sábado 19 de junio de 2010 LOS ROSTROS DEL “HAMBRE CERO” Una mirada desde… LOS ROSTROS DEL “HAMBRE CERO” Una mirada desde… Jorge Loáisiga, Luis Alemán, Larissa Colindres y Vilma Aburto
El Programa Productivo Alimentario (PPA), conocido popularmente como “Hambre Cero”, es la expresión concreta, clara y precisa del Gobierno Sandinista para combatir la pobreza en todas sus expresiones.
Es además la punta de lanza para el despegue económico y el inicio para desarrollar las transformaciones sociales más urgentes del país: combatir la desnutrición materno infantil, la insuficiencia alimenticia de los niños en edad escolar, el empobrecimiento de la población nacional en su conjunto, la dependencia alimentaria de la economía y la sociedad nicaragüense, vicios de la economía capitalista y de la sociedad patriarcal. En Nicaragua los pequeños y medianos productores, como sujetos de desarrollo, se constituyen como la unidad de planificación y gestión de la política del Estado en el campo. La promoción de zonas de desarrollo productivo donde se integran comunidades rurales bajo las premisas de identidad e intereses económicos y sociales, es el punto de partida fundamental para integrar las acciones y los mecanismos de apoyo social y la aplicación de la política agropecuaria y forestal diseñada por el Frente Sandinista para la gestión del gobierno. La pequeña y mediana producción, incluyendo al campesinado, controla el 70% de la tierra en fincas nacionales. Producen el 65% de los alimentos y el 80% del valor bruto de la producción de los granos básicos. Poseen el 65% de la ganadería vacuna. El 89% de la ganadería porcina. El 84% de las aves. Generan el 56% de las exportaciones agropecuarias y representan el 85% de la Población Económicamente Activa Agropecuaria (PEAA). A pesar de su enorme contribución a la economía nacional, fueron marginados por las políticas neoliberales durante los 16 años de gobiernos neoliberales. El reto del Gobierno del Frente Sandinista es hacer que los esfuerzos de la pequeña y mediana producción desemboquen, en primer lugar la mejoría de la calidad de vida de ellos y en segundo lugar en la de la población nicaragüense en general. Las políticas neoliberales, enfocadas al mercado de exportación, privilegiaron la producción de rubros tradicionalmente en manos de grandes productores y empresarios; como consecuencia, se concentraron los ingresos y permitieron el desmantelamiento del proyecto revolucionario en el campo, la reforma agraria.
El programa tiene una perspectiva de mediano y largo plazo y está pensado para que contribuya al desarrollo económico del país: abastecimiento interno de alimentos, ahorro de divisas, agregación de valor a nuestros productos e incremento de las exportaciones. El Programa Productivo Alimentario a través del Bono, está impulsando la capitalización y sostenibilidad de 75,000 mujeres en los cincos años del inicio de la segunda etapa de la revolución, mediante una inversión quinquenal de 150 millones de dólares. Muy mínima si la comparamos con los aproximadamente 600 millones de dólares que ha venido recibiendo Nicaragua en donaciones y préstamos año con año para ¨combatir” la pobreza . La organización de 1,500 núcleos de mujeres implementando el Bono Productivo constituirá la base del apoyo para la asistencia técnica, capacitación, financiamiento, servicios conexos e infraestructura de apoyo y encadenamientos de mercado que dispondrá el estado en función del programa en su nuevo rol dinámico. Producto de esta nueva mirada hacia la producción de las familias rurales, Nicaragua podrá disponer de incrementos fuertes en la producción de alimentos; por tanto, las acciones del Gobierno Sandinista apuntan a articular la producción en toda la cadena de valor, para mejorar los ingresos del productor y los precios al consumidor.
El concepto fue derivado de programas similares en otros países latinoamericanos (por ejemplo “Fome Cero” de Brasil), basados en los esfuerzos de crear un colchón de seguridad social y alimentaria a los estratos mas empobrecidos del país. El Programa surgió como resultado de experiencias de iniciativas similares que organizaciones no-gubernamentales (ONG) vinculadas al Frente Sandinista habían iniciado durante los últimos 15 años en los territorios rurales del país. Una de estas ONG ha sido el CIPRES, cuyo coordinador, el Dr. Orlando Núñez, formuló las líneas generales de un nuevo Programa Productivo Alimentario durante los años 2005 y 2006, es decir antes de las últimas elecciones presidenciales. A partir de su experiencia en el CIPRES, Núñez explicó que “hay una emergencia social, por eso estamos proponiendo este Programa para erradicar la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición, así como la falta de agua, que es necesaria para la higiene, la producción y para proteger el medio ambiente”. Según Núñez, “Nicaragua gastó 180 millones de dólares anuales en 53 organismos destinados a combatir la pobreza, pero el gobierno es caro, por eso nosotros proponemos que este programa lo ejecuten las alcaldías, los ONG, las iglesias, los gremios, etc. El país recibe 500 millones de dólares para combatir la pobreza, pero sólo necesitamos 90 millones, de donde después se creará un fondo revolvente para asegurar que el programa sea sostenible”, sostenía Núñez en 2006.
