martes, 13 de mayo de 2014

droga en Argentina Unasur Chile Cuba Bolivia Iran cura Juan Carlos Molina Emilio Marin Comando Sur DEA





CRISTINA Y BACHELET PIDIERON ACUERDOS REGIONALES ANTIDROGAS
En la lucha contra la droga, aprender de Cuba, Irán y Bolivia

En su reunión con la presidenta de Chile, la mandataria argentina dijo que no basta un acuerdo de los dos países sino otro de orden regional. En el combate antinarcóticos los ejemplos a imitar son Cuba, Irán y Bolivia.
EMILIO MARÍN

Ayer estuvo en Buenos Aires la presidenta chilena Michelle Bachelet y se entrevistó con su colega argentina, con la que firmó acuerdos bilaterales.
Uno de los asuntos en debate en este momento, sobre todo de este lado de los Andes, es cómo enfrentar al narcotráfico. La visitante expresó: “no basta que dos países se pongan de acuerdo sobre el narcotráfico, sino que es un tema que debería llevarse a Unasur”. La anfitriona, en sintonía, manifestó que “querer circunscribir a resolver el problema en base a la reunión de uno o dos países, sin que los que producen la droga y los que las consumen se sienten para acordar un protocolo, es ficción o hipocresía”.
De ambas jefas de Estado la que apuntó contra Estados Unidos fue la argentina, cuya administración se encuentra dolorida con el Departamento de Estado por las críticas de su último informe mundial de lucha contra el terrorismo. Allí se afirmó que en la zona de la Triple Frontera habría sensibles progresos del narcotráfico y actividades afines al terrorismo.
Reforzando esas críticas del gobierno de Barack Obama, la subsecretaria adjunta del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jackson, abundó con que veían un alarmante aumento del consumo de drogas en Argentina y Brasil. Como siempre, viendo la paja en el ojo ajeno y no la tremenda viga en el propio...
Esos cruces polémicos deben estar en la base de las declaraciones de Sergio Berni, sobre que Washington importa droga y exporta muertes, y de las manifestaciones de CFK de ayer. Ella cuestionó: “si hace 20 años EE.UU. propone una fórmula para combatir el narcotráfico totalmente ineficaz, es necesario que la estrategia se replantee”.
Es posible que después de esta nueva vuelta de tuerca en la polémica entre el gobierno argentino y el Departamento de Estado, se haga oír alguna voz del organismo de John Kerry, como para quedarse con la última palabra.
De una forma u otra la polémica se reinstaló cuando los obispos, retomando la línea norteamericana y vaticana, plantearon en su reciente documento que la Argentina está enferma de violencia, y que ésta tiene que ver con el supuesto auge del narcotráfico.

¿Cuál es la prioridad?
Que ese flagelo ha aumentado en los últimos años, no caben dudas y el gobierno -si bien no lo admite en forma expresa con la parte de autocrítica que le corresponde- no lo desconoce.
El primer problema no es entonces el reconocimiento o no. Se trata de definir si el combate antinarcóticos debe ser la prioridad del gobierno argentino y demás gobernantes de la región.
El cronista cree que no. Que siendo ese un asunto muy importante, hay otros que lo superan, como erradicar la pobreza. En la II Cumbre de la CELAC realizada en enero de 2014 en La Habana, Raúl Castro, a la sazón presidente pro-témpore de la entidad, señaló: “según la CEPAL, a la que agradecemos su permanente cooperación con la Presidencia cubana y los cinco estudios que ha elaborado en el marco de dicha colaboración, en la América Latina y el Caribe la tasa de pobreza alcanzó en 2012, como mínimo, un 28,2% de la población, o sea, 164 millones de personas, y la de indigencia o pobreza extrema, el 11,3%, lo que equivale a 66 millones de habitantes de la región. Pero lo más preocupante es la pobreza infantil, que afecta a 70,5 millones de niños, niñas y adolescentes, de ellos 23,3 millones en pobreza extrema”.
Que se sepa, el Departamento de Estado y la Casa Blanca están muy apurados en la lucha contra las drogas, a su manera policíaca, y auspician recetas fondomonetaristas que afortunadamente tienen ahora menos predicamento en la región. De lo contrario los guarismos de la CEPAL serían más ominosos aún.

