Por Cuba con emisiones periódicas le lleva la
información del acontecer internacional relacionado con nuestro país y las
batallas que libra por su pueblo y su soberanía; contiene espacios noticiosos y
de opinión, seleccionados de medios de prensa internacional o generados desde
nuestro país. ISSN 1819-4044
Año 11 Número 39 | Fecha 2013-05-21
TITULARES
Opinión
ENTREVISTA A MARIELA CASTRO por Helen Hernández Hormilla
¿MÉDICOS CUBANOS EN BRASIL? por Frei Betto
ESPÍAS, AVIONES Y SEXO ENTRE MIAMI Y LA HABANA por
Pascual Serrano
"A LA PUTA CALLE" por Juan Carlos Pereyra
Noticias
ORGANISMO INTERNACIONAL ELOGIA PROGRAMA CUBANO DE
TRANSPLANTE
Opinión
ENTREVISTA A MARIELA CASTRO
por Helen Hernández Hormilla
"El socialismo no puede ser homofóbico"
Desde hace seis años, la lucha contra la homofobia y la
transfobia en Cuba se ha ido convirtiendo en un tema de la agenda pública. Pese
a los arraigados prejuicios machistas y heteronormativos que permanecen en la
cultura y la historia de la Isla, las personas de la comunidad LGBTI
(lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales) se han unido para defender
sus derechos a ser reconocidas y aceptadas con respeto en todos los espacios de
interacción humana. Ante quienes prefieren enjuiciar, discriminar y
estigmatizar, la respuesta ha sido una campaña educativa y el impulso al
empoderamiento de estas poblaciones para que se les reconozca el legítimo
disfrute de su ciudadanía.
La causa ha tenido un repunte debido a las acciones
emprendidas por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que desde su
creación, a finales de los años 80, promovió una sexualidad diversa y
responsable. Parte de este trabajo se ha concretado en la celebración de las
Jornadas Nacionales de Lucha contra la Homofobia, realizadas desde 2008 en
fecha cercana al 17 de mayo cuando se celebra el Día Internacional de Lucha
contra la Homofobia en recordación a la fecha en que la Organización Mundial de
la Salud suprimió la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, en
1990.
Cada año, las Jornadas se extienden en tiempo y espacio,
al punto de que las actividades centrales se han desarrollado más allá de la
capital, en las provincias de Santiago de Cuba, Villa Clara, Cienfuegos y este
2013 en Ciego de Ávila. La participación de los medios de comunicación y el
impulso del activismo ciudadano han sido elementos distintivos de la sexta
edición de la Jornada, que inició en La Habana el 9 de mayo con actividades
académicas, pasacalles, paneles comunitarios y espectáculos artísticos que se
extendieron desde el 14 hasta el 17 a la sede avileña.
En casi todas las acciones puede encontrarse a Mariela
Castro Espín, máster en sexología y directora del CENESEX, quien se ha
convertido en la principal figura cubana que defiende las demandas de las
personas LGBTI, a la que prefiere sumar la H pues también son muchas las y los
heterosexuales de esta lucha. Convencida de que el socialismo resulta imposible
si no se supera la homofobia, la especialista y diputada a la Asamblea Nacional
de Cuba llama a involucrar decisores, alcanzar políticas públicas equitativas e
integrar todas las batallas contra la discriminación.
Buscando ampliar las respuestas sobre los
condicionamientos culturales que determinan las perspectivas de la comunidad
LGBTI en la Isla, La Jiribilla intercambió inquietudes con la principal
responsable de estas Jornadas.
¿Cuáles son los valores culturales e históricos que, en
el caso de Cuba, sustentan la homofobia?
Como toda forma de discriminación, la homofobia tiene que
ver con valores que se fueron generando en la mayoría de las sociedades
conocidas, basados en la dominación. Este afán por el poder y control social
que ha determinado la historia de la humanidad se expresa en distintas formas
de discriminar, porque para poder dominar hay que generar argumentos e
ideologías que lo sustenten. Esos imaginarios se han convertido en prejuicios
heredados de manera inconsciente. Se siguen repitiendo, aunque la gente se
lamente, sobre todo en detrimento de quienes tienen situaciones más desventajosas.
