Argentina pondrá la otra mejilla y Mario Vargas Llosa se la va a dejar a la miseria. Eladio González toto.
Museo Ernesto Che Guevara.
Buenos Aires, 27 de febrero de 2011
Sres. Presidentes de la Cámara Argentina del Libro y de la Fundación El Libro
Carlos De Santos y Gustavo Canevaro
Ss. / Ds.
Estimados colegas:
Con mucha perplejidad e intensa preocupación, me enteré leyendo La Nación –y completé, luego, la
información hablando con algún miembro del Consejo de la Fundación– que la Feria de este año será inaugurada
en una doble jornada: el día 20 de abril con la presencia de las autoridades públicas nacionales y de la ciudad,
miembros de las cámaras del sector, etc., y sin el cierre de escritor alguno; y el jueves 21, en una suerte de
“inauguración cultural”, por el Premio Nobel Mario Vargas Llosa. La explicación para esta excepción sería que
el nobel no podría arribar a Buenos Aires antes, lo que obliga a desdoblar el evento mayor de la Feria. La realidad
es que Vargas Llosa estará en Buenos Aires por lo menos desde el 19/4 (día en que está anunciado para la “Cena
de cierre”) participando del “Regional Meeting: The Populist Challenge to Latin American Liberty” (Encuentro
regional: El desafío populista para la libertad de América Latina) que se desarrollará en nuestra ciudad del
17 al 20 de abril, convocado y organizado por la Mont Pelerin Society (institución fundada por Friedrich Hayek,
“sumo sacerdote” de la Escuela de Chicago y asesor de los gobiernos de Reagan, Margaret Thatcher y Augusto
Pinochet, como puede verificarse con facilidad en internet) y la llamada Fundación Libertad, instituciones en
las que el escritor milita activamente. Participarán de las jornadas, conforme al programa que puede leerse en
los sitios www.montpelerin.org, www.mpsargentina.org y www.libertad.org.ar, entre más de un centenar de
connotados representantes de la derecha liberal mundial y vernácula, Gerardo Bongiovanni, Presidente de la
Fundación Libertad, Kenneth Minogue, Presidente de la Mont Pelerin Society, José María Aznar, Álvaro Vargas
Llosa, el escritor cubano (Miami) Carlos Alberto Montaner, los economistas argentinos Alberto Benegas Lynch
Jr. y Jorge Ávila, el Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y el escritor chileno Jorge
Edwards. Este evento termina el jueves 20 con “Un día intelectual en el campo”, en San Antonio de Areco, en
coincidencia con la inauguración oficial de nuestra Feria. De ninguna manera me parece casual esto, para un
encuentro que está programado y anunciado con muchos meses de anticipación y para el que la participación de
Mario Vargas Llosa inaugurando la Feria del libro le servirá de caja de resonancia y amplificador de su presencia
y sus mensajes, integrando una gran operación política.
Desconozco si las autoridades de la Fundación que tomaron la decisión estaban en conocimiento de lo que
estoy informando (sé que no fue el consejo quien la votó, lo que puede haber restringido las posibilidades de
enterarse), tampoco si las autoridades de las cámaras que la conforman fueron consultadas, dada la importancia
del tema en cuestión. En cualquier caso me parece un grave error, que desvirtúa la tradición de la Feria y
muy riesgosa para el desarrollo futuro de la Feria del Libro de Buenos Aires. Lo digo como antiguo socio de
la Cámara Argentina del Libro y como editor que participa desde hace décadas con todo entusiasmo como
expositor en la Feria. Es un grave error, porque el extraordinario escritor y muy merecido Nobel, Mario
Vargas Llosa, es desde hace años, sobre todo, un propagandista, ostensible y florido, de las ideas y las
políticas de la derecha liberal y, como tal, ha dicho las peores cosas de nuestro gobierno, de los gobiernos
de América Latina con quienes integramos el Mercosur y la gran mayoría de los de Unasur, y en forma
personal de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta de la Nación, y del ex Presidente Dr.
Néstor Carlos Kirchner. Estas expresiones pueden encontrarse consultando cualquier buscador de internet,
pero para muestra transcribo una suavecita que cita La Nación en su artículo sobre la Feria: “La Argentina es
un galimatías que nadie entiende. Deseo que termine el aquelarre” (?).
