquella gentilidad, las cuales contaré diciendo que las vi. Forzado del amor natural de la Patria, me ofrecí al trabajo de escribir estos "Comentarios" donde clara y distintamente se verán las cosas que en aquella república había antes de los españoles. Después de haber dado muchas trazas  y tomado muchos caminos para entrar a dar cuenta del origen de y principio de los Incas, reyes naturales que fueron del Perú, me apreció que la mejor traza y el camino más fácil y llano era contar lo que en mis niñeces oí muchas veces a mi madre y a sus hermanos y tíos y a otros sus mayores acerca de este origen y principio, y será mejor que se sepa por las propias palabras que  los Incas lo cuentan  que no por las de otros autores extraños. Es así, que residiendo mi madre en el Cuzco, su patria, venían a visitarla cada semana los pocos parientes, en las cuales visitas siempre sus más ordinarias pláticas eran  tratar del origen de sus reyes, de la majestad de ellos y de la grandeza de su Imperio, de sus conquistas y hazañas, del gobierno en paz y en guerra tenían, de las leyes que tan en provecho y favor de sus vasallos ordenaban. En suma no dejaban cosa de las prósperas que entre ellos hubieran acaecido que no la trajeran a cuenta.(...) Para principio y fundamento de su gobierno inventaron los Incas una ley. Para lo cual mandaron que en todos los pueblos grandes o chicos de sus imperio se registrasen los vecinos por decurias de diez en diez, y que uno de ellos, que nombraban por decurión, tuviese cargo de los nueve. Había decurias de a diez, de a cincuenta, de a ciento, de a quinientos, de a mil con sus decuriones y cabos de escuadras subordinados unos a otros, de menores a mayores hasta el último principal decurión que llamaron general.
Los decurios de a diez tenían la obligación de hacer dos oficios con los de su decuria o escuadra:  el uno era ser procurador para socorrerles por su diligencia y solicitud en las necesidades que se le ofreciese, dando cuenta al gobernador, como pedir semilla, si les faltaba para sembrar o para comer, o lana para vestir, o rehacer la casa si se les caía o quemaba, o cualquier otra necesidad mayor o menor; el otro oficio era ser fiscal y acusador de cualquier delito, que cualquiera de su escuadra hicieses. El que dejaba de acusar el delito del súbdito hacía suyo el delito ajeno, y se castigaban por dos culpas, una por no haber bien su oficio y otra por el pecado ajeno. (...)Por la vía de estos decuriones sabía el Inca y sus virreyes y gobernadores de cada provincia y reino cuántos vasallos había en cada pueblo, para repartir sin agravio las contribuciones de las obras públicas que en cuanto vasallos estaban obligados a hacer, como puentes, caminos, calzadas y los edificios reales y otros servicios semejantes. Y que también se supiese la esterilidad o abundancia de tal provincia, lo cual era para que estuviese sabida y prevenida  la cantidad de bastimiento que era menester para socorrerla en años estériles y faltos de cosecha, y también para saber la cantidad de lana y algodón necesaria para darles de vestir a sus tiempos. (...) En el labrar y cultivar las tierras también había orden y concierto. Labraban primero las del Sol, luego las de las viudas y huérfanos y de los impedidos por vejez o por enfermedad. Había en cada pueblo diputados solamente para hacer beneficiar las tierras de los que llamaban pobres. Labraba las tierras de los pobres,  labraba cada uno las suyas, ayudándose unos a otros, luego labraban las del curaca. Las últimas que labraban eran las del Rey. Iban a ella y a las del Sol todos los indios generalmente con grandísimo contento y regocijo. Trocaban el trabajo en fiesta y regocijo, porque era en servicio de su dios y de sus Reyes. (...) Las tierras de la comunidad se  repartían cada año, y a cada uno se les señalaba el  pedazo que había menester. Daban a cada indio un tupo, que es una fanega de tierra para sembrar maíz. Era bastante un tupo de tierra par el sustento de un plebeyo casado y sin hijos. Luego que los tenía, le daban para cada hijo varón otro tupo y para las hijas medio. Los padres se quedaban con las tierras si las había menester; y si no, las volvía al concejo, porque nadie las podía vender ni comprar. Medían el agua y por experiencia sabían qué espacio de tiempo era menester para regar una fanega de tierra. No era preferido el más rico ni el más noble, ni el privilegiado o pariente del curaca, ni el mismo curaca, ni el ministro o gobernador del Rey.