Distintas tendencias de pensamiento como el feminismo, la
sociología, los estudios de género, la antropología feminista, la sociología de
la sexualidad, la sicología, las ciencias médicas, entre otras, han aportado
elementos y evidencias para describir estas situaciones de discriminación. Son
los mecanismos de poder los que generan los prejuicios. La historia de la
misoginia, por ejemplo, se expresa en el caso de las brujas en Europa, pero en
nuestro continente hay una historia colonial de violencia. Y todavía se siguen
utilizando esos mecanismos para satanizar pueblos y apropiarse de sus riquezas,
como con los musulmanes, o los pueblos originarios de América, llamados
herejes.
Revisando estos elementos teóricos y metodológicos junto
al pensamiento marxista, encuentro el recurso para, dentro de lo que ha sido la
historia de Cuba y la historia de la Revolución, aportarle a nuestro proyecto
social una causa obviada por los prejuicios.
Parece que alguien tenía la ilusión de que la Cuba
revolucionaria hubiera sido casi extraterreste, y en los 60 y 70 no fuese tan
homofóbica como el resto del mundo. Hubiese sido maravilloso tener esa
oportunidad, pero no era posible pedirle tanto al pueblo cubano en un tiempo en
que todavía las ciencias médicas seguían patologizando la homosexualidad y a
las personas transgénero, cuando muchas iglesias satanizaban a personas
homosexuales. Todavía las ideas dominantes tienden a descalificar a estas
personas y a quitarles oportunidades; todavía en el mundo son víctimas de
crímenes de odio, con cifras preocupantes al punto de que se está haciendo un
llamado internacional para establecer políticas en este sentido.
La homofobia se expresa en Cuba y el mundo como cualquier
otro acto de violencia, física o sicológica. Sin embargo, tantos años de
Revolución han instituido el valor de la solidaridad, de reaccionar ante la
injusticia, y eso es lo que nos produjo la inquietud de iniciar esta lucha.
Cuando alguien está sufriendo, cuando una persona está siendo humillada, reaccionamos,
aun cuando no estuvieran todos los elementos y los tuviéramos que adquirir en
el camino.
Fuimos a buscar qué decir, qué hacer, cómo dialogar con
la población para que las personas homosexuales y transgéneros no fueran
discriminadas, que nadie se creyera superior a otro por su orientación sexual.
La Revolución cubana está dando un ejemplo de que es
posible, ya sea en el capitalismo o en el socialismo, tener una sociedad que
reconozca y respete la diversidad sexual. En el caso de un país en transición
socialista es más coherente todavía.
Al comenzar las Jornadas nacionales contra la Homofobia
en 2008, el país estaba dando también una señal de revisar su historia.
En efecto. Eso me parece muy valioso y es lo que hace que
siga siendo una Revolución.
Cuando estuve en Filadelfia y San Francisco, ciudades
estadounidenses importantes para el movimiento LGBTI norteamericano, me di
cuenta que estos procesos han estado involucrados con otras libertades civiles,
con las luchas por la independencia o los derechos de las mujeres. Toda esa
experiencia dio herramientas para luchar por los derechos LGBTI.
Cuando triunfó la Revolución, Fidel tenía el Programa del
Moncada, con varias problemáticas sociales identificadas, y comenzaron a
trabajar en función de eso. Sin embargo, este tema no estaba recogido ni
tampoco existía un movimiento internacional claro a favor de estos cambios.
¿Qué hace idóneo el contexto cubano de los 2000 para
emprender estas Jornadas?
El escenario de avance de un proyecto de justicia y
equidad social como la Revolución, no quitaba que fuera una sociedad
fuertemente homofóbica. Después, los progresos en cuanto a los derechos de las
mujeres abrieron un camino. El desarrollo que fue tomando la sociedad cubana en
la construcción de su diseño de democracia, dio elementos para hacer más
visible esta causa. A la par, las ciencias sociales y los movimientos de
derechos humanos han ido avanzando en el mundo, y como parte de esta gran aldea
global vamos adquiriendo conocimientos para incorporarlos a nuestro proyecto
social.
Hemos cuidado de no reproducir mecanismos o iniciativas,
sino que estudiamos la manera en que se dieron estas luchas en otros países
para tomar lo valioso e introducirlo en nuestra realidad. Cuando se importa
acríticamente una moda o tendencia se está siendo tan superficial que no se
logran cambios sociales. Preferimos incorporarnos a nuestra realidad de manera
participativa, convocando a varias instituciones sociales para construir
proyectos entre todos y todas. Eso nos ha facilitado el diálogo con las
instituciones y el Partido Comunista de Cuba.
Pasados seis años de la Jornada se advierte un incremento
de la visibilidad del tema.
