El 30/10/2013 06:17 p.m., tropique@cablenet.com.ni
escribió:
From: Salim Lamrani <salim.lamrani@univ-reunion.fr>
Date:
October
30, 2013 2:34:02 PM CST
Aquí va la versión en ESPANOL de mi más
reciente artículo publicado en Opera Mundi.
Gracias por difundir. Un abrazo, Salim
50 verdades sobre el caso de los 5
Salim Lamrani
Opera Mundi
Desde 1998, cinco agentes de los servicios de inteligencia cubanos están
encarcelados en Estados Unidos por infiltrarse en grupúsculos del exilio cubano
implicados en el terrorismo contra la isla.
1. Desde el triunfo de la Revolución en 1959,
Cuba ha sido víctima de una intensa campaña de terrorismo procedente de Estados
Unidos, con el objetivo de derrocar a Fidel Castro. Según los archivos desclasificados
de Washington, entre octubre de 1960 y abril de 1961, la CIA introdujo en la
isla 75 toneladas de explosivos y 45 toneladas de armas. En el espacio de esos
siete meses, realizó 110 atentados con dinamita, hizo estallar 200 bombas,
descarrilló 6 trenes, quemó 150 fábricas y desató 150 incendios en los
cañaverales. La CIA apoyó a cerca de 300 grupos paramilitares con un total de
4.000 individuos.
2. En 1971, la CIA usó armas químicas y
biológicas contra Cuba introduciendo la fiebre porcina. Ese atentado causó la
muerte de medio millón de cabezas de ganado, principal fuente de proteínas de
la isla.
3. El 6 de octubre de 1976, Luis Posada
Carriles y Orlando Bosch, antiguos agentes de la CIA, perpetraron el primer
acto de terrorismo aéreo de la historia del continente americano e hicieron
estallar en pleno vuelo un avión civil de Cubana de Aviación. En total,
73 personas perdieron la vida, entre ellas todo el equipo juvenil cubano de esgrima
que acababa de ganar los juegos panamericanos.
4. Orlando Bosch, ya fallecido, nunca fue
enjuiciado por el atentado de Barbados que costó la vida a 73 personas. No
obstante, no faltaban las pruebas. Un informe del Departamento de Justicia de
1989 apuntaba lo siguiente: Orlando Bosch “expresó y demostró varias veces una
voluntad de infligir heridas y causar la muerte de modo indiscriminado”. Joe
Whitley, entonces viceministro de Justicia, subrayó en ese informe las razones
por las cuales Bosch, quien cumplía una pena de prisión en Estados Unidos por
atacar con bazuca un barco polaco en la bahía de Miami, debía ser deportado
cuando saliera de la cárcel: “La explosión del avión civil cubano el 6 de
octubre de 1976 era una operación de la CORU bajo la dirección de Bosch”. Pero
no fue deportado a Cuba como deseaba Whitley. El 20 de julio de 1990, George H.
W. Bush decidió concederle el perdón presidencial, tras la petición del lobby
cubano de Miami. Poco tiempo después, a guisa de agradecimiento, su hijo Jeb
Bush fue elegido gobernador de Florida.
5. Orlando Bosch nunca renegó su pasado
terrorista. El 5 de abril de 2006, Juan Manuel Cao, periodista del Canal 41 de
Miami, invitó a Bosch:
-Juan Manuel Cao: ¿Usted derribó ese avión en 1976?
-Orlando Bosch: Si le digo que estaba implicado me estaría
inculpando y si le digo que no participé en esa acción, me diría que soy un
mentiroso. Entonces no voy a confirmar mi participación y tampoco voy a
negarla.
-Juan Manuel Cao: En esa acción, 76 [en realidad 73] personas
fueron asesinadas.
-Orlando Bosch: No, chico, en la guerra que nosotros los cubanos
que amamos la libertad llevamos contra el tirano, tienes que derribar aviones,
tienes que hundir barcos, tienes que estar listo para atacar todo lo que está a
tu alcance.
-Juan Manuel Cao: ¿No tiene usted ningún remordimiento por los que
murieron en ese atentado, por sus familias?
