Martín Almada Premio Nóbel Alternativo rinde homenaje a víctimas
enterradas en el jardín de la Iglesia de la Santa Cruz en Buenos Aires. CABA. Foto Toto
LA SEMANA POLÍTICA
La victoria electoral y otra importante en Derechos Humanos
Luego del 54 por ciento de los votos del 23 de octubre, la presidenta tuvo un breve relax. Los candidatos derrotados andan lamiéndose las heridas. El fallo por la ESMA significó una victoria clave de la democracia.
EMILIO MARÍN
Las elecciones quedaron atrás, aunque sus resultados se apreciarán mejor el 10 de diciembre, cuando Cristina Fernández comience su segundo mandato y el Congreso muestre una nueva correlación de fuerzas.
Sobre el remozado gabinete hay pistas, habida cuenta de que dos ministros se irán al parlamento: Aníbal Fernández y el ascendente Julián Domínguez. Amado Boudou, electo vicepresidente, también rumbeará hacia el Senado, comprobándose el proverbio chino de que “el plato de la venganza se come frío”.
Julio Cobos, ex héroe de la Mesa de Enlace se retira de allí reducido a nada. En tres años pasó de ser ovacionado en Palermo y los medios monopólicos, a representar un cero a la izquierda. Los cuarteles de invierno ya tienen un nuevo recluta y eso que la Argentina es un país generoso.
Otra figura apabullada por las urnas fue Elisa Carrió. De haber sido la segunda más votada en 2007 a ocupar el último lugar, el mensaje electoral es muy claro: ¡andate en casa Lilita!
Otro de los que deberían retirarse de la actividad política es Eduardo Duhalde. Perdidoso en la pulseada incluso ante Alberto Rodríguez Saá, tendría que hacerlo. Desafiando su aserto de que los argentinos estamos condenados al éxito, Duhalde lo ha sido al fracaso. Hasta perdió la senaduría por la minoría su esposa Hilda González.
El bonaerense declaró el domingo a la noche, cuando su quinto puesto era inamovible, que seguirá actuando. Sonó como un intento de aguar un poco la fiesta de la democracia, diciéndole al 95 por ciento del padrón que él seguía en su puesto. “¡Vamos adelante!” había sido su consigna electoral. “Quedé un poquito rezagado pero nada que no se pueda solucionar”, habrá dicho a sus filas menguadas por la magnitud de la catástrofe. Fue un terremoto escala 7.3 de Richter, pero “el Cabezón” insiste en que se trató de un levísimo temblor sin víctimas personales.
Desafiando la razón, los números y el escrutinio oficial, Ricardo Alfonsín insistió en que el radicalismo es “la segunda fuerza”, negando esa ubicación a Hermes Binner. Si eso lo ayuda a sentirse menos infeliz, allá él. Pero la realidad indica que aún con el contubernio con lo peor de la política, Francisco de Narváez, el centenario partido sacó menos votos que un principiante. Que los artilugios electorales hayan determinado que, aún con estos magros resultados, la UCR sea la segunda fuerza en bloques legislativos, no atenúa el papelón radical. Lo que se vote en algunas ciudades, aún en una provincia como San Luis, no altera el escenario político nacional.
Los Moyano
Los opositores mencionados, aunque se aferren a sus asientos, se están jubilando aunque no hayan hecho los aportes (no tienen problemas con el requisito de la edad). Esa higienización de la política es en parte fruto de las grandes movilizaciones sociales de diciembre de 2001 y años posteriores.
En varios de esos casos no se pudo lograr su apartamiento en esa ocasión, pero están cayendo o van a caer por el voto castigo. Los escépticos de siempre dijeron que “no se fue nadie” pero deberían admitir que varios están colocados ante un retiro inexorable. Y no fue ni será voluntario, pues en la mayoría hay resistencia y pataleos para seguir en cancha.
Los kirchneristas creen que esos cambios favorables son todos frutos de la inspiración de su líder, de quien se cumplió el primer aniversario de su fallecimiento. Está clara la influencia positiva del gobierno de Néstor Kirchner y sobre todo el de su esposa, que está promediando. Pero sería absurdo suponer que esa modificación en la dirección del viento obedeció a su voluntad y no a un poderoso movimiento social como el que ganó las calles hace diez años.
Esa idea equivocada de que todo nació con Kirchner suele aplicarse a los juicios por derechos humanos. Su presidencia ayudó mucho con la anulación de las leyes de la impunidad, pero la fuerza popular venía de muchos años, usaba pañuelo blanco, arrastraba a la juventud y ya peinaba canas.