Aunque no tenemos investigaciones que midan el impacto de
la Jornada, nuestra percepción es que ha habido un cambio sustancial, porque
antes de estos temas no se hablaba y si se hacía era solo para descalificar a
las personas LGBTI, incluso excluirlas. Pero ahora la sociedad cubana está
discutiendo y exponiendo sus puntos de vista, sus dudas y las contradicciones.
Hasta la oposición que se genera es muy saludable para impulsar el debate.
Mucha gente ha reconocido que es homofóbica y pide más
orientación. Se nos acercan tanto familias como población en general en busca
de ayuda.
Por otra parte, hay un cambio en la política informativa
sobre el tema. Este año notamos que se confía más en la capacidad de las y los
periodistas y en general de nuestra prensa para comenzar a socializar muchos de
estos mensajes. Por ejemplo, en la medida en que divulguemos que existen
espacios de atención jurídica en el CENESEX para dar respuestas a la
discriminación, más personas van a venir solicitar nuestra ayuda.
¿Qué le aporta el movimiento LGBTI cubano al civismo?
Este movimiento se fue formando con una alta dosis de
espontaneidad. Surgió a partir del grupo Las Isabelas de lesbianas en Santiago
de Cuba que en 2002 pidieron ser atendidas por el CENESEX en el tema de la
salud sexual y reproductiva. A partir de ahí, se integró un grupo en La Habana,
luego el de personas trans y, poco a poco, surgieron nuevas ideas e iniciativas
para integrar hombres homosexuales y jóvenes en una red.
Lo interesante es que esos grupos formados pidieron ser
atendidos por el CENESEX. La red social comunitaria comienza por nosotros pero
se va enriqueciendo con la participación en varias provincias. Las personas
preparadas como activistas están participando muy activamente con sus criterios
y sugerencias en lo que pudiera llamarse movimiento LGBTHI cubano.
Ud. ha dicho varias veces que no puede concebirse el
socialismo con homofobia.
No, no lo puedo concebir. Por eso, cuando estábamos haciendo
el Pasacalle en Cienfuegos el año pasado propuse el lema “Socialismo sí,
homofobia no”. Es que el proyecto de experimentación que es el socialismo no
puede tener ningún tipo de discriminación.
¿Qué pudieran estar señalando entonces gestos como la inclusión
del tema en el programa de la Conferencia del PCC o la participación de Miguel
Díaz-Canel, primer vicepresidente cubano, en la Gala contra la Homofobia en el
Karl Marx?
La dirección del país está más concientizada de que esta
realidad debe formar parte de nuestra política y de elementos ideológicos,
porque nuestro trabajo consiste en transformar pensamientos, que deben ser
trasmitidos mediante la educación y con el apoyo de todas las personas e
instituciones.
La comunidad artística cubana ha sido siempre abanderada
de estas causas.
En todas las épocas, las artes se van por encima de las
ciencias para comunicar realidades o preocupaciones sociales. En Cuba sucedió
lo mismo, y en las obras de arte y literatura se reflejaron siempre estas
contradicciones, de una manera o de otra, con los puntos de vista de sus
artistas.
Soy formada en la pedagogía y siempre encontré en las
artes un recurso para educar, para comunicar, mucho más interesante que una
simple charla. Por eso, en nuestro trabajo del CENESEX también convocamos
artistas, porque es mucho más efectivo para comunicar este mensaje, y a veces
llega de manera más impactante.
Al iniciar la Jornada fuimos al Ministerio de Cultura, la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Asociación de Hermanos Saíz
(AHS) a solicitarles apoyo. Necesitábamos que todas las personas que de alguna
manera habían tenido alguna iniciativa similar se unieran en este proyecto.
Para luchar por el respeto a la diversidad sexual debemos
partir de nuestra unión como país, como nación, como sociedad. De manera
aislada no se avanza y las artes cubanas están trabajando a plenitud en esta
estrategia de transformación social.
Mucho se ha promovido la necesidad de aprobar un nuevo
Código de Familia donde se acepten las uniones consensuales entre personas del
mismo sexo. Pero, una vez que se apruebe, ¿cuáles serían las otras demandas
legales?
Queda mucho, por eso digo que el nuevo Código no es la
meta, sino una de nuestras acciones que va a facilitar avanzar en los derechos
LGBTI, pero no es la única. Las leyes por sí mismas no garantizan derechos
humanos. Estos deben ser apoyados por otras expresiones de voluntad política.