-Orlando Bosch: ¿Quién estaba a bordo de ese avión? Cuatro
miembros del Partido Comunista, cinco norcoreanos, cinco [en realidad once]
guyaneses. ¡Coño chico! ¡Cuatro miembros del Partido! ¿Quiénes estaban
presentes? ¡Nuestros enemigos!
-Juan Manuel Cao: ¿Y los esgrimistas? ¿Y los niños a
bordo?
-Orlando Bosch: Estaba en Caracas. Vi a las niñas en la televisión.
Eran seis. Después de la competición, la capitana de las seis dedicó su triunfo
al tirano, etc. Hizo un discurso muy elogioso hacia el tirano. Ya nos habíamos
puesto de acuerdo en Santo Domingo, cualquier persona que viene de Cuba y que
glorifique al tirano debía correr los mismos riesgos que esos hombres y mujeres
que luchan con esa tiranía.
-Juan Manuel Cao: Si tuviera que encontrarse con los familiares de
las víctimas, ¿no le parecería difícil...?
-Orlando Bosch: No, porque en fin de cuentas los que estaban
presentes tenían que saber que cooperaban con la tiranía en Cuba.
6. En 1981, la CIA introdujo en Cuba el
dengue hemorrágico, virus extraño al continente americano, que causó 344.203
víctimas y provocó la muerte de 158 personas, entre ellas 101 niños.
7. En 1997, una ola de atentados terroristas
golpeó la industria turística cubana, con decenas de víctimas. Fabio Di Celmo,
joven turista italiano, perdió la vida en la explosión de una bomba en el hotel
Copacabana.
8. El 12 de julio de 1998, en una entrevista
al New York Times, Luis Posada Carriles reivindicó la paternidad
intelectual de los atentados de 1997. Según él, el italiano “se encontraba en
el lugar equivocado en el momento equivocado”. No expresó ningún arrepentimiento:
“Duermo como un bebé”. Posada Carriles nunca ha sido juzgado por sus
actividades terroristas y vive tranquilamente en Miami bajo la protección de
Estados Unidos, que se niega a juzgarlo o extraditarlo a Cuba o a Venezuela,
donde cometió también crímenes en los años 70. No obstante, el gobierno de
Estados Unidos reconoce “los importantes antecedentes delictivos y de violencia
en los cuales murieron civiles inocentes” de Posada Carriles, así como el
“peligro [que representa] para la seguridad nacional de Estados Unidos y para
la comunidad”.
9. No hay la menor duda sobre la culpabilidad
de Posada Carriles. Además de la entrevista al New York Times y la
declaración de Washington, los archivos del FBI y de la CIA, desclasificados respectivamente
en 2005 y 2006, califican a Posada Carriles de “peor terrorista del
hemisferio”. Del mismo modo, Posada reivindica abiertamente su trayectoria
terrorista en su autobiografía titulada Los caminos del guerrero.
10. Así, de 1959 a 1997, Estados Unidos realizó no
menos de 5.780 acciones terroristas contra Cuba, que costaron la vida a 3.478
personas e incapacitaron a otras 2.099. El propio Fidel Castro ha sido víctima
de 637 intentos de asesinato.
11. La extrema derecha de origen cubano, organizada y
financiada por la CIA durante décadas, preparó la gran mayoría de esas
agresiones desde la Florida. Actúa con toda impunidad pues se ha beneficiado
históricamente de la protección de Washington. Al inicio de los años 1990,
frente al recrudecimiento de los actos terroristas, Cuba decidió enviar a
varios de sus agentes para infiltrar esos sectores del exilio, implicados en la
violencia.
12. Estos agentes pudieron impedir cerca de 170
atentados contra Cuba informando a tiempo a las autoridades de La Habana.