La primera meta enunciada por las Naciones Unidas en Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, “es erradicar la pobreza extrema y el hambre “ reduciéndola a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día” [1]. A nivel mundial, se estima que el número de personas viviendo en condiciones de extrema pobreza en el año 2009, sería entre 55 y 90 millones más de lo previsto antes de la crisis económica mundial, aunque el impacto variará según regiones y países. Las proyecciones actuales sugieren que las tasas de pobreza en los países en desarrollo en general continuarán bajando en el 2009, pero a un ritmo inferior al registrado antes de la crisis. Para algunos países, esto podría significar el logro o no de la meta de reducir la extrema pobreza a la mitad [2]. Esto depende más que todo, del desarrollo de la Agricultura [3]. Los expertos señalan que existen relaciones sólidas directas entre el hambre, la pobreza y la productividad agrícola [4]. Al mejorar la productividad agrícola, explican los especialistas, los campesinos siembran más alimentos y por ende hay mayor disponibilidad de comida, que a la vez baja de precio. Esto se logra mediante el acceso a mejores semillas y a tecnologías agrícolas que se ajustan al entorno agro-climático de cada caso [5], así como con acceso al crédito, a la tierra y a baratos sistemas de riego. Los estudiosos también recomiendan adecuadas políticas macroeconómicas y políticas comerciales, buena infraestructura y acceso a los mercados[6]. “La acción política en los ámbitos críticos de la agricultura sostenible y de la seguridad alimentaria”, advierten los expertos de International Food Policy Research Institute (IFPRI), será esencial para responder con eficacia y responsabilidad al logro de los Objetivos de Desarrollo del Mileno [7]”. Nicaragua ha avanzado en los últimos veinte años en la elaboración de una política de seguridad alimentaria y en la creación de instituciones para coordinar esfuerzos en esta área, como la Comisión Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN) y la creación, en el Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR), del Sistema de Información para el Seguimiento de la Seguridad Alimentaria (SISSAN), con el apoyo de la FAO. Sin embargo, en Nicaragua a pesar de contar con una Política de Seguridad Alimentaria (2001), no se ha logrado reducir significativamente y de manera sostenible, el hambre, la pobreza y la malnutrición, debido a que ha faltado la suficiente voluntad política, recursos y coordinación estratégica de actores gubernamentales y no gubernamentales [8]. La Constitución de la República de Nicaragua establece en su artículo 63 que “Es derecho de los nicaragüenses estar protegidos contra el Hambre. El Estado promoverá programas que aseguren una adecuada disponibilidad de alimentos y una distribución equitativa de los mismos [9]”. Según el Plan Nacional de Desarrollo Humano (PNDH) la soberanía alimentaria se entiende como “la capacidad de alimentar al pueblo con su propio esfuerzo interno, así como con el apoyo de la solidaridad de pueblos hermanos, pero sin condicionamiento alguno. La soberanía alimentaria garantizará que Nicaragua desarrolle sus propias capacidades de producción, almacenamiento y distribución a precios justos dentro de sus propias prioridades nacionales, respetando la diversidad productiva y la conservación del medio ambiente”. Además “(…) la soberanía alimentaria garantizará el derecho a la tierra y su uso a los productores nacionales, especialmente los MIPYMES rurales, uso de las aguas superficiales para riego, reducir la vulnerabilidad de la producción a los fenómenos climáticos, el fortalecimiento de la equidad en la distribución a precios justos y a garantizar la equidad de género, la sostenibilidad de la producción agropecuaria y la eficiencia de la industria alimentaria nacional, basada principalmente en las materias primas nacionales” Desde el punto de vista estrictamente económico, el Programa “Hambre Cero” expresa la visión y estrategia agropecuaria que tiene el Gobierno Sandinista para erradicar la pobreza a través de un plan de desarrollo que combine el crecimiento económico, el bienestar social de la población y el poder ciudadano. Por su envergadura y concepción el programa es desde el punto de vista económico la punta de lanza para convertir a Nicaragua en una potencia alimentaria dentro de la región centroamericana y caribeña, contribuyendo así a la seguridad y soberanía alimentaria de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA). Además de su accionar productivo el programa tiene la responsabilidad de fomentar y apoyar la concientización, organización y movilización de las familias campesinas en general y de las mujeres en particular, como parte de la lucha por la dignificación y emancipación de los sectores más explotados, marginados y discriminados de nuestro país.
La norma tiene por objeto garantizar el derecho de todas y todos los nicaragüenses de contar con los alimentos suficientes, inocuos y nutritivos acordes a sus necesidades vitales; que estos sean accesibles física, económica, social y culturalmente de forma oportuna y permanente asegurando la disponibilidad, estabilidad y suficiencia de los mismos a través del desarrollo y rectoría por parte del Estado, de políticas públicas vinculadas a la soberanía y seguridad alimentaria y nutricional, para su implementación [10]. Con la implementación del Bono Productivo Alimentario, es quizás la primera vez que las políticas sociales tienen coherencia y un mismo enfoque en los planes de desarrollo. Antes a pesar de la existencia del marco normativo y de instituciones encargadas del tema, la falta de continuidad en las políticas sociales y la diferencia de enfoques en los planes de desarrollo que diseñaba cada gobierno, provocaban que los esfuerzos fuesen dispersos y no integrales. 2. HAMBRE CERO: EN EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO HUMANO (PNDH): El Gobierno del Presidente Daniel Ortega Saavedra delineó sus principales políticas sociales en el Plan Nacional de Desarrollo Humano (PNDH), el cual fue consultado con la ciudadanía. El gobierno indica en el PNDH que uno de los tres principios fundamentales del modelo de desarrollo que impulsa, es la seguridad y soberanía alimentaria. La política de soberanía y seguridad alimentaria no sólo pretende generar alimentos para acabar con el hambre y la desnutrición en el país, sino que también pretende desarrollar capacidades locales de producción, almacenamiento y distribución a precios justos. Incluso, se aspira a producir alimentos para la exportación en los mercados centroamericano y de la Alianza Bolivariana de los Pueblos (ALBA). Lo anterior se logrará, según el PNDH, a través de diferentes programas y acciones. Entre ellos destacan Usura Cero, Programa de Semilla para Siembra, el Programa de Merienda Escolar, y por su puesto el Programa Productivo Alimentario (PPA) o Hambre Cero. El Plan hace énfasis en que las causas del hambre y la pobreza son múltiples y que por tal razón las soluciones tienen que ser integrales y coordinadas. Dos cualidades (integralidad, coordinación y a esto se le suma la complementariedad) que de darse, potencializan los resultados e impacto de los programas y que de no ser consideradas, limitan las posibilidades de éxito. Por ejemplo, los beneficios de Hambre Cero no sólo van dirigidos a mejorar los ingresos familiares (políticas de ingresos), sino que además pretende mejorar la alimentación y nutrición de las familias (política de necesidades). El concepto de seguridad alimentaria se refiere no sólo a acciones encaminadas a mejorar la producción interna de alimentos para mejorar el acceso por parte de los pobladores, también hace hincapié en la importancia de complementar esas acciones con otras, como aquellas que garantizan el acceso a tierra, agua y crédito. Condiciones que en el caso del programa Hambre Cero garantizarían el uso eficiente del Bono Productivo Alimentario. Pensar en condiciones óptimas para los animales otorgados, pasa por facilitar el acceso al agua, a la tierra y al crédito. Este último podría ser clave para acceder a insumos tecnológicos. La producción de alimentos permite la disponibilidad de alimentos (cantidad y variedad de alimentos) y el consumo, que contribuyen a prevenir y disminuir las deficiencias nutricionales, principalmente en la niñez. Por lo que para el seguimiento a las familias beneficiadas es necesario, además de la participación del MAGFOR, involucrar a otras instituciones públicas como el Ministerio de Salud (MINSA). “El resumen del PNDH detalla la política social y económica del Gobierno, orientada a mejorar la cobertura y calidad en la prestación de bienes y servicios de salud, educación, alimentación y agua potable. A pesar de las restricciones existentes en lo referente a los recursos externos, el Plan contempla mantener la proporción de gasto del sector público dirigido al combate de la pobreza por encima de 40 por ciento y mejorar su efectividad para proteger a los sectores más vulnerables”[11]. En el caso del programa Hambre Cero, se espera ampliar la entrega de bonos productivos en más de 43,000 familias durante los próximos 3 años. El segundo informe sobre el progreso en el cumplimiento de los indicadores sociales del programa se publicó en octubre 2009. 3. OBJETIVOS, COMPONENTES 3.1 ANTECEDENTES La conceptualización del PPA tiene dos orígenes: la experiencia del CIPRES en la implementación de un modelo de economía de patio en la comunidad de Lechecuagos, León, por un lado; y por otro, se inspira en el Programa Fome Zero de Brasil. El eje central del proyecto Fome Zero es la unión apropiada entre Políticas Estructurales como son la distribución del ingreso, el aumento de la producción y la generación de empleo, entre otras, y las Políticas Compensatorias como lo son las llamadas intervenciones de emergencia.