Nosotros preparamos también un anteproyecto de Decreto
Ley sobre la identidad de género y estamos revisando legislaciones de otros
países para incluir los elementos más afines a nuestro contexto con respecto a
las luchas contra todo tipo de discriminaciones. También el Código Penal se va
a cambiar, el Código del Trabajo. Y cuando la Constitución vuelva a ser
revisada en su momento, tenemos previsto incluir elementos que faciliten una
amplia cobertura en el campo de los derechos LGBTI.
Fuente: La Jiribilla
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¿MÉDICOS CUBANOS EN BRASIL?
por Frei Betto
El Consejo Federal de Medicina (CFM) está indignado ante
el anuncio de la presidenta Dilma de que el gobierno traerá seis mil médicos de
Cuba y otros tantos de Portugal y de España, para trabajar en municipios
carentes de profesionales de la salud.
También en Portugal y en España hay, como en cualquier
país, médicos de nivel técnico aceptable. España tiene el 7° mejor sistema de
salud del mundo y Portugal el 12°. En tierras lusitanas el 10% de los médicos
son extranjeros, incluyendo cubanos, incorporados desde el 2009. Sometidos a
exámenes, la mayoría obtuvo la aprobación, lo que llevó al gobierno portugués a
renovar su estadía en el 2012.
Nadie se opone a que el CFM someta a los médicos cubanos
a un examen (Reválida), igual que se hace con los brasileños, muchos de ellos
formados en facultades privadas que funcionan como auténticas máquinas de hacer
dinero.
El CFM reclama por la supuesta convalidación automática
de los diplomas de los médicos cubanos. En ningún momento ha sido eso lo que ha
defendido el gobierno. El ministro de Salud, señor Padilha, dejó claro que
pretende seguir criterios de igualdad y de responsabilidad profesional.
La opinión del CFM importa menos que la de los habitantes
del interior y de las periferias de nuestro país, que tanto necesitan de
atención médica. Según estudios del mismo CFM, en conjunto con el Consejo
Regional de Medicina de São Paulo, sobre la "demografía médica en el
Brasil”, demuestran que en el 2011 el Brasil disponía de 1.8 médicos por cada
mil habitantes. Tendríamos que esperar hasta el 2021 para que dicho índice
llegue a 2.51/1000. Y según los cálculos sólo en el 2050 tendremos 4.3/1000.
Mientras que en Cuba hay 6.4 médicos por mil habitantes. Y en Argentina, en el
2005, contaban con más de 3/1000, índice que el Brasil alcanzará hasta el año
2031. De los 372 mil médicos registrados en el Brasil en el 2011, 209 mil se concentraban
en las regiones sur y sudeste, y poco más de 15 mil en la región norte.
El gobierno federal está empeñado en mejorar esa
distribución de profesionales de la salud a través del Provab (Programa de
Valorización del Profesional de Atención Básica), ofreciendo un salario inicial
de US$ tres mil y puntos para mejorar en su carrera, para incentivarlos a
prestar sus servicios de atención primaria a la población de 1.407 municipios
de todo el país. Ya se han inscrito más de 4 mil médicos en este plan.
El senador Cristovam Buarque propone que los médicos
formados en universidades públicas, pagados con su, o mi, o nuestro dinero,
trabajen dos años en áreas carentes de servicio a fin de que sus hojas
profesionales sean reconocidas.
Si la medicina cubana es de mala calidad, ¿cómo se
explica que la salud en la isla esté, según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), con índices mucho mejores que la del Brasil e incluso se pueda comparar
con la de los EE.UU.?
El Brasil, antes de reclamar por medidas que beneficiarán
al pueblo más pobre, debiera mirarse en el espejo. Según la lista de la OMS
(datos del 2011), el mejor sistema del mundo en cuanto a salud es el de
Francia. Los EE.UU. ocupan el lugar 37; y Cuba el 39. El Brasil está en el
puesto ¡125!
Si no vienen médicos cubanos ¿qué se le diría al pueblo
carente de salud de nuestras periferias y del interior? ¿Qué soporte los
dolores? ¿Qué muera de enfermedades fácilmente tratables? ¿Qué le pida a Dios
el milagro de la sanación?