13. En junio de 1998, el gobierno de La Habana, tras
lograr constituir un voluminoso informe sobre 64 personas implicadas en el
terrorismo contra Cuba que vivían en la Florida, invitó a dos importantes
responsables del FBI. Estados Unidos se expresó al respecto: “En junio de 1998,
tras una serie de atentados y de amenazas de ataques con bomba contra
ciudadanos cubanos, un equipo del FBI se reunió en La Habana con las
autoridades cubanas. Las conversaciones se centraron en las acusaciones según
las cuales residentes estadounidenses habrían participado en una conspiración
terrorista vinculada a atentados con bomba. En aquella época, las autoridades
cubanas y el FBI intercambiaron pruebas que se debían analizar en Washington
DC”.
14. Hasta hoy, a pesar de las numerosas pruebas,
ninguna de las 64 personas ha sido molestada por las autoridades
estadounidenses.
15. Tres meses después, el 12 de septiembre de
1998, tras una minuciosa investigación, el FBI procedió al arresto de cinco
agentes cubanos infiltrados en los grupúsculos terroristas de Miami: René
González Sehweret, Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort, Antonio
Guerrero Rodríguez y Gerardo Hernández Nordelo.
16. El 14 de septiembre de 1998, el Gran Jurado de
Florida (fiscalía) acusó a los 5 de infiltrar a los grupos terroristas. El
cargo era jurídicamente insostenible. El jurado rectificó su procedimiento y
presentó 26 cargos. El primer cargo se refiere a “una conspiración para cometer
delitos contra Estados Unidos”, como agentes del gobierno cubano. El segundo
cargo expone una “conspiración para comunicar a Cuba informaciones relativas a
la defensa nacional de Estados Unidos”. El tercer cargo acusa a Gerardo
Hernández de un cuádruple homicidio voluntario. Según la Fiscalía, sería
responsable directamente de los acontecimientos del 24 de febrero de 1996
cuando dos avionetas de la organización terrorista Hermanos al rescate
fueron derribadas por la seguridad aérea de La Habana, tras violar varias veces
el espacio aéreo cubano.
17. Durante todo el juicio, el fiscal no fue capaz de
presentar la menor prueba de estos tres cargos, rechazados por la defensa.
18. Los otros 23 cargos son menores y se refieren al
uso de una falsa identidad, al hecho de no matricularse como agente de una
potencia extranjera, etc. La defensa reconoció esas violaciones e invocó la
doctrina de la Necesidad que estipula que es posible ignorar la legislación si
el objetivo es impedir la realización de un mal mayor. Por ejemplo, entrar con
allanamiento en una casa para apagar un incendio constituye técnicamente una
violación de propiedad, pero dado que el objetivo es impedir que la casa se
queme, la ley no persigue al autor de dicha infracción. La defensa admitió que
los 5 habían violado la ley desde un punto de vista técnico pero explicó que
era necesario. Si los 5 hubieran revelado su verdadera identidad, no habrían
podido infiltrar a los grupúsculos terroristas e impedir los atentados contra
Cuba.
19. Como la fiscalía no podía probar los actos de
espionaje decidió acusar a los 5 de conspiración para cometer actos de
espionaje. El cargo no necesita pruebas. Sólo basta convencer al jurado “más
allá de una duda razonable” que son culpables.
20. Desde su arresto hasta el 3 de febrero de 2000, es
decir durante 17 meses, los 5 estuvieron confinados en celdas de aislamiento,
lejos de los demás detenidos. Estuvieron en el “hueco” durante todo ese periodo
sin comunicación exterior. No obstante, el código de prisiones de Estados
Unidos sólo prevé el aislamiento para individuos que cometieron crímenes de
sangre y sólo durante 60 días como máximo.
21. Durante el juicio, la fiscalía invocó la Ley de
Procedimiento para la Información Clasificada y presentó al jurado elementos
contra los acusados. Al mismo tiempo prohibió a la defensa consultarlos y por
consiguiente poder recusarlos ante el Tribunal. Así, 20.000 páginas de
documentos se usaron contra los 5 sin derecho a réplica.
22. Consciente de la fragilidad de la acusación por la
ausencia de pruebas factuales, el fiscal repitió tres veces durante el juicio
que los 5 habían llegado a Miami “para destruir Estados Unidos”, sin reacción
de la presidenta del Tribunal.