Este proyecto propuesto con el fin de lograr una Política de Seguridad Alimentaria para Brasil, fue logrado por un conjunto de personas independientes, ONG´s, institutos de investigación, movimientos sociales, expertos que trabajan con el tema de seguridad alimentaria en todo Brasil [12]. 3.2 OBJETIVOS El objetivo del Programa Productivo Alimentario es luchar contra el hambre y la pobreza extrema, alcanzar la soberanía alimentaria e impulsar la agro-exportación, según lo establecido en el Marco Presupuestario de Mediano Plazo (2009-2012)[13].
Asimismo, según una formulación interna del MAGFOR, el objetivo estratégico del PPA es erradicar el hambre, la desnutrición crónica y la pobreza extrema en 75,000 familias rurales de Nicaragua “mediante el incremento cuantitativo y cualitativo de la producción y del consumo de alimentos proteicos, favoreciendo a su vez la sustitución del consumo de leña por biogas”[14]. Entre los objetivos específicos resaltan el capitalizar a estas 75,000 familias mediante la entrega de bienes de producción, capacitarlas en aspectos sociales, administrativos y tecnológicos; así como organizarlas para la administración de fondos rotativos. De igual manera, el Programa Productivo Alimentario (PPA) se propone fortalecer la producción de alimentos de autoconsumo en las familias rurales nicaragüenses mediante la entrega de un Bono Productivo. Y en una segunda etapa, comercializar los excedentes en el mercado nacional o internacional, al mismo tiempo que incentivar cadenas de producción agroindustrial (embutidos, por ejemplo) y la creación de cajas de ahorro rurales. 3.3 POBLACIÓN META La población meta está integrada por mujeres de cualquier rango de edad con tenencia de entre 1 a 10 manzanas de tierra en zonas rurales o semi rurales, en todo el territorio nacional. La meta es beneficiar a 80 mil familias hasta el año 2011 del segmento de familias rurales con extensiones de tierra entre 1-10 manzanas de tierrras, sin ganado [15]. En el año 2009 se aumentó la meta inicial (75,000) a 100.000 familias, de las cuales, 20.000 corresponden a un nuevo segmento de familias con tenencia menor de 1 manzana. De acuerdo con datos oficiales, [16] de 2007 al primer semestre de 2009, se habían beneficiado a 33,721 familias con el Bono Productivo en todo el territorio nacional. De éstos, en 2007 se entregaron 12,217 bonos; en 2008 19,359 y 2,145 en el primer semestre de 2009. Otros datos publicados en la página oficial del Programa Productivo Alimentario (PPA) [17] indican que desde que inició el Programa en el año 2007, hasta el 31 de diciembre del 2009, se ha beneficiado a 39,137mujeres y sus familias, en el segmento de familias rurales con extensiones de tierra entre 1-10 manzanas de tierras, sin poseer ganado; es decir, el 49% de la meta. Durante el año 2009 se beneficiaron a 8,878 mujeres y sus familias del segmento de familias con tenencia menor de 1 manzana; es decir, el 44% de la meta equivalen al 48% de la nueva meta total de 100,000 familias. En total, se ha beneficiado a 48,015 mujeres y sus familias campesinas pobres en el período 2007-2009, que equivalen al 48% de la nueva meta total de 100,000 familias. META PARA 2010 En el año 2010, el Programa tiene la meta de entregar el Bono Productivo a 33,946 familias: de las cuales, 24,454 familias corresponden al segmento de familias de 1-10 manzanas, sin ganado; y 9,492 familias con tenencia menor de 1 manzanas. 3.5 COMPONENTES El PPA es conceptualizado como una propuesta de capitalización y apoyo en tecnologías de carácter agro-ecológico para las familias campesinas empobrecidas, cuyo enfoque principal es la mejoría en la capacidad de producir alimentos [18]. Los dos componentes principales del PPA son el Bono Productivo Alimentario (BPA) y el Programa Agroalimentario de Semilla Certificada (PASC). Durante 2008, el Programa también incluyó un componente de asistencia social a familias afectadas por desastres naturales o en pobreza extrema. EL BONO DE PATIO En Managua, se implementó durante la campaña electoral municipal de 2008-, la entrega del Bono de Economía de Patio por valor de 150 dólares que consiste en: seis aves de patio, una oveja peliguey, dos plantas frutales, dos cepas de chagüite, cinco sobres conteniendo semillas de hortalizas, diez yardas de plástico negro, un módulo de herramientas compuesta de machetes, rastrillo, azadón y pala. El segundo componente del PPA, el Programa Agroalimentario de Semilla (PASC), pretende estimular la disponibilidad de alimentos facilitando el acceso a las familias campesinas, de semillas de maíz, frijol, arroz y sorgo para las tres épocas de siembra (primera, postrera, apante). Este programa es implementado con el apoyo del MAGFOR, INTA, INAFOR e IDR. Asimismo, hay otro Programa en el MAGFOR que podría ser complementario al PPA, como es el Programa de Seguridad Alimentaria Nutricional que prevé la entrega de raciones de alimentos a población vulnerable y mejorar su dieta alimenticia y atacar las causas de la mal nutrición de los niños entre 7 y 36 meses, según el Marco Presupuestario de Mediano Plazo. EL BONO PRODUCTIVO ALIMENTARIO El BPA está compuesto esencialmente por 1 vaca preñada, 1 cerda cubierta, 1 gallo y 5 gallinas, materiales de construcción para acondicionar corrales y porqueriza, 5 plantas frutales, 5 plantas forestales, tubérculos, y hortalizas, asistencia técnica periódica y capacitación (en organización y cuido de los animales, género, higiene y aseo, manejo de fondos, producción integrada, medio ambiente, comercio, entre otros). El bono tiene un valor estimado oficial de 1,500 dólares para el pacífico y región central del país y de 2,000 dólares para el Caribe. Sin embargo, se entregan paquetes diferenciados por región. En el caso de las Regiones Autónomas del Atlántico Norte y Sur del país, el Bono contemplaría la entrega de bienes de capital acorde a la realidad cultural y particular de esa región, como aperos de pesca y subsidio de transporte para el traslado de productos. 3. 6 COMPLEMENTARIEDAD El Programa es ejecutado por el Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR) con asistencia del Instituto Nacional Tecnológico (INATEC) en materia de capacitación; asesoría técnica del Instituto Nacional Tecnológico (INTA) y del Fondo de Crédito Rural (FDR) (educación financiera, manejo de caja, ahorro); pero la logística y operacionalización del Programa corre por cuenta esencialmente del MAGFOR. La estrategia del PPA es de tres pisos: 1) Entrega de bienes y capacitación sobre tópicos que van desde autoestima, higiene, manejo de los animales; 2) Asociación para acceder a créditos productivos y capacitación financiera por parte del Fondo de Crédito Rural (FCR) y otras instituciones; 3) Planes de negocios derivados de los núcleos organizados. De esta manera, es posible observar que existen otras intervenciones de otras entidades del Estado (INATEC, FCR, INTA, etc.) que complementan el PPA. En el tercer trimestre de 2009 se incorporó al Programa de manera complementaria el concepto de la Responsabilidad Social Compartida (RSC) en la ejecución de mismo. La RSC incorporará a los gobiernos municipales y las brigadas solidarias del Poder Ciudadano, desde el proceso de selección de las mujeres, pasando por la entrega de los bienes y el acompañamiento desde la comunidad a las mujeres que reciben los bienes. Se adecuará la asistencia técnica incorporando la promotoría rural a la RSC, que permita dar sostenibilidad productiva y organizativa al programa. Se conformarán brigadas universitarias, estudiantes, mujeres y hombres de secundaria de los municipios seleccionados a través de las instancias ya existentes en los territorios. 