Presidencia - 16 de junio
La Presidenta aseguró que Argentina "no va a defaultear la deuda reestructurada" y volvió a llamar a que se sumen los que no entraron en el canje
"Hay que definir lo que es una negociación y lo que es una extorsión", advirtió Cristina Kirchner por cadena nacional. "Es imposible que un país destine el 50% de sus reservas en un solo pago a acreedores", afirmó. El 30 de junio se hará el pago previsto.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló esta noche por la Cadena Nacional para reafirmar "al 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la Argentina, que la Argentina va a cumplir con sus obligaciones, no va a defaultear su deuda reestructurada.
Afirmó que la el juez Thomas Griesa ante el reclamo del fondo NML "ordena pagar cash, efectivo, uno arriba del otro, para decirlo en criollo, son 1.500 millones de dólares" ordena " pagarles 1.500 millones de dólares, todos juntos, sin plazo, ya, ahora, cash, frente a 92 por ciento de los otros bonistas también acreedores que aceptaron quitas, plazos, espera y a quienes les hemos pagado regularmente".
Señaló que " hay algunos que dicen: ¿y por qué no pagarle estos 1.500 millones de dólares y terminar todo ya? Y porque hay otro problema bastante más grave que representa el 1 por ciento de los que no entraron al default, hay otro 7 por ciento que de aceptarse este criterio de pagarle a NML 1.500 millones de dólares, estarían en condiciones de cobrarle a la Argentina ya y ahora 15.000 millones de dólares#" lo que " es más de la mitad de la totalidad de las reservas del Banco Central".
Calificó eso como "algo absurdo, sino que es imposible que un país destine más del 50 por ciento del total de las reservas monetarias de su Banco Central en un solo pago a acreedores. Pero además, con la posibilidad de que el otro 92 por ciento, que es el grueso de los acreedores, encuentre otro juez también que diga "bueno, pero si ustedes aceparon quita, plazos y resulta que alguien fue beneficiado teniendo el 1 por ciento y obtuvo de una sola vez el pago total, ustedes también tienen derecho a lo mismo por una cuestión de equidad y de igualdad".
"Quien encuentra un juez Griesa -advirtió-, puede encontrar otro juez que también les dé la razón, con lo cual estaríamos también ante la posibilidad más que cierta de que fuera exigida la totalidad de la deuda argentina y la reestructuración operada en el año 2005 y operada en el año 2010, se cayera como un castillo de naipes y con el, obviamente, la República Argentina".
Tras destacar que "la voluntad de negociación de la Argentina está más que demostrada", alertó que "hay que distinguir entre lo que es una negociación de lo que es una extorsión".
"Todo gobernante, todo país, todo dirigente en el ámbito de la política, de la economía -dijo- tiene que estar dispuesto a negociar; lo que no pude hacer, por lo menos ningún presidente de una nación soberana, es someter a su país y a su pueblo a una extorsión semejante."
Entonces afirmó que al dirigirse "no solamente a los millones de argentinos que seguramente nos están escuchando, quiero dirigirme también fundamentalmente, al 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la Argentina y quiero decirles a ellos que Argentina va a cumplir con sus obligaciones" por lo que afirmó: " Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada. Estamos dispuestos también, como lo hemos hecho siempre y porque hemos abierto el canje, a que entre a ese canje el 100 por ciento de los acreedores de la Argentina, de ese 7 por ciento que todavía falta también ingresar".
" Lo que no tiene es, bueno, digámoslo, digámoslo también con todas las letras, el por qué se sometida a semejante extorsión. Creo que no lo merece ni nuestro país ni los tenedores de bonos a los cuales se les quiere impedir o se les quiere embargar los fondos que tenemos que pagar ahora a fin de mes, el 30 de junio, tenemos vencimientos por 900 millones de dólares y vamos a pagarlos".
Afirmó entonces que "he instruido al ministerio de Economía y a todos los organismos técnicos del Estado nacional para que dispongan todos los instrumentos y todas las estrategias necesarias para que todos aquellos que han confiado en la Argentina, reciban su dinero, reciban los dólares a los que nos hemos comprometido a pagarlos. Pero queremos hacerlo con seriedad y responsabilidad".
Afirmó que "esta no es una causa que involucre únicamente a la República Argentina; involucra, como lo dije ayer en la reunión de Santa Cruz, en Bolivia, en la reunión del G-77+China, a todo el sistema financiero global. Por eso nos acompañó tanta gente frente a la Corte".
Indicó que "nosotros queremos cumplir y honrar nuestras deudas y lo vamos a hacer. Pero no queremos tampoco ser cómplices de esta forma de hacer negocios, por no calificarlo de otra manera que algunos quieren instalarla en el mundo".
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA COMPLETA DEL DISCURSO DE CRISTINA EL
16-06-2014
MENSAJE, POR CADENA NACIONAL, DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, DESDE SU DESPACHO PRESIDENCIAL, EN LA CASA ROSADA.
Me dirijo, hoy, a todos los argentinos, con motivo de lo que ya es de público y notorio conocimiento, que es el fallo de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, convalidando el fallo del juez Griesa, de primera instancia, contrario no sólo a los intereses de nuestro país, la República Argentina, sino también del 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la Argentina y reestructuraron su deuda, 92 por ciento de los acreedores de la deuda externa argentina y también – por qué no decirlo – de lo que es el sistema y el funcionamiento del sistema económico y financiero global. ¿Por qué digo esto? Por una razón muy sencilla, no en vano países como Francia; México; Brasil, inclusive más de cien parlamentarios británicos, entre otras personalidades, acompañaron a la República Argentina ante la Suprema Corte de Justicia como amicus curiae precisamente porque entendía que esto no era una causa únicamente de la Argentina, sino del mundo entero.