23. El juicio se desarrolló en Miami, ciudad que el
exilio cubano, hostil al gobierno de La Habana, controla a todos los niveles
(alcaldía, policía, medios informativos, etc.). Era entonces imposible
cualquier veredicto imparcial. El Tribunal se negó a transferir el juicio a
Fort Lauderdale, a 25 kilómetros de Miami, en violación del la sexta
Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que estipula que “en todos los
procedimientos penales, el acusado tendrá derecho a un juicio público e
inmediato por parte de un jurado imparcial del Estado y del distrito donde se
cometió el delito”. Del mismo modo, la legislación judicial estipula que todo
acusado tiene derecho de pedir el traslado de su juicio hacia otra ciudad u
otro distrito, si el Tribunal considera que el lugar donde se ha de abrir el
juicio está manchado de prejuicios contra los inculpados. No se respetó esta
regla.
24. Antes del inicio del juicio, se lanzó una violenta
campaña mediática contra los 5. Según la investigación que realizó el psicólogo
Garry Morgan en el condado de Miami Dade, a petición de la defensa y del
Tribunal, el 69% de las personas consultadas tenían prejuicios contra los
acusados. El 49% confesó no poder ser justo e imparcial en caso de ser
nombrados miembros del Jurado.
25. Por otra parte, los documentos federales revelaron
que el gobierno de Estados Unidos estipendió a varios periodistas de Miami –44
en total– para publicar artículos negativos sobre los 5 y Cuba. Esto,
además de constituir una grave violación de la ética periodística, influenció
al jurado. Así, durante los 194 días que separan el momento de su arresto en
septiembre de 1998 y la fecha de su condena el diciembre de 2001, el Miami
Herald (305) y el Nuevo Herald (806), los dos principales diarios de
Miami, publicaron un total de 1.111 artículos –todos hostiles– sobre el caso de
los 5, o sea un promedio de 5 por día.
26. Los jurados fueron amenazados de muerte si
absolvían a los acusados como lo muestran varios artículos de la prensa local.
Así, según un artículo del Nuevo Herald titulado “Miedo a ser jurado en
juicio de espías” del 2 de diciembre de 2000, “el miedo de una reacción
violenta por parte del exilio cubano si un jurado decide absolver a cinco
hombres acusados de ser espías del régimen de la isla ha llevado a numerosos
candidatos potenciales a pedir a la jueza que los excusara de su deber cívico”.
Un miembro del jurado testificó: “Sí, tengo miedo para mi seguridad si el
veredicto no es del agrado de la comunidad cubana”.
27. Las transcripciones de los minutos del juicio
demuestran también que los 5 no podían de ningún modo tener un veredicto justo
e imparcial. La misma jueza Joan A. Lenard, quien presidió el caso, se quejó de
la presencia de camarógrafos y de provocadores delante de las puertas del Tribunal
que intimidaba a los jurados. Las cámaras los perseguían hasta en sus coches y
se filmaban las placas de matriculación. Los miembros del jurado expresaron su
preocupación a la jueza, la cual redactó un informe al respecto: “Están
preocupados pues se sienten bajo presión y filmados”.
28. Los argumentos que demuestran que los 5 no habían
realizado actividades de espionaje no fueron presentados por la defensa, sino
por militares estadounidenses de alto rango: el contralmirante de la Marina de
Guerra de Estados Unidos Eugene Carroll, el General de División del Ejército de
Estados Unidos Edwards Breed Atkeson y el Teniente General de las Fuerzas
Aéreas de Estados Unidos James R. Clapper. Para justificar el acto de
“conspiración para realizar actos de espionaje”, el fiscal se valió del hecho
de que Antonio Guerrero trabajada en un taller de metalurgia de la base de
entrenamiento del ejército en Boca Chica. La defensa interrogó a los militares:
-Pregunta para Eugene Carroll sobre Boca Chica: “¿Qué información sobre la
táctica y los entrenamientos de la Marina de Guerra de Estados Unidos podría
ser útil al Ejército Cubano?”
-Respuesta: “Ninguna que yo sepa”.
