martes, 20 de abril de 2010

Soneto a Marti un uruguayo balsero militante en Argentina

Hermanos cubanos comparto este viejo poema escrito por un solidario joven (en aquel momento) que en 1994 tuve la fortuna de conocer gracias a ustedes.   

 

Es que Irene mi amada había alterado en Argentina la política hacia Cuba, y con la fundamental ayuda del Arquitecto Rodolfo Livingston, que habiendo publicado en su libro “Cuba Existe, es Socialista y No está en Coma” recibió la llamada de miles de argentinos deseosos de ayudar a la revolución.

 

Gentes de cualquier partido político hablaron con Irene y ella los orientó.    Resultado tres mil kilogramos promedio de ayuda para una diferente provincia cubana por mes.    Lo incomensurable fue lo otro, lo pequeño, lo invisible, el sentimiento, lo insólito que sumaba y sumaba más que la misma abrumadora ayuda material.

 

Entre estos imponderables está el uruguayo joven, que enamorado de Sol una adolescente argentina llegó hasta nosotros.

 

El uruguayo se transformó en militante difundiendo la realidad cubana.  La pareja se llevaba veinte cartas que desde Cuba me habían escrito hermanos de todas las provincias y las exhibía en una plaza pública. 

 

Quienes domingueaban allí tomaban invitados cualquier carta y aprendían estoicismo santiaguero, comunitarismo tunero, ensoñaciones habaneras, patriotismo camagüeyano, brigadismo granmense, valentía matancera y resistencia pinareña al genocida bloqueo.

 

No la pasó mal Pablo González, pues iba acompañando a su Sol (como el que tiene su bandera uruguaya).   Y surgen los vínculos con quien ofrendó su vida por la libertad de su amada Patria.   

 

Sí, quien fué cónsul argentino en Nueva York a pesar de su nacionalidad cubana, cayó combatiendo al invasor español en el campo de Dos Ríos “de cara al Sol”, vuestro apóstol.

 

Hace años que no nos abrazamos con Pablo pero leyendo su creación es como si nunca nos hubiéramos separado.

 

                                                                                                                                                          Toto

Eladio González  director Museo Che Guevara.

 

 

                                                                      SONETO    A    MARTI  

 

Se injerta en tu profundidad mi hondura

                                                      mi hondura limitada y contundente

como un tiempo tirano y confidente

como una razón ahogada en la cordura.

Se oye tu canto cual aullido de ternura

y me arrastra cual ritual el responderte

ése fuego universal y combatiente

que brilló en el interior de tu armadura .

 

Estoy aquí Martí, calma y bravura,

como un soplo de sombra en tu figura

como un sol implacable en tu pendiente.

 

Estoy aquí Martí, fresco y candente ,

como un soplo de viento en tu saliente

como una Rosa Blanca en tu llanura.

 

                                 Pablo   González   (1994)