jueves, 10 de diciembre de 2009

VICTOR JARA VIVE CHILE CARAJO SALVADOR ALLENDE ASESINADO POR PINOCHET Y KISSINGER LA CIA FASCISTA GOLPISTA Y BRUTAL

                                          MANIFIESTO

Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón,
tiene corazón de tierra
y alas de palomita,
es como el agua bendita
santigua glorias y penas,
aquí se encajo mi canto
como dijera Violeta
guitarra trabajadora
con olor a primavera.

Que no es guitarra de ricos
ni cosa que se parezca
mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas,
que el canto tiene sentido
cuando palpita en las venas
del que morirá cantando
las verdades verdaderas,
no las lisonjas fugaces
ni las famas extranjeras
sino el canto de una alondra
hasta el fondo de la tierra.

Ahí donde llega todo
y donde todo comienza
canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva.

 

VICTOR JARA

 

 

El 10 de septiembre de 1973 recibí una invitación para la exposición "Por la vida. Contra el fascismo", que debía inaugurarse al día siguiente en la Universidad Técnica. Allí tenía que intervenir Salvador Allende e iba a cantar Víctor Jara.

    La víspera vi el enorme afiche de la exposición. Una madre amamantaba a su criatura y la sombra de ambos estaba bañada de sangre. Era un llamamiento silencioso, pero muy expresivo, a defender la vida contra el fascismo. Víctor proponía organizar un viaje de propaganda por el país para alertar al pueblo. La exposición antifascista de la Universidad Técnica tenía que marcar el comienzo de esta acción.
 

    Pero el 11 de septiembre la exposición no se inauguró. Salvador Allende hizo aquel día su último llamamiento al pueblo y no en el Foro Griego de la Universidad, sino en el palacio de La Moneda, rodeado por los putchistas.

Allende hizo aquel día su último llamamiento al pueblo


    Los putchistas se apoderaron de todas las fuerzas armadas. Después de la dimisión forzosa de los generales, correligionarios de Carlos Prats, que encabezaban el ejercito de tierra, fueron destituidos de sus cargos el almirante Raúl Montero, comandante de la Marina de Guerra, y José María Sepúlveda, director general del cuerpo de carabineros, que no quería sumarse a los putchistas. En las fuerzas armadas se efectúo una limpia de arriba a abajo. Los fascistas lograron convertir a muchos oficiales en ciegos instrumentos del complot, convenciéndolos de la necesidad de oponerse a la amenaza de exterminio de los cuadros de mando que, como ellos afirmaban, tramaba la Unidad Popular.
 

Pinochet encabezo el golpe

   El nuevo comandante en jefe, general Pinochet, que en vísperas había jurado fidelidad al presidente Allende, encabezo el golpe. Fascista encubierto con la mascara constitucionalista, Pinochet dio orden de asediar el palacio de La Moneda.


    En estas condiciones Allende no se creyó con derecho a llamar al pueblo inerme a la lucha. Quería evitar un derramamiento inútil de sangre, pero decidió aceptar desigual combate en La Moneda. Sabía que con un puñado de los defensores del palacio no podría alcanzar la victoria militar. Pero el presidente estaba convencido de que el combate que libraría defendiendo el mandato del pueblo, seria una victoria moral y política de la Unidad Popular. No quería ver derrotada la bandera de la revolución, sino dejarla bien alta.

El mandatario del pueblo prefirió morir arma en mano antes que capitular frente a los putchistas, estaba seguro que su muerte no seria estéril.

    Jamás olvidaré la firmeza con que hablaba Allende por los micrófonos de la emisora comunista Magallanes. Su voz sonaba sobre el estruendo de las explosiones:

-Ante los hechos solo me cabe decir a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Colocado en un transito histórico, pagare con mi vida la lealtad del pueblo.