(...) Digamos el tributo que daban a sus reyes. Es así que el principal tributo era el labrar y beneficiar las tierras del sol y del Inca y coger los frutos, y ponerlos en sus depósitos reales qué habían  en cada pueblo. La semilla para sembrar la daba el dueño de la tierra que es el Sol o el Rey; y los mismo el sustento de los indios que trabajaban; de manera que los indios no ponían más que el trabajo personal. De las cosechas de sus tierras particulares no pagaban los vasallos cosa alguna al Inca. Daban otro tributo, que era dar de vestir y de calzar y armar para el gasto de guerra y para la gente pobre que eran los que no podían trabajar por vejez o enfermedad. La ropa en todas las serranías las hacían de lana que el Inca les daba de sus ganados y del Sol, que era innumerable el algodón de sus cosechas de las tierras del Sol y del Inca, que los indios no podían más que la obra de sus manos. Eran libres de tributo los viejos de cincuenta años arriba, las mujeres, los enfermos, los ciegos, cojos, mancos y lisiados. (...) De manera que lo necesario para la vida humana, de comer y de vestir y calzar lo tenían todos,  que nadie podía llamarse pobre ni pedir limosna. Todos sabían tejer y hacer sus ropas, y así el Inca, con proveerles de lana, los daba por vestidos. Todos sabían labrar la tierra y beneficiarla, sin alquilar otros obreros. Todos se hacían sus casas, y las mujeres eran las que más sabían de todo. Llamaban ley de hermandad a la que mandaba que todos los vecinos de cada pueblo se ayudasen unos a otros a barbechear y a sembrar y coger sus cosechas y a labrar sus casas y otras cosas  de esta suerte. Por todo el reino había depósitos donde encerraban la cosecha y tributos. En cada pueblo había dos depósitos: en el uno se encerraba el mantenimiento que se guardaba para socorrer naturales en años estériles; en el otro depósito se guardaban las cosechas del sol y del Inca. De cuya causa habían tanta abundancia de las cosas necesarias para la vida humana, que casi se daban de balde. (...) Habiendo conquistado el Inca cualquier reino o provincia mandaba que se aumentasen en las tierras de labor, que se entiende las que llevaban maíz, para lo cual mandaba traer los ingenieros de acequias de agua que los hubo famosísimos, como lo muestran hoy sus obras, así las que se han destruido, cuyos rastros se ven todavía, como las que viven. Sacadas las acequias, allanaban los campos y los ponían en cuadrados  para que gozasen bien del riego. En los cerros y laderas que eran de buena tierra hacían andenes para allanarlas, como hoy se ven en el Cuzco y en todo el Perú. En muchas partes llevaron quince o veinte leguas una acequia de agua para regar muy pocas fanegas de tierra de pan, porque no se perdiesen. Habiendo aumentado las tierras, medían todas las que había en toda la provincia, cada pueblo de por sí y las repartían en tres partes: la una para el Sol, la otra para el rey, y la otra para los naturales. Estas partes se dividían siempre con atención que los naturales tuviesen bastantemente en que sembrar, que antes les sobrase que les faltase. Nunca permitieron saquear los pueblos que ganaban, aunque los ganaban por la fuerza de las armas. Mandaban pena de muerte a cualquier soldado que tomase cosa alguna de sus vasallos.(...) El oro y plata y las piedras preciosas no se estimaron por tesoro, porque no vendían ni compraban cosa alguna por plata y ni por oro, ni con ello pagaban la gente de la guerra ni los gastaban en socorro de alguna necesidad y por tanto los tenían por cosa superflua, porque ni era de comer ni para comprar que comer. Solamente se estimaba por su hermosura y resplandor, para órgano y servicio de las cosas reales y templos del sol. En lo cual tengo para mí que estos Incas del Perú deben ser preferidos, no sólo a los chinos y japoneses y a los indios orientales, más también a los gentiles naturales de Asia y de Grecia. Porque no se lee de los reyes antiguos de Asia, África y Europa hayan sido para sus naturales vasallos tan cuidadosos, tan apacibles tan provechosos, francos y liberales, como lo fueron los Reyes incas para con los suyos.(...) También  diremos largamente la causa porque se han perdido estas leyes y derechos, y el gobierno de los Incas, tan político y tan digno de loor; y cómo es mayor la barbaridad que ahora tienen los indios para las cosas ciudadanas y mayor la falta y carestía de las cosas necesarias para la vida humana, que no las tuvieron en aquellos tiempos.'[ (Garcilaso de La Vega Los Comentarios Reales, TomIpag100-162-163170-133-140-142-143-151-158.TomII pag148-156-161158), citado por(10)(pag21a24)]

La cultura americana de la solidaridad; la cultura europea de la esclavitud.