Cuba es especialista en medicina preventiva y exporta
médicos a 70 países. Gracias a esa solidaridad, la población de Haití vio
aminorado su sufrimiento causado por el terremoto del 2010, en tanto que el
Brasil envió militares. Cuba envió médicos entrenados para actuar en condiciones
precarias y en situaciones de emergencia. Un médico cubano no vendrá al Brasil
para ofrecer resonancia magnética o tratar con medicina nuclear, sino a
combatir parásitos y malaria, diarrea y deshidratación, reduciendo la
mortalidad infantil y materna, aplicando vacunas, enseñando medidas
preventivas, así como normas de higiene.
La prestigiosa revista New England Journal of Medicine,
en su edición del 24 de enero de este año, elogió la medicina cubana, que ha
alcanzado las cotas más altas de vacunación del mundo, "porque el sistema
no fue proyectado para que el consumidor escogiera o para iniciativas
individuales”. En otras palabras, no es el mercado el que manda sino el derecho
del ciudadano.
¿Por qué el CFM nunca ha reclamado por el excelente
servicio prestado a nuestro país por la Pastoral de la Niñez, a pesar de que
ella dispone de pocos recursos e improvise la formación de madres que atienden
a la niñez? La respuesta es sencilla: es bueno para una medicina cada vez más
mercantilizada, volcada más al lucro que a la salud, contar con el trabajo
altruista de la Pastoral de la Niñez. El temor es encarar la competencia de
médicos extranjeros.
Dios quiera que un día el Brasil pueda exponer en sus
ciudades este lema que vi en una calle de La Habana: "Cada año mueren 80
mil niños en el mundo por enfermedades fácilmente tratables. Ninguno de ellos
era cubano”.
Frei Betto es escritor, autor de "Lo que me enseñó
la vida”
Fuente: Adital
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ESPÍAS, AVIONES Y SEXO ENTRE MIAMI Y LA HABANA
por Pascual Serrano
Un tribunal norteamericano condena a Cuba a pagar 27
millones a una mujer porque su marido resultó ser un espía y no un desertor
La casuística de cómo Estados Unidos utiliza las
sentencias judiciales y el discurso antiterrorista para hostigar a Cuba es extensa.
Pero existe un caso excepcionalmente curioso que apenas se ha difundido. Se
trata de la demanda de la ciudadana estadounidense Ana Margarita Martínez,
quien se casa en 1995 con el cubano Juan Pablo Roque.
Roque era un piloto de las Fuerzas Armadas cubanas que,
en marzo de 1992, deserta de Cuba, nada nueve kilómetros durante siete horas
para llegar a la playa de la base estadounidense de Guantánamo y levanta los
brazos ante los marines gritando "soy un oficial cubano, estoy
desertando". En tres semanas Estados Unidos le da la residencia y Roque se
instala en Miami entre los aplausos de la comunidad anticastrista. Al poco
tiempo es reclutado por Hermanos al Rescate. Bajo el pretexto de socorrer a los
balseros que intentan llegar a Estados Unidos desde Cuba, la organización se
dedica a violar el espacio aéreo cubano, hostigar aeronaves cubanas y lanzar
panfletos en La Habana llamando a la sublevación contra el Gobierno.
Atractivo –le llaman el Richard Gere del exilio– y con
esa aureola heroica de piloto que se pasa al otro bando tras la hazaña de
recorrer a nado un mar infestado de tiburones, se convierte en personaje
habitual de las televisiones y la prensa de Miami. Una semana después de su
llegada, conoce a Ana Margarita. Se casan el 1 de abril de 1995, en lo que la
comunidad anticastrista denomina "el casamiento de la década".
Lo que nadie sabía es que Roque era un agente de los
servicios de seguridad cubanos, que la fuga estaba diseñada por el Ministerio
del Interior de su país y que su misión era infiltrarse en la comunidad
anticastrista para conocer sus actividades e informar a La Habana. En aquellas
fechas Cuba está sufriendo constantes atentados terroristas organizados por las
asociaciones de la Florida.
El 24 de febrero de 1996 dos aviones de la organización
Hermanos al Rescate que llevan meses violando el espacio aéreo cubano, tras ser
advertidos en numerosas ocasiones desde las torres de control cubanas y
formalizadas las quejas a Estados Unidos, son derribados por la Fuerza Aérea
Cubana, lo que provoca un incidente internacional que llega incluso al Consejo
de Seguridad de la ONU.
Un día antes Juan Pablo Roque abandona Estados Unidos de
forma clandestina. Para ello tiene que ir en autobús a la ciudad de Fort
Lauderdale y tomar un avión hasta Tampa. Otro agente le entrega en esa ciudad
un pasaje de avión a Cancún y desde allí en vuelo directo regresa a La Habana.
