lunes, 29 de agosto de 2011

Juan Gelman Haití OTAN Obama Islandia revolucionaria Bush Unasur

 

 

 

Entorno con emisiones periódicas centra su información en el acontecer internacional. Contiene espacios noticiosos y de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde nuestro país.  ISSN 1819-4052

 

 

 

Año 9 Número 68 | Fecha 2011-08-29

TITULARES

Opinión

LA “DEFENSA DE CIVILES” SE CONVIERTE EN “DERECHO AL SAQUEO” por Pepe Escobar

PROYECTO PILOTO DE LA OTAN por Angel Guerra Cabrera

OBAMA, BUSH Y EL 11/9: DEL ÁVIDO GUERRERO AL REACIO COMANDANTE por Marco Mierke

LA REVOLUCIÓN EN CURSO DE ISLANDIA por Deena Stryker y Daily Kos

UNASUR, GOLPE AL HEGEMONISMO UNIPOLAR por Hedelberto López Blanch

DE CÓMO SE CASTIGA A HAITÍ por Juan Gelman

Opinión

LA “DEFENSA DE CIVILES” SE CONVIERTE EN “DERECHO AL SAQUEO”

por Pepe Escobar

La “carga del hombre blanco” no permite que se pregunte a los africanos lo que piensan sobre el actual ataque occidental/árabe monárquico a las costas septentrionales de su continente. Por lo menos hay algunos que no se andan por las ramas.

Más de 200 dirigentes e intelectuales africanos publicaron una carta en Johannesburgo, Sudáfrica, subrayando “el abuso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para involucrarse en la diplomacia militarizada a fin de efectuar el cambio de régimen en Libia, así como la marginación de la Unión Africana”.

En cuando a los “vencedores” occidentales en Libia, ya ni siquiera juegan a las estratagemas publicitarias. Richard Haass, presidente de esa Gotha del establishment estadounidense que es el Consejo de Relaciones Exteriores, escribió un artículo de opinión en el Financial Times en el que señala con descaro: “La intervención ‘humanitaria’ introducida para salvar vidas que se creía estaban amenazadas fue en los hechos una intervención política para producir el cambio de régimen”.

En cuanto a esos despreciables actores en sus pequeños roles locales –libios de Cirenaica– Haass ya los envió al basural de la historia: “Los libios no serán capaces de administrar por su propia cuenta la situación que está a punto de emerger”, y con “dos millones de barriles de petróleo al día” en juego, la única solución es una “fuerza internacional”. Traducción: Ejército de ocupación – como en Afganistán e Iraq. Bienvenidos al neocolonialismo 2.0.

Hora de retribución

Por lo tanto el establishment estadounidense es ahora tan descarado como los ricos chalados del tipo de Donald Trump. Trump dijo a Fox News: “Somos la OTAN. Respaldamos a la OTAN en lo que a dinero y armas se refiere. ¿Qué sacamos de ello? ¿Por qué no nos vamos a apoderar del petróleo?”

En una especie geopolítica del “Día de la marmota”, realmente volvemos a Afganistán e Iraq: una orgía de saqueo, destrucción de estatuas, segmentos de vistoso reality show televisivo, incluso carteles en las calles vitoreando a la OTAN (Imaginad a los estadounidenses agradeciendo a los chinos por “liberar” Nueva York mediante bombardeos).

Para no mencionar la idiotez de los medios corporativos. CNN ha desplazado a Trípoli hacia el este, al Mediterráneo oriental, algún sitio cerca del Líbano. La BBC mostró una celebración “rebelde” en la Plaza Verde de Trípoli colocada en… India, con banderas indias. ¡Salud a la integración total de la OTAN y de los medios occidentales y del CCG; CCG es el Consejo de Cooperación del Golfo, las seis ricas satrapías fundamentalistas conocidas también como el Consejo Contrarrevolucionario del Golfo!

Considerando que el CCG prácticamente ordena a la Liga Árabe lo que debe hacer, no sorprende que la Liga haya reconocido al dudoso Consejo Nacional de Transición (CNT) rebelde, como gobierno legítimo del país, a pesar de que solo representa a Cirenaica e incluso a pesar de que el coronel Muamar Gadafi, el Gran G., sigue libre, con una recompensa de 1,6 millones de dólares por su cabeza. Supongamos que es la retribución porque Gadafi calificó al rey saudí Abdulá de “estúpido” durante los preparativos para la guerra contra Iraq.

También parece que Libia ahora solo es un futuro emirato árabe, y que ya no tiene nada que ver con África. El CCG financió y armó a los “rebeldes”. La Unión Africana casi en su totalidad estaba contra la guerra de la OTAN y el CCG. Ergo, en lo que se refiere a la OTAN y el CCG: ¡al diablo con África! lo único que interesa realmente –estratégicamente– es una base militar/naval de Africom/OTAN en Libia.

Y ahora otra Zona Verde

Es de conocimiento común que los agentes del SAS británico, la inteligencia francesa, la CIA, las fuerzas especiales de Qatar y mercenarios de todos colores fueron lanzados en paracaídas durante meses como operativos en tierra, planificando y entrenando a los “rebeldes” y en estrecha coordinación con ese prodigio filantrópico, la OTAN.