Pero creo que esto amerita una breve reflexión previa, y que es lo que constituyó en la historia de Argentina la deuda externa, que comenzó a crecer exponencialmente, desde la dictadura del 24 de marzo de 1976, constituyó – sin lugar a dudas- el cepo más formidable que atentó contra el crecimiento, el desarrollo de la Argentina y generó pobres, desocupación, atraso, falta de inversión en infraestructura, en educación, en investigación, en ciencia y tecnología, la historia, en definitiva de las últimas décadas de nuestro país.
Esa deuda no solamente creció durante dictadura, también creció en democracia, creció durante los años 80 y creció también exponencialmente durante el régimen denominado de convertibilidad, donde con la ficción de que dólar era igual a un peso el país se endeudó de manera terrible en los mercados internacionales, para sostener precisamente esa ficción de que un dólar era igual a un peso.
Pero allí no terminó la cosa, cuando finalmente cambia el gobierno que había instalado el régimen de la convertibilidad y viene otro gobierno no solamente sigue sosteniendo la convertibilidad, sino que además se dan dos formidables operaciones financieras que algunos la llaman como el mayor fraude financiero de la historia: el denominado blindaje y el megacanje.
El blindaje – y esto lo recuerdo muy bien porque yo era legisladora nacional – tiene lugar, a fines del año 2001, constituía una operación ficticia, una suerte de pasamanos de 40 mil millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional, le prestaba al gobierno de entonces, para hacerse cargo de la deuda que tenía el gobierno, y que no podía pagar y que era en realidad un pasamanos o un mero asiento contable, porque el dinero entraba al país, pero inmediatamente salía para afuera del país para pagar las deudas de los capitales que habían entrado con tasas altísimas a nivel internacional a nuestro país. Esto a cambio, también, de un formidable ajuste, que se discutió en el Congreso: reducción del PAMI, la ANSES, reducción del Estado, de los presupuestos educativos, en fin lo que se constituyó el ajuste que tuvo una amplia difusión y una amplia discusión en el Parlamento argentino, del cual también, en ese momento, como parlamentaria, me tocó ser protagonista.
Pero allí no terminarían las cosas, como no podía ser de otro modo el blindaje tampoco tuvo éxito y entonces sobrevino lo que constituyó el último acto de la gran tragedia de la deuda argentina: el megacanje. El megacanje fue una idea, su autor intelectual fue un ex secretario del Tesoro, de los Estados Unidos de Norteamérica. David Mulford, en ese entonces el CEO del Credit Suisse, del Banco de Crédito Suizo, que le propuso al entonces ministro de Economía y al entonces Presidente canjear 46 bonos de deuda existentes a ese momento por 5 bonos de deuda.
La operación, en la que intervinieron siete bancos, y también las AFJP generó comisiones, esto es pago por la intermediación de canjear bonos, de 150 millones de dólares, de los cuales 20 millones fueron a parar a manos de David Mulford y el resto a los bancos y a las AFJP, que habían intervenido. Lo interesante - además de los 150 millones de dólares de comisión – es que los bancos que habían intervenido en esa operación y las AFJP pusieron y digo pusieron entrecomillas, 27 mil millones de dólares, pero en realidad solamente fueron 7.000 porque 20.000 ya los tenían en sus carteras. Quiere decir que se cobraron comisiones así mismos de lo que ya ellos tenían. Esto originó una formidable causa penal, con pericias contables, prescribió. ¿Qué significa que prescribió? Que el paso del tiempo y la inactividad de jueces, camaristas y fiscales llevó este último 6 de junio que pasó, a que David Mulford, al que nunca se pudo interrogar ni indagar, ni sé tampoco si alguien pidió que viniera al país o se insistió demasiado en que viniera al país fuera sobreseído y también otras personas que intervinieron en esa operación. Es curioso y digo esto porque es curiosa la velocidad de algunos jueces, de algunos camaristas y de algunos fiscales que tienen la velocidad del correcaminos, aquel personaje del Beep Beep, en algunas causas mediáticas y políticas, yo no puedo olvidarme aquel verano de las reservas cuando una jueza nos impidió, mediante una medida cautelar pagar con reservas del Banco Central la deuda que habíamos contraído los argentinos y no puedo dejar de cotejar esa velocidad y esas distintas velocidades con esta inacción, durante años, por parte de fiscales, de jueces y de camaristas que permitieron prescribir una causa que le ocasionó al país un perjuicio de 55.000 millones de dólares.
Es notable también la diferencia de cómo actúa una Justicia – como es la de Estados Unidos – en defensa de apenas un 1 por ciento de los acreedores buitres de la Argentina y voy a explicar por qué lo de buitres y cómo actúa la Justicia, o por lo menos algunos jueces, algunos fiscales y algunos camaristas argentinos. Digo esto porque es necesario aclarar las cosas y llamarlas a todas por su nombre.
Lo cierto es que culmina esta operación del megacanje y la deuda externa argentina ya rondaba el 160 por ciento del Producto Bruto Interno tornándose en algo realmente impagable. La desocupación había llegado a dos dígitos, casi el 25 por ciento; la pobreza al 54 por ciento; la indigencia al 30 y se dispara, como no podía ser de otra manera, el default. El default que se dispara en el año 2001, y que es el default de deuda soberana más grande de que se tenga memoria. Default que se fue acumulando, como dije, reiterando deuda contraída durante la dictadura militar, durante la democracia, convertibilidad, blindaje y megacanje.
Año 2003, 25 de mayo, asume como Presidente de todos los argentinos, con apenas el 22 por ciento de todos los votos, el Presidente Néstor Carlos Kirchner, quien se aboca precisamente a la tarea de renegociar la deuda de los argentinos, porque sabíamos que era un cepo insalvable. Entonces comienza una negociación, una renegociación ardua que finalmente culmina, una primera parte, en el año 2005, con una adhesión de casi el 76 por ciento de los acreedores, con una quita muy importante y se cumple lo que él había dicho:"permitannos crecer para poder pagar, porque los muertos no pagan". Y la Argentina, sin acceso al mercado de capitales, por primera vez comienza a eliminar la bicicleta financiera y comienza a pagar su deuda con recursos genuinos, con recursos propios, con recursos producto de su crecimiento y su desarrollo económico.