Aparición sorpresa en televisión
A las pocas horas del derribo de los aviones de Hermanos
al Rescate, Roque aparece en las pantallas de CNN Internacional, entrevistado
en la capital cubana por la periodista Lucia Newman. Allí revela que la
supuesta organización humanitaria no sólo viola constantemente el espacio aéreo
cubano, poniendo en peligro la seguridad de los vuelos regulares civiles, sino
que también utiliza los aviones para infiltrar armas y explosivos para realizar
atentados terroristas en la isla.
En Miami, desde los directivos de Hermanos al Rescate
hasta su esposa Ana Margarita Martínez, todos se quedan petrificados ante el
televisor. Martínez, que nunca tuvo una especial significación política,
avergonzada por el engaño y necesitada de presentarse ante la comunidad
anticastrista lo más alejada ideológicamente de su esposo, se convierte en una
virulenta militante contra el Gobierno de Fidel Castro.
Su primer paso es anular su matrimonio en un tribunal
civil. Seguidamente, según sus abogados, se considera "víctima de un acto
terrorista" y demanda al Estado cubano argumentado que "un espía
cubano se casó con ella y la usó para ocultar sus actividades de
espionaje". Los abogados de Ana Margarita exigen una reparación material
"por haber sido violentada sexualmente", no por su exmarido Juan
Pablo Roque, sino por el Estado cubano durante los ocho meses de matrimonio.
Muy estratégicamente no demandan al esposo, sabedores sus
abogados que será insolvente y que nunca aparecerá por Estados Unidos, sino que
lo hacen contra el Estado cubano y reclaman que sea indemnizada con los fondos
procedentes de las cuentas congeladas que el Gobierno de Cuba tiene en bancos
de Estados Unidos desde 1960, tras el bloqueo que impuso Washington a La
Habana.
Sexo con un espía
Como señala magistralmente el escritor brasileño Fernando
Morais en su libro Los últimos soldados de la guerra fría, Ana Margarita se
presenta ante la influyente comunidad de Miami como una "anticomunista
ferviente" y afirma que "el sexo practicado con Juan Pablo no era
consensual", puesto que quien dormía con ella era un agente de Fidel
Castro, y no el desertor por el cual Roque se había hecho pasar y de quien ella
se enamoró.
"Al consentir en practicar el sexo con Roque",
afirman los abogados, "la demandante Martínez no tenía conocimiento de que
se trataba de un agente de Cuba". Y, como el casamiento de los dos fue una
farsa montada por Cuba, es la República de Cuba la que tenía que pagar por el
sufrimiento al que ella había sido sometida.
Los abogados de Ana Margarita desarrollan sus
padecimientos en 73 puntos para cuantificar la indemnización. Entre ellos
detallan los daños físicos, morales y materiales que la República de Cuba le
ocasionó: lesión corporal, dolor y sufrimiento provocados por los "coitos
no consentidos", angustia mental, gastos médicos para la rehabilitación
emocional y pérdida de la capacidad para disfrutar de la vida.
Todas las reclamaciones contra Cuba fueron posibles
gracias a leyes federales aprobadas en 1996 y 2002, que permiten a ciudadanos
demandar a gobiernos extranjeros por actos de terrorismo, y ayudan a las
víctimas a recibir compensación de Estados considerados terroristas por Estados
Unidos, como Cuba, Irán y Corea del Norte. Además Cuba no se presenta para su defensa
en los tribunales estadounidenses.
Como resultado, Ana Margarita gana dos juicios en 2001
contra el Gobierno cubano, que es condenado por la justicia de Miami a pagar
nada menos que 7,175 millones de dólares por daños personales y otros 20
millones de dólares por daños punitivos, según la sentencia del juez Alan
Postman, por el papel canalla del Gobierno cubano en el fraude. Nunca en la
historia se había considerado que un Estado fuera responsable y tuviera que
indemnizar con más de 27 millones de dólares a una persona por haber tenido
relaciones sexuales consentidas con un funcionario.
Ana Margarita no ha conseguido la totalidad del dinero,
pero el expresidente George Bush ordenó en 2005 que le pagaran de esas cuentas
198.000 dólares y, mientras tanto, la esposa humillada se ha podido quedar,
como pago parcial de la sentencia, con tres aviones cubanos que llegaron a
territorio estadounidense. De modo que los secuestros aéreos que son
considerados una acción terrorista en todo el mundo, en Estados Unidos son un
mecanismo de pago de sentencias contra el terrorismo a costa de la víctima a la
que le han secuestrado el avión, el Estado cubano.