 

    Hice girar la manecilla de la radio portátil. Después de los ataques aéreos las emisoras democráticas fueron callando una tras otra. Pero Magallanes seguía resistiendo. Los putchistas no pudieron interrumpir

...seguiremos aquí hasta el final...

El ultimo discurso de Salvador Allende. Luego escuche la voz familiar del locutor, que dijo: "En cualquier momento nos pueden interrumpir, pero seguiremos aquí hasta el final". En medio de los cañonazos salio al aire la canción de Sergio Ortega El pueblo unido, interpretada por Quilapayún. Los que se encontraban en la emisora corearon el estribillo:

 

 

 

Y ahora el pueblo

Que se alza en la lucha

Con voz de gigante

Gritando: ¡Adelante!

¡El pueblo unido

Jamás será vencido!

    Quienes estaban junto al micrófono sabían que los enemigos abrirían fuego contra ellos. Mi radio emitió un chasquido y una detonación ahogó las voces de los cantantes.

    Trate en vano de comunicar por teléfono con Radio Magallanes cuando ceso de transmitir. Mientras tanto, en el centro de Santiago se levantaba una nube de humo. Los aviones de los putchistas estaban bombardeando el palacio presidencial.

    Víctor estuvo en la Universidad, pero no canto desde el escenario, paseaba con la guitarra entre los estudiantes tratando de animarlos. En torno al edificio el aire se estremecía de las ráfagas de ametralladora.

    Ahora voy a ceder la palabra a los testigos de los últimos días de Víctor Jara. El día del golpe lo vio Cecilia Coll, dirigente de la sección artística del Departamento de cultura e información de la Universidad Técnica. La entreviste en Moscu.

    Cecilia Coll: "Víctor alcanzo a llegar a la Universidad cuando los militares golpistas ocupaban las posiciones claves en la capital. Pero la situación todavía era confusa. Víctor pasó por mi oficina y pregunto:

-¿Que hacemos?

-Vamos a esperar

-¿Que debo hacer?

-Quedarte aquí. Animar con tus canciones a los estudiantes, académicos y trabajadores.

    En espera del posible ataque fue decidido: trasladar a los estudiantes y otros trabajadores de la Universidad a la Escuela de Artes y Oficios. Era un edificio con paredes más resistentes.
    Como si fuera ahora veo el rostro de Víctor: llama por teléfono de mi oficina a su esposa Joan.

-Debo quedarme aquí un tiempo. No te preocupes. Espera. Volveré sin falta.

    Víctor siempre fue un hombre del deber. Y los siguió siendo en esta peligrosa situación.
Después sufrí mucho por su muerte. Me sentí de algún modo culpable ante el. No podía perdonarme el no haberlo mandado entonces a su casa. Debí hacerlo. Aunque mas tarde los soldados ya emplazaban ametralladoras pesadas en los techos de los edificios cerca de la Universidad, pero hasta el toque de queda todavía era posible salir. Sin embargo, yo pensaba: en la calle lo pueden identificar y matar..."
 

    Por la noche la Universidad fue rodeada por soldados en carros blindados. Toda la noche estuvieron preparándose para el ataque como si tuvieran delante una fortaleza militar. Después del intenso cañoneo, los soldados irrumpieron en el edificio

Los soldados irrumpieron en el edificio

y emprendieron a culatazos con los estudiantes. El camarógrafo Hugo Araya, que había venido a filmar la inauguración de la exposición, se situó con su cámara frente a los "vencedores" triunfantes. Y casi al instante un balazo lo mató. A Víctor junto con otros estudiantes lo obligaron a tenderse en el suelo boca abajo.

    -Al que se mueva le vuelo la cabeza - gritaban los oficiales.
 
    Durante varias horas los soldados pisoteaban con sus botas a la gente tendida, sin dejar que se levantasen hasta que llegó la orden de trasladar a los "prisioneros" de la Universidad Técnica al Estadio de Chile que, al igual que el Nacional, recibía a los prisioneros cautivos.
 