Paralelamente al pago de esa deuda se generaban millones de puestos de trabajo, se incorporaban jubilados al sistema previsional, se comenzaban a aumentar las jubilaciones, volvían las convenciones colectivas de trabajo, se abrían fábricas, parques industriales. Fue un pago de deuda con crecimiento e inclusión social.
Luego me tocó asumir a mí, como Presidenta de todos los argentinos, en el año 2010, también se produce el segundo canje de bonos, llegando al 92 por ciento de adhesión. Téngase en cuenta una cosa: la mayoría de los países, la legislación interna de un país, en el nuestro también, cuando hay una quiebra de una empresa, un default sería la quiebra de un país basta con que el 66 por ciento de los acreedores esté de acuerdo con lo que propone el deuda pagar, para que esa quiebra pueda ser levantada y el deudor pueda comenzar a pagar. Este es el porcentaje que normalmente se exige en todos lados, inclusive también, en el propio Estados Unidos. Pero carecemos, a nivel internacional, de una norma global, que establezca normas en caso de default o de países que quiebren. También, durante la gestión del Presidente Kirchner se pagan y se desendeuda del Fondo Monetario Internacional con recursos propios. Por primera vez en la historia, desde que Argentina adhirió, en 1957, al Fondo Monetario Internacional, este deja de conducir los destinos de la economía y de los argentinos. En base a todas estás cosas podemos explicar las cosas que han pasado también en nuestro país, en los últimos años.
Ahora bien, una parte de quienes tenían estos bonos, mejor dicho una parte que compró bonos, después de que la Argentina defaulteó, porque había gente que tenía bonos de antes que la Argentina defaulteara sus bonos y había gente que se especializa en el mundo a comprar qué, a comprar bonos de países que ya entraron en default. Son bonos que prácticamente se los denomina bonos basuras. ¿Por qué? Porque no valen nada en el mercado, son bonos que de un valor nominal de cien, se pueden comprar – si vale un dólar – por 30 centavos de dólar, por 40 centavos de dólar porque son bonos basura. Quién va a comprar bonos de un país que ha defaulteado su deuda y que no la está pagando, solamente alguien que va a especular y que tiene todo el tiempo del mundo para especular con que ese país se recupere y luego caer sobre ese país. Este es el caso que hoy se está tratando, y que fue el caso que la Corte de Estados Unidos rechazó y que el fue el caso que Griesa si aceptó y convalidó, es el del fondo NML, que es muy importante señalar esto, tiene fondos que adquirió en el año – yo voy a mostrar un cartón, si la cámara me acompaña, por favor – son fondos que adquirió en el año 2008 por 48,7 millones de dólares. Año 2008, acuérdense que habíamos defaulteado la deuda, en el año 2001.
El retorno agregado, al año 2014, o sea cuánto ganó de esos 48 millones al 2014, el 1.608 por ciento, en dólares. Yo creo que ni en el crimen organizado hay una tasa de retorno de 1.608 por ciento en tan poco tiempo. Esto termina en el año 2014, donde la Justicia de Estados Unidos reconocer a NML 832 millones de dólares. Creo que ahí se puede ver claramente. Bien, es bueno recordar que estos bonos, el 70 por ciento, son bonos emitidos por el megacanje, la operación que acabo de decir, que fueron sobreseídos Mulford y que se realizó en el año 2001. Y el otro 30 por ciento, son bonos emitidos durante la convertibilidad.
Ahora bien, ¿cuál es el reclamo de los fondos buitres? El fondo NML que representa el 52 por ciento es de 428, capital original, y que el juez Griesa ordena pagar cash, efectivo, uno arriba del otro, para decirlo en criollo, son 1.500 millones de dólares.
Recordemos: compraron esos bonos por 48,7 millones de dólares; hoy el juez Griesa ordena pagarles 1.500 millones de dólares, todos juntos, sin plazo, ya, ahora, cash, frente a 92 por ciento de los otros bonistas también acreedores que aceptaron quitas, plazos, espera y a quienes les hemos pagado regularmente.
Ahora bien, hay algunos que dicen: ¿y por qué no pagarle estos 1.500 millones de dólares y terminar todo ya? Y porque hay otro problema bastante más grave que representa el 1 por ciento de los que no entraron al default, hay otro 7 por ciento que de aceptarse este criterio de pagarle a NML 1.500 millones de dólares, estarían en condiciones de cobrarle a la Argentina ya y ahora 15.000 millones de dólares. O sea, se entiende, repito, estarían en condiciones de exigirle pagar ya a la Argentina 15.000 millones de dólares. Esto es más de la mitad de la totalidad de las reservas del Banco Central.
Como se verá, no solamente es algo absurdo, sino que es imposible que un país destine más del 50 por ciento del total de las reservas monetarias de su Banco Central en un solo pago a acreedores. Pero además, con la posibilidad de que el otro 92 por ciento, que es el grueso de los acreedores, encuentre otro juez también que diga "bueno, pero si ustedes aceparon quita, plazos y resulta que alguien fue beneficiado teniendo el 1 por ciento y obtuvo de una sola vez el pago total, ustedes también tienen derecho a lo mismo por una cuestión de equidad y de igualdad". Quien encuentra un juez Griesa, puede encontrar otro juez que también les dé la razón, con lo cual estaríamos también ante la posibilidad más que cierta de que fuera exigida la totalidad de la deuda argentina y la reestructuración operada en el año 2005 y operada en el año 2010, se cayera como un castillo de naipes y con el, obviamente, la República Argentina.
