domingo, 25 de octubre de 2009

La Hipocrecia de la OFAC.

La hipocresía de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos

 

Date: Sat, 24 Oct 2009 18:36:10 -0700
Subject: La Hipocrecia de la OFAC.
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Juventud Rebelde - 22 de octubre
 
Por Jorge L. Rodríguez González / jorgeluis@juventudrebelde.cu
 
Una fiera en medio de la selva, siempre al tanto del más mínimo movimiento para saciar su irremediable hambruna. La definición le viene como anillo al dedo a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), una instancia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que no descansa cuando se trata de asfixiar a la economía cubana, con el rastreo meticuloso y hasta ridículo de los negocios que hacen algunas empresas extranjeras con Cuba.
 
Importa un comino si la compañía que le vende a la Isla, o realiza transacciones financieras relacionadas con ella, es o no estadounidense. Si tan solo uno de los componentes de la mercancía es made in USA o la empresa que lo produjo tiene alguna sucursal en EE.UU., puede ser castigada con severas multas, la congelación y el bloqueo de activos, y sus directivos hasta corren el riesgo de ir a la cárcel. Lo mismo sucede si sus subsidiarias en terceros países incurren en la violación de las absurdas leyes del bloqueo, lo que demuestra el alcance extraterritorial que ha cobrado esa política después de la aprobación de las leyes Torricelli (1992) y Helms-Burton (1996).
 
Nacida para castigar
 
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), fue creada en diciembre de 1950, cuando el presidente Harry S. Truman declaró el estado de emergencia nacional y bloqueó todos los activos chinos y norcoreanos «sujetos a la jurisdicción» norteamericana.
 
Según reconoce la propia OFAC y se lee en su página web, su misión es «administrar y aplicar sanciones económicas y comerciales, basadas en los objetivos de la política exterior y la seguridad nacional de los EE.UU. contra países extranjeros, terroristas, traficantes de narcóticos, y aquellos implicados en actividades relacionadas con la proliferación de armas de destrucción masiva».
 
Pero, para sus programas de lucha contra el terrorismo, la oficina parecería tener trabajando a «cuatro gatos». Sin embargo, la tropa de «mininos» es mucho más numerosa cuando se trata de hostigar a las compañías que tienen algún vínculo comercial con Cuba, o a cualquier organización no gubernamental que envíe donativos a la Mayor de las Antillas.
 
Y es que la OFAC prioriza la tarea de investigar a ciudadanos norteamericanos que visitan Cuba, para luego multarlos por violar una ley que les prohíbe ese derecho constitucional. Así, por ejemplo, los que muchos denominan «perros de caza» han multado a los participantes de la Caravana Pastores por la Paz y la Brigada Venceremos, porque vienen a Cuba a mostrar su solidaridad sin la correspondiente licencia de Departamento del Tesoro. Claro: ellos han desafiado la obtusa y criminal política anticubana.
 
Una prueba de esa «miopía» de la OFAC es que entre 1990 y 2003, sus agentes solo emprendieron 93 investigaciones relacionadas con el terrorismo, y reunieron entre 1994 y 2003 la ínfima cantidad de 9 425 dólares en multas relacionadas con esa práctica. Mientras, en ese mismo período, realizaron casi 10 700 investigaciones relacionadas con Cuba, y recolectaron más de ocho millones de dólares en sanciones.
 
En noviembre de 2007, un reporte de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO) daba cuenta de que entre 2000 y 2006, el 61 por ciento del total de casos de la OFAC estaban relacionados con la Isla, y que en similar período (2000-2005), las multas por las violaciones al bloqueo representaban más del 70 por ciento de los castigos impuestos por esa dependencia del Departamento del Tesoro. Más:


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