sábado, 24 de mayo de 2014

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Vallegrande: impronta del Che y de médicos cubanos

Por Pablo Osoria Ramírez (*)

La Paz, (PL) Para quien visita por primera vez la provincia de
Vallegrande, en el oriental departamento boliviano de Santa Cruz, resulta
una experiencia sin igual por disímiles razones.

Breves referencias al respecto expondrá este reportero durante su andar
por esos parajes, surgidos del silencio y el aislamiento, gracias a la
impronta dejada por el combatiente argentino-cubano, Ernesto Che Guevara.

Precisamente, la presencia del legendario guerrillero resulta de las cosas
más llamativas de la localidad cruceña, la cual fue fundada el 30 de marzo
de 1612 y, sin embargo, es el 8 de octubre la fecha que más visitantes
atrae, pues se recuerda el asesinato del mítico revolucionario.

Ese hecho tuvo logar en 1967, en una aldea humilde de Bolivia llamada La
Higuera, a unos 60 kilómetros de Vallegrande.

A partir de entonces, ese inhóspito sitio pasó a ser destino de
peregrinación para estudiosos, admiradores y hasta fanáticos del ejemplo
del combatiente americano.

Cubanos en estribaciones de los Andes

Hasta allí, tras recorrer un escarpado camino de tierra, viajamos junto a
una representación de la colaboración médica cubana, para rendir tributo
al Che Guevara, justo en el mismo sitio donde sus enemigos solo pudieron
desaparecerlo físicamente.

Las imponentes elevaciones y los despeñaderos causaban sorpresa, e
incluso, aspavientos en algunos integrantes del grupo a bordo de un
pequeño ómnibus conducido por Santiago, un chofer de la provincia cubana
de Camagüey, quien por primera vez realizaba la travesía.

Influenciados por la máxima "Subir lomas hermana hombres", tal y como
apuntó el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, en su diario de Campaña de
Cabo Haitiano a Dos Ríos, viajó la pequeña comitiva, porción de una
delegación de alrededor de 200 personas.

Los doctores Gladys Jiménez, Juan Enrique Balkaser, Hirán Menas y Jorge
Hernández, junto a la abogada Ayli Díaz, del grupo de apoyo a los
trabajadores sociales bolivianos, me acompañaron durante el itinerario.

Para recordar el aniversario 81 del natalicio de Che, todos íbamos por
primera vez a La Higuera, sitio sagrado en las estribaciones de los Andes,
donde a cada paso se distingue la presencia del Che y en el que se yergue
un inmenso busto que permanece en calma pero expectante a los nuevos
desafíos.

Allí, hasta donde viajó el médico y militante revolucionario para curar
las enfermedades crónicas de la sociedad, laboran dos galenos cubanos,
Aytza Carrazán y Raidel Alfonso, quienes, contra cualquier creencia,
disponen de tecnología de última generación para atender a sus pacientes.
En una breve entrevista, en medio de todo el ajetreo, ambos coincidieron
en afirmar que esa experiencia los marcará para toda la vida, en tanto les
da la oportunidad de hacer realidad lo que, de pequeños, aprendieron en
escuelas de la nación caribeña: Ser como el Che.

Recuentos y homenajes

En La Higuera, internacionalistas de la Isla rindieron tributo al
revolucionario, cuyo ejemplo, tal y como afirmaron, está vigente en sus
labores en las esferas de la salud, la educación y las políticas sociales.

Junto al contingente de colaboradores también se encontraba el embajador
cubano en Bolivia, Rafael Dausá, quien al intervenir en el homenaje
expresó: venimos a decirle que cumplimos con sus sueños de justicia e
igualdad para todos los desposeídos.

El diplomático afirmó que las ideas, esencia, solidaridad e
internacionalismo del Guerrillero Heroico se multiplican hoy por todo el
planeta.

Esa fue la mejor oportunidad para estimular la labor de las diferentes
brigadas médicas cubanas que en Bolivia viven una hazaña cada día.
La doctora María Isabel Martínez, al frente de los galenos cubanos
reconoció a varias unidades por su excelente desempeño, entre ellas, siete
hospitales integrales comunitarios, cuatro centros oftalmológicos y 132
consultorios.
Asimismo alabó la participación de los profesionales cubanos de la salud
en el control sanitario a mujeres gestantes y a niños menores de dos años
de edad, que han sido beneficiados por el gobierno del presidente
boliviano, Evo Morales, con el bono Juana Azurduy.

Antes de llegar a La Higuera visitamos el hospital municipal de
Vallegrande Señor de Malta, inaugurado el 14 de junio de 2006 gracias a
las gestiones de la alcaldía municipal con la decisiva contribución de
Cuba.
En lo que hoy constituye esa moderna unidad asistencial, fue mostrado el
cuerpo del Che tras su asesinato, el 9 de octubre de 1967.

También recorrimos los sitios donde fueron encontrados los restos de los
combatientes de la guerrilla en Bolivia en 1997, tras permanecer
enterrados tres décadas en esa región.

En la actualidad, en esta nación del Altiplano laboran alrededor de mil
800 trabajadores cubanos de la salud, entre cuyos méritos sobresalen haber
realizado cerca de 27 millones de consultas y más de 400 mil operaciones
de la vista.

Además de esos datos, afirmó la doctora Martínez, hemos escuchado el
primer llanto de 13 mil recién nacidos.

(*) El autor es corresponsal de Prensa Latina en Bolivia
rr/ga/por

PL-21

2009-06-30T01:03:24