Creo que la voluntad de negociación de la Argentina está más que demostrada. Hemos negociado en el año 2005; hemos negociado en el año 2010; hemos negociado…hace muy pocos días se cerró el acuerdo nada más ni nada menos con Repsol, la principal empresa petrolera argentina, que había sido expropiada y que teníamos una demanda ante del CIADI y pudimos cerrar, negociar, llegar a un acuerdo entre las partes, cerrar un trato y comenzar a cumplirlo a punto tal de que Repsol retiró su demanda del CIADI.
Pero no solamente eso, hace pocos días también, hemos cerrado definitivamente y por primera vez en toda su historia, las negociaciones con la deuda del Club de París. Deuda del Club de París cuyo origen se remonta al año 1956 y que 8 gobiernos anteriores al nuestro, habían intentado negociar y no habían podido.
Cuando se comenzó a contraer esa deuda, esta Presidenta tenía 3 años, año 1956, fue el primer préstamo que se solicitó de 700 millones de dólares y el ministro de Economía, Axel Kicillof que la negoció en París, con todos los ministros de Economía de toda la Unión Europea y también de Japón, ni siquiera había nacido. Quiere decir que Argentina ha demostrado más que una evidente voluntad de negociar.
Pero yo creo que hay que distinguir entre lo que es una negociación de lo que es una extorsión. Me parece que son dos conceptos absolutamente diferentes. Todo gobernante, todo país, todo dirigente en el ámbito de la política, de la economía tiene que estar dispuesto a negociar; lo que no pude hacer, por lo menos ningún presidente de una nación soberana, es someter a su país y a su pueblo a una extorsión semejante.
Yo quiero hoy dirigirme, no solamente a los millones de argentinos que seguramente nos están escuchando, quiero dirigirme también fundamentalmente, al 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la Argentina y quiero decirles a ellos que Argentina va a cumplir con sus obligaciones. Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada. Estamos dispuestos también, como lo hemos hecho siempre y porque hemos abierto el canje, a que entre a ese canje el 100 por ciento de los acreedores de la Argentina, de ese 7 por ciento que todavía falta también ingresar. Porque la vocación de la Argentina es pagar, lo hemos demostrado, hemos sido el único gobierno que no utilizó la bicicleta financiera para seguir endeudándose; el único gobierno que pagó todas sus obligaciones sin acceder al mercado de capitales; el único gobierno que pudo finalmente cerrar las negociaciones con el Club de París.
Debo decir también que lo habíamos intentado en el 2008, cuando me tocó anunciar el pago cash del Club de París pero que en ese momento la caída de Lehman Brothers y cuando se disparó la crisis financiera global desde Wall Street hacia todo el mundo, nos fue imposible cumplimentar esto.
Pero lo cierto es que Argentina ha evidenciado y tiene una voluntad de negociación. Lo que no tiene es, bueno, digámoslo, digámoslo también con todas las letras, el por qué se sometida a semejante extorsión. Creo que no lo merece ni nuestro país ni los tenedores de bonos a los cuales se les quiere impedir o se les quiere embargar los fondos que tenemos que pagar ahora a fin de mes, el 30 de junio, tenemos vencimientos por 900 millones de dólares y vamos a pagarlos.
Yo he instruido al ministerio de Economía y a todos los organismos técnicos del Estado nacional para que dispongan todos los instrumentos y todas las estrategias necesarias para que todos aquellos que han confiado en la Argentina, reciban su dinero, reciban los dólares a los que nos hemos comprometido a pagarlos. Pero queremos hacerlo con seriedad y responsabilidad.
Esta no es una causa que involucre únicamente a la República Argentina; involucra, como lo dije ayer en la reunión de Santa Cruz, en Bolivia, en la reunión del G-77+China, a todo el sistema financiero global. Por eso nos acompañó tanta gente frente a la Corte.
Y quiero decirles algo o confesarles algo: el fallo no me sorprendió, yo esperaba este fallo.
Cuando hoy por la mañana hablé con el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, me decía "Presidenta, usted fue la única que creyó que esto iba a pasar". Sí, porque esto no es un problema económico, no es un problema financiero, no es un problema jurídico ni legal; es la convalidación de un modelo de negocio a escala global que si se sigue pronunciando, va a producir tragedias inimaginables.
Porque como decía ayer en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia: ¿por qué si alguien con solo poner 1 dólar desde su escritorio en un bono basura, gana un retorno y una tasa del 1.608 por ciento desde el año 2008 al 2014? ¿Por qué alguien que tiene esa rentabilidad increíble, va a decidir invertir en una fábrica o en un comercio o en comprar acciones de una empresa o en hacer cualquier negocio financiero? Está claro que se está convalidando una forma de dominación mundial financiera de derivados para arrodillar a los pueblos y donde ya ni siquiera es necesario explotar a nadie, sino que simplemente, con la exclusión alcanza y sobra. Basta que haya gobiernos dispuestos a hacer megacanjes, haya gobiernos dispuestos a hacer blindajes, a que haya gobiernos dispuestos a negociar comisiones para que este negocio siga prosperando con la sangre, con el hambre o la exclusión de millones de jóvenes a lo largo y al o ancho del mundo que carecen de trabajo y de educación.
Nosotros queremos cumplir y honrar nuestras deudas y lo vamos a hacer. Pero no queremos tampoco ser cómplices de esta forma de hacer negocios, por no calificarlo de otra manera que algunos quieren instalarla en el mundo.