Con el único objetivo de hacer evidente la enorme diferencia respecto de la condición humana y la concepción de la vida que diferenciaba -y aun diferencia- a americanos nativos  y a europeos, reproducimos unas pocas palabras de un profesor de Historia Hispanoamericana, perteneciente al imperio Británico. Este sólo párrafo sirve para entender la magnitud del genocidio y sufrimiento de nuestros hermanos realizado por gente que sólo entendía de atrocidades y sufrimiento 'para alcanzar el cielo.' Señala el profesor de la Universidad de Birminghan, Harry Ferns, si bien refiriéndose a nuestras pampas, pero su concepción siniestra es extensible, como verá el lector, a todo nuestra cultura solidaria americana originaria. 'La abundancia de las llanuras posibilitó la existencia de un pueblo libre e indisciplinado, y se relajaron todos los vínculos de jerarquía y autoridad. Uno de los primeros ministros ingleses en Buenos Aires describió la sociedad de las pampas como una de las "democracias de la más pura, pero también de la más baja índole.(...) Un alto oficial británico(...) comentó:  "Se ha dado una imagen totalmente falsa de las gentes de este país. son perezosos hasta el último grado, y consiguen alimento con tanta facilidad que no quieren trabajar." (convendría preguntar entonces ¿para qué o para quién debían trabajar si conseguían el alimento con tanta facilidad? AJL)(...) Un antiguo administrador de minas inglés, Sir Francis Bond Head, informó que: "En Cornwall los mineros están sujetos a un código de ordenanzas locales muy admirables, que alientan la competencia y la industriosidad y dejan que los ociosos se mueran de hambre; en la América del Sur los mineros están lejos de la fuerza de todas esas normas, y un alto salario fijo, con vino y provisiones baratos, desalienta la competencia y el trabajo.(...) Más adelante señala: La mano de obra era escasa y no había indios que pudiesen ser reducidos a servidumbre y sometidos a un trabajo disciplinado.(...) Se resucitó la antigua institución laboral mediterránea de las cuadrillas de esclavos, alimentada por africanos cuyas instituciones tribales permitían una más fácil adaptación a la esclavitud que en el caso de los indios.'(79)(pag19-25-27)(Ferns H.S. Argentina) Estos últimos dos párrafos -escritos al igual que el resto en 1972-, permiten comprender la esencia del capitalismo y también de la mentalidad racista y de supremacía europeísta. Es increíble constatar que un profesor universitario pueda siquiera pensar -hace apenas algo más de treinta años- a la esclavitud en términos de la organización más efectiva del trabajo. En realidad, ellos, los europeos, y sus prolongaciones en los EE. UU siguen pensando al trabajo humano en términos de esclavitud. Para el Dr. Ferns la esclavitud es 'un sistema de trabajo disciplinado', o que los africanos podían 'adaptarse más fácilmente a la esclavitud.' aunque resulte increíble. Los Inkas ya entre los años 450 y 1550 después de Cristo, sabían que el trabajo era solidaridad, colectividad  y alegría.