-Preguntas para el General Atkeson: “¿Hay diferencias entre nuestra
relación con el Pacto de Varsovia y la Unión Soviética en Europa y nuestra
relación con Cuba?”
-“Sí, Hay diferencias”.
-“¿Cuáles son esas diferencias?”
-“Los cubanos no constituyen una amenaza para nosotros”. Así, Atkeson
desmintió las acusaciones del fiscal (“Vinieron para destruir Estados Unidos”).
-“¿Cuál es la relación entre el temor de ser atacado y la búsqueda de
información?”
-“Pienso que utilizan sus servicios de inteligencia para descubrir si
realmente nos preparamos para atacarlos”.
-“En el examen que usted realizó de los documentos, ¿encontró documentos
clasificados como secretos?”
-“No”
-“¿Encontró instrucciones para que agentes busquen documentos que puedan
perjudicar a Estados Unidos?”
-“No”
-Preguntas para Clapper: “¿Está usted de acuerdo para decir que el acceso a
una información pública no constituye un acto de espionaje?”
-“Sí”
-“Usted, con su experiencia en inteligencia, ¿clasificaría a Cuba como una
amenaza militar para Estados Unidos?
-“No, en absoluto. Cuba no representa una amenaza”.
-“¿Encontró alguna prueba que indique que Gerardo Hernández intentaba
conseguir informaciones secretas?”
-“Que yo recuerde, no”.
-“En cambio, lo que descubrió usted, es que pidió a alguien que consiguiera
informaciones públicas ¿no es cierto?”
-“Sí”.
29. El FBI también confirmó a la prensa que los
secretos militares estadounidenses nunca estuvieron en peligro. El Pentágono
intervino y certificó que no disponía de ningún indicio de que los 5 habían
tenido acceso a informaciones clasificadas como secretas o sensibles.
30. En cuanto a Hernández, acusado de asesinato, el
Fiscal reconoció que “vistas las pruebas presentadas durante el juicio,
demostrar la implicación de Gerardo Hernández representa un obstáculo imposible
para Estados Unidos”. No obstante, la Fiscalía certifica que el avión de Hermanos
al Rescate fue derribado en el espacio aéreo internacional, lo que
constituiría un grave crimen. Ahora bien, la publicación de las imágenes
satelitales a disposición de Estados Unidos permitiría elucidar este caso e
indicar sin duda posible si el avión se encontraba en el espacio aéreo cubano o
internacional, y entonces confirmar o no la culpabilidad de Gerardo Hernández,
acusado de informar a Cuba de la incursión aérea. No obstante, desde 1996,
Washington se niega a publicar estas imágenes, invocando una cuestión de
seguridad nacional, mientras la Organización Civil Internacional, encargada de
la investigación, las ha solicitado varias veces.
31. A pesar de la confesión del Fiscal y la ausencia
de pruebas, todos los miembros del jurado declararon a Gerardo Hernández
culpable de asesinato con premeditación, sin hacer ninguna pregunta al acusado
ni a la fiscalía. No exigieron la menor clarificación al respecto. Los jurados
escucharon en total a 74 testigos, entre ellos 43 contra los acusados. A pesar
de un informe de varias decenas de miles de páginas, varias decenas de cargos,
deliberaron en unas horas e incluso anunciaron de antemano el día y la hora
exacta de la publicación del veredicto. Ricardo Alarcón, antiguo presidente del
Parlamento Cubano enfatizó esta anomalía: “¡No se puede anunciar una hora
precisa para publicar un veredicto! Es algo imposible pues nadie sabe cuánto
tiempo durarán las deliberaciones, a menos que el caso esté decidido de
antemano. Además, se trata del juicio más largo de la historia de la justicia
estadounidense”.
32. Los 5 fueron severamente condenados. Gerardo
Hernández Nordelo recibió dos cadenas perpetuas más 15 años. Ramón Labañino
Salazar fue condenado a la reclusión criminal perpetua más 18 años. Antonio
Guerrero Rodríguez recibió una cadena perpetua más 10 años. En cuanto a
Fernando González Llort fue condenado a 19 años de prisión y René Gonzalez
Sehweret a 15 años de cárcel. En total, los 5 fueron sentenciados a cuatro
cadenas perpetuas más 77 años.
