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Martes, 16 de Marzo de 2010
Julio Mella: Un periodista incómodo.
Por Adys Cupull y Froilán González
En su 107 cumpleaños. 25 de marzo de 1903.
Sus primeros escritos aparecen firmados con seudónimos, no obstante, fue en Alma Mater, donde utilizó por primera vez, el nombre de Julio Antonio Mella. En esta revista comenzó su periodismo combatiente, culto, cuya técnica y estilo fue perfeccionando en otras publicaciones, entre ellas: Juventud, Venezuela Libre, Espartaco, Aurora, Nueva Luz, Boletín del Torcedor, Lucha de Clases, El Heraldo, Justicia, Renovación, el boletín semanal de la FEU, y otros de los obreros.
En México desarrolló aún más su periodismo revolucionario, escribió en defensa de los pueblos de América, para desenmascarar al Imperialismo abogó por la independencia de Cuba e hizo de su periodismo un acto continuado en defensa del proletariado y los campesinos. Escribió en El Machete, El Libertador, órgano de todas las secciones de la Liga Antiimperialista de las Américas, El Tren Blindado, órgano de la Asociación de Estudiantes Proletarios, la revista Norte, de Ciudad México. Colaboró en la revista Problema Agrario de Moscú, y en El Boletín del Socorro Rojo Internacional de la URSS, donde se publicaron sus conferencias, impartidas durante la visita a ese país.
Sus artículos también aparecen en el periódico que fundó en México: Cuba Libre, publicación de la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios de Cuba.
Colaboró en otros como La Antorcha Estudiantil, órgano de la Escuela Nacional Preparatoria, en La Sotana, órgano de la Liga Anticlerical, y en El Bonete, fue miembro de la redacción de este órgano, según explica David Alfaro Siqueiros en su recuento “Julio Antonio Mella, pionero de la Revolución Cubana”, también en El Progreso, y en América Libre.
Lo cierto es que Mella escribió tanto como le permitió su quehacer militante. Manifestó Rafael Carrillo, historiador mexicano y dirigente del Partido Comunista en su país, uno de los fundadores del periódico El Machete, que Mella tenía una gran capacidad como periodista, con un lenguaje vivaz, muy rico en metáforas expresaba lo que sentía, lo que pensaba, lo que proponía, lo que ideaba, lo que postulaba y lo que luchaba. El era un periodista nato afirmó.
Mella deseaba tener tres cosas para su trabajo: una máquina de escribir, una pluma de fuente y una motocicleta. Agregó Carrillo en su testimonio, que la pluma se la regaló él, la máquina de escribir se la consiguió Mella y la motocicleta no llegó a tenerla.
Nunca se preocupó por las condiciones difíciles en que tuvo que enfrentar el exilio. Sus amigos y compañeros de lucha compartieron con él donde comer o vivir. Fueron sus desvelos las condiciones miserables en que vivían millones de seres humanos en los pueblos de América, y el sometimiento de los gobiernos corruptos a las grandes trasnacionales y consorcios financieros de los Estados Unidos.
En México escribió varios folletos: El Grito de los Mártires, donde denuncia la represión en Cuba y los asesinatos ordenados por Gerardo Machado a obreros , dirigentes sindicales y comunistas. Glosas al pensamiento de José Martí, en el cual analiza y proyecta el libro soñado por él sobre El Apóstol, y que su corta existencia no le permitió escribir; otro se titula: ¿Qué es el ARPA? (APRA) Alianza Popular Revolucionaria Americana. En el cual denuncia la posición reformista, divisionista y oportunista de sus miembros.
Escribió a través de las páginas de El Machete, sus más enérgicas críticas al sistema de explotación y coloniaje impuesto por los Estados Unidos a los pueblos de América Latina. Y defendió con vehemencia los derechos de Puerto Rico, Nicaragua, Panamá, Santo Domingo, Haití, Chile, Perú, Venezuela, México y otros países de América y del mundo, saqueados por los intereses capitalistas.
La etapa más fructífera de Julio Antonio como periodista, combatiente, narrador, y crítico está representada en El Machete, que puede considerarse la más voluminosa trinchera de su arsenal ideológico.
Varios artículos los firmó con el seudónimo de Cuauhtémoc Zapata, un nombre y apellido emblemático para el pueblo de México, entre ellos se destacan:
"La provocación imperialista a los Soviets"; "La libertad sindical en México de Vicente Lombardo Toledano"; "La insurrección en Viena"; "El capitalismo obrero como fórmula de salvación"; "Aquí nadie pasa hambre"; "Un día de trabajo en los Estados Unidos"; "Junto a Wall Street"; "¿Habrá voces de libertad en el Congreso de La Habana?"; "El imperialismo yanqui extiende su dictadura terrorífica por el continente"; "¿El comunismo es un delito?;
"¿Cómo interpreta el laborismo la lucha antimperialista?" ; "El proyecto del nuevo código civil ante la opinión de los obreros y campesinos revolucionarios"; y "Nuestras enfermedades infantiles".
En la sección Semana Internacional entre otros, escribió:
"Otro más que cae"; "¿Y la doctrina Monroe?";
"El arpismo de Chiang Kai Shek"; "En el país de la democracia y la prosperidad"; "¿Cien mil votos? ¡No! ¡Cien mil revolucionarios!"; "La catástrofe del Vertis"; "Una equivocación de la prensa diaria": Mellon, Rockefeller Jr., William Green y Jhon D. Lewis"; "El reto de Hoover"; "De acuerdo"; "Año nuevo en Nicaragua"; "Otra prueba de la civilización yanqui"; y "Contra el peligro de los derechistas".
Julio Antonio calificó este órgano partidista como el mejor instrumento de la unidad revolucionaria de todos los oprimidos por el imperialismo en esta zona de la América, y el mejor instrumento de la lucha teórica contra la opresión del capitalismo yanqui, dentro y fuera de las fronteras de los Estados Unidos.
Su obra escrita abarca desde 1920 hasta 1929.
Fuente: Adys Cupull y Froilán González, Julio Antonio Mella, Biografía, Casa Editora Abril, 2010 p 201.