miércoles, 27 de noviembre de 2013

Celia Hart continúa expresándose en Argentina desde el Museo Che Guevara Fidel Castro según ella y Nestor Kohan Chaubloqueo



Querida Celia cada día te admiro más, tu escrito es un strip tease del alma en el que sin ningún pudor mi amiga revolucionaria y troskista exhibe sus humanos temores.
Obrás el milagro de que yo pueda reconocer la razón de mi temblor espiritual ante los meses de orfandad que siento por la demora de Fidel en volver a ocupar el podio visible del mundo.  Gracias por ayudarme y ayudar a tantos millones a sentir lo mismo.
Celia, una amiga argentina, luchadora y defensora en pro de Cuba y su revolución me pidió que le reenviara tu escrito que se le extravió de su computadora (o lo borró accidentalmente) .  Ahora esta ansiosa por recuperarlo y me lo pide.  Como ves se lo estoy enviando, pero, pero vos sabés como soy, asi que anhelo aceptes incluirla a ella que es de la Casa de la Amistad Argentino Cubana de Puerto Madryn en el sur argentino, alejado de este puerto donde se centraliza todo .
Celia vos tenés que llegar en directo hasta estos hermanos argentinos que tanto necesitan de la voz cubana. Haceme el favor y no los dejés solos.
Un fraternal y revolucionario abrazo y mucha salud y felicidad para vos y los tuyos, entre los que Fidel es un igual , por supuesto.      Toto   Chaubloqueo.


 
Fidel desde mi balcón     Celia Hart 18/01/2007 (es hija de Haydée Santamaría y Armando Hart)



Escribía estas líneas bajo el blanco sol del peor diciembre de toda mi vida. Este diciembre en La Habana llovía y llovía, en medio de un absurdo calor. La estampa de Cuba, de Cuba revolucionaria quiero decir, fue el clima de diciembre.  No me alcanzan para respirar bien los constantes mensajes sobre la mejoría de mi Comandante Fidel. Dicen que se recupera, incluso los médicos pronostican su posible incorporación a la vida pública. El médico español ha garantizado su segura mejoría... Por supuesto que no doy crédito a la morbosa, “exhaustiva” y absurda explicación de El País1 sobre la gravedad de su enfermedad. Eso sí, dadas estas circunstancias de no verle, siento dentro de mí un frío hiriente y una melancolía crónica.  Porque Fidel es la luz. La luz no existe en reposo. Por tanto desde hace seis meses vivo en la oscuridad, con la esperanza de que en algún momento me enciendan el interruptor. Las frases cargadas de esperanza y fe no son tales hasta que no le vea o no le escuche vestido de verde, como antes.



foto  -  Ernesto Che Guevara, Fidel Castro y Camilo Cienfuegos de sombrero.


Escribo, pues, cargada de una tristeza indomable y una furia estirada que me hace ver enemigos por doquier, en la ventana de al lado; en los cuadernos escolares de mi hijo, en los ladridos de mi perro, en el cariño de mi hermano.
Sólo siento refugio seguro en estas teclas manchadas por el agua de mis ojos, que rezan día a día para volver a ver de nuevo al verde más intenso, las manos más emprendedoras y la voz que representó durante décadas la esperanza del mundo.  Desde un lado a otro de mi balcón me gritan que estoy errada ¡Cómo si los sentimientos erraran alguna vez! Me dicen que Fidel está recuperándose; y si no me alcanza, me dirán que “su obra la continuarán los revolucionarios del mundo”, el Partido, y no se qué más” ¡No! Nadie puede sustituir a Fidel, como no se pudo en la URSS sustituir a Lenin, como las fuerzas revolucionarias del mundo no han podido sustituir al Che. Como las múltiples IV Internacionales no han podido sustituir todavía a León Trotsky.   Nadie ha podido concluir el Réquiem de Mozart y que suene igual.  Eso de las consignas de la heredad son engaños para niños pequeños; para que no lloren por la noche al quedarse solos.  Ni una línea dedico a explicar que no “pasará nada distinto dentro de Cuba durante la convalecencia de Fidel o después que muera”. No lo hago porque me resulta verdaderamente infantil. Por supuesto que nada pasará en la conducción de mi país sin estar Fidel.  Nuestros enemigos están tan enfermos y calcinados por la derrota que no se dan cuenta que con Fidel se han formado al menos dos generaciones de cubanos que gozaron de espléndida niñez y de una educación envidiable.  Muchos de ellos incluso se formaron al lado de Fidel día y noche, como es el caso de nuestro brillante canciller. El compañero Felipe tuvo al mejor maestro. De ahí su valentía, su verbo, y su coherencia.