 

Salvador Allende murió en su puesto, con las armas en la mano

...Poco después del golpe contrarrevolucionario fascista en Chile la prensa del mundo entero publico la ultima foto de Salvador Allende. En esta secuencia histórica el "compañero presidente" en el palacio cercado por los putchistas parece un soldado ante el combate, la cabeza tocada con un casco y empuñando la metralleta en la diestra. El rostro del presidente, igual que el de los valientes defensores de La Moneda que lo acompañan, tiene una grave expresión. Salvador Allende murió en su puesto, con las armas en la mano.

 

    Me interesé por el hombre que aparecía en la foto al lado de Allende. Conversando con los chilenos me enteré que se trataba del medico particular de Salvador Allende, un tal Danilo Bartulin (nieto de emigrados yugoslavos). El 11 de septiembre de 1973 Bartulin fue testigo de las últimas horas de vida del presidente en el edificio de La Moneda, presa de las llamas.

    Por inverosímil que parezca, Danilo se salvó por milagro y emigró de Chile. Me entreviste con el en México, donde estuve en 1976 por artes del periodismo. Danilo Bartulin me habló del ultimo combate del "compañero presidente". La conversación ya concluía cuando supe una noticia inesperada. Danilo Bartulin pasó junto con Víctor Jara los últimos días de vida del cantante en el Estadio de Chile.

    La entrevista terminó ya entrada la noche. Danilo hablaba pausadamente, con esfuerzo. Lo escuchaba sintiendo que un dolor inextinguible me oprimía el corazón. Reproduzco el relato de Danilo Bartulin.

Relato de Danilo Bartulin

    "Cuando me detuvieron, me llevaron al Estadio de Chile. Fue por la tarde del 12 de septiembre. Allí ya había muchos prisioneros. Junto con otros presos nos ordenaron ponernos en fila con las manos en la nuca. De repente un oficial me reconoció:

-Es el medico de Salvador Allende.
    El comandante Manrique, un fascista empedernido, se acerco a mí, desabrochó la funda, sacó la pistola y apuntándome a la cabeza dijo:

-Ha llegado tu hora.
    Y dirigiéndose a los soldados ordenó:

-Sepárenlo de los demás y déjenmelo a mí.
    Me apartaron del grupo y me dieron un empujón que me tiró por la tierra. Ví a un grupo de jóvenes que los soldados iban arreando, apuntándolos con metralletas.
    Al comandante le dijeron:

-Son los de la Universidad Técnica.
    Los pusieron en fila también. Manrique recorrió la fila y señaló con el dedo a un preso:

-A ese me lo dejan a mí también.
    No quería dar crédito a mis ojos. Se trataba de Víctor Jara. Varios soldados se animaron: "Aquí está el cantante Jara...". Pero el oficial les cortó:

-Este señor quiere pasar por otro. Es un líder extremista.
    Esa calificación era suficiente para justificar el asesinato.

    Poco después a Víctor y a mi nos separaron de otros prisioneros y nos metieron en un pasillo frío. Estuvieron pegándonos desde las siete de la tarde hasta las tres de la madrugada. Nos encontrábamos tumbados en el suelo sin poder movernos. Estábamos aislados de otros presos políticos. A eso de las tres de la madrugada vino un teniente que me invitó a sentarme. Empezó a preguntarme sobre Allende y me tendió un cigarrillo. Fumé. Mientras tanto, Víctor seguía tendido en el suelo. Le entregue la mitad del cigarrillo, puesto que el teniente no quiso dar otro a Víctor.

    Casi tres días estuvimos juntos Víctor y yo en el Estadio de Chile. A nosotros casi no nos daban de comer. Engañábamos el hambre con agua. Víctor tenía la cara llena de moretones y un ojo cerrado por la hinchazón.
 