3.7 ¿POR QUÉ 75,000 FAMILIAS? Porque de acuerdo al último Censo Agropecuario encontramos setenta y cinco mil familias de productores activos en todo el país que disponen de tierra en cualquier forma de posesión y que no poseen ni vacas ni cerdos. La propuesta es entregar 15,000 bonos a igual número de familias por año hasta completar las 75,000 familias aproximadamente en los primeros cinco años de gobierno sandinista. La entrega de los bonos comienza por la selección de las familias por parte de los consejos comunitarios, garantizando la entrega de un bono, no más, por cada casa, y agrupándolas de cincuenta en cincuenta en una misma comunidad. Las familias se escogen por su condición social y económica, independientemente de su credo político o religioso, siempre y cuando sean productores agropecuarios. EL SIGNIFICADO ECONÓMICO Y SOCIAL DEL BPA 3·8 Seguridad y soberanía alimentaria: La entrega de 75,000 vaquillas preñadas, 75,000 cerdas, 500,000 aves de corral, así como de semillas y material vegetativo, lo convierte en el mayor programa de seguridad y soberanía alimentaria del país. Un programa de nutrición en proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales en general. Un programa de producción familiar de patio, producción de maíz, frijol o sorgo en la parcela, así como de apoyo a la producción de bienes de agroexportación (café, ajonjolí, otros). En fin, un programa de oferta alimentaria para el país y la región del Gran Caribe. · Inversión económica: Si sumamos la tierra que pondrán los campesinos, lo que equivale al menos a 200,000 manzanas de tierra con algunos equipos y enseres domésticos, si sumamos los que trabajarán en el programa que son alrededor de 150,000 personas (dos por cada bono), y si sumamos los usa $ 150 millones de dólares que equivale al valor de los 75,000 Bonos Productivos Alimentarios, estamos hablando de un gigantesco programa que difícilmente encontraríamos un empresario que pudiera emprender semejante operación económica. · Repoblación ganadera: Todos estos animales en manos de las familias campesinas convierte al Programa Productivo Alimentario en general y al bono en particular, en el mayor programa de repoblación ganadera, vacuna, porcina y avícola, así como en el mayor programa de retención de vientres. · Empleo productivo: La entrega de bienes de capital agropecuario a 75,000 familias del campo nicaragüense, acompañadas de prácticas agrícolas encaminadas a aumentar su producción a través del incremento de los rendimientos, más que del aumento de área, está en capacidad de generar 2 empleos permanentes y directos. · Organización y escuela de poder popular. La atención a 75,000 familias se convierte en la mayor cruzada de concientización, organización, participación, cooperativización, movilización, educación cívica y gestión ciudadana. El programa es un extraordinario instrumento organizativo no sólo para las actividades productivas, sino también para la gestión municipal, alfabetización y desarrollo comunitario. · Liderazgo femenino: La atención de 75,000 mujeres a quienes se les entrega el bono y quienes se organizan para administrarlo, se convierte en el mayor programa de cooperativismo de mujeres y por lo tanto en el mayor programa de liderazgo de la mujer en el campo nicaragüense. · Fin de la usura en el campo: Al final del programa tendremos a las 75,000 mujeres organizadas en núcleos cooperativos de 50 mujeres cada uno, es decir, 1,500 cooperativas de mujeres. Cada cooperativa manejará un fondo revolvente de C$250,000 córdobas, lo que convierte al Programa Productivo Alimentario o programa “Hambre Cero” en el mayor programa de cooperativización y formación de fondos revolventes, por un monto total de C$ 375 millones de córdobas. PROGRAMA DE APOYOS PRODUCTIVOS ALIMENTARIOS Adicionalmente al PPA, el Gobierno de Nicaragua contrató con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un crédito de 20 millones de dólares a 30 años de plazo de amortización para desembolsarse en cinco años para desarrollar el Programa de Apoyos Productivos Agroalimentarios. Objetivos del Proyecto El objetivo general del Programa es contribuir a mejorar los ingresos de las familias campesinas rurales pobres de Nicaragua. Los objetivos específicos son: i) apoyar, a través del BPA, a familias campesinas de bajos ingresos a introducir cambios tecnológicos que contribuyan a mejorar su producción y productividad; y ii) mejorar la gestión empresarial de las familias campesinas beneficiarias del BPA. Las actividades del Programa están organizadas en dos componentes: Componente I. Apoyos Productivos y Componente II. Servicios de apoyo al desarrollo empresarial. Componente 1: Los recursos del componente de apoyos productivos se Concentrarán, en una primera instancia, en el Bono Productivo Alimentario, financiando los costos de bienes y servicios tecnológicos que contribuyan a la transformación de la producción agropecuaria de familias beneficiarias. En la medida que se gane experiencia en la implantación del BPA y se logren la transformación productiva de las familias beneficiarias, se podrán implantar apoyos asociativos para fortalecer la capacidad de estas familias en la producción y comercialización de productos de alto valor. A lo largo de la implantación de los apoyos productivos, se velará porque los mismos tengan impacto económico positivo, contribuyan a establecer una producción sostenible y que la mayor parte de los recursos llegue directamente a los beneficiarios. Componente 2: Los recursos del componente de gestión empresarial serán destinados a: i) capacitar a las familias beneficiarias y líderes de organizaciones de productores rurales en las áreas de gestión financiera y empresarial; ii) sensibilizar y diseminar información sobre el PPA para que proveedores de servicios financieros conozcan posibles oportunidades de negocios con pequeños productores; y iii) proporcionar información sobre los beneficiarios del BPA que contribuya al análisis y desarrollo de nuevos instrumentos de servicios financieros y de garantías no tradicionales para aumentar el nivel de financiamiento y la viabilidad de actividades financieras en el ámbito rural en general, y a los beneficiarios del BPA en particular. Resultados esperados Los resultados esperados de la operación son: i) lograr que, al menos, 12.000 familias beneficiarias incorporen bienes y servicios tecnológicos (capital tecnológico) apropiados para aumentar la productividad y producción de sus explotaciones en forma sostenible; y ii) que, al menos, 250 grupos de beneficiarios del BPA reciban capacitación sobre gestión empresarial. En cuanto al impacto del programa, se espera que las inversiones contribuyan a mejorar los ingresos de familias beneficiarias, reduciendo así los niveles de pobreza rural. Además, se espera que se desarrolle el mercado de provisión de tecnologías agropecuarias; y se desarrolle una mejor vinculación entre intermediarios de servicios financieros y los beneficiarios del BPA.