El Vicepresidente Raúl Castro por su parte ha acometido tareas en las Fuerzas Armadas Revolucionarias con una eficiencia impresionante y no ha tenido que pedirle permiso a su hermano para hacerlas.  Ricardo Alarcón es uno de los políticos más versátiles que existen y conjuga hábilmente su poder de Presidente de la Asamblea Nacional con labores de un riguroso intelectual.  Nuestros inteligentes economistas han logrado levantar este país de la ruina económica hasta un impresionante 12,5 % de crecimiento. Eso no fue mérito de Fidel, al menos en línea directa. Se tomaron en Cuba medidas que de tomarse en otros países hubiese sido un cataclismo. A saber se centralizó el manejo de las divisas (Gracias a Dios), y en menos de lo que dura un aguacero tropical se sacó de circulación el desprestigiado dólar en la red comercial cubana.  Estando Fidel enfermo se desarrolló la Cumbre de los No Alineados, con la presencia de varios jefes de Estado y Gobierno, se combatió eficazmente la epidemia del dengue y se continúa con éxito la inédita obra social de Cuba. La mortalidad infantil volvió a descender a la impresionante cifra de 5.3 por mil niños menores de un año. Cifra más baja en nuestra historia, que nos coloca entre las 30 naciones del mundo donde mueren menos niños. De esta impresionante cifra, habiendo sido víctimas de una epidemia de dengue, no es tampoco Fidel responsable directamente. Si algo sobra en Cuba es la pericia y compromiso.  En la Florida, donde todo es escándalo y corrupción se han quedado estancados con las maletas que compraron en los 60, al haber apelado a todo ahora apelan a que el tiempo sea su cómplice y con la muerte de Fidel ellos vengan a recuperar lo que nunca fue suyo. Esta nota no es para ellos.  Huelga decir entonces “nada pasará en Cuba cuando Fidel no esté” parece una grandiosa tontería repetir eso. No lloro y me lamento por la ausencia del jefe de gobierno de Cuba, lloro hasta la desesperación por la ausencia por cinco meses del último de los profetas del ideal de la revolución.  No dudo que muchos de los que sustituyan Fidel sabrán administrar mejor “la casa”, pero con Fidel pudimos ser protagonistas del mundo. Sólo un por ciento ínfimo de la humanidad ha participado activamente como el pueblo de Cuba en la Historia reciente de la humanidad.   Hemos sido actores de mil hazañas.   Las historias de Girón, la Crisis de Octubre, la alfabetización, Angola... en todos esos casos estuvimos los cubanos por encima de la URSS y del socialismo establecido, de sus temores y sus conceptos.   La revolución cubana fue el único puente que se mantuvo en pie frente al derrumbe del socialismo.   Hicimos añicos a Fukuyama y hubimos de continuar haciendo historia. Defendimos la revolución mundial, allá cuando los más radicales de todas las tendencias marxistas la daban por perdida. Estas cosas, sí dudo mucho, que pudiesen hacerse sin Fidel, ¡y qué caigan sobre mí todas esas acusaciones de culto a la personalidad!  Hoy no me asustan.  Fidel, ése de exclusiva estirpe; de los que no necesitan estar en paz con Dios para vislumbrar el paraíso es al que los revolucionarios sobrevivientes del siglo XX tendremos que prepararnos para perder.  Lo que pase en el gobierno de Cuba es totalmente insignificante y transitorio en relación a la pérdida de Fidel para el porvenir del mundo... Las fuerzas revolucionarias, deben preocuparse menos por la gestión del gobierno en Cuba y estar más atentas al limbo donde podríamos caer de no apurarnos en acceder a la mayoría de edad.  