33. A guisa de comparación, Antonio Guerrero, que no
tuvo acceso a ningún documento secreto, fue condenado a la misma cadena
perpetua que Richard Amis, el más famoso espía de la historia de Estados
Unidos, quien durante años había robado miles de documentos secretos y se los
había vendido a la Unión Soviética.
34. La jueza Lenard reconoció que René González,
condenado a 15 años por no registrarse como agente de una nación extranjera en
el Departamento de Estado, había infiltrado a grupúsculos violentos para evitar
futuros ataques contra Cuba: “El terrorismo, que se cometa contra inocentes en
Estados Unidos o en Cuba, en Israel o Jordania, en Irlanda del Norte o India,
es malévolo y malo. Pero los actos terroristas de los demás no puede excusar la
conducta equivocada e ilegal de este acusado ni de ningún otro”.
35. Así, además de condenar a los 5 a largas penas de
prisión, el Tribunal tuvo cuidado de proteger a los grupúsculos violentos de
Florida vinculados con el terrorismo contra Cuba. La fiscalía tuvo un discurso
bastante insólito. Además de la pena de 15 años de cárcel contra René González,
exigió que se le impusiera una sanción de tres años de libertad supervisada
tras expresar su “preocupación sobre el hecho de que este acusado, después de
cumplir su pena, retomará sus actividades”. La jueza aceptó la petición e
impuso la siguiente restricción a González: “Como condición especial adicional
a su liberación supervisada, se le prohíbe al acusado asociarse con individuos
o grupos tales como los terroristas, los miembros de organizaciones que
preconizan la violencia y figuras del crimen organizado o visitar los lugares
específicos que frecuentan”. Así, la jueza Lenard admitió la existencia de
grupos terroristas en Miami, sin actuar en su contra.
36. En 2003, la defensa lanzó el proceso de apelación
en la Corte de Atlanta.
37. El 27 de mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre
las Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas declaró que la detención de
los 5 era arbitraria y violaba el Derecho Internacional.
38. El 9 de agosto de 2005, la Corte de Apelación del
Onceno Circuito de Atlanta anuló el juicio de primera instancia y reconoció que
no se trataba de un caso de espionaje ni de un atentado contra la seguridad nacional.
39. La fiscalía de Florida apeló la decisión de la
Corte de Apelación de Atlanta. Por primera vez en la historia de la Justicia de
Estados Unidos, una Corte de Apelación decidió volver a revisar su propio
juicio. Normalmente, el caso sigue hasta la Corte Suprema, pero después de
presiones políticas, el Tribunal aceptó oír de nuevo a las dos partes el 14 de
febrero de 2006.
40. El 2 de septiembre de 2008, la Corte de Apelación
de Atlanta confirmó las sentencias de Gerardo Hernández y René González e
invalidó las penas de Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino. En
dicha ocasión, la Corte reconoció otra vez que los acusados no habían
transmitido ningún documento secreto o información sobre la defensa nacional e
invalidó el cargo de “conspiración para cometer actos de espionaje”. Por otra
parte, en un documento de 16 páginas, Phyllis Kravitch, uno de los tres jueces
de la Corte de Apelación, afirmó que el gobierno de Estados Unidos no había
proporcionado los elementos de prueba necesarios para sustentar la acusación de
“conspiración para cometer un asesinato” contra Gerardo Hernández.
