Murió hombre de la guerrilla del Che en Bolivia Humberto Vázquez Viaña
Da: "E.V." <enzovalls@gmail.com>
Data: 03 maggio 2013 18:17:28 GMT+02:00
Oggetto: [RED UTOPIA ROJA]
HASTA SIEMPRE, HUMBERTO QUERIDO...
por Roberto Massari (en español - in
italiano)
ESPAÑOL
Humberto Vázquez Viaña ha muerto de
un tumor el 1 de mayo, a las diez de la noche. A su lado estaba su compañera
Lola.
Perdemos a uno de los últimos
testigos partícipes de la guerrilla del Che en Bolivia y a un raro
ejemplo de intelectual capaz de decir la verdad, toda la verdad, sin
preocuparse de los enemigos que eso hubiera podido crearle (y que efectivamente
le creó por muchos años). Perdemos a un hombre bueno, desinteresado, honesto,
pero tenaz, batallador, polémico. Perdemos un raro ejemplo de devoción a la
causa revolucionaria despreocupado por las ventajas que le hubiera podido
garantizar la sociedad del espectáculo ya sea en Europa como en Latinoamérica.
Perdemos un ejemplo de vida intelectual en el cual deberían inspirarse las
nuevas generaciones de historiadores y estudiosos de los movimientos
revolucionarios.
Humberto Vázquez Viaña (nacido en
1937 en La Paz, pero residente en Santa Cruz de la Sierra) era hijo del célebre
historiador boliviano Humberto Vázquez Machicado. Había estudiado en Alemania,
Rumania y Francia; era investigador del Instituto latinoamericano de Estocolmo,
donde había vivido por algunos años; se había diplomado en Ciencias políticas
(1971) y Sociología (1972) en la Universidad de París VIII. Se encontraba en
Bucarest, en 1966, cuando su hermano Jorge («El Loro», «Bigotes», el célebre
guerrillero que luego morirá) se puso en contacto con él para organizar la
guerrilla del Che en Bolivia, junto a Roberto «Coco» Peredo, Rodolfo Saldaña y
Julio Méndez.
Humberto formó parte de la red
urbana, junto a Tania, Loyola Guzmán y pocos otros. En diciembre de 1966 fue
Humberto quien buscó a Mario Monje en la frontera argentina para conducirlo al encuentro
con el Che en Ñancahuazú. El 1 de enero de 1967 el Che anotó en su Diario que
Humberto debía permanecer en la Paz, para trabajar en la red urbana, junto a
Loyola, Tania y Rodolfo. Y fue Humberto quien le hizo llegar a Fidel el mensaje
cifrado Nº 2 de Guevara y difundió los dos comunicados del ELN.
Después de la muerte del Che,
Humberto se refugió en México y luego en Cuba, donde recibió adiestramiento
guerrillero y donde permaneció hasta diciembre de 1969. Después de la muerte de
Inti Peredo, sin embargo, Humberto entendió que no había ninguna posibilidad
más de construir una guerrilla en Bolivia. Salió entonces del ELN, encaminado
ya hacia el trágico fracaso de la guerrilla de Teoponte y escribió Bolivia. Ensayo
de Revolución continental (publicado en París en 1971). En aquel período
inició una reflexión profonda y muy documentada sobre las vicisitudes de la
guerrilla boliviana, que hizo de él una personalidad teórica heterodoxa,
incómoda, sincera hasta el punto de provocarle muchas enemistades. Pero
Humberto creía que sólo la verdad es revolucionaria e a ella ha dedicado el
resto de su vida. Con él hemos perdido a uno de los últimos sobrevivientes de
la guerrilla del Che, pero también al principal estudioso de aquella gesta. Es
un pedazo de historia lo que se va con él…
Para entender el compromiso profundo
de Humberto basta leer los títulos de sus últimos trabajos: Una guerrilla
para el Che (2000, traducido al italiano por Antonella Marazzi y publicado
por Massari editore en 2003); Dogmas y herejías de la guerrilla del Che (2011);
“Mi campaña con el Che” atribuido a Inti Peredo es una falsificación (2012,
pero sobre la base de un primer texto de 1970); Cambas, Collas y Chiriguanos
en la guerrilla del Che (2012); Del Churo a Teoponte. El traumático
nacimiento del nuevo ELN (2012). Y quien lo ha conocido de cerca sabe que
estos trabajos han sido llevados a cabo cuando Humberto estaba casi
completamente ciego, gracias a la colaboración de su valiente compañera Lola,
pero gracias también al sostén médico-instrumental que le brindaba el gobierno
sueco, el país donde había encontrado asilo político.