El sentir americano, la grandeza y la liberad del Abya Yalla y la pobreza espiritual europea
En 1691, en Placentia Terranova, en el norte de Abya Yala, 'Adario, jefe de los indios hurones, habla al barón de lahontan, colonizador francés de Terranova: No ya bastante miserables son ustedes, no imagino como podrían ser peores. ¿A qué especie de criaturas pertenecen los europeos, qué clase de hombres son? Los europeos, que sólo hacen el bien por obligación, y no tienen otro motivo para evitar el mal que el miedo al castigo.... ¿Quién les ha dado los países que ahora habitan? ¿Con qué derecho los poseen?  Estas tierras han pertenecido  desde siempre a los algonquinos. En serio, mi querido hermano, siento pena de ti desde el fondo de mi alma. Sigue mi consejo y hazte hurón.  Veo claramente la diferencia que hay entre mi condición y la tuya. Yo soy mi amo, y el amo de mi condición. Yo soy el amo de mi propio cuerpo, dispongo de mi, hago lo que me place, soy el  primero y el último de mi nación, no tengo miedo de nadie y sólo dependo del Gran Espíritu. En cambio, tu cuerpo y tu alma están condenados, dependen del gran capitán, el virrey dispone de ti, no tienes la libertad de hacer lo que se te ocurra; vives con miedo de los ladrones, de los falsos testigos, de los asesinos, y debes obediencia a una infinidad de personas que están encima de ti. ¿Es verdad o no es verdad?' (126))Citado por Galeano Eduardo, Memoria del Fuego, Nº25, Página 12, 2009)
Continuará…

Notas y fuentes
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17.- Núñez Ignacio, op. cit., citado por Pigna Felipe, op. cit., (3) (pag295)
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43.- Diego Barros Arana: Historia General de Chile, T. VI, p. 39, Santiago, 1884.
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50.- Chumbita Hugo, El Secreto de Yapeyú, Emecé, BsAs, 2003
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52.- Moreno Mariano, Plan de Operaciones y otros escritos, Terramar, 2007, BsAs.
53.- Citado por Varela Gustavo en, Moreno Mariano, Plan de Operaciones y otros escritos, Terramar, 2007, Bs. As., tomado de Genealogías Revista del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, Bs. As., citado por  Galasso Norberto en Mariano Moreno, el Sabiecito del Sur, Bs. As., 1996.
54.- Varela Gustavo en prólogo de Moreno Mariano, Plan de Operaciones y otros escritos, Terramar, 2007, BsAs.
55.- La Gaceta 27 de junio de 1810, citado por Puiggrós Rodolfo en La Época de Mariano Moreno, citado a su vez por Varela Gustavo, op.cit.
56.- Puiggrós Rodolfo La época de..., citado por Varela G., op.cit.
57.- Nota aparecida en la Gaceta, al pie de las lista de las donaciones, firmado por Moreno y citado por Puiggrós R., op.cit y tomado de Varela G. Op.cit, pag13
58.- Pérez Amuchástegui A. J., Crónica Histórica Argentina. Tomo II. Codex. 1968.