Lidiar con los Alfonsín, Duhalde, Carrió y otros opositores en vía de extinción no será un trabajo muy arduo para el cristinismo. Las evidencias están a la vista. La cosa no será tan fácil en relación a Binner, que amaga correrse a una franja ideológica de centro-izquierda y de cierto progresismo. Más complicada será la disputa con Mauricio Macri, representante oportunista de la derecha: es neoliberal de alma y se maquilla con toques populistas (y encima lleva puesta la camiseta del xeneize). El jefe del PRO dará más batalla, instalado como está en la Capital y toda la artillería mediática del monopolio a su favor.
¿Cómo enfrentar a una oposición que podría irse nucleando alrededor de Macri y la centro-derecha y derecha? Este interrogante tiene su ligazón con otro tema: ¿cómo afrontar la crisis internacional que de una forma u otra va a afectar al país?
Para ello habría que adoptar medidas económicas que restrinjan y controlen a los monopolios y otros intereses que sin serlo actúan con su misma lógica predadora. Estuvo muy bien el gobierno al disponer que petroleras y mineras deban liquidar en el país la totalidad de las divisas que logren con sus exportaciones. Es una medida limitada, pero va en la dirección correcta.
Siguiendo con la respuesta a aquellas encrucijadas, sería bueno que el gobierno atienda los reclamos de la CGT y los Moyano (Hugo, Pablo y Facundo). Más viviendas sociales. Menos impuestos a las ganancias para el salario. Y aprobación de la ley Recalde de distribución de ganancias empresarias. Ese es un tríptico bien justicialista. La UIA de los monopolios se toma de las polleras de la presidenta, y de su 54 por ciento de votos, para rechazarlo. Después del 10 de diciembre a CFK la van a apremiar para saber cuál es su posición.
Doce perpetuas
Después de casi dos años de audiencias públicas, el juicio contra 18 genocidas que actuaron en la ESMA llegó a su fin. El miércoles 26 se dictó la sentencia en los tribunales de Comodoro Py, con mucho público y prensa en las salas habilitadas y mucha gente en la calle, en un improvisado acto con pantalla gigante. La lectura del fallo del Tribunal Oral Federal 5 era seguida desde allí con mucha emoción por familiares de víctimas y sobrevivientes del terrorismo de Estado, dirigentes de derechos humanos, gremialistas, políticos, artistas, jóvenes, etc.
Del lote de represores, 12 que recibieron prisión perpetua, otros 4 que fueron condenados a penas de entre 18 y 25 años, y dos absueltos pero no quedarán en libertad porque están con prisión preventiva en otras causas por violación a los derechos humanos.
Los marinos retirados y otros condenados (uno del Ejército y otro de Prefectura) son soldados de una causa perdida. Independientemente de los muchos años de cárcel que los tres integrantes del TOF5 determinaron para ellos, lo más trascendente es que están políticamente acabados.
Su nivel de desprestigio puede medirse por las aclamaciones del público al saber la condena a tal o cual, sobre todo cuando le tocó el turno a Alfredo Astiz, por lejos el más odiado. El marino infiltró a las Madres de Plaza de Mayo en la iglesia de la Santa Cruz en 1977 para los secuestros y desapariciones de doce personas, entre ellas las dos monjas francesas, tres integrantes de Madres, cinco militantes de Vanguardia Comunista (actual PL), un artista y otro familiar de desaparecidos.
Esas personas fueron llevadas a la ESMA, torturadas y luego arrojadas al mar, no sin antes –en el caso de las monjas- ser fotografiadas debajo de una bandera de Montoneros, para dar pábulo a la mentira masserista de que habían sido secuestradas por “la subversión”.
Varios cuerpos de las víctimas de la Santa Cruz aparecieron en las playas de Santa Teresita y fueron enterrados como “NN” en el cementerio de General Levalle. Las huellas dactiloscópicas de Angela Auad, militante de VC, condujo a la identificación de otras víctimas mediante la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Astiz, provocador, se colocó una escarapela y se la acariciaba en cámara cuando se leía el fallo. Extraña defensa de lo nacional de quien secuestraba monjas y luego se rendía sin tirar un tiro frente a los ingleses en las Georgias del Sur.
Aún con esos gestos de negación de la condena, el ex marino irá a dar con sus huesos a la cárcel, como el resto de los represores. Ese será su lugar en el mundo por las próximas décadas. Ni “La Nación” pudo defenderlos. A lo sumo, editorializó: “a contramano de ese concepto abarcativo, el gobierno nacional y algunas agrupaciones afines incurren con frecuencia en visiones sesgadas con relación a la lucha por los derechos humanos, ya que privilegian la reivindicación de un sector, movilizados por problemáticas con contenido político o ideológico”.
Las víctimas de la Santa Cruz (católicas, comunistas y de otras creencias y militancias), están enterradas en el patio de esa iglesia. La gente les deja flores las recuerda con afecto y las toma de ejemplo, cosa que los tipos como Astiz no conseguirán nunca.