Ese nunca fue el mandato de la ONU, ¿pero a quién le importa? La OTAN y el CCG pagaron las cuentas, la OTAN realizó los bombardeos y la OTAN y el CCG “estabilizarán” el lío, según un plan de 70 páginas filtrado por los británicos al Times de Londres de Rupert Murdoch.

Solo los idiotas creerían el cuento previsible de que el plan fue elaborado por el Consejo Nacional de Transición (CNT) con “ayuda occidental”. La OTAN no sería tan desvergonzada –por lo menos al principio– para decidirse por caucásicos en tierra, de ahí la propuesta de que una “fuerza de tareas Trípoli”, equipada por los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para que se haga cargo, pueda implementarse más temprano que tarde. La pregunta sabrosa es, ¿habrá mercenarios extranjeros (jordanos, sudafricanos, colombianos) entrenados por Blackwater, o miembros de tribus libias, en una nómina de los EAU?

¿Y qué será lo próximo? ¿Un remix de la Zona Verde al lado de la Plaza Verde?

Es es casi tan delicioso como para que el embajador del CNT en la EAU, Aref Ali Nayed, lamente dolorosamente la filtración del plan mientras Bengasi confirma que es auténtico.

Ahora también es de conocimiento común que la lucrativa reconstrucción de todo lo que bombardeó la OTAN beneficiará –¿a quién iba a ser?– a los “vencedores”: las naciones de la OTAN (Vea “El capitalismo siniestro cae en picado sobre Libia”, Rebelión, 25 de agosto). El líder del CNT, Mustafá Abdel Jail ha vuelto a confirmarlo en Bengasi.

Hay que esperar fuegos artificiales –y globales– en lo que se refiere al saqueo. Incluso sin considerar la riqueza petrolera y de gas (aún inexplorada), los activos de Libia en el extranjero ascienden poor lo menos a 150.000 millones de dólares. El banco central de Libia, que ahora está a punto de ser privatizado, tiene al menos 143,8 toneladas de oro. Y luego hay por lo menos un suministro milenario de agua fresca, que había comenzado a ser explotado por Gadafi a través del espectacular proyecto multimillonario en dólares Gran Río Hecho por el Hombre (GMR, por sus siglas en inglés).

Es otra respuesta sólida a la pregunta de por qué Francia se ha mostrado tan frenética por derrocar a Gadafi: las compañías francesas suministradoras de agua son las mayores del mundo, y el atractivo de privatizar un suministro de mil años de agua fresca hace que sus ejecutivos se sientan, bueno, burbujeantes.

Por lo tanto como un vasto mercado nuevo, potencialmente muy lucrativo, Libia es lo indicado para las compañías europeas, directamente al otro lado del Mediterráneo, agregando todo un nuevo sentido a la doctrina humanitaria imperialista de R2P (“responsabilidad de proteger”); o como lo ha bautizado un lector de Asia Times Online: “derecho de saquear”).

El primer ministro italiano Silvio “bunga bunga” Berlusconi ha actuado rápidamente, al reunirse en Milán con el primer ministro del CNT, Mahmud Jibril, directamente frente a la nueva bandera libia (que es en realidad la vieja bandera monárquica) junto a las banderas de Italia y la Unión Europea.

Y pensar que hace solo un año el brioso Silvio organizó una fastuosa fiesta para su compinche –cuya mano gustaba besar– el Gran G., con sus 30 jinetes beduinos que desfilaron en caballos libios de pura sangre.

En 2008, Silvio y Gran G. firmaron un tratado para enterrar la amarga era colonial 1911-1942, según el cual Italia gastaría 5.000 millones de dólares durante 25 años invirtiendo en infraestructura como carreteras y ferrocarriles; gracias al tratado por lo menos 180 compañías italianas obtuvieron subsiguientemente contratos libios e Italia se convirtió en el mayor socio comercial de Libia.

Por lo tanto, inevitablemente, el líder del CNT, Mustafá Abdel Jalil, tuvo que asegurar que la nueva Libia tendrá “relaciones especiales” con todos los “vencedores” de la OTAN y el CCG de la guerra; y especialmente Italia.

La próxima semana le tocará el turno de visitar Bengasi para tragarse un trozo de la sabrosa torta de la reconstrucción a Sheikh Abdulá bin Zayed, ministro de exteriores de los EAU; los EAU están repletos de constructores hambrientos, listos para participar, ya que los precios de los bienes raíces se derrumbaron en caída libre en los Emiratos.

Y ahora la hoja de ruta

Mientras tanto, ¿qué pasa si Gran G. tiene el oro? El ex gobernador del banco central de Libia sostiene que en Trípoli hay, físicamente, al menos 10.000 millones de dólares en reservas de oro.

Por lo tanto, mientras soldados de SAS en vestimenta civil árabe y blandiendo los mismos Kalashnikovs que los “rebeldes” corren a la búsqueda de Gadafi “vivo o muerto”, al estilo Texas de George W Bush, el Gran G. podría estar comprando literalmente su lealtad tribal en oro. Para no hablar que cuenta con el apoyo de la tribu Gadafi (astutos cazadores nocturnos), de la tribu al-Magartha (francotiradores de primera) y de la mayor parte de la tribu de la esposa de Gadafi, los Warfallah (la mayor del país, con dos millones de personas).