    Conversamos mucho en ese tiempo, Víctor me habló de su familia, de su mujer y sus hijas a quienes quería mucho, de sus espectáculos en el teatro y de las nuevas canciones que soñaba hacer... En el mismo estadio donde nos tenían presos, a Víctor le habían aplaudido cuando ganó el concurso de la Nueva Canción Chilena en el festival.

En el mismo estadio donde nos tenían presos, a Víctor le habían aplaudido cuando gano el concurso de la Nueva Canción Chilena

    Víctor se mostraba pesimista respecto a su destino. Pensaba que no saldría de allí. Traté de animarlo. Aunque presentía su próxima muerte, seguía siendo el de siempre. Se portaba con valor, con dignidad, no pedía gracia a sus torturadores..."

    Aquí interrumpo la grabación de mi conversación con Danilo Bartulin para completarla con los testimonios de otros ex-prisioneros del Estadio de Chile, a quienes también entrevisté.
Rolando Carrasco, ex-director de la radio sindical Luis Emilio Recabarren:

Relato de Rolando Carrasco

    "Dos veces ví a Víctor en el Estadio de Chile. Fueron unos encuentros breves. El 13 o 14 de septiembre, por lo visto, por la mañana, pasé cerca del pasillo donde tenían a los prisioneros aislados. Allí estaba Víctor Jara, sentado en una silla de madera, extenuado, con rastros de azotes en la frente y las mejillas. Se sonrió al verme. Nos saludamos. Al día siguiente pase de nuevo por allí y otra vez nuestras miradas se cruzaron. Nos saludamos. Al igual que el día anterior, su rostro se iluminó con una sonrisa que me reconfortó el alma. ¡Llevaba ya tanto tiempo en este maldito pasillo! De vez en cuando los guardias venían por el y se lo llevaban a no se donde.

    Ahora era difícil imaginar que todavía el 10 de septiembre estuviéramos bromeando alegremente en la emisora. En los estudios Víctor y yo escuchábamos la grabación de su nueva canción: Marcha de los constructores. El disco tenia que salir pronto. Jara quería que la emisora de la Central Única de Trabajadores fuera la primera en transmitir esta marcha, compuesta a petición de los obreros de la construcción. El 11 de septiembre nuestra emisora fue saqueada por los golpistas al negarse a obedecer a la junta fascista. Al ver a Jara en el estadio, pensé con amargura que seguramente aquella última grabación de Víctor habría sido destruida y el disco no saldría... Víctor estaba reservado y callado, mientras que en mi memoria sonaba la voz del cantante..."

    A veces los verdugos dejaban en paz a Victoree Jara y Danilo Bartulin, porque tenían demasiado "trabajo" en el estadio. Después de torturarlo, parecía que se habían olvidado del artista. Fue el propio Víctor que pasó o casualmente lo enviaron con otros prisioneros. He aquí lo que me contó Carlos Orellana, ex-colaborador del Departamento de cultura e información de la Universidad Técnica, que fue detenido junto con Jara:
 

Relato de Carlos Orellana

    "Por dentro el Estadio cubierto de Chile estaba iluminado constantemente por los reflectores y no tardamos en perder la noción del día y la noche. Víctor estuvo algún tiempo con nosotros, pero no recuerdo cuando lo sacaron de nuestro grupo. No se si fue al día siguiente o al tercero de nuestra estancia allí.

    "Normalmente en el estadio anunciaban por los altavoces el apellido del prisionero ordenándole presentarse en tal o cual lugar. Pero a Jara lo vino a buscar un soldado. En este momento Víctor estaba sentado entre Boris Navia, jurista de la Universidad, y yo. El soldado se acercó silenciosamente y sin pronunciar una palabra tocó el hombro de Víctor haciéndole señas para que lo siguiera. Tanto yo, como otros prisioneros teníamos la impresión de que los militares no querían decir en voz alta que a Jara se lo llevaban a alguna parte... Cuando el cantante se levantó -seguramente, no pensaba volver sano y salvo- tuvo tiempo de sacar del bolsillo una hoja arrugada de papel y se la dió furtivamente a Boris Navia. Era el poema Estadio de Chile, compuesto por Víctor.