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61.- Casco Marcos, La Argentina es un tigre en acecho, Corregidor, 1996
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74.-Realizado por el Equipo Proyecto Emancipación, bajado del portal ALBA, 20-11-06
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97.-  Paz José María, Memorias Póstumas, Tomo II, Hispámerica, 1988
98.- Paz José María, Memorias Póstumas, Tomo IV, Hispámerica, 1988
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103.-Del Frade Carlos, Artigas y San Martín, bajado de Internet de Agenda de Reflexión agosto de 2004
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107.- Oddone Jacinto, El Factor económico en nuestras luchas civiles. La Vanguardia, 1937, pag131.Cit por Astesano Ed. op. cit. –10-1979, pag122
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109.- 'Cuico', palabra de origen queshwa usada  en sentido despectivo, derivada  de cuica que significa lombriz, escurridizo,  algo que se  arrastra y  es la forma en que Tomás de Anchorena se refiere despreciativamente a los miembros de las etnias Kolla, Aymará o Inca y al posible Rey Inca. Tomado de Galasso Norberto Seamos Libres... Colihue 2000
110.- Informe del corresponsal sueco Jean Adam Graaner sobre el 9 de Julio de 1816 en Tucumán, citado por A.J. Pérez Amuchástegui en Crónica Histórica Argentina. Tomo  II. Codex 1972. Pag.  2-LXVIII
110.- citado por  A. J. Pérez Amuchástegui, op. cit. Tomo  II, pag 2-LVIII
111.- www.misiones.gov.ar/historia/AndresGuacurari.htm http://www.misiones.gov.ar/historia/AndresGuacurari.htm, bajado el 30-11-06
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113.- O' Donnell Pacho. Juana Azurduy. Planeta.  1998
114.- Los tres documentos citados, extraídos por la Revista del Rio de La Plata, periódico mensual de  historia y literatura de Amèrica publicado por Andrés Lamas, Vicente Fidel López y Juan Alarìa Gutiérrez. Tomo V, Bs. As. Imprenta y librería de Mayo,1.873. Bajado de internet de Red Noticias Indígenas ukhamawa@gruposyahoo.com <mailto:ukhamawa@gruposyahoo.com> 16-9-2006)
115.- Opinión de Germán Canuhe de Pueblos Indígenas Independientes, Asociación Ranquel, La Pampa. 16-9-06.
116.- Enviado al  autor por Germán Canuhe, Asociación Ranquel, La Pampa. 2-01-07
117.- Jauretche Arturo, Política nacional y Revisionismo Histórico, Peña Lillo, 1959.
118.- Galasso Norberto, San Martín, Cuadernos para la otra Historia, CCESDiscépolo, 1998.
119.- Saravia Mariano, Embanderados, Ed. Abrazos, Córdoba-Argentina, 2006
120.- Pigna Felipe, Los mitos de la Historia Argentina Tomo 2, Planeta. 2004. BsAs.
121.- Paz Carlos, Poder, Negocios y Corrupción en la Época de Rivadavia, De Alejandría,  2000
122.- Giarracca Norma,  Abya Yala, el descubrimiento de América
123.- Báez Fernando, Saqueo Cultural de Latinoamérica,  La Nación, Buenos Aires, 29-01-2006. (Luego de publicado este artículo el autor fue cesanteado del periódico de los Mitre),  
124.- Autor desconocido, recibido por correo electrónico, Proceso de la emancipación hispanoamericana y en particular de Venezuela se incuba y desarrolla a todo lo largo del siglo XVIII.
125.- Bajado de Internet el 20-05-2009, de www.ciudadseva.com/textos/otros/seattle.htm
126.- Citado por Galeano Eduardo, Memoria del Fuego, Nº25, Página 12, 2009

No se bien si Dios es argentino.     Pero juro por lo que más quiero, que Ernesto Che Guevara   SI   lo es.     Toto
difunden: el 1er. Museo Histórico Suramericano "Ernesto Che Guevara", la Escuela de Solidaridad con Cuba "Chaubloqueo" y el Centro de Registro de Donantes Voluntarios de Células Madre
Irene Perpiñal y Eladio González - directores   calle Rojas 129  local (Caballito) Capital -AAC1405-Buenos Aires-República Argentina  telefax: 4-903-3285 email: museocheguevara@fibertel.com.ar
http://museocheguevaraargentina.blogspot.com/
colectivos 1 - 2 - 25 - 26 - 32 - 42 - 53 - 55 - 85 - 86 - 103 - 180
a solo 25 metros de la Estación "Caballito" del Ferrocarril Oeste y a cien metros de la Estación de Subterráneos "Primera Junta" de la vieja línea "A"
doná sangre, doná órganos, doná células madre, sé solidario, SÉ VOS.
¡Salven a los argentinos! "las ballenas"