Costo y Financiamiento El costo total del Programa es de US$ 20 millones, de los cuales el financiamiento del Banco será de US$ 10 millones con cargo a los Fondos de Operaciones Especiales (FOE) y US$ 10 millones con cargo a la Facilidad Unimonetaria del Capital Ordinario (CO), por un período de desembolso de cinco años a partir de la vigencia del Contrato de Préstamo. Indicadores Clave de la Matriz de Resultados Los resultados esperados de la operación son lograr que: i) al final del Programa, al menos 80% de beneficiarios de los dos primeros años agrícolas que reciban apoyos a través del BPA, incluidos en una muestra representativa estadísticamente aceptable, obtengan una tasa interna de retorno económica igual o mayor al 12% de las tecnologías introducidas; ii) al menos, 11.000 familias campesinas beneficiarias incorporen bienes y servicios tecnológicos (capital tecnológico) apropiados para aumentar la productividad y producción de sus explotaciones en forma sostenible; iii) al menos, 5.500 beneficiarias del Programa hayan sido capacitadas en educación financiera básica; y iv) se hayan conformado exitosamente al menos 20 grupos de beneficiarios (empresas campesinas operando). Además, se espera que se desarrolle una mejor vinculación entre proveedores de tecnologías agropecuarias y el grupo objetivo del Programa. Instrumentos de financiamiento La estructura de financiamiento corresponde a un préstamo de inversión delBanco hasta por la cantidad de US$ 20 millones, dentro del marco de capital concesional, 50% con cargo al Fondo de Operaciones Especiales (FOE) y 50% con cargo al Capital Ordinario (OC). El calendario de desembolsos establece que en los primeros tres años cada uno de los organismos de financiamiento desembolsará el 25 por ciento, para sumar 75 por ciento del total, el cuarto año un 20 por ciento y el quinto el un cinco por ciento. III ANÁLISIS PRESUPUESTARIO DEL PPA 1. RECURSOS PRESUPUESTARIOS PARA HAMBRE CERO 2007-2010 De acuerdo con los datos del Presupuesto General de la República de 2007, la Asamblea Nacional aprobó 185 millones de córdobas para el Programa Productivo Alimentario (PPA). El total del mismo correspondía a gastos de capital y se proyectaba beneficiar a cinco mil familias. Todos los recursos provenían de Rentas del Tesoro/Alivio BID
En 2008, el presupuesto aprobado por el parlamento, a solicitud del Ejecutivo, fue de 377.9 millones de córdobas, de los cuales 149.4 correspondían a gastos corrientes y 228.6 a gastos de capital. Esa cifra representó un incremento de más del cien por ciento respecto del año anterior. Para ese año se proyecto atender a 14 mil familias. Para 2009, el monto de los recursos aprobados para el PPA ascendieron a 367.5 millones de córdobas. De los cuales 53.4 millones correspondía gastos corrientes y un poco más de 314 millones a gastos de capital. Ese año se incorporó como parte del PPA el Programa Alimentario de Semilla, al cual se le asignaron 50 millones de córdobas de los 367.5 millones destinados para el PPA. Es decir, en términos reales, ese año se asignaron al Bono Productivo Alimentario (BPA), 317.2 millones. Según las proyecciones presupuestarias ese año 15 mil familias recibieron el BPA y otras tres mil familias recibieron el Bono Economía de Patio. El monto asignado fue de aproximadamente 10 millones menos respecto al año anterior. En 2010, los recursos financieros presupuestados para el PPA fueron de 279.7 millones de córdobas, de los cuales 80.8 correspondió a gastos corrientes y 198.9 a gastos de capital. Los recursos asignados ese año representaron casi 88 millones menos respecto al año anterior. La meta era de 14,053 familias que recibirían el BPA. 1.1 ANÁLISIS DE LA EJECUCIÓN PRESUPUESTARIA DEL PPA y FUENTES DE FINANCIAMIENTO 2007-2010 Los fondos de financiamiento –hasta el momento- provienen, mayoritariamente, de los recursos del Presupuesto General de la República, como se señaló anteriormente, y se han complementado con recursos externos de fuentes tales como Venezuela, BID (préstamo), China Taiwán, AECI/Fondos para el Desarrollo de los Objetivos del Milenio, Fondo Común (suiza, Finlandia y Suecia) y Austria, así como de fondos de programas dirigidos al combate a la pobreza que administran y ejecutan instituciones públicas y asociadas del sector agropecuario [19]. En tal sentido, se han integrado programas tales como el FIDA/FAT, ejecutado por la Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario y Forestal de Nicaragua (FUNICA), en los departamentos de León y Chinandega, el UE/DECOSUR ejecutado por el IDR, directamente en el departamento de Rivas, Banco Mundial/SINAPRED en la RAAN y la UE/PRODELSA, ejecutado por el INIFOM en 15 municipios de los departamentos de Nueva Segovia, Madriz, Jinotega y Matagalpa 2. RESULTADOS DEL PPA En los años 2007 y 2008, la ejecución del Programa tuvo presencia en 4, 441 comunidades del territorio nacional, llegando a 31,771 mujeres jefas de hogar. A dos años y medio de ejecución, se ha logrado la conformación de del mayor programa de retención de vientres de diferentes especies animales (todos produciendo), con la entrega de 30,565 vacas; 23,840 cerdas; 185,929 gallinas; 31,827 gallos; 7,852 ovejas yovejos; 2,771 cabras y cabros en manos de mujeres productoras que han tomado el control absoluto sobre los bienes de producción transferidos. Estos bienes entregados y administrados por la mujer están permitiendo: · Tener acceso a un mayor nivel de alimentación diaria, propiciando un cambio en el patrón de alimentación, mejorando notablemente, la seguridad alimentaria. Las beneficiarias han producido 5,056,422 litros de leche de vaca; han desarrollado 13,590 crías de vacas; 49,998 crías de cerdas; y 211,158 crías de gallinas, las cuales han producido 5,785,313 huevos. También han cosechado 19,566 quintales de maíz y 11,739 quintales de fríjoles. · Hacer más difícil la evasión escolar, manteniendo los niveles de asistencia a clases; tanto por tener la alimentación en la mesa, como por la disponibilidad de ingresos adicionales para asegurar las obligaciones del ciclo escolar. · Un ingreso estable, con impacto positivo en reducir la migración La producción de los bienes recibidos ha generado ingresos por la venta de excedentes de leche, huevos y crías de cerdas. Al 20 de agosto de 2009, el monto ahorrado a nivel nacional asciende a 13 millones de córdobas.