    "Mas tarde, ya en el Estadio Nacional durante los primeros interrogatorios, entre las cosas de Boris Navia, encontraron el papel con el poema, lo escondía en un calcetín. El poema denunciaba el fascismo y la dictadura. Los militares creyeron que su autor era Boris y lo apalearon sin piedad. Le quitaron el poema. Pero con la ayuda de los compañeros Boris pudo hacer varias copias a mano del poema. Una de las copias fue a parar a manos de Ernesto Araneda, destacado comunista y ex-senador, que también estaba preso. No se como logró salvar el poema y enviarlo fuera. Después de la muerte del cantante el partido editó en la clandestinidad este poema, que fue rápidamente divulgado y se hizo famoso...
 

    "Por ultima vez vi a Víctor en el Estadio de Chile, unas horas después de que se lo llevara el soldado. Hubo un momento cuando se podía moverse más o menos libre por las graderías. Se me acercó un estudiante de la Universidad. Había visto a Víctor en un pasillo y en algún momento Víctor le insinúo que querría hablar conmigo. Cuando me acerqué

En aquellas terribles condiciones Víctor pensaba en sus compañeros

al pasillo, Jara pidió al guardia que lo acompañara al baño. Me dirigí allá también. Allí pudimos intercambiar varias frases. Por el rostro ensangrentado de Víctor comprendí que lo torturaban cruelmente. Pero no me llamó para quejarse o pedir algo para el personalmente. A Víctor le parecía sospechoso un "prisionero", también de la Universidad Técnica que deambulaba por el estadio sin temor, charlaba y hasta bromeaba con los militares. Todo eso parecía muy extraño. Víctor pensó -y tenía razón- que se trataba de un soplón, infiltrado expresamente. Jara creía su deber advertirnos a nosotros, profesores, colaboradores y estudiantes de la Universidad Técnica. En aquellas terribles condiciones Víctor pensaba en sus compañeros. Después de este encuentro no lo volví a ver..."


   
Más volvamos a la grabación de la entrevista con Danilo Bartulin.

    "El estadio, que daba cabida a cinco mil personas, estaba repleto. Para dominar a los prisioneros, por la noche cegaban con potentes reflectores. Ametralladoras pesadas sobre trípodes apuntaban a las graderías llenas de gente para amedrentar a los prisioneros.

    "Pronto empezaron a trasladar urgentemente a los prisioneros al Estadio Nacional donde a los militares les era mas fácil controlar la situación. En el último grupo formado para ir al Nacional estábamos Víctor y yo. En total éramos unas cincuenta personas. De pronto apareció el comandante Manrique, recorrió la fila y ordenó a salir a Víctor Jara, Litre Quiroga, conocido jurista y comunista, y a mí.

-Llévenlos abajo -dijo.

 

 

Abajo nos esperaba la muerte

   "Yo sabia que 'abajo' nos esperaba la muerte. Allí tenían habilitada una cámara, en lo que había sido guardarropa y varios baños. Muchos de nuestros compañeros fueron llevados allí, pero nadie volvió. Una vez que me condujeron al interrogatorio y, al pasar, vi un montón de cadáveres, de cuerpos masacrados y desmembrados. Luego sacaban los cadáveres en camiones y los dejaban tirados en la calle.

  

 

  "'Abajo' nos metieron a Víctor y a mi en un mismo baño. En el baño vecino estaba Litre Quiroga. Víctor y yo comprendimos que no teníamos salvación: éramos los últimos prisioneros del Estadio de Chile. Pero inesperadamente se dio la orden de que yo saliera. Víctor y yo nos despedimos en silencio, con una sola mirada. Me llevaron a un camión blindado con el motor en marcha, me metieron dentro y cerraron la puerta. El camión estaba lleno de prisioneros. Así fui a parar al Estadio Nacional. Solo estando allí comprendí porque no me habían dejado con Víctor en la cámara de condenados a muerte. Al verme entre los recién llegados, un coronel de carabineros dijo:

"-Es el. Tiene que decirnos todo lo que sepa de Allende.