Por eso, quería dirigirme a todos mis compatriotas, con la tranquilidad de que sabía lo que iba a pasar. No estoy ni siquiera enojada, estoy muy preocupada. Muy preocupada porque la vida no empieza cuando uno llega al Gobierno o cuando uno se va; la vida de mis hijos, de mis nietos, la vida del planeta, la de los distintos pueblos, cada vez se ve más agravada y ayer lo comentábamos con muchísimos gobernantes de este grupo que nos reunió en Bolivia. Y por eso creo que es obligación de todos los que tenemos responsabilidades de gobierno, hacernos cargo de nuestras obligaciones y entre nuestras obligaciones, está, entre otras cosas, la de pagar a nuestros acreedores, pero también está la de no permitir ser extorsionados por aquellos que han especulado y lucrado con la miseria e inclusive, quieren perjudicar a un 92 por ciento de acreedores que sí confiaron en la Argentina.
Espero que todos reflexionen y podamos, no solamente honrar, como lo vamos a hacer al 92 por ciento, sino al 100 por ciento.
Muchas gracias y muy buenas noches a todos los argentinos y a todas las argentinas. (APLAUSOS)
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Economía - 17 de junio 2014
El Gobierno anunció un nuevo canje de deuda para "pagar en Argentina y bajo la ley argentina" a los bonistas que reestructuraron su deuda
Lo anunció hoy el ministro de Economía, Axel Kicillof. Dijo que el nuevo canje apunta a evitar el embargo de los fondos destinados al pago de deuda reestructurada. Además instruyó los abogados de la Argentina a hablar con el juez Griesa. Mañana a las 10 el Gobierno expondrá el plan en el Congreso.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, anunció hoy en conferencia de prensa la nueva metodología para honrar la deuda con los bonistas que ingresaron a los programas de reestructuración. Dijo que se abrirá un nuevo canje de deuda a los que entraron en las anteriores reestructuraciones para pagar en la Argentina y bajo ley argentina a fin de evitar embargos.
Anticipó que instruyo a abogados de la Argentina, por indicación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a ir a hablar con el juez Thomas Griesa.
Adelantó además que mañana a las 10 él y su equipo se reunirán con los presidentes de las comisiones correspondientes en el Congreso, ya sea diputados como senadores, para explicarles el plan y exponer el punto de vista del Gobierno en torno a las consecuencias del fallo adverso para la Argentina de la Corte Suprema de los Estados Unidos en la causa abierta por los denominados "fondos buitre".
El Gobierno argentino "no puede permitir que le impidan honrar sus compromisos y por eso estamos iniciando los pasos para realizar un canje de deuda para pagar en Argentina bajo la ley argentina", anunció el ministro de Economía.
Detalló que "si no le pagamos a los buitres, la sentencia dice que no podemos pagar a los bonistas, y si le pagamos a los buitres se desencadena una cantidad impagable".
También advirtió que "si el 30 de junio pagamos los 900 millones a los tenedores de deuda reestructurada en Nueva York, como pide el juez, los van a embargar".
Precisó Kicillof que "estamos ante un problema de dimensiones globales que atenta contra nuestro esfuerzo y frente a eso decimos: no pasarán, no van a voltear nuestras reestructuraciones".
Admitió que su "impresión como ministro de Economía es que quieren tirar abajo la reestructuración de la deuda argentina, una reestructuración sin precedentes que fue hecha sin intervención de organismos internacionales ni condicionamientos para la política económica argentina ", ya que, especificó, "si se aplicara la sentencia de Griesa tal como consta en el fallo ratificado por la Corte estadoundiense, si Argentina fuera obligada a pagar a los fondos buitres, entonces Argentina sería empujada a un default", advirtió.
Reaseguró sin embargo que "vamos a tomar todos los recaudos para pagar los vencimientos de la deuda reestructurada".
El ministro de Economía recordó el origen de la deuda y subrayó que "éste no es el gobierno del sobreendeudamiento que llevó a la Argentina al default más grande de la historia", sino que por el contrario fue el que "normalizó" las relaciones internacionales del país tras lo ocurrido en 2001. "Por más que este fallo sea desfavorable no estamos dispuestos a negociar cualquier cosa".
El titular de la cartera de Economía señaló que "si se aplicara la sentencia del fallo de Griesa y la Argentina se viera obligada a pagar a los fondos buitres, esto empujaría al país al default".
"Vamos a tomar todos los recaudos para pagar los vencimientos de la deuda reestructurada", indicó el ministro.
Kicillof recordó que en 2002 "la deuda externa de Argentina representaba el 166 % de su producto bruto interno" en tanto que hoy esa relación se ubica en el 40%. "Un cuarto de lo que era" dijo y acotó que ese dato de 2001 fue lo que condujo al default y precisó que "lo que está en discusión ahora son títulos de deuda que cayó en default en 2001. Esto no fue iniciado por este gobierno".
"Este gobierno no endeudo, no provocó el default y hoy aparece una herencia de esa situación", agregó.
Kicillof subrayó que el reclamo tiene que ver con "títulos que no entraron a esas dos reestructuraciones", en referencia a las de los años 2005 y 2010.
"Son títulos correspondientes al 7% de esa reestructuración" dijo y avanzó "es más son algunos títulos, no todos".
Indicó que ese porcentaje está en manos de fondos buitres que "no eran acreedores de la Argentina sino que por el contrario fueron y compraron en el 2008. Títulos que están por fuera de la reestructuración" Y puntualizó que lo que hicieron fue aprovechar "una falla judicial y obtener una ganancia extraordinaria". De los 48 millones iniciales hoy son 832 millones de dólares.
Indicó que hicieron otros intentos en la Justicia de los Estados Unidos: "Trataron de embargar el Tango 01, los fondos de la Anses, de Enarsa, partes de un satélite argentino, la fragata Libertad, bienes del Inta, de Aerolíneas Argentina", pero señaló que otros jueces de ese país no hicieron eco de los reclamos. "Todos estos intentos fueron detenidos por jueces en el extranjero. Esta es una fisura por la que lograron introducirse con el objetivo de derribar todo este trabajo que hemos hecho los argentinos para normalizar la situación".