· Organizar a 25,820 mujeres de las 31,771 beneficiarias (el dato se refiere a los primeros dos años y medio de implementación del BPA) conformando 676 núcleos asociativos. Los núcleos son instancias asociativas de primer nivel que agrupan hasta 50 mujeres, a partir de la elección de la junta directiva y la apertura de una cuenta de ahorro para cumplir con el compromiso de ingresar el equivalente al 20 por ciento del valor del bono recibido.
· La promoción del desarrollo de las capacidades de liderazgo horizontal de las mujeres. Las beneficiarias de 2007 escogieron a sus lideresas. 460 lideresas culminaron sus estudios técnicos en 2009 y serán ellas quienes continuarán asumiendo la asistencia técnica en sus comunidades. · Mejoramiento de su autoestima. Por primera vez las mujeres campesinas están accediendo al conocimiento técnico para el manejo productivo de los bienes animales y vegetales. Entre los otros factores que inciden en el fortalecimiento de la autoestima, está el reconocimiento en la organización y la participación en la resolución de problemas comunitarios, y en el desarrollo de mayores y mejores lazos de apoyo mutuo. 3. EL MAPA DE ASIGNACIÓN Y COBERTURA DEL BONO PRODUCTIVO
IV. LOS ROSTROS DEL “HAMBRE CERO”
1. Wiwilí, San José de Bocay, Wamblán, Jinotega María Estela Marín Laine, dirigente del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en su comunidad, agradeció la entrega y recordó que anteriormente llegaron varios proyectos al municipio, pero sólo quedaron entre los ricos y allegados al gobierno (liberal), pues de los pobres nunca se acordaron. “La mayor parte de las mujeres que estamos siendo beneficiadas con el bono productivo somos liberales, pertenecemos al PLC, pero estamos viendo que el actual gobierno no anda distinguiendo colores políticos cuando se trata de ayudar a los pobres, por lo que como campesina estoy agradecida, porque me dieron mi vaca”, dijo. Al igual que esta dirigente se expresaron Pastora Martínez Falcón, de la comunidad de Liliwás; Caren Lisbeth Medina, de Bolinkí número tres; Julia Catalina Lumbí; Esmeralda Briones; Idalia del Carmen Siles, entre otras, que recibieron del gobierno, a través del Ministerio Agropecuario y Forestal, el bono productivo. De quince mujeres que fueron beneficiadas en Wamblán con la primera entrega, 13 son miembros del PLC y sólo dos pertenecen al FSLN; en Wiwilí, siete son del PLC y ocho, del FSLN; en Ayapal, cinco son del PLC, cuatro, de la Resistencia, y seis, del FSLN, lo mismo que en San José de Bocay. Doña María Gómez, de la comunidad Santo Domingo, del municipio Bocay, señaló que los dirigentes del PLC, partido al cual pertenece, le manifestaban que no fuera a la entrega del bono porque todo era mentira. “Yo soy liberal y no me da pena decirlo, pero aquí en el gobierno liberal, vino un proyecto ganadero a través del IDR, que sólo fue para los allegados del gobierno y los más ricos del municipio, pero al pobre ni lo volvían a ver”, aseguró la beneficiada. 2. Puerto Díaz, Chontales En Puerto Díaz, Chontales, ciento diecisiete mujeres fueron beneficiadas con el Bono Productivo Alimentario, programa que impulsa el Gobierno Sandinista para combatir la pobreza. Estas humildes mujeres recibieron una vaca y una cerda, cada una, y ahora reciben asistencia técnica para el cuido de sus animales. “Estamos muy agradecidas con el Gobierno por este apoyo a las mujeres pobres principalmente, al darnos estos animales y por el apoyo técnico y la jornada de desparasitación del ganado aquí en Puerto Díaz”, dijo Rebeca Pinell, de la comunidad El Arrayal, en Puerto Díaz. Sólo en El Arrayal fueron beneficiadas veinte mujeres, quienes gracias a las capacitaciones que reciben ahora ya saben cómo prepararles el concentrado a los animales, “que para este tiempo es bastante crítica la alimentación del ganado, por eso las familias han optado por tener pequeñas parcelas y tratar de manejarles el zacate”. Estas mujeres se reúnen mensualmente con los técnicos del programa para ver el avance del Bono Productivo Alimentario. Por su parte, María Janeth Lira Ojeda, la secretaria del núcleo de mujeres emprendedoras de El Arrayal, destacó la importancia del seguimiento que le dan los técnicos del programa. “Agradezco mucho al Gobierno por darnos esta oportunidad a las mujeres de poder contar con nuestros propios recursos y por preocuparse de que le estemos dando un buen cuido a nuestros animales para que podamos tener más y salir de la pobreza", dijo. “Le doy gracias a Dios y al gobierno que me dio una vaquita, que ahora tengo dos y una está embarazada. Ojalá que este programa siga y que les den vacas a muchas personas y que lo sepan aprovechar como lo estamos haciendo nosotras”, dijo doña Catalina Leiva Lumbí. 3. Macuelizo, Nueva Segovia María Nelly Gómez, con las ganancias que le deja el Bono Productivo, está pagando su finquita. La falta de lluvias en el municipio de Macuelizo arrasó con casi el 90 por ciento de la siembra de granos básicos en el ciclo de postrera. La semilla de frijol, maíz y sorgo ni siquiera logró germinar y las pérdidas causaron un fuerte impacto entre el campesinado que tiene como principal actividad la producción de granos básicos para el autoconsumo. Sobrevivir al impacto de la sequía es un reto a superar cada día y en esa lucha, hay ejemplos de campesinos que gracias a los programas del Gobierno Sandinista, como el Bono Productivo Alimentario, han logrado superar la crisis y hasta contribuir a mejorar los niveles nutricionales y de seguridad alimentaria en su comunidad. Un ejemplo de ello es María Nelly Gómez Bautista, originaria de la comarca El Bosque en el municipio de Macuelizo. El Bosque está en la franja que separa la zona donde tradicionalmente la lluvia es escasa. Bono les cambió la vida Junto a su marido, doña María Nelly ha entregado la mitad de su vida al cuido de las vacas de su patrón, un connotado ganadero de la zona. Hace unos años atrás ni se atrevía a pensar que algún día sería dueña de su propio ganado y aún más, de su propia finca. Su simpatía política no fue obstáculo para que promotores del Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR) en Nueva Segovia, la seleccionaran para ser beneficiaria del bono productivo, y en el año 2007, recibió de manos de funcionarios sandinistas una vaca preñada, cinco gallinas, un gallo, una cerda y materiales para construir una porqueriza. Desde entonces, la vida de doña María Nelly y su familia cambió por completo. Ahora