Vamos para el 40 aniversario de la muerte del Che y no dejamos de citarlo y de obligar a su espectro que se ocupe de lo que, míseros mortales que somos, no logramos descifrar:  No hay día ni nota que en la Venezuela revolucionaria no se recuerde a Bolívar. No se le recuerda tanto por lo que hizo, sino precisamente por lo que no terminó de hacer, y se le ruega a su espada que esta vez no se le ocurra arar en el mar como él mismo dijera.  A José Martí todavía no le perdonamos que haya muerto y no haya fundado con Julio Antonio Mella el Partido Comunista de Cuba y que hubiese concluido de perfilar su análisis del Imperialismo, en lo que hubiese sido el complemento perfecto a esa obra de Lenin.   Algo del socialismo (que no en la estabilidad de la URSS) hubiese sido diferente de estar el dirigente más brillante de los obreros del mundo un par de años más. A este Lenin el mismo Che no le perdona que haya muerto tampoco. Así dijo en su libro: Cometió dos errores de gravedad, la NEP y morirse. La muerte del Che significó un viraje en la historia revolucionaria del mundo. No hay imagen que pueda superponérsele...  Bueno, la de Fidel pero espero que Fidel nos regale un par de años más.  No veo como será posible llorar al Che y a Fidel simultáneamente.  Por eso no me asusta el gobierno de mi país sin Fidel... me asusta la revolución del mundo sin él.   Porque la vida de Fidel trasciende a su persona individual.   El nombre de Fidel condensa las aspiraciones, las resistencias y los sueños rebeldes de numerosos pueblos, no sólo del cubano, contra el capitalismo, el imperialismo y el neoliberalismo. Si el Che Guevara es el símbolo mundial de la rebeldía juvenil, su amigo y compañero Fidel representa la máxima expresión de las rebeliones antiimperialistas y socialistas del Tercer Mundo. Por eso es tan despreciado por los poderosos del planeta, sus monopolios de (in)comunicación y la CIA, incluyendo en esta fauna atroz a los extremistas millonarios de Miami que hoy quieren, mezquinamente, ocupar el centro de la escena mediática con su prédica de odio, resentimiento y muerte.  Dijo Néstor Kohan en su maravilloso artículo.  Y de Fidel tendremos que hablar mucho más de lo que habló Ignacio Ramonet en sus 100 horas. Para hablar con él necesitaríamos 100 años... y aun así estaríamos apenas comenzando.  Por eso desde mi balcón lo he sentido en estos tristes meses, en medio de tantas horas insomnes tratando yo de descifrar si la Tierra seguirá girando cuando él ya no esté de este lado de la vida. Lo he tratado de descifrar en cada una de sus líneas dichas o por decir. Pero él se escurre ágil y silencioso por mis ventanas húmedas, en aquel auto negro que atravesaba la ciudad por la Quinta Avenida cuando todos decíamos en un susurro conteniendo el aire.... Por ahí va Fidel. He tratado de buscarlo en este Congreso de nuestros jóvenes, en la voz de nuestros dirigentes, en la Asamblea Nacional, incluso en las propias cintas que ponen a diario de la epopeya de Girón, con aquellos inmensos lentes, aquella boina y aquel andar ligero por las arenas.  Mas donde único le veo es desde mi balcón sin poderle alcanzar, cuando lo intento se me esfuma en una niebla verde con olor penetrante de aceitunas. Estiro mis brazos y le pido clemencia para que no se me vaya sin darme pistas, sin que diga como el mejor de los cartománticos el futuro del mundo ¿Y qué con la revolución bolivariana y su partido socialista unido?, ¿Y qué con el infeccioso Israel y las alternativas de lucha para el mundo árabe?, ¿Y en qué nueva jugarreta nos querrá ver desaparecer el decadente imperialismo?, ¿Y qué con la llamativa China? Y qué de los próximos huracanes, o los próximos mosquitos, o cómo conectamos las próximas ollas o cómo seguiremos tratando de ahorrarle petróleo al mundo, y en fin esas preguntas gruesas y volátiles son a las que Fidel durante casi 50 años, respondía.   