41. El 15 de junio de 2009, la Corte Suprema hizo
partícipe de su decisión de no estudiar el caso de los 5, sin dar
explicaciones, a pesar de los argumentos que brindó la defensa, y a pesar de 12
peticiones Amicus Curiae (amigos de la Corte), proceso que permite a
personalidades e instituciones jurídicas o asambleas legislativas solicitar a
la Corte Suprema de Estados Unidos sobre un caso. Se trata de la más importante
petición Amicus Curiae de la historia de Estados Unidos. Entre
esos Amicus Curiae se encontraban 10 Premios Nobel: Jose Ramos-Horta,
Wole Soyinka, Adolfo Pérez Esquivel, Nadine Gordimer, Rigoberta Menchú, José
Saramago, Zhores Alferov, Dario Fo, Günter Grass y Máiread Corrigan Maguire. En Estados Unidos, la National
Association of Criminal Defense Lawyers, los Cuban-American Scholars,
el Ibero-American Federation of Ombudsmen, el National Jury Project,
el William C Velazques Institute and the Mexican American Political
Association, el National Lawyers Guild et la National Conference
of Black Lawyers, el Civil Right Clinic de l’Howard University
School of Law, la International Association of Democratic Lawyers,
la Florida Association of Criminal Defense Lawyers-Miami Chapter, el Center
for International Policy y el Council on Hemispheric Affairs también
solicitaron a la Corte Suprema. A ello se agregan las peticiones de Mary Robinson, antigua presidenta de
Irlanda y Alta Comisaria de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas entre
1997 y 2002, del Senado mexicano por unanimidad, todas tendencias políticas, de
la Asamblea Nacional de Panamá, de 75 miembros del Parlamento Europeo, de 56
parlamentarios canadienses y de más de un centenar de parlamentarios
británicos, entre otros.
42. El 13 de octubre de 2009, el Tribunal de Florida,
obligado por la Corte de Apelación de Atlanta a modificar las sentencias de 3
de los 5, hizo públicas las nuevas condenas. Así, la pena de Antonio Guerrero
pasó de cadena perpetua y 10 años a 21 años más 5 años de libertad supervisada.
El 8 de diciembre de 2009, Fernando González vio su sentencia pasar de 19 años
a 17 años y 9 meses. En cuanto a Ramón Labañino, se le rebajó su condena de
cadena perpetua más 18 años a 30 años de prisión.
43. El 14 de junio de 2010, la defensa lanzó un
proceso de apelación en hábeas corpus para Gerardo Hernández. Se trata
del último recurso legal posible en el sistema judicial estadounidense. Esta
apelación se basa en dos aspectos. Primero, la Fiscalía no presentó ninguna
prueba para el cargo de “conspiración para cometer un asesinato”. Luego, el
acusado no se benefició de un juicio imparcial por la atmósfera hostil de Miami
y, sobre todo, porque se ha descubierto que el gobierno de Estados Unidos había
pagado a periodistas locales para difundir noticias negativas sobre Cuba y los
5. Hasta hoy, el Tribunal no ha tomado su decisión.
44. Los familiares de los 5 sufrieron varios casos de
tortura psicológica y moral. Adriana Pérez O’Conor, esposa de Gerardo
Hernández, no ha podido visitar a su marido desde 1998. El 25 de junio de 2002,
consiguió una visa para ejercer su derecho de visita en Los Ángeles donde se
encontraba Hernández. Pero al llegar a Estados Unidos, el FBI la arrestó, la
interrogó durante 11 horas y la expulsó a Cuba, sin que ella pudiera volver a
ver a su esposo.
45. Para impedir las visitas consulares a los 5, ésos
se encuentran en penitenciarias distintas en los cuatro rincones del país.
46. El 7 de octubre de 2011, René González salió de
prisión tras cumplir su pena. Como fue también condenado a 3 años de libertad
supervisada por su nacionalidad estadounidense, se quedó en Estados Unidos. El
3 de mayo de 2013, la jueza Lenard aceptó su petición de regresar a Cuba, con
tal de que renunciara a su ciudadanía estadounidense, lo que hizo.
47. Wayne S. Smith, antiguo embajador de Estados
Unidos en Cuba entre 1979 y 1982, expresó su punto de vista sobre este caso:
“Desde luego, los cinco, Gerardo Hernandez, Luis Medina, Antonio Guerrero, René
Gonzalez, y Ruben Campa eran miembros de los servicios de inteligencia cubanos.