El ministro, con estos ejemplos, respondió a aquellos que en estas horas advirtieron sobre una "estrategia desacertada". "Pero todos los fallos favorables sobre intentos de incautar bienes argentinos en el exterior, todo eso, fue detenido por nuestra estrategia judicial", dijo y puntualizó el apoyo de los gobiernos de Francia, de México, de Brasil, los parlamentarios británicos; de distintos organismos como el propio FMI, la Celac, el G77, o incluso economistas y hasta Anne Krueger sobre esta causa.
Por ello Kicillof advirtió que "no van a voltear nuestra reestructuración, lo vamos a impedir".
El ministro precisó que en caso de que la Argentina pagara como lo indicó Griesa, detrás del pago inicial de 1.500 millones vendrían reclamos similares de otros fondos que no ingresaron al canje por otros 15.000 millones de dólares. Y que en el mismo sentido, podrían reclamar los bonistas que reestructuraron su deuda en cuyo caso calculó reclamos por hasta 120.000 millones de dólares.
El funcionario indicó que el fallo Griesa precisa que el pago a los buitres debe hacerse conjuntamente con el próximo compromiso de pago de bonistas que reestructuraron su deuda, es decir el próximo 30 de junio. "Es más de la mitad de las reservas de la Argentina", dijo y advirtió que esto "empuja a la Argentina al default. Por una deuda de quienes no entraron al canje. Y les digo a aquellos que dicen que debemos negociar con los buitres que los buitres son buitres porque no negocian".
"La sentencia de Griesa por un lado u otro nos lleva a default", fustigó.
"¿Qué va a hacer la Argentina?"
El ministro Kicillof aseguró que "no podemos permitir que nos impida honrar nuestro compromiso de pago. Es por eso que estamos iniciando los pasos para iniciar un canje de deuda que nos permita pagar en la Argentina, bajo legislación argentina". "Si una sentencia dice suicídanse no podemos ciegamente aceptar ello".
"Vamos a tomar los recaudos para poder pagar y vamos a mandar a los abogados a hablar con el juez Griesa", puntualizó.
"Por otro lado mañana a las 10 de la mañana nos vamos a juntar con los presidentes de las comisiones correspondientes de la cámara de diputados y de senadores para básicamente comentarles nuestro punto de vista y cuáles son las alternativas que tiene por delante el país".
"La capacidad de pago de la Argentina es aquella que nos permite seguir creciendo" dijo y pidió tranquilidad a "todos".
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VERSIÓN TAQUIGRÁFICA COMPLETA DEL DISCURSO DE KICILOFF
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17-06-2014
CONFERENCIA DE PRENSA DEL MINISTRO DE ECONOMÍA, AXEL KICILLOF, DESDE EL PALACIO DE HACIENDA.
KICILLOF.- Buenas tardes, en primer lugar quiero hacer dos muy breves aclaraciones, antes de comenzar con la exposición, comentando un poco cuáles son los pasos a seguir, pero antes que nada quería aclarar algunas cuestiones que me parece que en estos días han sido más o menos tergiversadas. La primera de ellas es que la Argentina, desde el 2003, está pagando absolutamente todos vencimientos de su deuda reestructurada; Argentina quiere seguir pagando los vencimientos de su deuda reestructurada y la situación que se da es que paradójicamente, algunos no la quieren dejar pagar. En segundo lugar, con respecto no al país, sino a este gobierno que no es el gobierno de sobreendeudamiento, que incluye el megacanje, el blindaje, que llevó a la Argentina a uno de los default más grandes de la historia del capitalismo.
Por el contrario, así como no somos el gobierno del default somos lo que venimos a arreglar de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, en ambas presidencias y sus funcionarios, somos los que venimos a normalizar y regularizar nuevamente las relaciones financieras internacionales del país, después de ese mega-desastre, ocurrido en el 2001. Ahora bien, por eso mismo, por más que este fallo sea desfavorable, que quede bien en claro que no estamos dispuestos a hacer cualquier cosa, a arreglar bajo cualquier condición, a pagar condiciones exorbitantes, a aceptar cualquier tipo de tasa de interés, de plazo, de bono o de pago. Todo lo contrario, nuestros principios, que nos llevaron exitosamente a reestructurar la deuda que el país tenía, después del default 2001, van a seguir aplicándose en esta situación.
Digo más, mi impresión como ministro de Economía, es que quieren tirar abajo la reestructuración de la deuda argentina. Esta fue una reestructuración sin precedentes, fue una reestructuración por 81.000 millones de dólares, hecha con una quita también sin precedentes, cercana al 70 por ciento del monto adeudado; fue hecha sin intervención de organismos financieros internacionales y fue hecha sin absolutamente ningún tipo de condicionamiento para la política económica argentina. Es decir, que esa reestructuración – que ahora está en juego – es uno de los pilares centrales del crecimiento económico que ha tenido el país en estos años, de su distribución de la riqueza, de la reindustrialización del país, la inclusión social. Lo que están atentando es contra esa reestructuración, contra ese éxito.
Tengo para decir también que si se aplicara la sentencia de Griesa, tal y como consta en el fallo de Griesa, en el fallo en segunda instancia, y que ahora ha ratificado la Corte Suprema de Justicia, al no tomarlo y Argentina se viera obligada a pagar a los fondos buitres esto empujaría al país a un default. Porque no son 1.500 millones de dólares lo que está en cuestión, sino que son 15.000 millones de dólares, o sea los reclamos de todos aquellos que están en la misma condición; así que de aplicarse el fallo de Griesa – tal y como está escrito – la Argentina sería empujada a un default. Pero que quede bien claro y que se queden todos bien tranquilos con respecto a nuestro criterio de negociación, pero también con respecto a lo que pensamos hacer: vamos a tomar todos los recaudos para pagar los vencimientos de nuestra deuda reestructurada y eso es parte de lo que voy a anunciar hoy.
