Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo en el Palacio del Congreso de la Nación

El Museo Ernesto Che Guevara de CABA adhiere y difunde.  Irene Perpiñal y Eladio González  toto  directores

 

El próximo lunes 19/12, a las 17 hs se realizará por primera vez un homenaje a la Madres de Plaza de Mayo dentro del Congreso de la Nación. Hebe y Juanita recibirán el homenaje en nombre de todas las Madres. Estamos recibiendo adhesiones. Cada organización podrá tener en el recinto hasta dos representantes.  Además, desde las 19 y hasta las 22, en la calle, frente al Congreso, se instalará un escenario donde varios actores recitarán poemas y donde cantarán varios músicos. Les pido también que colaboren con la difusión, de la forma que cada uno pueda (pegatinas, reenvío de mails, etc) Cualquier duda, no dejen de contactarme. Abrazo, Felipe Deslarmes felipedeslarmes@hotmail.com http://felipedeslarmes.blogspot.com Enviamos formato de comunicado de prensa. Cada organización define sus contactos y su formato como quedamos. Abajo del comunicado va extracto del Proyecto de Ley.  Facebook:  http://www.facebook.com/profile.php?id=100003256775375&sk=wall  Mail de adhesiones: estamadremepario@gmail.com     Lunes 19 de diciembre, en el Congreso, 17hs dentro del Parlamento. Y a las 19hs. Festival en la calle con las Madres.   Las Madres de Plaza de Mayo y su rol en los últimos 35 años: La Asociación Madres de Plaza de Mayo es una de las  organizaciones populares más importantes de nuestro país de los últimos 35 años. Su lucha inclaudicable en defensa de la vida, en la búsqueda de Justicia, en la reivindicación de sus hijos como revolucionarios y en el abrazo a cada una de las luchas que han impulsado los pueblos del mundo, las convierte en paradigmas indiscutibles de la dignidad, la coherencia y la constancia. Como una de las históricas  madres de Plaza de Mayo,  Hebe de Bonafini* dice que fueron paridas por sus hijos, los 30.000. De ellos mamaron la solidaridad, la igualdad, la revolución y el amor con el que sustentan cada jornada interminable con un concepto que ellas sienten corporalmente: “El otro soy yo”. Con esa noción hecha carne, hace casi 35 años que marchan, ininterrumpidamente, cada jueves a las 15:30 en la plaza que les dio el apellido y las vio nacer un 30 de abril de 1977: la Plaza de Mayo.   Ellas con el amor de madres y la fuerza de sus hijos enfrentaron y derrotaron a la dictadura genocida, que jamás imaginó que esas “viejas locas” serían capaces de sostener la lucha más heroica que haya conocido este país. Tenían un arma filosa: el amor a sus hijos. Con esa potencia y con un pañuelo blanco en la cabeza, ya un símbolo mundial de la resistencia y la lucha, fueron derrotando a los militares y sus cómplices civiles con hechos concretos: la socialización de la maternidad, el rechazo a la reparación económica y a la exhumación de cadáveres; la búsqueda empecinada de sus hijos y la certeza de que ellos viven en cada pibe que lucha. Así, se mantuvieron firmes para denunciar las complicidades estatales que signaron la vida “democrática” del país desde la restauración republicana de 1983 hasta el 25 de mayo del año 2003. En el medio realizaron 25 Marchas de la Resistencia, que dejaron de hacer durante la presidencia de  Néstor Kirchner porque entendieron que el enemigo “no estaba más en la Casa Rosada”; juicios éticos y políticos a los responsables del genocidio; fundaron una Librería, un Café Literario y Universidad Popular, de Lucha y Resistencia, en pleno neoliberalismo que ya lleva 11 años impulsando y profundizando la formación política de los jóvenes, entre otras varias acciones en todo el mundo. Hitos en su pelea por la paz hay muchos.    