Por mucho que el CNT haya estado afirmando incansablemente que la Libia post Gadafi será pluralista y multicultural, la señal apunta a Ciudad Cenagal.

Los árabes del norte desdeñan absolutamente a los bereberes del sur y viceversa. La gente de Tripolitania desdeña absolutamente a los salafistas en Cirenaicay viceversa.

Con tanto botín en juego, es fácil visualizar una hoja de ruta que se desarrollaría como lo que sigue:

Un débil gobierno títere del CNT; tropas de doctrina shock neoliberal que enajena a muchos que estaban acostumbrados a educación gratuita, servicios de salud gratuitos y vivienda gratuita; una fuerza guerrillera contra la ocupación extranjera; yihadistas-salafistas de otras latitudes árabes que salen a la palestra; pueblos del desierto que se desarrollan como bases de la guerrilla; oleoductos en el desierto sudoriental bombardeados; una réplica de Bagdad de 2004 a 2007; una ‘oleada’; un escenario de interminable guerra civil/tribal; y Afganistán 2.0 con un doble frente guerrillero: el grupo de Gadafi contra los rebeldes/OTAN, y los salafistas contra la OTAN, porque Occidente nunca permitirá que Libia se convierta en un Estado islámico.

Gadafi realmente apuesta a que la operación conjunta OTAN/CCG convertirá Libia en el nuevo Iraq/Afganistán. Posiblemente a la propia OTAN le gustaría la idea. La obligaría a atrincherarse aún más en el norte de África. Permitiría el uso de las mismas tácticas imperiales de dividir para reinar, mientras las compañías occidentales ejercen sus opciones de Derecho a Saquear.

Mantendrá a estadounidenses y europeos preocupados por otro argumento secundario más de la “guerra contra el terror” incluso mientras la recesión se lleva lo que queda de sus ahorros. Y mantendrá al complejo industrial-militar y a un surtido de contratistas de las armas y la seguridad con sonrisas en sus rostros. ¿Iraq/Afganistán de nuevo? ¡Qué venga!

Fuente: Asia Times On Line

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PROYECTO PILOTO DE LA OTAN

por Angel Guerra Cabrera

En el derrocamiento de Gadafi la OTAN ha aplicado un proyecto piloto que le permitiría intervenir donde quiera que le convenga con el pretexto de proteger a los civiles. El “derecho a proteger”, ya invocado en los criminales bombardeos de Serbia, se presenta como una gran conquista de los derechos humanos posmodernos. Propiciaría a la coalición imperialista derribar líderes con algún grado de insumisión –desde relativamente rebeldes, ergo Gadafi, a revolucionarios antimperialistas como Hugo Chávez-, preferentemente asentados sobre pletóricos recursos estratégicos. En Libia, en otra violación flagrante del derecho internacional, la Alianza Atlántica tomó partido por el lado opositor en una guerra civil dentro de un Estado soberano en la que, por si fuera poco, su líder –guste o no- contaba con apoyo popular y de gran parte del ejército.

El proyecto consiste en alegar que un grupo en el país en cuestión está siendo atacado por un dictador y, recurriendo a burdas manipulaciones, sobredimensionarlo en los “medios”. Éstos se encargan de crear una imagen idílica del primero (suplantado rápidamente, si es necesario, como hicieron con el movimiento juvenil de Bengazi, por el mercenario Consejo Nacional Transitorio) y de demonizar al villano de turno, aunque haya sido “amigo” hasta el día antes (caso de Gadafi). Con la presión mediática y diplomática –en Libia fue decisiva la complicidad de la Liga Árabe y la abstención de China y Rusia- se logra una ambigua resolución del Consejo de Seguridad para proteger a los civiles. La OTAN la trasmuta en un plan de cambio de régimen, que combina una feroz campaña de bombardeo aéreo con acciones de infantería “rebelde”, a la que entrena y arma, y la participación en los combates decisivos de un andamiaje de inteligencia satelital de Estados Unidos, apoyado por expertos y fuertes grupos de tropas especiales “aliadas” sobre el terreno. Así cayeron sobre Trípoli.

En el plan de la OTAN los medios de difusión dominantes han cumplido una función militar de primer orden, tal vez como nunca antes en una guerra de rapiña imperialista. No es casual que como se hizo en su momento con la televisión de Serbia, otra vez fueran destruidas como objetivos militares las instalaciones de la televisión pública libia. Claro, con las correspondientes bajas “colaterales” entre su personal.

