viernes, 2 de diciembre de 2011

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Documento de Comunidades de Fe en el Día del Sida.

"Luego de tres décadas de presencia de la epidemia del vih y del sida en medio de todos nosotros y nosotras, las comunidades de fe en el mundo entero y muy especialmente en América Latina, hemos tenido un  doloroso, difícil y prometedor aprendizaje. El vih nunca ha estado ausente de nuestras comunidades. Desde el mismo comienzo de la epidemia pudimos constatar que muchas de las personas afectadas o infectadas eran miembros activos y amados de nuestras propias instituciones y familias. Lamentablemente tuvieron que vivir esos procesos en soledad y en silencio. Es por ello que en este Día Mundial del SIDA 2011 queremos romper esas soledades y hacer visibles nuestras comuniones"

El párrafo anterior es el primero del "Mensaje de las organizaciones basadas en la fe y de la sociedad civil para el Día Mundial del Sida 2011" en el que explican que quieren  unir sus "voces, vidas y acciones al Plan Estratégico para el período 2011-2015 elaborado por ONUSIDA, la organización que une los diversos esfuerzos de Naciones Unidas para la educación, la prevención, el cuidado y los promoción de los derechos humanos en el contexto de la epidemia del vih" donde se propone "el objetivo mundial de alcanzar el acceso universal a la prevención del vih, su tratamiento, cuidado y apoyo y que busca detener y revertir la difusión del vih y contribuir a que juntos y juntas alcancemos los Objetivos de Desarrollo del Milenio"

Actualmente la propuesta es que por medio de la educación para la prevención se  reduzca la transmisión sexual del vih a la mitad y se alcance la meta de "Cero Nuevas Infecciones" antes de 2015. Las Comunidades de Fe se proponen a sí mismas "abrir nuestras mentes y corazones a las personas que vienen haciendo trabajos realmente novedosos para prevenir la infección de vih y defender los derechos de las personas que realizan trabajo sexual" y hacerlo "sin silencios cómplices" para encontrar los caminos "que realmente revolucionen nuestras mentes, corazones y conductas".

En relación a "Los nuevos paradigmas de aproximación pastoral a las personas que son usuarias de drogas"  se considera que el objetivo es "abandonar el modelo policial y considerar a cada una de estas personas ciudadanos de una republica que garantiza todos los derechos"  para  aportar "desde la equidad, la justicia, la perspectiva evangélicas de nuestras identidades siempre preocupadas de toda persona en situación de vulnerabilidad al estigma y la discriminación"

El Mensaje considera que América Latina "tiene una posición relativamente más positiva en cuanto al acceso universal a las terapias antiretrovirales que aseguran que las personas que viven con vih puedan tener la seguridad de una vida de calidad" pero que aún hay regiones donde ese derecho no se ha alcanzado por lo "que nuestro compromiso no termina con las fronteras nacionales

Hacia el final se clarifica que los numerosos y numerosas firmantes del Documento quieren "romper el silencio y las dificultades que nuestras comunidades tienen de hablar con relación a las personas que ejercen el trabajo sexual, con las personas que son usuarios de drogas que aún consideramos ilegales, junto a las personas de orientación homosexual o de diversas identidades sexuales", "cambiar todas nuestras actitudes que no promueven, fortalecen o reconocen la violencia de género que existe no solo en la sociedad sino en nuestras propias comunidades" y "decirles a todas ellas y a todos ellos que por derecho evangélico son parte de ese espacio que llamamos Reino de Dios" + (PE).

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