“ MOSCAS MUERTAS PATAS ARRIBA ”
La cinta gravitacional nos transporta cual cardumen. De regreso a nuestras prisiones individuales, atravesamos la ciudad.
Molesto por el repetido roce en mi mano derecha, miro al hombre que viaja a mi lado. Su penetrante mirada obliga a que mi mano se abra y acepte el paquetito que me ofrece disimuladamente. Me impactan, su melena, coronada por una boina negra en la que resalta una estrella dorada, sus barbas que clarean y antes de descender, el gastado uniforme verde olivo del desconocido.
Ya a solas, abro el paquete del que extraigo dos hojas blancas cubiertas de moscas muertas patas arriba. Asqueado, casi arrojo todo al papelero.... pero.... noto que las moscas están colocadas en tal posición que remedan una forma de comunicación antiquísima, usada por los humanos en el siglo pasado. Me asalta una terrible curiosidad por comprobar si mi sospecha es cierta y estoy ante un antiguo documento. Al mismo tiempo, mi corazón se oprime al pensar que ocurriría si el M.G.C.S. (Monitor Gubernamental de Ciudadanos Sobrevivientes) hubiera captado con su lente inquisidor (desde el ángulo superior de mi habitación) mi cara de sorpresa. Algo, incomprensible me hace arriesgar y deslizo mi temblorosa mano por sobre las moscas. Lo que siento es inenarrable y gracias a una falla providencial que ha dejado inútiles (momentáneamente) tanto el monitor de video como el S.S.P. (Sensor de Sentimientos Perimidos) que tengo instalado, tanto yo como los tres millones de terráqueos sobrevivientes, en el testículo izquierdo (que es el que me cuelga más abajo) es que el S.G.P.S. (Superior Gobierno para Sobrevivientes) no puede detectar a tiempo mi emoción y el peligro que entraña al SISTEMA éste milagro.
Confirmado, no eran moscas. Hurgo jadeando en un antiguo baúl del refugio en el octavo subsuelo, inutilizado desde la Gran Guerra de Galaxias. Por fin lo hallo. Con manos temblorosas extraigo ése antiguo aparato que no usa baterías, ni pilas, ni energía solar ó atómica, repleto de esos símbolos, con los que se comunicaban mis tatarabuelos en el siglo XX.
La noche voló, pero logré traducir el mensaje. Ahora que comprendí, mis glándulas atrofiadas por años comienzan a funcionar nuevamente. La adrenalina me baña por entero, pero no impide que me alerte el repentino cosquilleo en mi testículo izquierdo.
Detectaron la falla pienso, enviarán al Service, me volverán a controlar. Por un instante sentimientos de derrota me abaten, pero el recuerdo del antiguo mensaje me rescata.
En ése preciso momento resuelvo que no me entregaré esta vez, voy a luchar. El tiempo apremia, el antiguo alicate herrumbrado suena ensordecedor en mi casi vacía habitación al cortar el conector, que va de mi testículo a la minipantalla solar que genera su energía.
Me siento mucho más liviano y asustado miro entre mis piernas. Aliviado compruebo que no me corté el testículo entero.
El golpe en la puerta me pone en alerta máximo, algo me dice que te liberaré. Pero..... ¿ a quién ?, ¿quién sos? , ¿cuándo vendrás?
Temo que hayas coincidido en el elevador gravitacional con el del Service y ya sea tarde para vos.
Por la mirilla inferior confirmo que es el del Service, por el maletín con herramientas. Mi mente vuela hasta el túnel gravitacional, el desconocido de penetrante mirada, boina negra y estrella dorada.
Vibrando de valor, con mi mano izquierda abro la puerta, mientras mi derecha sostiene con las fauces abiertas, al alicate salvador.
El del Service es un negro gigantesco, mientras nuestras miradas se cruzan y le oigo decir su número personal, el 1959, mi mano con el alicate vuela hacia su entrepierna. Sorprendido por el ruido del alicate, baja su mirada y cuando levanta la cabeza, le escucho y se oye decir con profunda fé: ¡ PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS !
Yo temiendo un truco, le grito: ¡ santo y seña !
El negro arrastrando las palabras vuelve, después de una eternidad, a pronunciar su nombre: José Ramón Cantaliso. Fin
Escrito por Toto (alias Eladio González Rodríguez) alias Espartaco.
Tal vez fue por 1993 que gané el TERCER PREMIO CONCURSO DE CUENTOS “CHAUBLOQUEO” (Jurados: Iverna Codina, otro señor más no recuerdo el nombre, el Arq. Rodolfo Livingston, Ricardo Horvath y Luis Bilbao. Este último señor que publica la Revista Crítica y es Marxista, aceptó ser jurado y luego de leer los cuentos de los TRECE (13) participantes decidió renunciar POR LA FALTA DE NIVEL DE LAS OBRAS. ¡¡Gracias Marxista!! Cuando me telefoneó el Arq. Rodolfo Livingston para anunciarme en nombre de todos los jurados (menos Bilbao) reunidos en la votación , que había obtenido el TERCER PREMIO me alegré mucho y Ricardo Horvath quiso hablar conmigo para decirme que si hubiera sabido que lo escribí, yo no me hubiera votado. ¡Que tal Pascual, eso se llama franqueza! toto