Se trata, además, de otro jalón de la contrarrevolución montada por Estados Unidos y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) –grupo ultrareaccionario de satrapías fundamentalistas bajo el comando de Arabia Saudita- contra la rebelión de los pueblos árabes, que, con distintas variantes y resultados, se ha aplicado también en Túnez, Egipto, Bahrein, Yemen y Siria. Ha sido el megamillonario y ambicioso emirato de Qatar el que dentro del CCG ha dedicado sus mejores afanes a empujar la intervención “humanitaria” en Libia. Cuánta semejanza con el ataque burgués-aristocrático contra la Revolución de 1848. Con una gran diferencia. Ésta se desarrolló cuando el capitalismo entraba en una de sus mayores etapas de auge y necesitaba impulsar la producción aunque tuviera que hacer algunas concesiones a los trabajadores. La sublevación árabe, en cambio –como otros episodios de la rebelión juvenil internacional en curso-, estalla cuando el capitalismo sufre la peor crisis de su historia y su elite dirigente no muestra ningún interés en la mínima redistribución de riqueza.

La acción de la OTAN en Libia, y la que eventualmente aplicaría en Siria si se lograra otra resolución del Consejo de Seguridad -¿o pasarán por encima de éste?- contradice los principios de soberanía, libre determinación de los pueblos, no intervención y solución pacífica de las controversias, codificados en la carta de la ONU gracias a la lucha de los pueblos contra el fascismo y el colonialismo. En Libia, como ya ha ocurrido en Afganistán e Irak, la OTAN no va a llevar ninguna democracia –ni siquiera la meramente representativa ya cuestionada por los pueblos en rebelión- ni va a haber un minuto de paz en muy largo tiempo. Los imperialistas agresores de Libia odian la democracia real, verdadera, como gobierno del pueblo. Cegados por su arrogancia colonial no pueden tratar más que como subordinados y atrasados a los pueblos “de color”. La democracia que quieren para nuestros pueblos es su sumisión al ganador en la enconada disputa por el control territorial de la energía, el agua, el oro, otros minerales estratégicos y los alimentos.

Fuente: La Jornada

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OBAMA, BUSH Y EL 11/9: DEL ÁVIDO GUERRERO AL REACIO COMANDANTE

por Marco Mierke

Cuando el presidente de EE.UU. Barack Obama llegó a la Casa Blanca, había muchas esperanzas de un cambio en la política exterior del país: se esperaba que las torturas, las guerras y la retórica imperial se convirtieran en asuntos del pasado bajo el mandato del sucesor de George W. Bush. Sin embargo, más de dos años después, algunos creen que en el mejor de los casos lo que ha cambiado es tan solo el estilo.

Con el humo aún saliendo de las montañas de escombros tras las explosiones del 11 de septiembre de 2001 en Manhattan, el entonces presidente Bush anunció que lanzaría una cacería contra los autores intelectuales del peor ataque terrorista jamás ocurrido en suelo estadounidense.

Osama bin Laden debía ser capturado ‘vivo o muerto’, Bush expresó seis días después de los ataques. Casi 10 años después, Obama tomó una decisión más concreta en torno al destino de Bin Laden: prefirió que fuera muerto en lugar de vivo.

Con la muerte de Bin Laden por las fuerzas de elite estadounidenses en Pakistán, Obama de cierta forma puso fin a la era del 11/9. ‘Se ha hecho justicia’, manifestó.

Sin embargo, los activistas de los Derechos Humanos apenas podían creer lo que oían: ¿Cómo un adiestrado experto legal y laureado con el Premio Nobel de la Paz podía aprobar la ejecución de un hombre sin haber sido sometido a juicio?

Los críticos consideran que tienen la respuesta adecuada: Obama está llevando a cabo la guerra contra el terrorismo en muchos aspectos, incluso de una forma más despiadada que su predecesor.

‘Ahora tenemos un Bush al cuadrado’, subrayó Anthony Gregory, del tanque pensante Independent Institute.

Para el Partido Demócrata de Obama, esto pudiera parecer un insulto. Después de todo, fue el republicano Bush quien comenzó las guerras en Afganistán e Irak, quien abrió el campo de detenidos en Guantánamo, Cuba, para juzgar a los sospechosos de terrorismo en tribunales especiales y quien autorizó el uso de la tortura en las prisiones secretas.

Su sucesor, según los demócratas, está poniendo fin a las guerras, extendiendo su mano al mundo musulmán y alzando su voz a favor de los derechos humanos universales.

‘Obama ha recuperado la imagen de EE.UU. en el mundo’, afirma el estratega político Robert Creamer.

Es cierto que la retórica de la Casa Blanca ha cambiado. Ya no es la ‘guerra global contra el terrorismo’ de Bush la que parece prevalecer en la agenda de la política de seguridad de la administración, sino la distribución global de las tareas de la defensa contra las amenazas.

Los demócratas citan como ejemplo la operación militar en Libia, en la que Obama rechazó incondicionalmente un papel protagónico por parte de EE.UU. No existía ese multilateralismo bajo el gobierno de Bush, enfatizan.

Sin embargo, el estilo más pacífico de la administración de Obama con frecuencia está en desacuerdo con los hechos. Sí prohíbe la tortura, pero impide el procesamiento de los involucrados en este ‘horrible capítulo de la historia estadounidense’, como reflejara recientemente The Washington Post.

El actual gobierno estadounidense critica la instalación en Guantánamo, pero a pesar de todas sus promesas aún no la ha cerrado. Habla mucho sobre los derechos humanos, pero ejecuta a los terroristas sospechosos sin haber sido procesados en un juicio.