Humberto ha sido miembro fundador de
la Fundación Guevara y uno de los más apasionados colaboradores de los
Cuadernos de la Fundación (era miembro activo de la Redacción internacional).
Participó en tres encuentros anuales de la Fundación en Italia, país en el cual
se estaba construyendo una nueva patria de amigos entrañables, luego de Bolivia
y Suecia. Pero el compromiso de Humberto por la revolución, por el fin del
capitalismo y por el inicio de una sociedad libre y libertaria se demostró
definitivamente por su convencida adhesión a Utopía Roja, y por su asunción de
una plena responsabilidad como miembro de la Redacción internacional de Red
Utopía Roja como representante de Bolivia.
Personalmente he perdido a un gran
amigo. Una amistad comenzada en los varios encuentros en Santa Cruz, en
Vallegrande y en La Higuera, que prosiguió durante los años de la común batalla
por restablecer la verdad -la verdadera, independiente de cualquier compromiso
diplomático- sobre las vicisitudes del Che en Bolivia y otros acaecimientos
latinoamericanos. En Italia tuve el honor y el placer de acompañarlo en varias
conferencias, de Sur a Norte, y en todas partes Humberto ha dejado huellas que
no podrán ser borradas tan fácilmente. Inolvidable fue el encuentro en
Montagnana con Gino Doné [el italiano del Granma].
Humberto ha muerto, pero sus libros
viven y vivirán mientras los hombres y las mujeres que quieren cambiar el mundo
sientan la necesidad de encontrar una explicación racional y exhaustiva a las
tantas derrotas del pasado, entre las cuales una fundamental ha sido la del Che
en Bolivia.
Humberto querido
Hasta siempre…
(2 de mayo de 2013)
Traducción: Enzo Valls
* * * * *
ITALIANO
Humberto Vázquez Viaña è morto per un tumore il Primo
maggio, alle 10 di sera. Al suo fianco la compagna Lola.
Perdiamo uno degli ultimi testimoni partecipi della
guerriglia del Che in Bolivia e perdiamo un raro esempio di intellettuale
capace di dire la verità, tutta la verità, incurante dei nemici che ciò gli
avrebbe potuto procurare (e che effettivamente gli procurò per molti anni).
Perdiamo un uomo buono, disinteressato, onesto, ma tenace, combattivo,
polemico. Perdiamo un raro esempio di devozione alla causa rivoluzionaria
incurante dei vantaggi che gli avrebbe potuto garantire la società dello
spettacolo in Europa come in America latina. Perdiamo un esempio di vita
intellettuale al quale dovrebbero ispirarsi le nuove generazioni di storici e
studiosi dei movimenti rivoluzionari.
Humberto
Vázquez Viaña (nato nel 1937
a La Paz, ma residente a Santa Cruz de la Sierra)
era figlio del celebre storiografo boliviano Humberto Vázquez Machicado. Aveva
compiuto i suoi studi in Germania, Romania e Francia; era ricercatore
dell’Istituto latinoamericano di Stoccolma, dove aveva vissuto per alcuni anni,
laureandosi in Scienze politiche (1971) e Sociologia (1972) all'Università
di Parigi VIII. Si trovava come studente a Bucarest, nel 1966, quando suo
fratello Jorge («El Loro», «Bigotes», il celebre guerrigliero che verrà poi
ucciso) si mise in contatto con lui per organizzare la guerriglia del Che in
Bolivia, insieme a Roberto Coco Peredo, Rodolfo Saldaña, Julio Méndez.