tiene dos vacas y un torete, las cerdas se le han reproducido y más de 50 gallinas con sus crías se mantienen en el patio de la casa donde vive, poniendo huevos en cada rincón. Hasta compró una propiedad René Aguilera, delegado del MAGFOR en Macuelizo, asegura que doña María Nelly es un ejemplo de tenacidad y sacrificio. “Con sus ahorros y un préstamo que paga puntualmente, logró comprar manzana y media de terreno donde muy pronto se trasladará para criar su propio ganado”. Con la humildad característica de una campesina como doña María Nelly, confirma que ahora es dueña de su propia finca. “Alguna vez soñé con tener mis animalitos y mi propia casa”, asegura mientras muestra orgullosa la leche que acaba de ordeñar de su vaca. “El gobierno se acordó de nosotros, ahora tengo para ayudarme económicamente”, aseguró. Una parte de la leche la vende, otra la usa para el consumo de su familia y el resto la procesan y hace cuajadas que también ofrece a precios bajos entre sus vecinos. Los huevos tienen igual suerte. Mientras en el mercado local un huevo cuesta tres córdobas, ella los vende a hasta a un córdoba. “Es una forma de ayudarnos entre nosotros”, afirmó. Doña María Nelly reconoce que se encuentra en mejor posición que otros vecinos para enfrentar los efectos de la sequía. “La leche, los huevos y la cuajada me ayudarán a enfrentar la falta de alimentos”, asegura. Pero no duda en afirmar que los subproductos de su bono productivo también los comparte con sus vecinos, contribuyendo con ello a mejorar los niveles de nutrición principalmente de los niños. “Intercambiamos alimentos, si no tengo una cosa lo cambio por otra”, explicó. Un activista comunal A unos cuantos kilómetros de El Bosque se encuentra la comunidad El Paraisito, también de Macuelizo. En esta comunidad sobresale Félix Espinoza. Hasta hace unos años, Félix recorría la zona y hablaba con sus vecinos para convencerlos que votaran a favor del Partido Liberal Constitucionalista. Ahora, Félix recorre su comunidad levantando una lista de todos sus vecinos para invitarlos a participar en el programa Alimento por Trabajo que impulsa el Gobierno Sandinista para ayudar a mitigar los efectos de la sequía. El otrora líder liberal, está convencido que sólo el gobierno sandinista es capaz de cambiar la situación de pobreza en el campo. Félix recuerda cuando a Macuelizo llegaron hace varios años camiones cargados de vaquillas. Eran las famosas vacas del IDR. A pesar de su condición de activista liberal, Félix no recibió un solo animal. Las vaquillas pasaron directamente a la finca de un conocido productor de la zona. “Sólo a ellos les dieron”, recuerda. Eso no ocurrió con el Bono Productivo que entregó el Gobierno Sandinista, Juana Agustina Zelaya, esposa de Espinoza fue una de las beneficiarias. Mientras Félix encabeza a los 36 jefes de familia de la comunidad, doña Juana Agustina dirige a las mujeres en la siembra de huertos familiares. Además de los huertos, también enseña a producir abono orgánico e insecticida orgánico a base chile, sal, cal y otros productos. La vaca que le dieron a doña Juana Agustina parió en noviembre pasado. Diariamente le sacan entre 6 a 7 litros de leche que logran comerciar entre los vecinos. “Nuestra vida está cambiando, ya no dependemos de un patrón sino de nosotros mismos gracias al Frente Sandinista”, asegura Espinoza. Espinoza encabeza tres escuadras de 10 pobladores cada una que trabajan desde el inicio del mes, en labores comunales dentro del programa Alimento por Trabajo que promueve el MAGFOR. 4. Pueblo Nuevo, Estelí Juana Francisca López Sevilla, habitante de Pueblo Nuevo, Estelí, reconoce que el Gobierno Sandinista es realmente el gobierno de los pobres al manifestar que “ningún otro gobierno se había preocupado por nosotras las mujeres, es algo que nosotros como mujeres debíamos de tomar en cuenta que es un gobierno, el gobierno de todos, como él (Daniel Ortega) lo dice el gobierno de los pobres” “Yo siempre quise tener un lugar así como el que tengo, ahora, a mis chanchitas, pero yo decía cómo hacer para lograrlo, porque idea no sé cómo, no soy ni empleada del gobierno para decir, hombre con esta plata que estoy recibiendo voy a comprar esto, voy a comprar lo otro, no, no sé ni cómo pero si deseaba tenerlo, pero gracias al Señor lo logre, el Bono Productivo, bueno esto fue el Gobierno verdad que hizo algo grandísimo, para nosotros las mujeres”, agregó la humilde mujer. Esa es la confianza. Yo no tenía ni una vaca, peor un cerdo ¡ sino tenía nada!, gallina era poquito lo que tenía, y ahora ya cuando me trajeron el bono, yo me he venido reproduciendo, por lo menos gallinas tuve bastante, incluso gallinas tuve 25 que se me reproducieron (reprodujeron) 25 gallinas con gallos, y ahora la cerda que parió también me beneficié, pario doce chanchitos la cerda, los vendí, otro le regalé a mi hija, porque me gusta también compartir lo mío con mis hijos. Le regalé una ella, y le dije para que comprés algo que vos necesitás, porque a veces nosotros las mujeres queremos algo y no podemos lograrlo, entonces así como me extendieron la mano a mí, también yo se las extiendo a mis hijas”, aseguró la mujer campesina. 5. Rivas Juanita García, una beneficiaria del Bono Productivo en Rivas, tiene claras sus metas: “Mi meta es no dejarlo caer, que no se me pierda nada de lo que me han regalado, sino aumentar el capital que me han dado, porque esto es algo que cuesta, porque puedo decir que son los que me han regalado, pero no al Gobierno le ha costado también y ya que él nos ha ayudado a nosotros para que sigamos adelante, pues no dejarlo caer, sino que aumentarlo para que me beneficie tanto a mí como a mis hijos también”, “La ventaja que he tenido con la vaquita, es que ya parió, la ordeñamos, y ya no compramos ese litro de leche”, aseguró. Marvin Leal, esposo de Juanita, asegura que “esta es una ayuda para toda la familia. Verdá. Para que podamos nosotros surgir, verdá, y subir un nivel más económicamente, es una gran bendición, porque la vaquita da unos litritos de leche y con eso pues nos bebemos el cafecito de leche, una leche agrita con el gallopinto, y con eso vamos mejorando, superando bien”. 