Incluso los ciudadanos estadounidenses como el odiado predicador yemení Anwar al-Awlaki no tienen protección legal desde el momento en que se incluyen en la lista de los más buscados por EE.UU. Obama está siguiendo a este declarado enemigo público con aviones de combate teledirigidos y comandos militares encubiertos, y parece ir mucho más lejos que Bush en el esfuerzo.

Solamente en el 2010, los aviones teledirigidos de EE.UU. lanzaron 118 bombas contra sospechosos en Pakistán, según la New America Foundation (NAF), radicada en Washington. En 2008, el año antes de que Obama asumiera la presidencia, solo se realizaron 33 ataques de este tipo.

Bajo el nuevo comandante en jefe, estos ataques aéreos han causado la muerte de 1 700 personas, 10 veces más que bajo el mandato del predecesor de Obama, agregó la NAF. Además, familias inocentes son casi siempre las víctimas, y solo 21 de los asesinados eran realmente militantes, enfatizó la fundación.

Como EE.UU. los considera oficialmente parte de su guerra contra la red terrorista Al-Qaeda, los ataques aéreos apenas están controlados por el Congreso, lo mismo sucede con los asesinatos llevados a cabo por las fuerzas especiales. Por lo tanto, Obama y la CIA dirigida por él pueden desatar sus guerras secretas con poca supervisión, incluso en países como Yemen y Somalia.

Cuando los historiadores evalúen la historia de EE.UU. después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, tendrán dificultad a la hora de separar las políticas exteriores de Bush y Obama, según Ross Douthat, columnista de The New York Times.

‘Para la mayoría de los demócratas, lo que se consideró un progresivo fascismo durante la administración de Bush es solo un anticuado pero buen sentido común cuando el presidente tiene una ‘D’ al lado de su nombre’, escribió Douthat.

En realidad, parecen tener muy pocas opciones.

‘Hemos puesto a Al-Qaeda en el camino hacia la derrota, y no cederemos hasta lograrlo’, su líder Obama lo ha dicho claramente.

Fuente: Monsters and Critics

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LA REVOLUCIÓN EN CURSO DE ISLANDIA

por Deena Stryker y Daily Kos

Un programa radial italiano hablando sobre la revolución en curso de Islandia es un ejemplo impresionante de lo poco que nuestros medios de comunicación nos dice sobre el resto del mundo. Los estadounidenses pueden recordar que al inicio de la crisis financiera de 2008, Islandia, literalmente, se declaró en quiebra. Las razones se mencionan sólo de pasada, y desde entonces este miembro poco conocido de la Unión Europea volvió a caer en el olvido. Como los países europeos caen uno tras otro, poniendo en peligro el euro, con repercusiones para todo el mundo, la última cosa que los poderes desean es que el caso de Islandia se convierta en un ejemplo. He aquí por qué:

Cinco años de un régimen puramente neoliberal había hecho de Islandia, (población de 320.000 personas, sin ejército), uno de los países más ricos del mundo. En el año 2003 todos los bancos del país se privatizaron y en un esfuerzo por atraer inversionistas extranjeros ofrecieron préstamos en línea, cuyos costos mínimos les permitió ofrecer tasas relativamente altas de rendimiento. Las cuentas, llamadas “Icesave”, atrajeron a muchos pequeños inversores ingleses y holandeses. Pero a medida que las inversiones crecieron también lo hizo la deuda de los bancos extranjeros. En 2003 la deuda de Islandia era igual a 200 veces su PIB, pero en 2007 fue del 900 por ciento. La crisis mundial financiera de 2008 fue el golpe de gracia. Los tres principales bancos islandeses, Landbanki, Kapthing y Glitnir, quebraron y fueron nacionalizados, mientras que la corona perdió el 85% de su valor con respecto al Euro. Al final del año Islandia se declaró en bancarrota.

Contrariamente a lo que se podría esperar, la crisis dió lugar a la recuperación de los derechos soberanos de los islandeses, a través de un proceso de democracia directa participativa que finalmente condujo a una nueva Constitución. Pero sólo después de mucho dolor.

Geir Haarde, el Primer Ministro de un gobierno de coalición socialdemócrata, negoció 2.100.000 dólares de préstamo, a lo que los países nórdicos agregaron otros 2.500.000. Sin embargo, la comunidad financiera extranjera presionaba a Islandia para imponer medidas drásticas. El FMI y la Unión Europea querían hacerse cargo de su deuda, alegando que era el único camino para que el país pague la deuda a Holanda y Gran Bretaña, que habían prometido reembolsarla a sus ciudadanos.

Las protestas y los disturbios continuaron y, finalmente, obligaron al gobierno a renunciar. Las elecciones se adelantaron a abril de 2009, resultando una coalición de izquierda que condenaba el sistema económico neoliberal, pero de inmediato cedió a sus demandas de que Islandia debía pagar un total de 3.500.000 euros. Esto requiere que cada ciudadano islandés abone 100 euros al mes (o alrededor de 130 dólares) durante 15 años, el 5,5% de interés, para pagar una deuda contraída por el sector privado vis a vis. Fue la gota que colmó el vaso.

