El sensible escritor argentino Hamlet Lima Quintana acostumbró presentar sus últimos libros en
el Museo Ernesto Che Guevara.
Fue un lujo que las paredes de nuestro lugar en Nicasio Oroño 458 se embebieran con las sabias
palabras del poeta.
Fue casi como un okupa. No nos conocía, nos desconfiaba pero es que el NO tenía donde presentarlos,
el Partido Comunista le había soltado la mano.
Y los libros son (ya se sabe) los queridísimos hijos de quien los escribe. Y uno los quiere mostrar,
es más, necesita hacerlo.
No obstante él como buen comunista nos miraba, como yo a una cristinista apasionado (mi mujer).
“Dime con quien andas” y te diré quien llegó a sumarse:
Oscar Cardoso Ocampo interpretó en el piano sus maravillosas creaciones, Omar Moreno Palacios
nos enlagunó con su acento chascomucense.
Ruben Drí, a quien hoy se ve en TV y a mi me gusta más que La Mole solo que no baila, pero que
Pegar pega, intelectualmente. El joven Falú, Jorge Marziali,
Moncho Mieres, Moncho Ayala el gigantesco cantautor de litoraleñas y decenas más de generosos
y solidarios artistas argentinos que nos vieron cuando nos vió Hamlet.
Es que no importa la edad, ni la madurez artística ó política. Todos nos necesitamos para entender
en que, molestamos, agradamos, jodemos ó somos indispensables, como él, como Hamlet.
En los hogares de los señores que aparecen en la fotografía, sus familiares habrán armado sin lugar
a duda pesebres navideños.
Les regalo una Profecía: en todos notarán la ausencia del Niño Jesús, no pregunten quien fue el
culpable.
El culpable está tras los muros pagando su delito, algunos han bien muerto y los recién nacidos han
vuelto a sus familias naturales, porque eran niños apropiados.
Ese es el delito, por ello la condena, por eso el gigantesco dolor argentino y el calmante insuficiente
de que hasta hoy aunque sea, 102 niños sepan su verdadero origen.
Eladio González Toto
Director Museo Ernesto Che Guevara de Buenos Aires Argentina.
miércoles 22 de diciembre de 2010
UN DIA HISTORICO
perfil de los torturadores y genocidas militares argentinos que
Tomaron las vidas de treinta mil hermanos entre 1976 - 1981
Cielo blanco
No veo el cielo madre, sólo un pañuelo blanco
no sé si aquella noche yo te estaba pensando
o si un perfil de sombras me acunaba en sus brazos
pero entré en otra historia con el cielo cambiado.
No me duele la carne que se fue desgarrando
me duele haber perdido las alas de mi canto
las posibilidades de estar en el milagro
y recoger las flores que caen de tu llanto.
No quiero que me llores, mírame a tu costado
mi sangre está en la sangre de un pueblo castigado
mi voz está en las voces de los "iluminados"
que caminan contigo por la ronda de Mayo.
No quiero que me llores ahora que te hablo
mi corazón te crece cuando extiendes las manos
y acaricias las cosas que siempre hemos amado
la libertad y el alma de todos los hermanos.
No sé si aquella noche amanecí llorando
o si alguna paloma se me murió de espanto
la vida que ha esperado tanto
es el cielo que crece sobre tu pañuelo blanco.
No quiero que me llores, mírame a tu costado
mi sangre está en la sangre de un pueblo castigado
mi voz está en las voces de los "iluminados"
que caminan contigo por la ronda de Mayo.
De: La breve palabra
HAMLET LIMA QUINTANA
Publicado por Ana Maria Salvador en www.comunasundesafio.blogspot.com