6. Municipio de la Concepción, Masaya Julia Danelia Ruiz, una de las beneficiarias del bono en el municipio de La Concepción, Masaya, también está clara de que su responsabilidad es cuidar lo que recibió para paliar las necesidades de la familia. “Mi responsabilidad es cuidar, ya que pues que me llegó la oportunidad ¡verdá!, es una ayuda para mi familia, ya que nosotros somos una familia tan pobre que nunca hemos tenido esta oportunidad. Hoy que se nos llega (la oportunidad) pues nos vamos a esforzar para seguir adelante cuidar los animalitos que nos van a dar y así poder subsistir y calmar así un poco las necesidad que hay no solo de mi familia, sino de la comunidad, porque para eso es no para compartirlo lo poco que podamos”. 7. Municipio de Tisma, Masaya Darling Hernández manifestó su alegría por haber recibido el Bono Productivo para poder producir la tierra y ser dueña de sus bienes. “Estamos contentas porque ahora podemos producir más la tierra, podemos comer un pipián, un tomate, porque ya nos dieron a nosotros, ya tenemos. Ahora somos dueñas de nuestros propios bienes, y esto nos ayuda a mejorar nuestra comunidad”. V. CONCLUSIONES 1. Cobertura El BPA es un programa del gobierno sandinista que tiene cobertura a nivel nacional y según datos oficiales, desde que inició el Programa en el año 2007, hasta el 31 de diciembre del 2009, se ha beneficiado a 39,137 mujeres y sus familias, en el segmento de familias rurales con extensiones de tierra entre 1-10 manzanas. 2. Inversión Desde 2007, cuando se empezó a implementar el PPA y su principal componente, el BPA, se han invertido 1,210 millones de córdobas, por la vía presupuestaria. A esto se suma la cooperación de Venezuela y China Taiwán que aportan de forma directa recursos para este programa, sin que se registren en el Presupuesto General de la República. Además se suma un crédito por 20 millones de dólares del BID que financia el PROGRAMA DE APOYOS PRODUCTIVOS AGROALIMENTARIOS. 3. Eficiencia El Bono Productivo Alimentario ha jugado un papel importante en el segmento de pobres rurales, con tierra y sin ganado, para romper el ciclo de pobreza, porque permite aumentar el consumo agregado y dinamiza la economía en la reactivación de la mediana, industria avícola, industria porcina, caprina, ovina, viverista y de la pequeña y mediana actividad de transporte. Se ha logrado la conformación del mayor programa de retención de animales, con la entrega de 30,565 vacas; 23,840 cerdas; 185,929 gallinas; 31,827 gallos; 7,852 ovejas y ovejos; 2,771 cabras y cabros en manos de mujeres productoras que han tomado el control absoluto sobre los bienes de producción transferidos.
4. Equidad de Género El BPA al ser entregado a las mujeres restituye los derechos de las mujeres a ser dueñas de su propio destino, administrar los bienes y recursos del bono y construir su futuro a partir de los resultados que ellas mismas obtengan con la reproducción de los bienes obtenidos. 5. Calidad En el marco de la estrategia de desarrollo socioeconómico, para alcanzar la primera meta de los objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, el Gobierno Sandinista, estableció el PPA como su principal programa para contribuir al logro de la erradicación de la pobreza extrema. La meta pasó primero de 75 mil familias beneficiarias a 80, luego pasó de 80 a 20 mil. En septiembre de 2009 el programa sufrió una readecuación en respuesta al efecto de la crisis financiera internacional en los sectores campesinos empobrecidos, 6. Complementariedad El Programa es ejecutado por el MAGFOR con asistencia del Instituto Nacional Tecnológico (INATEC) en materia de capacitación; asesoría técnica del Instituto Nacional Tecnológico (INTA) y del Fondo de Crédito Rural (FDR) (educación financiera, manejo de caja, ahorro); pero la logística y operacionalización del Programa corre por cuenta esencialmente del MAGFOR. En el tercer trimestre de 2009 se incorporó al Programa de manera complementaria el concepto de la Responsabilidad Social Compartida (RSC) en la ejecución de mismo. La RSC incorporará a los gobiernos municipales y las brigadas solidarias del Poder Ciudadano, desde el proceso de selección de las mujeres, pasando por la entrega de los bienes y el acompañamiento desde la comunidad a las mujeres que reciben los bienes. Se adecuará la asistencia técnica incorporando la promotoría rural a la RSC, que permita dar sostenibilidad productiva y organizativa al programa. Se conformarán brigadas universitarias, estudiantes, mujeres y hombres de secundaria de los municipios seleccionados a través de las instancias ya existentes en los territorios. También incluye el Programa Agroalimentario de Semilla. 7. Invisibilidad A pesar de ser el la expresión concreta, clara y precisa del Gobierno Sandinista para combatir la pobreza en todas sus expresiones los resultados de este programa permanecen invisibilizados debido a debilidades en los enfoques de los medios sandinistas, mientras la derecha desde sus medios, primero atacó tanto la ejecución como los resultados del programa, ahora los mantiene invisibilizado. VII. RECOMENDACIONES Se hace necesario elaborar una estrategia de comunicación particular del Programa Productivo Alimentario, que permita tener presencia en los medios sandinistas, de forma constante, resaltando tanto la cobertura, como los logros del mismo, desde las voces de las beneficiarias. Es decir se necesita ponerle un rostro permanente a este programa, que tiene múltiples beneficios y un profundo significado social y económico. · También se hace necesario visibilizar los niveles de organización alcanzados por las beneficiarias y esa escuela de poder popular y liderazgo femenino en el campo. · Creemos que se debe insistir, en que con el BPA se ha creado el mayor programa de retención de vientres de diferentes animales y que hasta la fecha se han entregado 30, 565 vacas, 23,840 cerdas, casi 200 mil gallinas,, más de 31 mil gallos, 7,852 ovejas y 2, 771 cabras. Managua, junio de 2010 -------------------------------------------------------------------------------- [1] Objetivos de desarrollo del Milenio, Informe 2009, pp.6 [2] Objetivos de desarrollo del Milenio, informe 2009, pp.6y 7 3] Von Braun Joachim, Swaminathan M.S. Y Rosegrant W. Mark. Agricultura, Seguridad Alimentaria, nutrición y los objetivos de Desarrollo del Milenio. International Food Policy Research Institute (IFPRI), pp.3. [4] Op. Cit. pp. 3. [5] Op Cit. pp. 6. [6] Ibidem pp. 6. [7] Ibidem. pp. 15 [8] Taller: Hacia la elaboración da una estrategia de asistencia técnica de la FAO en apoyo a la implementación de la Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre. Guatemala, 18 y 19 de octubre de 2006.
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