Red Avispa
Juan Pablo Roque no era el único agente cubano que se
encontraba en Estados Unidos con el objeto de infiltrarse en las organizaciones
anticastristas que en la década de los noventa estaban organizando atentados en
suelo cubano con el objeto de ahuyentar el turismo. Bajo la denominación
"Red Avispa", trece agentes recogían información para intentar impedir
los atentados. Gracias a su intervención, se interceptaron mercenarios,
explosivos y armas destinadas a atentar contra civiles e instalaciones cubanas.
Cuando Fidel Castro hizo llegar un informe sobre esas
actividades terroristas contra Cuba a Bill Clinton para pedir su colaboración,
la respuesta del FBI fue detener a los agentes cubanos. Roque fue el único que
logró evitar la detención al haber salido de Estados Unidos apenas unos días
antes. Cinco de los agentes cubanos fueron condenados a largas condenas de
prisión o cadena perpetua por los tribunales de Florida en un ambiente de
linchamiento local promovido por los grupos anticastristas. El Gobierno cubano
lleva años en una campaña internacional exigiendo su liberación explicando que
su misión era, precisamente, luchar contra el terrorismo. En Cuba, bajo la
denominación de "Los Cinco" son considerados unos héroes
antiterroristas que lograron evitar muertes y atentados en la isla.
Fuente: El Diario.es
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"A LA PUTA CALLE"
por Juan Carlos Pereyra
Si a Gilberto Martínez (50 años), cubano, le hubieran
dicho lo que iba a vivir en España, no lo hubiera creído, quizás hubiese
anotado el comentario en la lista de la propaganda castrista. El pasado 7 de
mayo, la policía española procedió a desahuciarlo a la fuerza de la vivienda
que habitaba en Alicante, junto a su esposa y tres hijos.
Gilberto es uno de los 115 opositores que junto a más de
600 familiares salieron de prisión luego de un arreglo entre los gobiernos de
Cuba y España, gracias a la mediación de la iglesia católica, luego de
conversar con las Damas de Blanco.
“Yo solo pido ahora que me manden para Cuba”, demandaba
entre sollozos, escribió el reportero de El País.
Con casi 3 años de estancia en la península, Gilberto no
ha encontrado trabajo -edad y falta de preparación técnica conspiran contra él-
y ha subsistido gracias a que, hasta poco, disponía de 995 Euros mensuales, una
parte proveniente de la Cruz Roja y la otra del gobierno. Insostenible para una
familia de cinco personas.
Pero “Ahora no tenemos ayudas de ningún tipo”, declaró al
citado medio y agrega que si “en Cuba me dicen lo que pasaba en España me
hubiera quedado allí”. Otros presos que fueron liberados optaron por permanecer
en la isla e incluso persisten en sus posiciones políticas. La salida no fue
obligatoria.
El proceso de excarcelación comenzó cuando autoridades
eclesiásticas cubanas consultaron, preso por preso, su decisión. Este
particular fue comprobado por diplomáticos españoles en el aeropuerto
internacional de La Habana donde preguntaban a cada ex-prisionero si viajaban
por propia voluntad o habían sido sometidos a presiones. No hay constancia de
que alguno manifestara condicionamientos.
Pero todo eso es agua pasada que ya no mueve el molino de
sus vidas. Ahora él y su familia ven como su condición de persona ha sido
reducida a un número más que añadir a la cifra de desahucios, que el año pasado
alcanzaba la cota de 32,500, de los cuales prácticamente la mayoría son
ciudadanos nacidos en España. Gilberto y estos miles son personas con derechos,
entre ellos la vivienda, que es básico. ¿O no?
“Nos trajeron engañados, estamos en la calle, hemos ido
de un sitio a otro y lo único claro es que los políticos se tapan con la misma
colcha, y no arreglan nada”, declaró al constatar la cruda realidad. Gilberto
anota la falta de ayuda al cambios de gobierno.
Pero el problema no es de partidos políticos, responde a
una crisis más profunda en la cual todas las formaciones y banderías tienen
responsabilidad: se trata de una crisis sistémica en la que los viajeros de
primera clase, como en el Titanic, son los privilegiados para salvarse mediante
el reducido número de botes. Eso del 1% y el 99% no es un eslogan. Pura
realidad.