Lo que sucedió después fue extraordinario. La creencia de que los ciudadanos tenían que pagar por los errores de un monopolio financiero, que a toda una nación se le debe imponer el pagar las deudas privadas se hizo añicos, se transformó la relación entre los ciudadanos y sus instituciones políticas y, finalmente, condujo a los líderes de Islandia al lado de sus electores . El Jefe del Estado, Olafur Ragnar Grimsson, se negó a ratificar la ley que hace a los ciudadanos de Islandia responsables de sus deudas bancarias y aceptó las llamadas a un referéndum.

Por supuesto la comunidad internacional sólo aumentó la presión sobre Islandia. Gran Bretaña y Holanda, amenazaron con represalias terribles de aislar al país. Como los islandeses fueron a votar, los banqueros extranjeros amenazaron con bloquear cualquier ayuda del FMI. El gobierno británico amenazó con congelar los ahorros islandeses y cuentas corrientes. Como dijo Grimsson: “/Nos dijeron que si nos negábamos a las condiciones de la comunidad internacional, nos convertirían en la Cuba del Norte. Pero si hubiéramos aceptado, nos habrían convertido en el Haití del Norte. “/(¿Cuántas veces he escrito que cuando los cubanos ven el estado lamentable de su vecino, Haití, pueden considerarse afortunados?)

En el referéndum de marzo 2010, el 93% votó en contra de la devolución de la deuda. El FMI inmediatamente congeló sus préstamos. Pero la revolución (aunque no se televisó en los Estados Unidos), no se dejará intimidar. Con el apoyo de una ciudadanía furiosa, el gobierno inició investigaciones civiles y penales de los responsables de la crisis financiera. Interpol emitió una orden de detención internacional del ex presidente de Kaupthing, Sigurdur Einarsson, así como de otros banqueros implicados que huyeron del país.

Pero los islandeses no se detuverin allí: se decidió redactar una nueva constitución que libera al país del poder exagerado de las finanzas internacionales y el dinero virtual. (La que estaba en vigor se había escrito en en momento en que Islandia se independizó de Dinamarca, en 1918, la única diferencia con la Constitución danesa es que la palabra “presidente” fue sustituida por la de “rey”.)

Para escribir la nueva constitución, el pueblo de Islandia eligió a veinticinco ciudadanos de entre 522 adultos que no pertenecen a ningún partido político, pero recomendados por lo menos por treinta ciudadanos. Este documento no fue obra de un puñado de políticos, pero fue escrito en Internet. Las reuniones de los Constituyente se transmitieron /on-line/, y los ciudadanos podían enviar sus comentarios y sugerencias, asistiendo al documento, que tomaba forma. La Constitución, que eventualmente surje de este proceso democrático participativo, sería presentada al Parlamento para su aprobación después de las próximas elecciones.

Algunos lectores recordarán el colapso agrario de Islandia del siglo IX que apareció en el libro de Jared Diamond, con el mismo nombre. Hoy en día, este país se está recuperando de su colapso financiero en formas que son del todo contrarias de las que generalmente se consideraban insolayables, como confirmó ayer la nueva jefe del FMI, Christine Lagarde, a Fareed Zakaria. Al pueblo de Grecia le han dicho que la privatización de su sector público es la única solución. Y los de Italia, España y Portugal se enfrentan la misma amenaza.

Se debe mirar a Islandia. Negarse a someterse a los intereses extranjeros, ese pequeño país indicó claramente que el pueblo es soberano.

Es por eso que no está en la noticias.

Fuente: Cubaperiodistas.cu

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UNASUR, GOLPE AL HEGEMONISMO UNIPOLAR

por Hedelberto López Blanch

Que países de América Latina agrupados en la UNASUR hayan acordado delinear políticas económicas sin la presencia ni las presiones ejercidas durante décadas por Estados Unidos a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) demuestra claramente que los tiempos de hegemonía unipolar en el área están cambiando.

Estos mecanismos financieros que durante años han estado revoloteando sobre la región imponiendo políticas neoliberales y de privatizaciones a favor de las grandes transnacionales, se han visto relegadas en los últimos tiempos.

El mecanismo utilizado por el FMI, el BM y el BID, con pequeñas diferencias, ha sido el mismo: entregar empréstitos con altos impuestos a las naciones en crisis, a cambio de adoptar medidas de recortes sociales y autorización para la entrada indiscriminada de capitales extranjeros. En pocas palabras, significa la pérdida de la soberanía nacional y la dependencia económica y política al eje central dirigido desde Washington.

Debido al surgimiento en la región de gobiernos democráticos progresistas, unido a las crisis económicas que han golpeado fuertemente a las naciones desarrolladas del planeta (Estados Unidos, Europa y Japón) los desacreditados BM y FMI, no han visitado en los últimos tiempos a las naciones sudamericanas para imponer sus recetas neoliberales.

El surgimiento de organismos regionales sin la presencia de Estados Unidos como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Grupo de Río y la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) ha demostrado la capacidad de los pueblos del hemisferio sur de dirigir y determinar sus propios intereses y necesidades.