A partir de la llegada de Néstor Kirchner al Gobierno, y luego con Cristina, las Madres sintieron que en la Casa Rosada estaba “uno de sus hijos”. Pese a las sugerencias en sentido contrario de algunos “intelectuales” que se dicen combativos, las Madres pusieron en juego todo su capital simbólico para apoyar, desde sus inicios, la gestión de Néstor. Los cambios y transformaciones que él impulsó justificaron ampliamente la lucidez política que ellas tuvieron al tomar esa decisión: desde entonces, comenzaron a ser juzgados los genocidas y se dio inicio al proceso político que más y mejores beneficios ha generado para los que menos tienen en los últimos 50 años, y la ratificación del pueblo el 23 de Octubre de 2011 para seguir con políticas de más inclusión social. La batalla de las Madres siempre fue la comunicación. Su gran necesidad: hablar con su pueblo. Cara a cara. Sin mediaciones. Respirar de él, porque de él vienen y son parte. Su primera estrategia fue ocupar la Plaza de Mayo. Luego, identificarse con su pañuelo blanco. Años más tarde, hacia 1980, editaron unos sencillos boletines artesanales, que continuaron hasta 1984, cuando lanzaron a la calle el primer número del Periódico Madres de Plaza de Mayo, de edición mensual. El Diario de las Madres, como se le decía entre los militantes, fue la primera tribuna de expresión que tuvieron intelectuales de renombre, que recién entonces regresaban al país, tras su largo exilio. Osvaldo Bayer, Alipio Paoletti, Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Mattarolo y Julio Huasi, entre otros, encontraron en las páginas paridas por las Madres su primer acercamiento con el país del que faltaban hacía ocho años. Desde entonces, las Madres nunca abandonaron su medio gráfico, hasta hoy, cuando editan su última apuesta comunicacional: la revista ¡Ni un paso atrás!, de aparición mensual y distribuida el primer viernes de cada mes junto a la edición de ese día del diario Tiempo Argentino, como así también el “Programa Cocinando Política en la Televisión Pública”. En ese transitar las Madres creyeron necesario sumar a su lucha las aspiraciones que también tenían sus hijos. Así, para propiciar una comunicación diferente, crearon primero el periódico de la Memoria, verdad y Justicia,   su primera emisora, La Voz de las Madres - AM 530, que tiene seis años de transmisión ininterrumpida. Para transformar la muerte en vida y generar un espacio para jóvenes desembarcaron en la ex ESMA y parieron el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), que desde entonces dirige la artista Teresa Parodi. Y para hacer felices a los niños, sus familias y dar oportunidades a aquellos que nunca las habían tenido impulsaron la Misión “Sueños Compartidos”, con la que construyeron miles de viviendas dignas a través de un proyecto cuyo eje era la inclusión social. Las obras son fiel testimonio del trabajo de las Madres. Tanto, que ni la estafa ni la traición más cruel y cobarde han podido borrar. Treinta y cinco (35) años después del primer paso dado aquella vez en Plaza de Mayo han cambiado muchas cosas: sus edades, las circunstancias políticas, el acceso a la justicia, la libertad, la mera posibilidad de un gobierno nacional y popular, los genocidas condenados, las participación entusiasmada de los jóvenes, el regreso de los científicos, el hecho histórico de dos mandatos de una mujer en el Gobierno, la relación con Latinoamérica, el repliegue del imperialismo ante la convicción de los pueblos.. Pero lo que no ha cambiado, es el amor de las Madres por sus hijos y la lucha a la que, ellos, las parieron.   El 19 y 20 de Diciembre de 2001 el modelo neoliberal exploto por los aires. Millones de Argentinos dijeron basta y nuestro sistema político ingreso en una gran crisis de representatividad marcada por la consigna callejera: “que se vayan todos”. En esos tiempos de gran conflictividad social y pasividad nuestras Madres no dudaron un instante en realizar la ronda histórica en la Plaza de Mayo. Mientras no pocos dirigentes políticos se escondías en sus oficinas o debajo de los escritorios, las Madres estaban junto a miles de compatriotas poniendo el cuerpo para denunciar a quienes reprimían y asesinaban al pueblo. Como todos sabemos, a raíz de la trágica crisis desatada los días 19 y 20 de Diciembre de 2001, han perdido su vida en las calles compañeros que resistían la represión del moribundo modelo neoliberal. Hoy, a diez años de ocurridos estos hechos y en presencia  de las Madres de Plaza de Mayo, queremos brindar un homenaje a estos treinta y ocho compañeros entendiendo esos días históricos como un avance importantísimo en la conciencia de un pueblo que volvió a tomar las riendas de su destino.

 

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