Los métodos
Los métodos propugnados por el imperio son bien conocidos: colocar la lucha antinarcóticos como tarea para las Fuerzas Armadas de los países, como parte de la agenda de “lucha contra el terrorismo y las nuevas amenazas”. El Comando Sur con asiento en La Florida auspicia ese enfoque, violatorio de la legislación argentina que separa a los militares de esos asuntos propios de fuerzas policiales y de seguridad en cuanto a la persecución propiamente dicha.
La mandataria argentina en su conferencia de prensa conjunta con la chilena dijo ayer: “si hace 20 años se propone una fórmula de combate a las drogas, y crece el narcotráfico, es evidente que hay que cambiar los métodos”.
Esa política tiene sólo parcial cumplimiento en Argentina. La parte favorable es que se rediseñó la política del Sedronar, atendiendo a la prevención, contención y atención de los adictos, ahora a cargo del sacerdote Juan Carlos Molina. Cuando en esos cargos estuvieron menemistas y duhaldistas como el ahora massista Eduardo Amadeo las políticas eran otras, más afines al Departamento de Estado, el FBI y la DEA.
De todos modos, el gobierno de Cristina se queda a mitad de camino con sus propias definiciones correctas del tema. Es que a continuación de las mismas pasa a firmar acuerdos con la DEA y se engancha en la línea estadounidense que en la zona encarna fielmente Colombia.
De allí que el secretario Sergio Berni haya suscripto nuevos acuerdos de cooperación y capacitación de sus agentes con la DEA, llevados a cabo en Bogotá, como en una suerte de competencia con Mauricio Macri, quien capacitó a jefes de la Metropolitana con la DEA en Estados Unidos.
Allí aparecen las diferencias de apreciación al interior gubernamental. El cura Molina y la presidenta lo reiteró ayer, creen que Argentina no es un país productor ni exportador de drogas. Y Berni, más en sintonía con Daniel Scioli, con los obispos y el gobierno de Obama, tienen una opinión diferente, de mayor gravedad, de que el país no es de mero tránsito y consumo.
El Secretario de Seguridad manifestó en el Senado que aquí puede haber unas 500 pistas clandestinas para que despeguen y aterricen aviones con sustancias tóxicas prohibidas. Lo más serio es que no quiso concurrir a la jornada organizada el jueves 8 en el Senado por el diputado del Movimiento Evita, Leonardo Grosso, y por los firmantes del Acuerdo de Seguridad Democrática, entre ellos el CELS. Berni explicó que no está de acuerdo con esa visión de la seguridad que mantienen esos sectores progresistas. No lo admitió, pero lo suyo tiene más que ver con policías en acción, otro punto donde congenia con el precandidato kirchnerista mejor posicionado para 2015: Scioli.

Tres modelos
La ruta de la DEA conduce a mayor narcotráfico, más injerencia del imperio en los asuntos políticos internos y en las fuerzas de seguridad, de por sí poco democratizadas. También se traducen en más negocios para los lavadores de dinero -particularmente gananciosos los bancos y paraísos fiscales- y en una mayor cuota de violencia en la sociedad.
Si de verdad se quiere conjurar o derrotar el flagelo, el cronista insiste en estudiar tres modelos exitosos.
Uno es Cuba. Como les contó Raúl Castro a sus colegas de la CELAC en la cumbre de Chile, en 2013, la clave fue el apoyo de la población. El gobierno cubano pidió a la población denunciar a quienes traficaran con droga, luego de que los carteles del narcotráfico introdujeron marihuana y cocaína cuando aumentó el turismo. “La población era la más interesada en que este problema no se extendiera”, dijo Castro, quien detalló que hay al menos 5.000 detenidos, que se equivocaron en muy pocos casos, y que se liberó a esas personas, y también que hay 250 detenidos de nacionalidades extranjeras.
La lección cubana sería: valores morales de la población, sin los yanquis, y a sangre y fuego sobre los narcos.
Otro ejemplo es Bolivia. Evo Morales echó a la DEA y allí comenzaron los buenos resultados. Prensa Latina informó el 9 de mayo que “la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico decomisó en el primer trimestre de este año 5,5 toneladas de cocaína y 16 toneladas de marihuana en tres mil 204 operativos”. El subdirector nacional de la policía antidroga, Marcos Encinas explicó que en ese período detuvieron a 846 personas entre nacionales y extranjeros.
Y el otro caso brillante es Irán. El jefe de la misión diplomática de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Irán, Gary Lewis, aplaudió el sábado 10/5 los denodados esfuerzos del país persa en la lucha antidroga. “Según Lewis, Irán registra alrededor del 80 % de la incautación de opio ilícito, así como la confiscación de un tercio de la heroína y derivados de la morfina en el mundo”, reseñó HispanTV.
Irán comparte 900 kilómetros frontera común con Afganistán y es tomado como conducto principal de las redes ilegales para contrabando de drogas afganas a Europa. Teherán ha invertido 700 millones de dólares para proteger las fronteras e impedir el tránsito de narcóticos con destino a países europeos, árabes y centroasiáticos. “Cerca de 3.700 agentes de la policía iraní han perdido la vida en los últimos 30 años en la lucha contra el narcotráfico, procedente de Afganistán”, decía ese despacho. Pocos lo reconocen. Argentina debería dejar de demonizar a Irán y tenerlo en esta materia como un modelo positivo, más que a la DEA.



--
Sergio Ortiz
facebook.com/sergio.ortiz.906
twitter: @Sergioortizpl