Desde la recordada gestión de Hugo Levín como Presidente de la Fundación el Libro, con la colaboración
entre otros destacados consejeros de nuestro querido y recordado Elvio Vitali, la Feria incorporó a su tradición
de discurso de autoridades, Fanfarria de Granaderos y bendición de instalaciones, la excelente costumbre
de que un gran escritor argentino “abriera” la feria, lo que se pensó también como una instancia de
consagración para ese escritor y de vidriera hacia el mundo de su obra. La saga que comenzó Saer fue continuada
por otros destacados autores argentinos como Ricardo Piglia, Abelardo Castillo, Roberto Fontanarrosa, Tizón,
Gambaro, etc. Me considero ciudadano latinoamericano y, como a tantos, me produce mucho placer cuando
un hermano de la Patria Grande visita la feria y participa de sus actividades. Mucho más si se trata de escritores
del nivel del autor de Conversación en la catedral, La guerra del fin del mundo o Historia de Mayta, como
pueden ser el gran “Gabo” García Márquez, Carlos Fuentes, Eduardo Galeano, Roberto Fernández Retamar
y tantos otros. Pero acá no se trata de eso. Su designación por la Fundación para abrir “culturalmente” la
feria transforma su visita al predio ferial, su intervención, en un hecho político que es, objetivamente,
prolongación del evento liberal ya comentado. No hay dudas de que Vargas Llosa tiene todos los pergaminos
y, sobre todo, los merecimientos para ser una auténtica estrella en la Feria del Libro y motivo de felicidad
para sus miles de lectores, y que un acto organizado por su editorial contará seguramente con récord de
público, sobre todo en el año de su Premio Nobel. No es eso lo que está en discusión. Cuestionamos que,
por una parte, se cierra la posibilidad de que un autor argentino se dirija a los concurrentes de la feria,
al país y en parte también al mundo y junto con aspectos de su biografía, sus reflexiones, la historia de su
relación con la palabra escrita, nos deje un testimonio del momento histórico, visto desde nuestro lugar en
este convulsionado planeta. Y, además, que la participación del Nobel peruano en los términos decididos
es, de hecho, una provocación política al gobierno nacional, a gran parte de las fuerzas políticas, tanto
oficialistas como opositoras, y a un sector muy importante del pueblo argentino. A la vez pienso que, aun
para Vargas Llosa y para su público, la reacción que puede generar su presencia, absolutamente teñida de color
político, terminaría siendo desagradable.
La Fundación el Libro ha atravesado épocas políticas diversas y ha podido hacerlo manteniendo un
equilibrio razonable entre las múltiples tensiones que la tironean: empresarias, propiamente políticas, de
relación con autoridades de ámbitos institucionales diferentes, etc. El error de esta decisión, tomada
además en un año electoral, con las sensibilidades exacerbadas que esto supone, corre el riesgo de
tirar todo por la borda. Parte de los editores, de los expositores, de los escritores y del público no lo
entenderá. Y no se trata aquí de gustos literarios. Se trata del destino mismo de la nación, disputa en la cual
la Fundación con la decisión tomada, lo haya pensado así o no, opta. Pienso que hay tiempo sobrado
para revertir la medida. Hay una enorme lista de autores argentinos (historiadores o ensayistas que no
han tenido mucho lugar hasta ahora, como Rozitchner, Galasso, Sarlo, Verbitsky, Horacio Gonzalez, I.
Bordelois, Bayer, Halperín Donghi, Grüner, Feinmann, Kovadloff, narradores como Viñas, Aira, Batista,
Sasturain, Saccomano o De Santis, dramaturgos como Cossa, Kartun o Gorostiza o poetas como Gelman
o Boccanera, para mencionar los que acuden rápidamente a mi memoria) de la que se podría elegir alguno
que “abra” la feria. Incluso se podría elegirlo del excelente catálogo de la misma editorial que publica a
M.V.LL., para no perjudicar a nadie.
Por todo lo dicho solicito a ustedes la consideración de lo expresado, la elevación a los organismos de
dirección para su consideración y, en el caso de la Cámara Argentina del Libro, la convocatoria a una cesión
especial del Consejo abierta a todos los socios o tal vez mejor a una asamblea, para discutir esta grave cuestión
y con el sustento de la opinión de las empresas asociadas, poder instruir a nuestros representantes ante
la Fundación en el sentido de trabajar por la reversión de la medida que cuestionamos. Cordialmente,
C.c.: Consejeros de la Fundación El Libro, Consejeros de la Cámara Argentina del Libro, Instituciones
integrantes de la Fundación (CAL, CAP, CAPLA y demás entidades de libreros, SADE, FAIGA),
instituciones públicas participantes de Feria del Libro de Buenos Aires.
Aurelio Narvaja de Editorial Colihue
Aquí están mis emoticones personalizados. El sentado a la derecha de Luna (la perra) es un niño amigo que
a diario viene y toma su vaso de leche. Ese día la mitad se la ofreció a Luna (miren la lengua del animal).