Humberto fu
parte della rete urbana, insieme a Tania, Loyola Guzmán e pochi altri. A
dicembre del 1966 fu Humberto che andò a prendere Mario Monje alla frontiera
argentina per condurlo all’incontro con il Che a Ñancahuazú. Il primo gennaio
del 1967 il Che annotò nel suo Diario che Humberto doveva restare a La
Paz, per lavorare nella rete urbana, insieme a Loyola, Tania e Rodolfo. E fu
Humberto che fece giungere a Fidel il messaggio cifrato n. 2 di Guevara e
diffuse i due appelli dell’Eln.
Dopo la morte
del Che, Humberto si rifugiò in Messico e poi a Cuba, dove ricevette un
addestramento guerrigliero e rimase fino al dicembre del 1969. Dopo la morte di
Inti Peredo, però, Humberto capì che non c'era più alcuna possibilità di
costruire una guerriglia in Bolivia. Uscì quindi dall’ELN ormai avviato verso
il tragico fallimento della guerriglia di Teoponte e scrisse Bolivia.
Ensayo de Revolución continental (pubblicato a Parigi nel 1971). Da
quel periodo iniziò una sua riflessione profonda e documentatissima sulle
vicende della guerriglia boliviana, che fece di lui una personalità teorica
eterodossa, scomoda, sincera al punto di provocargli molte inimicizie. Ma
Humberto credeva che solo la verità fosse rivoluzionaria e a quella ha dedicato
il resto della sua vita. Con lui abbiamo perso uno degli ultimi sopravvissuti
della guerriglia del Che, ma anche il principale studioso di quella vicenda. E'
un pezzo di storia che se ne va con lui...
Per capire
l'impegno profondo di Humberto basta guardare i titoli dei suoi ultimi
lavori: Una guerrilla para el Che (2000, tradotto in Italia da
Antonella Marazzi per Massari editore); Dogmas y herejías de la
guerrilla del Che (2011); "Mi campaña junto al Che"
atribuido a Inti Peredo, es una falsificación (2012, ma sulla base di
un primo testo del 1970); Cambas, Collas y Chiriguanos en la guerrilla
del Che (2012); Del Churo a Teoponte. El traumático nacimiento
del nuevo ELN (2012). E chi gli è stato vicino sa che questi lavori
sono stati compiuti quando Humberto era ormai quasi completamente cieco, grazie
all'aiuto della sua coraggiosa compagna Lola, ma grazie anche al sostegno
medico-strumentale datogli dal governo svedese, il paese in cui aveva trovato
asilo politico.
Humberto è
stato membro fondatore della Fondazione Guevara e uno dei più appassionati
collaboratori ai Quaderni della Fondazione (era membro attivo della Redazione
internazionale). Ha partecipato a 3 incontri annuali della Fondazione in
Italia, paese dove si stava costruendo una terza patria di amici a lui molto
cari, dopo la Bolivia e la Svezia. Ma l'impegno di Humberto per la rivoluzione,
per la fine del capitalismo e per l'inizio di una nuova società libera e
libertaria è stato dimostrato definitivamente dalla sua adesione convinta a
Utopia Rossa, e dalla sua assunzione di una piena responsabilità come
membro della Redazione internazionale di Utopía Roja come rappresentante della
Bolivia.
Personalmente
ho perso un grande amico. Un'amicizia cominciata nei vari incontri a Santa
Cruz, a Vallegrande e alla Higuera, proseguita negli anni della comune
battaglia per ristabilire la verità - quella vera e incurante di qualsiasi
compromesso diplomatico - sulla vicende del Che in Bolivia e altre vicende
latinoamericane. In Italia ho avuto l'onore e il piacere di accompagnarlo in
varie conferenze, dal Sud al Nord, e ovunque Humberto ha lasciato tracce che
non verranno cancellate tanto facilmente. Indimenticabile l'incontro a
Montagnana con Gino Doné.
Humberto è morto,
ma i suoi libri vivono e vivranno fintantoché gli uomini e le donne che
vogliono cambiare il mondo sentiranno la necessità di trovare una spiegazione
razionale ed esauriente alle tante sconfitte del passato, tra le quali
fondamentale quella del Che in Bolivia.
Humberto querido
Hasta siempre...
(2 maggio 2013)