Siempre estuvo respondiendo, aunque desde el mismo inicio de la revolución los más consagrados y estudiosos no sabían dónde colocarlo en sus rígidas plantillas hechas para mortales Fidel pudo ser un aventurero, como se apresuró a decir el Partido Socialista Popular cuando el Moncada; o un nacional- revolucionario o pequeño burgués como les encanta a mis camaradas de la izquierda radical denominar a los que se salen del juego, o un terminador como Stalin. O sea: un terminador de su propia obra ¡Válgame Dios!   Otros muchos lo condenan a no haber sabido nada de teoría marxista... o comunista, que no tan sólo Carlos Marx hizo revelaciones. No saben que fue uno (por no decir el más) autentico comunista practico que ha logrado mantenerse vivo en el mundo. El mismo señaló que antes de leer literatura marxista ya se sentía comunista utópico.   Me hace reír aquello de que Fidel fue obligado por las circunstancias a radicalizar la revolución.   Que el gobierno de Estados Unidos le obligó a declarar su carácter socialista, como si Fidel Castro hubiese necesitado algún evento para radicalizarse.  No habíamos llegado al Enero de 1959 cuando le declaraba a Celia Sánchez en una memorable carta:  Cuando esta guerra se acabe empezará para mi otra guerra más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos (los yankees).  Me doy cuenta que va a hacer mi destino verdadero.  También explicó Fidel en 1988:   Pero sí, ya desde entonces ¿éramos marxistas?; si nosotros pudimos interpretar la realidad de nuestro país, es porque ya habíamos aprendido el marxismo leninismo... (...) Ya nuestro Programa del Moncada era una preámbulo del socialismo y ya nosotros éramos socialistas y marxistas leninistas, y si no habríamos llegado a la esquina.  Y nos trajo hasta esta esquina de la evolución; al recodo más alto de la evolución humana. Eso sí se lo debemos al oficio revolucionario de Fidel, a nadie más. Un tanto, sí al Che.  Tiemblo al pensar que los dos mejores comunistas de su tiempo se empeñaron en una pequeña isla para fabricar una revolución socialista duradera. ¿Qué tiene mi isla, pues para que se enlacen así desde su propia fundación los mejores hombres del mundo? ¿Y si no logramos sostenerla cuando se nos vaya el último de ellos? ¿Cómo nos ensartaremos los mortales para seguir por esta obra de luz?  No lo sé. Por más que me detenga horas en mi balcón a ver si consigo alguna experiencia religiosa o extra sensorial, o alguna de esas payasadas a las que nos condena la incertidumbre.  Allí en mi balcón, he podido recorrer sin fracturas a Fidel Castro, desde que su voz era aguda e intensa hasta esta su última charla de las 100 horas. Ando esperando que me pongan otro ejemplo donde se den la mano la habilidad política y la coherencia revolucionaria por casi 50 años. Quizás con Fidel estemos despidiendo al último político verdadero de la historia del hombre.  Me interesa que lo conozcan los que se sitúan en mi balcón revolucionario. Lo que piensen hoy por hoy mis enemigos me da igual, pues para ellos no hay tiempo... Lo que piensen estos nuevos reformistas que duermen solapados en los pliegues de las revoluciones en marcha, y le quieren suministrar a Fidel un discurso ecuménico y rosado... tampoco les doy crédito ya, ni me interesan sus lujosas elucubraciones moralistas y pálidas para estos tiempos en que se nos cae encima el mundo y parece que se nos va su último profeta.   