Antes de esto, quiero mencionar algunos elementos centrales de esta historia, para que todos los argentinos entiendan bien qué es lo que estamos discutiendo, de dónde viene, cuál es su origen y cuál es su situación actual. En primer lugar – y repito esto porque es central – en el año 2002, la deuda externa de Argentina, después de ese default catastrófico representaba el 166 por ciento de su Producto Interno Bruto, o sea era absolutamente impagable y lo fue por eso el default. ¿Por qué hablo de esto? Por dos motivos: primero, antes que nada porque lo que está en discusión ahora, ante el juzgado de Griesa, son títulos del 2001, tan viejo como eso es este asunto. Y esta causa no fue iniciada ni siquiera bajo este gobierno, sino que inmediatamente después del default se iniciaron causas tras causas de bonistas, que tenían esos títulos defaulteados para cobrar de una manera o de otra. Esta es una de las tantas causas y después me voy a referir también a esto.
Pero quiero decir también un segundo punto, que quiero marcar, con respecto a ese 166 por ciento de deudas que teníamos en 2002. Hoy esa misma relación entre la deuda y el PIB está alrededor del 40 por ciento, es decir se ha reducido a un cuarto de lo que era, ese es el proceso exitoso de desendeudamiento de la Argentina, esa es la deuda total con respecto al Producto, pero si uno toma la parte más recalcitrante de la deuda – recalcitrante en términos de la dificultad que tiene un país para afrontarla, que es la deuda, no con el sector público, sino con el sector privado, no en pesos argentinos, sino en dólares, esa deuda con el sector privado está en alrededor del 8 por ciento del Producto, es decir que la relación entre deuda externa con privados en dólares o en moneda extranjera, en general, es de la más baja de toda la serie his5>
Déjenme simplemente hacer una reflexión sobre la cuestión de la deuda que da para charlar muchísimo, aquí tenemos en este gráfico, en línea roja, desde 1970, la evolución de la deuda externa argentina, en moneda constante, ven esa evolución como es creciente hasta el default y en el 2003 se reduce la deuda en dólares. Por eso la relación con el Producto va cayendo a medida que crece el Producto, después cae y se mantiene prácticamente constante.
La otra línea en azul es mucho más importante para los argentinos, es la tasa del crecimiento del país. Esa línea azul, la tasa de crecimiento del país –como ven ustedes – queda estancada en toda esa fase de crecimiento de la deuda, o sea cuando la deuda crece y crece, es decir que ese modelo que ayer la Presidenta de la Nación denominaba de bicicleta financiera, de sobre-endeudamiento, de dependencia externa, de financiarización de la economía lo que determinó es la imposibilidad de crecer para la Argentina y fíjense como casualmente cuando esa evolución, esa tendencia creciente se detiene, a partir del año 2003, esa es ahí que la Argentina, y en esta serie larga, muestra una tendencia al crecimiento muchísimo más veloz. De forma tal, que podríamos teorizar sobre esto, pero para que lo entiendan los argentinos, ese modelo estuvo atrás, pero que algunos de los que son candidatos para el período que viene también enarbolan como su programa económico, ese modelo de sobre-endeudamiento, de tomar plata porque es barato, de refinanciar la deuda todo el tiempo ese modelo impidió que la Argentina creciera y lo va a volver a hacer y esta es la demostración.
Ahora bien, decía ese 166 de relación deuda-Producto, de 2002, es lo que este gobierno viene regularizando de manera sistemática, de manera clara, transparente, ordenada y concienzuda de forma tal de no poner en riesgo el crecimiento del país. Los principios que han tenido los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner para renegociar esa enorme, esa enorme pelota de nieve de deuda que nos dejó el neoliberalismo, esos principios son los que nos permitieron crecer y los pasos que se han dado son muchos.
En el 2005, se dio el primer canje de deuda, ese primer canje de deuda que es motivo de la cuestión que hoy tenemos ante nosotros, fue un canje de deuda también con muy pocos precedentes, que tomó esos títulos en default, esos 81.000 millones de dólares y los ofreció a los tenedores pagarles deuda con títulos nuevos, pero con una quita sustancial, con una reducción de deuda. ¿Por qué, cuál es el principio? Necesitamos crecer para poder pagar, si la deuda no se refinanciaba, si la deuda no se reestructuraba, si la deuda no tenía una quita no íbamos a poder crecer y por tanto no íbamos a poder pagar y por tanto íbamos a estar – como tantas veces estuvo la Argentina – prometiendo algo que no íbamos a poder cumplir.
En el 2006, la cancelación anticipada prácticamente por 10.000 millones de dólares con la deuda del Fondo Monetario Internacional, esto también no tiene precedentes y saben ustedes, porque era algo que estuvimos discutiendo, en estos últimos día, por la cuestión del Club de París, que cuando el FMI tiene una acreencia muy importante con un país es uno de los resortes que interviene en la reestructuración de la deuda, cuando el país no puede pagar, esas refinanciaciones vienen siempre con condicionalidades.
Los argentinos – dolorosamente – conocemos muchos ejemplos de esto, porque el Fondo Monetario Internacional tuvo un papel central en las políticas económicas aplicadas, durante la década del 90 y antes, como diciéndonos que el principal objetivo del país era pagar esa deuda. Y para refinanciarnos teníamos que tomar medidas cruentas, medidas que implicaban el ajuste de las cuentas públicas. Y los ajustes de las cuentas públicas quieren decir la reducción de la salud, la reducción de la educación, de los salarios públicos, los pagos de jubilaciones, la cantidad de jubilados, es decir que todas esas medidas, que se tomaron en la Argentina, estuvieron presididas por algún problema de imposibilidad pagar la deuda y tener que ir a pedirle a quien después porque te presta, te impone una condicionalidad. Esos 10.000 millones de pagos de deuda no sacaron de ese verdadero cepo para la política de crecimiento de la Argentina. Después, en septiembre, se anuncia el pago al Club de París, después la caída del Lehman Brothers y Wall Street no se puede realizar; en 2009 se hace un nuevo canje de deuda, pero en 2010 se vuelve a abrir el canje de deuda, que se abrió en 2005, para los acreedores privados externos y conseguimos lo que aquí estamos defendiendo, que el 92 por ciento de quienes tenían títulos públicos de deuda, más del 92, casi todos, uno diría unanimidad aceptarán ese canje, en el 2010. Ese canje es el que se ha ido pagando, sin ninguna dificultad, cumpliendo todos y cada uno de los vencimientos.