En la visión de una real integración latinoamericana, la UNASUR, creada en abril de 2007 y cuyo tratado constitutivo entró en vigor en marzo pasado, ha dado pasos halagüeños tras la cumbre presidencial, seguida de una extraordinaria de sus ministros de Economía, celebradas ambas en la capital peruana a finales del pasado julio donde se acordó coordinar medidas para enfrentar juntos los efectos de la crisis.

Acciones concretas se alcanzaron en la primera reunión del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas, realizada recientemente en Buenos Aires con la participación de los ministros de Economía y gobernadores de Bancos Centrales de los doce países que integran la UNASUR.

Al término de la cita, el ministro de Economía argentino, Amado Boudou, informó que se crearon tres grupos de trabajo en aras de coordinar un conjunto de medidas en materia económica y financiera para repeler la onda expansiva de la crisis desatada en Estados Unidos y Europa.

La solución ha sido tomar disposiciones urgentes de conjunto para evitar que las potencias económicas en crisis trasladen sus graves problemas financieros a las naciones en desarrollo mediante la penetración de capitales e inversiones especulativas.

Por primera ocasión las naciones del Sur se levantan en bloque contra el hegemonismo económico capitalista, y las líneas que se acuerden no quedarán en el papel pues ya se citó a una Cumbre de cancilleres de la Unión para el 24 de agosto.

En ese cónclave se analizarán y aprobarán los resultados alcanzados por los tres grupos de trabajo, destinados a incentivar el comercio inter-regional, impulsar el uso de monedas locales entre sus miembros, coordinar el manejo de las reservas, el desarrollo del mercado y las instituciones financieras regionales para su reinversión en la zona.

El primer grupo lo coordinan Ecuador y Colombia para definir la cooperación técnica sobre las reservas internacionales de la Unión que se cifran en 574 000 millones de dólares y la posibilidad de crear un fondo de reservas propio de UNASUR.

Analizarán la expansión a toda la región del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) integrado ya por Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela.

El segundo equipo, encabezado por Venezuela y Uruguay estudiará el uso de las monedas regionales para el comercio interno en aras de aumentar los intercambios sin que intervenga el dólar.

En ese sentido, el canciller venezolano Nicolás Maduro afirmó que “Hay un agotamiento del patrón dólar como moneda de operación y reserva internacional, estamos cumpliendo 40 años que Estados Unidos abandonó el patrón oro y prácticamente impuso el sistema del billete verde, como sistema dominante hegemónico para las relaciones económicas y comerciales".

Por su parte, el presidente bolivariano Hugo Chávez celebró recientemente que “la iniciativa del Sistema de Compensación Regional (SUCRE) se convierta en una propuesta que evalúan los países de UNASUR como herramienta para blindar a la región de la crisis económica mundial provocada por el capitalismo de Estados Unidos y Europa.

Como refuerzo a esas declaraciones, el presidente ecuatoriano Rafael Correa insistió en la “necesidad de que los gobiernos latinoamericanos concreten una moneda regional para enfrentar medidas de Washington que golpearían los mercados del mundo” y agregó “por qué tenemos que depender del FMI y el BM si tenemos el ahorro suficiente para el Banco del Sur y para financiar nuestro desarrollo.

El otro grupo, coordinado por Brasil y Chile, revisará el Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos de la ALADI a la par que los fundadores del Banco del Sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela) se comprometieron a acelerar su puesta en marcha efectiva para contar con un poderoso instrumento de financiamiento a largo plazo que no otorgue empréstitos abusivos y draconianos como han hecho el FMI y el BM.

Cierto que son varios, y a veces difíciles, los desafíos. Entre estos se hayan los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por Colombia, Perú y Chile con Estados Unidos que los atan a directrices comerciales y financieras impuestas a gobiernos que se presentaban como los aliados más fieles de Washington en la región.

Pero las situaciones van cambiando para bien. En Bogota ya no esta el pro cónsul norteamericano Álvaro Uribe; en Lima no presiden ni Alejandro Toledo ni Alan García y en Chile los estudiantes y trabajadores del cobre les están haciendo ver al millonario conservador Sebastián Piñera que son otros los tiempos que vive Latinoamérica.

Las declaraciones del mandatario colombiano José Manuel Santos en la cumbre de Lima ofrecieron una nota de sorpresa sobre esta nueva visión que viaja por el hemisferio sur al decir: “las potencias en crisis nos están destruyendo la capacidad de generar más empleo y al mismo tiempo América Latina está sentada sobre unas reservas de 500 000 millones de dólares que están perdiendo valor con la crisis”.

Argentina, primero con Néstor Kirchner y ahora con Cristina Fernández; Brasil con Inacio Lula da Silva seguido por Dilma Roussef; Venezuela con Hugo Chávez; Ecuador con Rafael Correa y Bolivia con Evo Morales se han puesto a la vanguardia de este movimiento integrador latinoamericano que trata de desembarazarse de la hegemonía económica y financiera norteamericana.

Suenan fuertes por el continente las voces y el accionar de sus pueblos por la verdadera integración de América Latina.

