viernes, 16 de septiembre de 2011

Ernesto Che Guevara Ministro de Industria carta de Tirso Sáenz a el argentino

Tirso Sáenz Querido Che: Cuando trabajábamos...

Aleida March

16 de septiembre de 2011 8:51

Tirso Sáenz

Querido Che:

Cuando trabajábamos en el Ministerio de Industrias, nunca me enteré de la fecha de tu cumpleaños. Era tan intenso el bregar de aquellos días, tratando de resolver los enormes problemas que se presentaban para emprender el camino de la industrialización que tú con empeño dirigías, que de tu onomástico muy pocos se enteraban y, mucho menos, se haría una fiesta por ese motivo. Tu modestia y tu sensibilidad no lo habrían permitido.

Por otra parte, había mucho por hacer. Era necesario, en primer lugar, resolver la falta de casi todo por culpa del bloqueo que el imperialismo nos impuso criminalmente, Además, las agresiones y sabotajes ¿te acuerdas de los días de Playa Girón, cuando se te escapó un tiro de la pistola y el enemigo corrió la "bola" que te habías suicidado?, ¿y de la Crisis de Octubre, cuando avisaste desde tu puesto de mando militar que se tramaba un criminal sabotaje contra el sistema eléctrico de la principal mina de cobre del país, que podría causar innumerables víctimas? Recuerdo cómo todos nos movilizamos para hallar una planta eléctrica y, en menos de 48 horas, dejarla instalada. Fueron momentos en que todos nos multiplicamos. Tomando la experiencia de esos días, dijiste que debíamos continuar trabajando siempre con ese espíritu que llamaste de "alarma de combate".

También, la fuga de cerebros promovida por los EE.UU. nos dejó las fábricas con pocos recursos humanos calificados. El 75% de los ingenieros que había en el país que no eran muchos se marcharon. Tus llamados a estimular la inventiva de la clase obrera los Consejos Técnicos Asesores, el Movimiento Construye tu propia Maquinaria, los Comités de Piezas de Repuesto resultaron esenciales para la participación masiva de los trabajadores en la solución de los problemas de sus fábricas y suplir la falta de recursos técnicos. En definitiva, la clase obrera estaba tomando el poder.

También era imperioso estudiar, capacitarse. La hermosa Campaña de Alfabetización había concluido y se acabó para siempre el analfabetismo en Cuba; pero eso no era suficiente. El Ministerio con todas sus fábricas a lo largo del país se convirtió en una gran escuela: el Seguimiento, el Mínimo Técnico y otra infinidad de cursos se organizaron. Todos estudiábamos. En ese empeño, tú fuiste el ejemplo que nos impulsó a superarnos. Estudiaste Economía, Contabilidad, Matemáticas y fuiste nuestro profesor, además en un curso de Programación Lineal para el Consejo de Dirección, integrado en su casi totalidad por personal inexperto, pero que te seguíamos con dedicación.

Fuiste ejemplar en el impulso al trabajo voluntario, como motor ideológico de la Revolución. Íbamos los domingos, bien temprano en la madrugada, a las fábricas y a los cañaverales ¡Cómo cortamos caña contigo y cómo nos hacías sudar! Aunque, ¿recuerdas?, el trabajo era duro, pero nos divertíamos.

Fuiste muy exigente, inclusive contigo mismo, podíamos errar no mucho pero no perdonarías la negligencia o la irresponsabilidad. Sin embargo, fuimos también testigos de tu sensibilidad humana y de tu sentido de amistad, así como de tu austeridad. Insistías en los controles económicos para que ni un centavo del pueblo se perdiera.

La discusión colectiva fue un método permanente de trabajo. Eso nos permitió tratar de tomar siempre las mejores decisiones y crear un equipo muy unido en el Ministerio.

Tu visión estratégica impulsó la creación de institutos de investigación, muchos de los cuales hoy mantienen su vigencia y obtienen resultados de importancia para nuestra economía. En esa tarea tuve el privilegio de acompañarte.

He conversado con muchos compañeros quienes trabajamos contigo en el Ministerio de Industrias. Todos sentimos que nuestras vidas quedaron marcadas con todas las cosas que aprendimos contigo. Conocimos tu firme lealtad a la Revolución y a Fidel. Aprendimos, sobre todo, a ser más revolucionarios y más solidarios.

Creo que nunca imaginaste que tu imagen alcanzaría una dimensión universal que continúa expandiéndose sin detenerse. Tu figura es querida y respetada, no solo por los cubanos que te conocimos más de cerca, sino por millones de seres de todas las razas y credos. Tu ejemplo es inspiración y motivo de acción para todos los hombres y mujeres que sienten en carne propia el dolor ajeno.

Por eso, Che, por primera vez voy a homenajearte por tu cumpleaños y agradecerte el privilegio de haber estado a tu lado y conocerte. En este día te recordamos con gran cariño por todo lo que fuiste, por lo que sigues siendo y por lo que eternamente serás.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

Tirso[1].
Brasilia, 14 de junio de 2008

[1] Tirso W. Sáenz fue Viceministro en el Ministerio de Industrias en el período en que el Che fuera Ministro. Actualmente es Profesor Asociado del Centro de Desarrollo Sustentable de la UNB y Presidente del Capítulo de Brasilia de la Asociación Nacional de Cubanos Residentes en Brasil "José Martí".

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