    "Empezaron constantes interrogatorios y torturas. Querían que hiciera ciertas "confesiones" para desacreditar la vida y la personalidad del presidente popular. Tres veces me hicieron pasar por simulacros de fusilamiento...

    "Luego supe que el cuerpo de Víctor había sido descubierto cerca del cementerio Metropolitano y el cadáver de Litre Quiroga, en una calle de Santiago. Naturalmente, los militares mataron aquella misma noche a los dos prisioneros que quedaban en el Estadio de Chile y luego arrojaron sus cuerpos en la ciudad para que pareciera que habían muerto en un tiroteo callejero..."

    Danilo Bartulin concluyó su relato y recordó que estando todavía yo en Santiago los secuaces de la junta divulgaron la versión de que el cantante había atacado con metralleta a una patrulla militar y esta, defendiéndose, lo mato.

    Pero la única arma de Víctor era la guitarra. A Danilo Bartulin lo torturaron para sonsacarle los datos secretos que podía saber el medico particular del presidente. Pero ¿que "secretos" podía saber el cantante?... A Víctor lo torturaron y asesinaron porque odiaban sus canciones.

 

 

 

 

 

 

Víctor nace el 28 de Septiembre de 1932 de padres campesinos: Manuel, inquilino. Amanda, cantora.
Su infancia transcurre en Lonquén, localidad cercana a la capital y su juventud en Santiago, en la Población Nogales.

    A la muerte de su madre ingresa al Seminario Redentorista de San Bernardo. Permanece allí por poco más de un año.

    No posee formación musical académica: Su madre le enseña a tocar guitarra. En el Seminario aprende Canto Gregoriano.

    En 1953, a los 21 años, integra el Coro de la Universidad de Chile; participa en el primer montaje de "Carmina Burana" e inicia su trabajo de recopilación e investigación folklórica en terreno.

    1956: Ingresa a la Compañía de Mimos de Noisvander.

    Entre 1956 y 1962 estudia Actuación y, posteriormente, Dirección en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Participa, como alumno, en diversas producciones de la Compañía del Instituto de Teatro de la misma Universidad, Ituch.

    En 1957, se integra al conjunto de Cantos y Danzas Folklóricas "Cuncumén", creado a raíz de unos cursos de temporada dictados por Margot Loyola. Tiene, también, sus primeros contactos con Violeta Parra, quien lo incita a seguir cantando.
  

    En 1959, con 27 años de edad, tiene su primera experiencia en Dirección Teatral: dirige "Parecido a la Felicidad" de Alejandro Siveking. Viaja con la obra por Argentina, Uruguay, Venezuela y Cuba. 
 

Violeta Parra lo incita a seguir cantando

          

 

  En este mismo año graba para el sello Emi-Odeón, cantando como solista del "Cuncumén", dos villancicos que le fueran entregados por Violeta Parra.
 
    1960: Asiste en la Dirección a Pedro de la Barra en el montaje de "La Viuda de Apablaza" de Germán Luco Cruchaga, para el Ituch. Posteriormente, dirige "La Mandrágora" de Machiavello.

    En 1961 y en calidad de Director Artístico del conjunto, viaja con el "Cuncumén" por Holanda, Francia, Unión Soviética, Checoeslovaquia, Polonia, Rumania y Bulgaria.

    Compone "Paloma Quiero Contarte", canción que marca el inicio de su trabajo de creación musical y poética.

    Es, también, Asistente de Dirección de Agustín Siré en el montaje de "La Madre de los Conejos" de Alejandro Sieveking.

    1962: Egresa de la carrera de Dirección Teatral y dirige "Animas de Día Claro" de Alejandro Sieveking para la compañía del Ituch.