Fuente: Panorama Mundial

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DE CÓMO SE CASTIGA A HAITÍ

por Juan Gelman

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declaró en 2004 que la crisis política y humanitaria de Haití convertía al país en una amenaza para la paz y la seguridad internacional. Un golpe de Estado había derrocado al presidente Jean-Baptiste Aristide, elegido en 2004 por el 91,69 por ciento del electorado y sacerdote adepto a la teología de la liberación. EE.UU. y Francia se encargaron de “salvarlo” mediante un verdadero secuestro a bordo de un avión estadounidense que lo dejó en Sudáfrica. En ejercicio del capítulo VII de la Carta de la ONU, el Consejo estableció la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah, por sus siglas en francés) conformada hoy por unos 9000 militares y más de 3700 policías de 40 países.

No se entiende bien por qué el Consejo de Seguridad recurrió al capítulo VII, titulado “Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión”, que lo faculta a “ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener la paz y la seguridad internacionales”: Haití no atravesaba entonces una guerra civil, no estaba en guerra con nadie y difícilmente podría haber iniciado alguna. A instancias de Washington, el presidente Lula propuso la intervención de la ONU en Haití, pero más bien en aplicación del capítulo VI de la Carta, “Arreglo pacífico de controversias”, que se abstiene de cualquier acción armada. No le hicieron caso y la Minustah se ha ido convirtiendo en una suerte de ejército de ocupación abrigador de la represión oficial.

Esto empezó temprano: “Tropas de la Minustah y paramilitares haitianos emboscaron y mataron a más de 4000 miembros del Fanmi Lavalas (el partido de Aristide) inmediatamente después de su deposición en el 2004” (www.canadahaitiaction.org, 18-8-11). Los presuntos encargados de garantizar la paz y la seguridad han llevado a cabo numerosas incursiones en villas miserias como Cité Soleil, siempre en persecución de partidarios de Aristide. Está claro que el depuesto presidente es el objetivo: Edmond Mulet, ex jefe de la Misión de la ONU, llegó a recomendar que se le imputara la comisión de delitos para impedir su regreso (//mrzine.monthlyreviem.org, 21-7-11).

Los funcionarios estadounidenses culparon de estos hechos a pandillas saqueadoras de los barrios pobres, pero se han documentado los operativos de contingentes jordanos y brasileños de la Minustah que han dejado víctimas tiradas en las calles de Puerto Príncipe con un tiro en la cabeza (www.teledyol.net, 7-5-06). El general brasileño Augusto Ribeiro Pereira, primer jefe militar de la Misión, renuncia a poco andar por la matanza de civiles del 6 de julio del 2005. Lo sucede el general brasileño Urano Texeira de Matta, quien muere cinco meses después de ocupar el cargo “por un accidente con arma de fuego”. No deja de ser una forma elegante de definir el suicidio. La Misión ha introducido en Haití otras maneras de acabar con la gente.

El 21 de octubre del 2010, el Ministerio de Salud Pública de Haití registró mil casos de cólera, los primeros que se producían en seis décadas. El 9 de febrero, informó que la enfermedad había causado la muerte de 4549 personas y que ascendían a 231.070 los contagiados. Hoy se estima que el número de víctimas aumentó de dos a cuatro veces desde entonces. La fuente de contaminación es muy probablemente la base de tropas nepalesas de Artibonita, que siguen tirando sus heces al río del mismo nombre. A pesar de las protestas diarias, la Minustah se niega hasta ahora a investigar el origen de la epidemia y a ponerle remedio. Desde luego, no está para cuidar la salud de la población, sólo su incierta seguridad.

En noviembre del 2007, 111 soldados y tres oficiales del batallón enviado por Sri Lanka fueron repatriados por explotar y abusar sexualmente de menores haitianas. Pero ninguno de estos abusadores pudo ser juzgado por los tribunales haitianos: el acuerdo vigente entre la ONU y el gobierno de Haití que establece el estatuto legal de la Minustah garantiza una amplia inmunidad a sus efectivos que cometen delitos. Por ejemplo, a los autores de 640 violaciones cometidas desde el terremoto del año pasado, según contabilizó Kofaviv, una organización de mujeres del país. No todos los cascos azules de la ONU se dedican allí a guardar la paz.

En vísperas de la renovación del mandato de la Minustah por un año más, cabe recordar la opinión que formulara el diplomático brasileño Ricardo Seitenfus, representante de la OEA en Haití: “El sistema actual de la ONU destinado a prevenir disputas es inapropiado para Haití. Haití no es una amenaza internacional. No estamos en medio de una guerra civil. Haití no es Irak o Afganistán. Pero, a mi entender, en la escena internacional, Haití está pagando sobre todo su proximidad con EE.UU. Hace mucho que el sistema internacional presta una atención negativa a Haití. Le tocó a la ONU coaligarse con ese poder y transformar a los haitianos en prisioneros de su propia tierra”. El diario suizo Le Temps publicó estas declaraciones el 20 de diciembre último. Dos días después, Seitenfus fue renunciado.

Fuente: Pagina 12, Buenos Aires

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Cubarte, 2008.

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