En 1961, cuando recién los comunistas “profesionales” se daban cuenta que en Cuba triunfaba una revolución socialista se apresuró Fidel a decir, precisamente cuando organizaba nuestro Partido Comunista: Es preciso tener en cuenta que no hay términos medios entre capitalismo y socialismo. Los que se empeñan en encontrar terceras posiciones caen en una posición verdaderamente falsa y verdaderamente utópica. Eso equivaldría a desentenderse, eso sería complicidad con el enemigo.  El socialismo limpio de polvo y paja, tal como lo definiera el Che en el inigualable discurso de Argel: No hay otra definición de socialismo, válida para nosotros que la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Es ese el único socialismo que merecemos y el único por el que han luchado los mejores hombres del mundo.  Y fue en el XX Aniversario de la muerte del Che cuando Fidel lanzó aquel memorable discurso diciendo cuanto nos habíamos olvidado de él:   Si hubiese visto un día un conjunto de empresas, plagadas de capitalistas de pacotilla -como les llamamos nosotros-, que se ponen a jugar con el capitalismo, que empiezan a razonar y a actuar como capitalistas, olvidándose del país, olvidándose del pueblo, olvidándose de la calidad, porque la calidad no importaba para nada, sino el montón de dinero que ganara con aquella vinculación; y que un día se iba a vincular no ya sólo el trabajo manual, que tiene cierta lógica, como cortar caña y otras numerosas actividades manuales y físicas, sino que hasta el trabajo intelectual se iba a vincular; que hasta los trabajadores de la radio y la televisión iban a terminar vinculados, y que aquí terminaría por ese camino hasta el cirujano vinculado, sacándole tripas a cualquiera para ganar el doble y el triple.  Digo la verdad, el Che se habría horrorizado, porque esos caminos no conducirán jamás al comunismo, esos caminos conducen a todos los vicios y a todas las enajenaciones del capitalismo. Esos caminos -repito-, y el Che lo sabía bien, no conducirían jamás a la construcción de un verdadero socialismo, como etapa previa y de tránsito hacia el comunismo.  Y por supuesto otro momento fue el 17 de Noviembre8 donde volvió a declararle la guerra al sistema capitalista con la misma audacia que en su juventud. Apenas unos meses después se nos enfermaría, y nos quedamos todos con aquellas sentencias en el corazón.
Los neoreformistas sacarán otros instantes y otras fechas, pero esas las dijo el Presidente de Cuba, que comparte el cuerpo con mi Comandante. Tuvo que cederle espacio para gobernar un estado en medio de la marejada capitalista. Esas donde le obligan a ponerse corbata... no me interesan... o me interesan menos.   El Comandante Fidel con su existencia niega la maldición recién lanzada por el presidente de Brasil Luis Ignacio Lula da Silva, al afirmar aquello que: Las cosas evolucionan de acuerdo con la cantidad de cabellos blancos y la responsabilidad que uno tiene... Si uno conoce a un izquierdista muy viejo es porque debe estar con problema.  Todos los días frente al espejo trato de revisar mi tinte del cabello, para retocarlo cada vez que asoma una cana por miedo a la maldición de Lula... pero Fidel no necesita revisarlo. Es la antitesis de esa maldición. Mientras más camina por el mundo, mientras mas cabellos blancos le asalten, mucho más está del lado de la izquierda. Que a pesar de tantos vaivenes y liturgia no ha perdido su significado. Fidel está en el origen de coordenadas de la izquierda. Es nuestra única referencia viviente.   