    Graba "Paloma Quiero Contarte" y "La Canción del Minero", contenidas en el Lp "Folklore Chileno" del grupo "Cuncumén" para el sello Emi-Odeón.

    Entre 1963 y 1968 se desempeña como Director de la Academia de Folklore de la Casa de la Cultura de Ñuñoa.

    Entre 1963 y 1970 forma parte, también, del equipo estable de Directores del Instituto del Teatro de la Universidad de Chile, Ituch.

    En el año 1963 es Asistente de Dirección de Atahualpa del Cioppo en el montaje de "El Círculo de Tiza" de Bertol Brecht, para el Ituch. El mismo año dirige: "Los Invasores" de Egon Wolf, para el Ituch: "Parecido a la Felicidad" de Alejandro Sieveking, para Canal 9 de Televisión de la Universidad de Chile; y "Dúo" de Raúl Ruiz, para la Compañía de Los Cuatro.

    Entre 1964 y 1967 ejerce como profesor de Actuación en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.

    En el 64, vuelve a montar "Animas de Día Claro" de Alejandro Sieveking con el Ituch y la lleva de gira por la Argentina, Uruguay y Paraguay.

    En 1965: Compone la música y dirige la obra "La Remolienda" de Alejandro Sieveking, para el Ituch. Dirige el montaje de "La Maña" de Ann Jellicoe, para el Ictus. Recibe el premio "Laurel de Oro" como mejor Director del año por el montaje de las dos obras señaladas y el premio de "La Crítica" del Círculo de Periodistas a "La mejor Dirección del Año", otorgado por el montaje de "La Maña".

    Entre 1966 y 1969 es Director Artístico del conjunto Quilapayún. Y entre 1966 y 1970, actúa como solista en "La Peña de los Parra".
 

    En el año 1966: dirige "La Casa Vieja" de Abelardo Estorino, para el Ituch; Asiste en la Dirección a William Oliver en el montaje de la obra "Marat Sade" de Peter Weiss, también para el Ituch; vuelve a montar y dirigir

En 1966 grabo su primer LP

"La Remolienda" de Alejandro Sieveking, esta vez, para Canal 9 de Televisión de la Universidad de Chile. 1966 es además el año de la aparición de su primer Lp como solista. Lo edita el sello "Arena" con el título "Víctor Jara".

 


    Al año siguiente, 1967, es el sello Emi-Odeón el que edita el Lp "Víctor Jara" y "Canciones Folklóricas de América", junto a Quilapayún. En el ámbito teatral, monta nuevamente "La Remolienda". Es invitado a Inglaterra, en su calidad de Director Teatral, por el Consejo Británico. Recibe el premio de "La Crítica" por su dirección en la obra "Entretenimiento a Mr. Sloane" y el Disco de Plata del Sello Emi-Odeón.

    1969 Dirige el montaje de la obra "Viet-rock" de Megan Terry, para el Ituch; y "Antígonas" de Sófocles para la Compañía de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Profesor invitado en dicha Escuela de Teatro.

    Gana el Primer Premio en el "Primer Festival de la Nueva Canción Chilena" con el tema "Plegaria a un Labrador". Viaja a Helsinki invitado a cantar en un Mitin Mundial de Jóvenes por Vietnam que se realiza en la capital de Finlandia. El sello Dicap edita su Lp "Pongo en tus Manos Abiertas".

    1970: Es invitado a la Conversación Internacional de Teatro, en Berlín. Participa en el Primer Congreso de Teatro Latinoamericano de Buenos Aires. Renuncia al Instituto de Teatro de la Universidad de Chile para realizar recitales por todo el país, en el ámbito de la campaña electoral de la Unidad Popular. Emi-Odeón edita un nuevo Lp suyo: "Canto Libre".
 

