CRONICA POR TI Y POR MÍ.
A las 4: 46 p.m. parqueo el cacharro en 1ra y 14… y camino hacia ese teatro “Karl Marx” de tantas y tantas emociones en las últimas cuatro décadas de “agonía y deber”, al decir de Martí.
Llego a la platea baja y me destino al primer asiento de la fila 19, del centro, junto a Ardizones, que llega algo después… Miro en dirección a la primera fila y veo un mar de canas junto a los estudiantes de azul al frente, a la derecha y a la izquierda de nosotros… todos inquietos y alegres, como siempre fue y es la juventud… algarabía… abrazos… ¨¿ y tú dónde estás ahora ?¨ , dice uno, mientras abraza a su compañero de combate… y en el aire se va tejiendo ese místico aire de recuerdos hasta sacar a flote una historia tal vez no escrita… o una hazaña que se olvidó en el correr del tiempo.
El acto es a las seis… se unen en un apretado espacio varias generaciones: 1959, 60, 70, 80, 90, 2006… y en ese crisol la Historia nos mira al rostro, sin pestañar siquiera, y nos pregunta: “ ¿ Ha sido útil tu vida? ” , “ ¿ Has sido fiel a tus principios ? ” , “ ¿Has mantenido tu credo de eterno joven rebelde, sin vender tu alma al diablo ? ” , “ ¿ Sigues estando dispuesto a morir en virtud de tus ideales de redención social ? ”, “¿Hasta dónde los años y sus surcos en el alma han podido cambiar tu concepción revolucionaria de transformar al mundo?”. Y muchas más que palpitan en cada uno de aquellos que “ nuestra entrañable Organización ” ha convocado hoy a este encuentro con la Historia… que como decía Yeyé, es Fidel… sí, ese Fidel , que un día como Prometeo, y de la mano de Martí y Céspedes, le dio el fuego al hombre latinoamericano, después de la primera independencia de América Latina, sepultada provisionalmente en Santa Marta con ese Quijote eterno que es Simón Bolívar.
Paneo con mis ojos algo cansados el mar canoso y alegre… Y faltan algunos que nunca podrán estar, salvo en nuestros recuerdos y en su ejemplo demostrado en los “años duros”… como estos que vivimos hoy. Siempre cada generación tendrá “años duros” para probarse, divertirse y hacerse gigante… por lo menos eso me parece a mí, que soy de los que pienso que todavía los años duros están por llegar… como si un destino manifiesto se tejiera sobre nosotros para mantenernos siempre en jaque y con la bala en el directo, frente a ese enano moral que es “el gigante de las siete leguas ”.
Junto a Julito, veo llegar la presidencia histórica… que va ocupando las primeras filas,… los fotógrafos… cámaras en los laterales esperando el comienzo… Van entrando los heroicos familiares de nuestros Cinco Héroes presos injustamente en el Imperio… Siempre los veo con la frente en alto, con esa arrogancia necesaria que la condición de hombres libres nos exige, incluso en las peores situaciones límites… y eso es quizás lo que nos haga invencibles… es decir, hallar en la actual telaraña del mundo que se diseña desde el dólar global, el camino para traerlos de nuevo a casa… a disfrutar nuestro imperfecto socialismo y participar en nuestro santo derecho de hacerlo perfecto y seguirlo defendiendo a golpe de congas, de Garcías Caturlas, de los boleros del Benny, de tantos y tantos… que nos hacen un gigante moral e intelectual frente al fascismo yanqui, inculto y salvaje por antonomasia… El que ha dictado nuestra sentencia de muerte desde los albores de “su república ” de pacotilla que tan bien fotografiara Martí en sus tintes grises… oscuras, como huecos negros en el infinito universo del homo sapiens “americano ”.
Entra Fidel… con el mundo entero sobre sus dignos hombros olímpicos… lo veo como siempre… un dios griego… dispuesto a batirse hasta con su sombra si esta osa perturbar su camino, su proyecto, su religión de redimir a la gente… de mantener la antorcha que este Titán (él mismo) y sus muchachos conquistaron en el Moncada y Bayamo, en el Presidio, en el Yate “Granma¨, en esa sagrada Sierra Maestra… en esas montañas de Cuba que son el símbolo más limpio y puro de nuestra libertad y nuestras esperanzas… en los llanos de Frank, Celia, Josué, Faustino, Yeyé, Vilma… en la Universidad y la lucha de José Antonio, Machadito, y sus huestes de inclaudicables… En las mejores luchas de los comunistas en las fábricas, en los campos de campesinos famélicos, en cualquier lugar en que pudieran entregar la llama de la redención social contra los explotadores… desde los albores de la seudorepública con los Baliños, los Mellas, los Martines Villenas, los Blas, los Lázaros, los Carlos Rafael, los Marinellos, los Guillén, los Pablo de la Torriente Brau, los Lino de las Mercedes Álvarez , del Realengo 18, los Carneados, los Nicolaus, y tantos y tantos que no conocemos ni conoceremos pues se convirtieron en llama eterna en el fragor del combate por la libertad… Es ese mismo combate de Fidel por empeñar y gastar hasta su última neurona en este instante mismo, en que veo sus ojos brillar de alegría ante los miles de jóvenes estudiantes que lo reciben con gritos y aplausos de júbilo… como nosotros muy al principio de esta revolución hereje y capaz de renacer de sus cenizas, como en el mito aquel que vino en el sudor agrio y el corazón de fuego de los esclavos africanos, que para suerte del dios cristiano poblaron las Américas.