Es por eso que cobra un valor inestimable el libro de las Cien horas, aunque como decía es apenas un comienzo. Terminábamos todos de leer la primera edición cuando se nos vino encima aquella proclama del lunes 31 de julio. Me aferré a ese libro queriendo escuchar más, queriendo que fuera diez veces más grande. Tiene el merito de haberse escrito estando Fidel en la dirección del país. No trató de convertir en testamento ni una frase. Eso le da un sentido de continuidad imperecedero. Ahora comprendo que mi destino no era venir al mundo para descansar al final de mi vida11. Dijo al final del libro Fidel, repitiendo las palabras que pronunció en nuestra Asamblea Nacional.  Y nos advirtió además nuevamente: ”Pero este país puede autodestruirse por sí mismo. Esta revolución puede destruirse Nosotros sí, nosotros podemos destruirla y sería culpa nuestra.   Si no somos capaces de corregir nuestros errores. Si no conseguimos poner fin a nuestros vicios: muchos desvíos y muchas fuentes de suministro de dinero de los nuevos ricos del período especial al que no debemos volver.   Es por esto que lo extraño... no para recordarlo como el abuelito tejiendo calcetines a sus nietos, sino para que nos ayude a espantar estos nuevos fantasmas. Es no más que por eso que le ruego a su salud que se recupere y que vuelva a tomar las riendas...No más para dar últimas instrucciones.   Aunque de alguna forma este libro representa sus últimas reflexiones escritas y revisadas, uno siente que habla estando en combate, como si siempre fuera a acompañarnos.   También me asusto, dada mi lamentable estado de angustia, de lo que he leído en muchos medios de que sin Fidel reverdecerían en mi país reformas con más acento en la economía de mercado. Esto hace que todas mis alarmas se disparen.   Pero es absurdo creerlo, todos los que han diseñado nuestro modelo económico, que tanto éxito ha tenido en los últimos años, están vivitos y coleando, nuestros dirigentes no lo permitirían sin dar sus vidas.   Y si sus vidas no alcanzasen están las nuestras y las del mundo que no permitirán tranquilamente que se deshaga este empeño humano que es la revolución cubana.  Me imagino que también contamos con la recién indurada revolución bolivariana que puja por radicalizarse.   Espero que Chávez, si logra fundar su Partido Unido Socialista de Venezuela esté atento a cualquier tropiezo en que podamos caer producto del dolor, si de verdad cree en la Revolución Permanente, la revolución cubana es parte integrante de su propia revolución.  Y si aun esto no alcanza, si estas epidemias capitalistas logran vencer nuestros anticuerpos una vez que Fidel se nos haya ido... basta con apelar a uno de los más grandes legados jurídicos que tenemos (eso sí) gracias a Fidel:  Los cubanos votamos en el 2002 que el capitalismo es inconstitucional en la República de Cuba. Por una mayoría impresionante.  Para instaurar el capitalismo tendrían que deshacer el país, llamar a una Constituyente.  Así de sencillo.   Quizás sea esta una de nuestras mejores armas.   Sin socialismo no existe la República de Cuba.   Y como es imposible defender el socialismo tan sólo en un país, con esta declaración de principios, estamos convocados a defender la revolución socialista en el mundo.   Mientras exista el imperialismo estamos los cubanos bajo la promesa del Juramento de Baraguá.  
Es tal vez el único consuelo que me quede cuando sepa que la sombra perfilada y grácil de Fidel se esfuma para siempre, dejando blanco y vacío los bordes de mi inútil balcón.



difunden: el 1er. Museo Histórico Suramericano "Ernesto Che Guevara", la Escuela de Solidaridad con Cuba "Chaubloqueo" y el Centro de Registro de Donantes Voluntarios de Células Madre
Irene Perpiñal y Eladio González - directores   calle Rojas 129  local (Caballito) Capital -AAC1405-Buenos Aires-República Argentina  telefax: 4-903-3285 email:
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