“Salvar bancos y finanzas, el resto a la puta calle”,
comentó a esta corresponsalía un madrileño en una placita amable en la Avenida
de San Bernardo. Cuando le cité el caso de los cubanos añadió el trágico de la
señora que meses atrás se lanzó de su apartamento; y narró la otra parte de la
historia: la de aquellos que tenían sus viviendas bajo el régimen de hipotecas
-otros miles, por cierto- y que al no poder pagar pierden todo lo que han ido
solventando; los bancos se quedan con las viviendas y más duro aún: al ser
ciudadanos insolventes quedan sin crédito en un mundo que se mueve con tarjetas
plásticas… “Así es la globalización”, sentenció el interlocutor. Pero el asunto
no es la globalización, sino cómo y quiénes la manejan.
El fenómeno de los desahucios ha dado origen a una
organización llamada "Stop desahucios", que ha sido solidaria con la
familia de Martínez enfrentando a la acción policial con gritos y denuncias en
el barrio alicantino donde residía.
Cuando la policía procedió al desalojo, compatriotas
cubanos y ciudadanos españoles miembros de Stop desahucios se opusieron y
algunos se enfrentaron a los uniformados. Tres de ellos -dos hombres y una
mujer, cubanos- fueron apresados, llevados ante los tribunales y juzgados bajo
los cargos de atentado a la autoridad con agravante. La sanción fue menor de
los dos años por lo que no tendrán que estar en prisión.
¿Bajo qué techo se cobijará esta familia de compatriotas?
¿Dónde podrán encontrar trabajo en un país en el que más de 6 millones de
personas están en paro, cifra que representa el 27,2 % de la fuerza laboral? ¿A
qué país de la Europa defensora de los derechos humanos podrá viajar y
encontrar donde laborar para alimentar y dar cobijo a su familia? La Eurozona
muestra una cifra de 12,1% de parados, cifra elocuente de un potencial de
disidencia considerable.
Fuente: Progreso Semanal
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ORGANISMO INTERNACIONAL ELOGIA PROGRAMA CUBANO DE
TRANSPLANTE
(AIN) 18/05/2013;
Cuba posee muy buenos programas de trasplantes, a pesar del bloqueo
impuesto por Estados Unidos hace más de medio siglo, afirmó en esta capital el
doctor Robert Janús, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Trasplante de
Órganos.
En exclusiva a la AIN, el experto argentino significó que
Cuba junto a su país, Chile, Uruguay y Brasil se incluyen en la lista de
referencia en el mencionado campo.
Precisó que de las seis regiones de la Organización
Mundial de la Salud, América Latina es la que más crecimiento tiene en cuanto a
los programas de trasplante, con un 15 por ciento, superior a Europa y a
Estados Unidos, por la crisis económica y los enormes problemas en cuanto a las
leyes y regulaciones, respectivamente.
Janús recordó que en Latinoamérica, Cuba figura entre las
naciones pioneras en tales procederes quirúrgicos, iniciados en 1970 con los
renales, y es de los pocos estados que brinda la posibilidad de realizárselos a
toda la población necesitada, de forma gratuita, con justicia distributiva.
También se halla entre los escasos países con menor tasa
de negativa o rechazo familiar a la donación (13 por ciento), mientras otros,
fundamentalmente industrializados, tienen un 40 por ciento, acotó.
El Master Internacional en Coordinación de Trasplantes,
doctor Alexander Mármol Sóñora, miembro del Grupo Nacional de Nefrología,
explicó a la AIN que Cuba suma más de cinco mil 100 injertos de riñón, con
resultados similares a los del primer mundo.
Destacó que sin donantes no hay trasplantes, y agradeció
a todas las familias cubanas que han permitido que los órganos de sus seres
queridos hayan sido implantados para “dar vida a otros”.
Recordó que este tipo de injertos sólidos se realizan en
nueve instituciones de la Isla.
Mármol precisó que con el Centro de Ingeniería Celular y
Trasplantes de Órganos y Tejidos se elevará la calidad del programa para ese
fin, mediante los estudios que permiten conocer la compatibilidad de los
tejidos entre donante y receptor, antes de acometer las intervenciones.
Robert Janús participó hasta el sábado en el IX Congreso
Nacional de Nefrología, con sede en el Centro de Convenciones de Cojímar y que
incluye el XV Curso Internacional y el XVI Nacional de Nefrología Pediátrica,
así como la V Jornada Internacional de Enfermería en esa especialidad.
Fuente: AIN
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