La gente sigue de pie, con Fidel, y sus acompañantes… sube el dorado telón del teatro… aparece una docena de jóvenes de blanco, y en coro de ángeles interpretan el Himno de Bayamo… nos sentamos… y se suceden estampas artísticas que mágicamente pasan ante nosotros en ese encaje de colores que tejen los niños y los jóvenes cuando quieren complacer a un público que los sabe el futuro y la esperanza… En los laterales, telas en que reza: “Nos une las ideas”… “Eternos Jóvenes Rebeldes”… y al fondo como en vigilia, las imágenes vivas de Mella, Camilo y el Che, acompañándonos y presidiendo este acto que se me ocurre trascendental, más por su fuerza espiritual que por su maravilloso programa ensayado una y mil veces en busca de esa perfección que no nos cansamos de buscar y que siempre nos gana la partida.
Personalidades consagradas al arte de educar a la joven generación reciben de manos de niñas y niños el premio “Los Zapaticos de Rosa”, y así gente linda y buena y consagrada, de todos los rincones del país, pasan el susto de esta excepcional recompensa… Cinco jóvenes, también reciben la Bandera de Honor, en representación de sus Colectivos Laborales, y Fidel personalmente, en gesto amoroso y firme ante todos nosotros, se las entrega, seguido de un abrazo, y una pequeña conversación de apenas segundos que nadie escucha y que todos nosotros podemos adivinar … ellos mismos, los jóvenes premiados con sus banderas, la depositan justo debajo de las fotos de los tres símbolos de nuestra Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba… Y Fidel pasa al podium de madera rojiza y sagrada, a unos veinticinco metros desde donde lo veo prepararse para empezar a usar con singular maestría e inteligencia el arma más preciada que Dios, los jesuitas y la lucha, le dieron y que él supo pulir como un diamante que fulmina con la misma luz con que es capaz de iluminar la noche más tenebrosa y oscura .
Fidel habla de la historia del nacimiento de la Organización de Pioneros… de la AJR… de la UJC… de su carácter marxista leninista… de cierto extremismo en nuestros comienzos… y del trecho adelantado en estas cuatro décadas y años por afianzar nuestro destino de ser libres o morir en el empeño.
Señala la hoja de servicios realizados por ambas organizaciones y reafirma el curso socialista de la Patria en las condiciones especiales en que nos hemos defendido y desarrollado.
Entre una pincelada de historia hay otra de futuro cuando apunta hacia el ahorro de energía… hacia la racionalización y el orden en la vida del país… del cubano y de la cubana para acabar con el derroche y el caos reinante fruto de la falta de exigencia y de la inconciencia por el valor de las cosas… En lo adelante, la regla de oro deberá ser la racionalidad como paradigma de la sociedad humana que queremos crear para todos los tiempos… Se le ve alegre… jocoso… como quien contempla el futuro en la palma de la mano, mirando sus líneas y oteando los peligros y huracanes por delante.
Así es Fidel, quien desde el trono de la humildad trata de guiar a su pueblo y a su joven generación a puerto seguro en medio de grandes tempestades y velas rotas.
No quiere acabar… como si quisiera eternizar estos segundos dialogando horas como antaño con la Generación del Centenario, en la Plaza Cadenas o en el Parque de los Cabezones de la Bicentenaria Universidad de la Habana… De pronto miro, y creo ver al Che susurrándole como en los primeros años al oído – bajo la sonrisa cómplice de Camilo y la pícara mirada de Mella – … Y casi respondiéndole, dice: –Creo que ya termino… de nuevo incumplí mi palabra de ser breve, y les pido excusas… Y así como himnos de lucha y combate, repite nuestros lemas ya inmortales… Enseguida lo rodean los condecorados… Elián y su familia… los familiares de los Cinco Héroes… y a su alrededor se sienten las notas vibrantes y actuales de la Internacional, recordando que todavía es grande el trecho por andar y ¨repicando¨ con Martí, que lo ha visto y escuchado todo, señero, desde lo más alto del teatro: ¨iArriba los pobres del mundo… de pie los esclavos sin pan… !¨.
Grito en silencio, solo para mí: ¨ ¡ Viva Martí !¨, ¨¡ Viva Fidel ! ¡ Venceremos !¨.
Son aproximadamente las diez de la noche del cuatro de abril del año 2006, y una suave brisa habanera golpea mis viejos recuerdos, mientras cabalgo lentamente hacia la calle Tulipán y relleno mi alforja de nuevos y queridos recuerdos.
(REPORTER: JMPF.)