No obstante, fueron mandados a Estados Unidos no para espiar al gobierno
americano, sus instalaciones o su personal, sino más bien para infiltrar las
organizaciones del exilio cubano que llevaban actividades terroristas contra
Cuba. La idea, en aquella época, era, una vez recopiladas las pruebas, invitar
a representantes del FBI a Cuba y entregarles el informe, con la esperanza de
que Estados Unidos tomaría las medidas necesarias para parar estas actividades.
Conforme a ese plan, en junio de 1998, representantes del FBI fueron invitados
a Cuba y se reunieron con sus homólogos cubanos. Luego regresaron a Estados
Unidos con 64 informes sobre las actividades de los exilados. Los cubanos
esperaron que Estados Unidos tomara medidas para detener esas actividades.
Esperaron en vano. No se tomó ninguna acción. Al contrario, unos meses más
tarde, aparentemente gracias a los documentos que proporcionaron los cubanos,
el FBI arrestó a los cinco cubanos y en 2001 los sometieron a un juicio
totalmente amañado donde el sentimiento anticastrista era efectivamente tan
fuerte que era imposible reunir a un jurado imparcial […]. La fiscalía fue
incapaz de presentar la menor prueba de que los cinco estaban implicados en
actividades de espionaje u otros crímenes (salvo el hecho de ser agentes no
declarados de una potencia extranjera)”.
48. El Coronel Lawrence Wilkerson, antiguo Jefe de
Estado Mayor del gabinete del ex secretario de Estado Colin Powel (bajo la
administración Bush), también se expresó al respecto: “Este caso se lleva las
palmas: castigar con cadena perpetua a hombres que vinieron aquí para
determinar cómo y cuándo su país iba a ser atacado por personas que violan las
leyes norteamericanas. Estos hombres estaban desarmados, no intentaron hacer
ningún daño físico a Estados Unidos, y sus motivos eran proteger a sus
conciudadanos de una invasión y de reiterados ataques por parte de
cubano-americanos que viven en la Florida. Y debemos preguntarnos también,
¿cómo es que nos hemos convertido en un refugio para supuestos terroristas?
¿Cómo es que nosotros —los Estados Unidos de Norteamérica— podemos tener un
puesto en nuestra propia lista de estados patrocinadores del terrorismo?”
49. Por primera vez, la Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas condenó un juicio en Estados Unidos y apuntó que “el
clima sesgado y perjudicial contra los acusados” era tal que era imposible para
un tribunal de Miami dar prueba de “la objetividad y de la imparcialidad
necesarias para cumplir sus obligaciones para un juicio equitativo”. Amnistía
Internacional considera también que los 5 no se beneficiaron de un juicio
imparcial.
50. El caso de los 5 ilustra el doble rasero que
Estados Unidos aplica en su “lucha contra el terrorismo”. No obstante, parece
también que los medios informativos occidentales lo aplican pues no sólo
censuran este escándalo judicial y político, ignoran la historia del terrorismo
contra Cuba, sino que también absuelven mediáticamente a Luis Posada Carriles,
el más peligroso terrorista del hemisferio americano según el FBI, negándose a
calificarlo de terrorista. Prefieren otros términos tales como “militante”,
“militante cubano”, “militante anticastrista”, “exilado cubano”, “exilado
anticastrista”, “militante anticomunista”, “anticomunista”. Así, los medios
occidentales aceptan, asimilan y promueven la doctrina del “buen y del mal
terrorista” que ha elaborado Washington y parecen dispuestos a aceptar
tácitamente justificar un tipo de violencia y denunciar lo que califican de
terrorismo arbitrario. El matiz varía según la víctima. Si es occidental –más
precisamente si es originaria de un país desarrollado–, los responsables son,
con razón, criminales sin fe ni ley. Cuando es del Tercer Mundo, cubana por
ejemplo, se convierten en “militante”, “militante cubano”, “militante
anticastrista”, “exilado cubano”, “exilado anticastrista”, “militante
anticomunista” o “anticomunista”
*Doctor en
Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV,
Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista,
especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se
titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité, Paris, Editions
Estrella, 2013, con un prólogo de Eduardo Galeano.
Página
Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
Muchas gracias, muy interesante