Es Embajador Cultural del Gobierno 
de la Unidad Popular

  En el año 1971 trabaja intensamente con el compositor Celso Garrido Lecca en la música para el ballet "Los Siete Estados", de Patricio Bunster, para el Ballet Nacional. Ingresa, junto a Isabel Parra e Inti-Illimani, al 

Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado. En calidad de Embajador Cultural del Gobierno de la Unidad Popular, realiza una gira de recitales y programas de televisión por México, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Perú y Argentina. Es editado, por el sello Dicap, su Lp "El Derecho de Vivir en Paz". Obtiene el premio "Laurel de Oro" como el mejor compositor del año. 


    En los años 1972 y 1973, compone la música de continuidad para Televisión Nacional de Chile.

    Durante 1972: investiga y recopila testimonios en la población "Hermida de La Victoria" los que forman parte de su Lp "La Población" para el sello Dicap. Realiza una gira musical por la Unión Soviética y Cuba. Es invitado al Congreso de Música Latinoamericana organizado por "La Casa de las Américas", en La Habana. Dirige el homenaje a Pablo Neruda, en el Estadio Nacional, al regreso del poeta a Chile, luego de recibir el Premio Nobel.

    Es invitado por los campesinos de Ranquil para crear una obra musical acerca del lugar. Se incorpora a los trabajos voluntarios con ocasión de la huelga de los camioneros que busca paralizar al país.

    En 1973: participa en la campaña electoral parlamentaria, realizando conciertos en favor de los candidatos de la Unidad Popular. Dirige y participa como cantante en un ciclo de programas de televisión en contra de la Guerra Civil y Fascismo, acogiendo el llamado hecho, en ese sentido, por Pablo Neruda.

    Realiza una gira de conciertos en Perú, patrocinado por el Instituto Nacional de Cultura de Lima. Trabaja en la grabación de sus últimas composiciones para 2 Lps que no alcanzaron a ser editados. Graba el Lp "Canto por Travesura", recopilación del folklore picaresco de Chile, que no alcanzó a salir a la venta.

    11 de Septiembre de 1973: Víctor se dirige a la Universidad Técnica del Estado, su lugar de trabajo, donde cantaría en la inauguración de una exposición, desde la cual se dirigiría al país el Presidente Allende. Los militares rodean el recinto universitario ingresando a él el día siguiente, tomando detenidos a todos los profesores y alumnos que se encontraban en su interior.

    Víctor Jara es llevado al Estadio Chile y torturado.

    Muere acribillado el 16 de Septiembre, pocos días antes de cumplir 41 años.

    Su cuerpo es encontrado en la morgue como NN.

 Información proporcionada por la Fundación Víctor Jara

 

P/D: PARA COMPARTIR, CONOCER LA HISTORIA Y REFLEXIONAR

 

TOKORRE (HACER CORRER, PASA LA VOZ, DIFUNDIR.)

AGUYJE, GRACIAS

DE MALENA LA DEL TANGO Y DEL PMAS


 
La revolución es para llevarla en el alma y morir por ella y no para llevarla en los labios y vivir de ella.
difunden: el 1er. Museo Histórico Suramericano "Ernesto Che Guevara", la Escuela de Solidaridad con Cuba "Chaubloqueo" y el Centro de Registro de Donantes Voluntarios de Células Madre
Irene Perpiñal y Eladio González - directores   calle Rojas 129  local (Caballito) Capital -AAC1405-Buenos Aires-República Argentina  telefax: 4-903-3285 email: museocheguevara@fibertel.com.ar
http://museocheguevaraargentina.blogspot.com/
colectivos 1 - 2 - 25 - 26 - 32 - 42 - 53 - 55 - 85 - 86 - 103 - 180
a solo 25 metros de la Estación "Caballito" del Ferrocarril Oeste y a cien metros de la Estación de Subterráneos "Primera Junta" de la vieja línea "A"
doná sangre, doná órganos, doná células madre, sé solidario, SÉ VOS.
¡Salven a los argentinos! "las ballenas"