miércoles, 23 de marzo de 2011

ARGENTINA "Cóndor, el laberinto del horror" Stella Calloni

Cóndor, el laberinto del horror

 


Cuando los crímenes no tenían fronteras

 

Por Stella Calloni *

 

En marzo de 1980 fue asesinado en una iglesia de la capital de la República de El Salvador el arzobispo monseñor Oscar Arnulfo Romero, después de haber demandado que los soldados de ese país desobedecieran “la orden inmoral” de matar al pueblo. Lo asesinaron de un certero disparo en el pecho, con proyectiles de dispersión, cuando oficiaba una misa.

Varios medios en el mundo y especialmente de Europa mencionaron que se trataba de un “coletazo” de la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur en los años ’70.

 

En México, con el periodista y escritor Gregorio Selser comenzamos a buscar la mayor cantidad de datos sobre esta operación típica de la contrainsurgencia en el esquema de la Doctrina de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, que significó para nosotros la siembra de las dictaduras en los años ‘70.

 

Los datos más importantes sobre Cóndor, que mencionó –sin nombrarla– Rodolfo Walsh en su extraordinaria Carta a la Junta Militar Argentina, surgieron del juicio realizado en Estados Unidos por el asesinato del ex ministro del gobierno de Salvador Allende, el economista Orlando Letelier, y su secretaria Ronny Moffit en Washington en septiembre de 1976. Este caso ofreció, en ese momento, las mayores pistas sobre esa operación de contrainsurgencia que asoló al Cono Sur y borró fronteras, trasladando los comandos de la muerte por varios países y continentes.

 

De esos días data uno de los principales documentos básicos de la Operación Cóndor, enviado a Washington desde la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, por un oficial del FBI, el coronel Robert Scherrer –ya fallecido– donde explicaba con precisión de qué se trataba este accionar contrainsurgente en sus tres fases de persecución, vigilancia, secuestros, intercambios y asesinatos de las víctimas elegidas.

 

Lo que resultaba difícil en la investigación posterior era entrecruzar la cantidad de documentos, versiones y testimonios que fueron surgiendo desde entonces.

 

Pero con el final de las dictaduras, comenzaron a aparecer más evidencias. En diciembre de 1992 se descubrieron los llamados Archivos del Horror, de la dictadura de Alfredo Stroessner en Asunción, Paraguay, a instancias del ex detenido político Martín Almada y la decisión de un joven juez paraguayo, José Fernández.

 

En esos archivos aparecieron algunos documentos básicos sobre la Operación Cóndor y testimonios inobjetables para finalmente hacer llegar algunos casos –con todos los elementos probatorios– a la Justicia y además demandar las aperturas de archivos desclasificados en Estados Unidos.

 

De eso se trató investigar Cóndor. De acumular la mayor cantidad de información posible y sistematizarla para que fuera útil a la Justicia y a los familiares de las víctimas. En realidad es un verdadero laberinto de la muerte, de enorme complejidad porque abarca varios países.

 

Pero quizás esa complejidad, el hecho de que la Operación Cóndor fue tan selectiva en la elección de las víctimas, además de los rastros que se iban dejando a pesar de la impunidad con que se actuó, hayan sido su verdadera debilidad.

 

A esto se agrega el hecho de que los comandos de acción estuvieron además integrados por grupos paramilitares, organizaciones como las fascistas de Italia, la OAS (el ejército Secreto de Francia), la Triple A en Argentina, los grupos terroristas cubanos de Miami, lo que dejó otra puerta entreabierta a las filtraciones que se producen en esos mundos de la mafia y el crimen.

Trabajar en el esquema de Cóndor requiere de un inmenso esfuerzo colectivo, que de ahora en adelante necesitará de un trabajo conjunto de todos los investigadores sobre el tema, porque de vencer impunidades se trata. Y en estas horas los pasos que está dando la Justicia abrirán una enorme caja de Pandora y dejarán al descubierto todo lo escondido bajo las alfombras malditas de la impunidad.

* Periodista y escritora, autora de los libros Los años del Lobo: Operación Cóndor y Operación Cóndor, pacto criminal.

 

"...los asuntos que estamos presentando, nos dan en este momento la más grande de nuestras oportunidades para liberar a los Cinco. Este es un momento crítico y es muy importante que la red de apoyo esté al tanto e involucrados activamente en el caso." Leonard Weinglass, abogado norteamericano, jefe del equipo de la defensa.