sábado, 23 de julio de 2011

"LA NACIÓN" CONTRA LA PRENSA DE CUBA Argentina ag1

Sergio Ortiz [mailto:ortizserg@gmail.com]
Enviado el: Sábado, 23 de Julio de 2011.


"LA NACIÓN" CONTRA LA PRENSA DE CUBA

El lunes 18 de julio pasado, el tema de la prensa nacional y mundial
no podía ser otro que el escándalo generado por los medios del magnate
Rupert Murdoch. Al día siguiente estaba citado por el Parlamento
británico. Pero en vez de hablar de este asunto, el diario oligárquico
"La Nación", dedicó su editorial de ese lunes a lo que llamó "El acoso
a la prensa cubana".
Allí se criticó "a la dictadura de los Castro", basándose en un
informe del "programa de las Américas", del "Comité para la protección
de los Periodistas" (CPJ por su sigla en inglés-sic). El coordinador
de ese organismo es Carlos Lauría, del grupo CADAL, que funciona en
Buenos Aires como lobby anticubano.
Falsificando la realidad de la isla, el editorial sostuvo que "el
Estado cubano insiste en restringir el libre flujo informativo con
acciones cada vez más represivas".
No hay tales restricciones para el periodismo cubano. Las hay contra
los que se travisten de cronistas y en realidad fungen para el imperio
que bloquea a Cuba desde 1960. Incluso algunos de éstos, como la
bloguera gusana Yoani Sánchez, predican contra la revolución cubana
sin que hasta ahora se hayan adoptado medidas. Si llegara a violar la
ley, entonces sí podría haberlas y en tal caso estarían ampliamente
justificadas.
En Cuba y en cualquier otro país, incluido Estados Unidos, no está
permitido que un periodista, un militar, un abogado o un legislador,
abogue abiertamente a favor del país extranjero que está agrediendo al
propio. Eso no se llama "disidencia" sino ser "mercenario".
Con su óptica tan sesgada, "La Nación" insertó en su editorial un
párrafo sobre una intrascendente reunión "Ministerial de la Comunidad
de las Democracias" en Vilnius, Lituania. Dijo que la premiada, la
holandesa Caecilia Wijgers, había sido nominada por el citado CADAL
por su actuación entre 2005-2008 como diplomática holandesa en la
isla.
En el editorial se falta a la verdad sobre las restricciones que
estaría poniendo Cuba al uso de internet, pese al tendido del nuevo
cable de fibra óptica desde Venezuela. En esto es refutado por la
citada Caecilia Wijgers, quien al recibir el premio en Vilnius,
declaró a Radio Nederland: "lo que sí es cierto es que el uso de
Internet en la isla aumenta. El gobierno cubano también utiliza
Internet para difundir su mensaje, y los propios cubanos adquieren
cada vez más conocimientos sobre las posibilidades de la web". Esto,
por supuesto, fue omitido por "La Nación".
También calló sobre la dependencia de los agentes internos de la
contrarrevolución pagados por la Sección de Intereses de Norteamérica
en La Habana. Aunque se podría reconocer ese fenómeno, cuando el
editorial admite que "para los periodistas independientes, las únicas
alternativas son las conexiones clandestinas en el mercado negro o el
acceso costosísimo en los hoteles, si no en embajadas extranjeras.
Esto último, se entiende, tiene innegables connotaciones políticas y
diplomáticas". En otras palabras, los seudo periodistas reciben la
paga en esas embajadas y eso los "quema" frente al pueblo cubano.
Mucho menos el vocero de la Sociedad Rural y la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires iba a hablar de los 600 millones de dólares que ha
costado hasta ahora al Departamento de Estado y la CIA el
mantenimiento de Radio y TV Martí para tratar de insurreccionar a la
población cubana contra su gobierno. Es un fracaso total y un
dispendio de dinero, cuya mayor parte se queda en Miami.
Con esa financiación se transmiten por semana 2 mil horas de radio y
televisión por 30 diferentes frecuencias de onda media, corta, FM y
TV, violando la soberanía isleña. El representante permanente alterno
de Cuba ante la ONU, Rodolfo Benítez, denunció en el debate de la
Comisión respectiva de la entidad mundial que el Congreso de Estados
Unidos aprueba cada año un presupuesto de 30 millones de dólares de
fondos federales para tal fin.
De todo eso, ni una palabra del pasquín oligárquico porteño. ¿Por qué
no comentó tampoco el escándalo de los tres periodistas del Miami
Herald y Nuevo Herald, que escriben allí como "independientes" y eran
pagos con esos fondos estatales para las campañas de prensa contra la
isla? "La Nación", como el resto del Grupo de Diarios de América,
publica regularmente las columnas de Andrés Oppenheimer, del Nuevo
Herald y autor del best seller del mayor fracaso en materia de
pronósticos proyanquis sobre la revolución cubana: "La hora final de
Castro" (1993).
Como se sabe y aún superando algún problema de salud, no político, el
comandante en jefe sigue lúcido, de pie y publicando sus Reflexiones,
con un estilo veraz que nunca podrá ni querrá imitar "La Nación".
Nunca más cierto el lema de ésta, "tribuna de
doctrina"…estadounidense.

SERGIO ORTIZ

Boletín "Siempre es 26", nº 27, del Grupo de Trabajo Solidario
MIL POR CUBA, Argentina. milporcuba@yahoo.com.ar