En el 2013, viene el acuerdo para los pagos de los fallos del CIADI, pendientes de resolución;-align:justify">Y quiero dejarlo muy en claro, porqué nosotros hablamos de fondos buitres, por qué hablamos de fondos buitres. Porque podríamos distinguir una situación, que es la de aquel que tenía títulos de deuda argentina y no entró al canje, a la reestructuración porque no quiso, porque no pudo, porque se lo perdió o porque tenía otra idea. Pero este no es el caso de los fondos buitres. Los fondos buitres no eran acreedores de la Argentina. O sea, nunca le prestaron plata a la Argentina, sino que por el contrario, fueron y compraron alrededor del año 2008, algunos de ellos, otros vienen de antes, títulos que están por fuera de la reestructuración. O sea, cuando en 2008 nosotros ya habíamos hecho el primer canje e íbamos al segundo, compraron títulos que están ahí dando vueltas en el mercado y con esos títulos se presentaron a un tribunal, no porque ellos le hubieran prestado a la Argentina, porque ese es el negocio de los fondos buitres, como los caranchos de la película argentina.
Ese es el negocio de los fondos buitres: encontrar una falla judicial y obtener una ganancia extraordinaria. ¿Por qué? Porque pagaron, por ejemplo este fondo MNL pagó 48 millones de dólares por títulos argentinos y hoy, un juez en los Estados Unidos, le dijo que le corresponde cobrar 832 millones de dólares, teniendo una ganancia del 1.608 por ciento.
Pero de nuevo: no era un acreedor nuestro de aquella época, sino que fue uno que fue a comprar esos títulos justamente para ir a reclamarle a un juez.
Y esta no es la primera vez que lo hace, porque estos fondos hace 12 años que están litigando contra la Argentina. Ahí, al borde del default empezaron los litigios y empezaron a intentar embargos. Lo tengo acá anotado, trataron de embargar los intereses de deuda que efectivamente pagábamos; propiedades diplomáticas de la Argentina; propiedades militares; las reservas del Banco Central trataron de embargar también; trataron de embargar el Tango 01, en 2007; trataron de embargar fondos de la ANSES, de nuestros jubilados, tanto que defendemos, los fondos de nuestros jubilados, fue uno de estos fondos a decir "embárguese con este títulos los fondos de los jubilados"; fondos de ENARSA; partes de un satélite argentino, que hace poco estuvimos hablando de él, de ARSAT; un satélite de la CONAE; la Fragata Libertad, lo recordarán; bienes del INTA; bienes de Aerolíneas Argentinas. Es decir, van por todo, van absolutamente por todas las posesiones argentinas y no por lo que hizo este Gobierno en términos de reestructuración, sino por el default 2001, van con los títulos de default de 2001 a quedarse con la Fragata Libertad, a quedarse con los fondos de los jubilados, a quedarse con el Tango 01.
Todos estos intentos de embargar bienes de la Argentina, fueron detenidos por jueces en el extranjero, son más de 900 demandas, no son pocas.
Es decir, que esta es una fisura, la que estamos viendo ahora, es una fisura por la que lograron introducirse con el objetivo de derribar todo este trabajo que hemos hecho los argentinos para normalizar de nuevo nuestra situación internacional después del 2001. Con un 1 por ciento, quieren tirar abajo lo que arregló el 97 por ciento.
En esa situación estamos y para los que dicen que nuestra estrategia judicial fue desacertada, lo único que quiero decir, primero, es que estas 900 causas judiciales, aquí, allá, lo de la Fragata Libertad, lo de ANSES, lo de las reservas del Central, todo eso fue detenido por nuestra estrategia judicial. Y además, no contamos con pocos apoyos, hay muchos que nos han apoyado.
Nos han apoyado directamente en las causas algunos, yo los voy a mencionar a todos; otros, simplemente, han dicho que este problema que sufre la Argentina, es un problema del sistema económico global, es un problema de todos los países, es un problema del mundo. ¿Por qué? Porque si algún país, como tuvo Argentina en 2001, tiene una dificultad y no puede pagar su deuda y con un 1 por ciento en el extremo, con un papelito se puede voltear todo el trabajo que haga el país para reestructurar y volver a pagar, entonces son imposibles las reestructuraciones de deuda. Por eso, la cuestión del riesgo sistémico, del riesgo para la economía global que tiene esta causa, fue reconocida por muchos.
Voy a mencionar algunos, los que nos acompañaron en esta última causa contra los fondos buitres en la Corte Suprema como son el gobierno de Francia; el gobierno de México, acompañando nuestra estrategia judicial; el gobierno de Brasil; el grupo Jubilé; Euroclear; Puente Hnos., de acá de Argentina; Fondo de Valores; el Fondo Fintech. Pero también están de acuerdo con que esta es una causa muy complicada, no solo para el país, sino para el mundo entero y con que el reclamo este es injusto, están de acuerdo: Joseph Stiglitz, Ann Krugan, Nuriel Rubino, la CELAC, el G-24, ayer el G-77, contra los fondos buitres, parlamentarios británicos que se han expresado con preocupación por esta cuestión. Pero también al Fondo Monetario Internacional le preocupa, también le preocupa al gobierno norteamericano.
Así que, estamos ante un problema de dimensiones globales, que atenta hoy contra nuestro canje, atenta contra nuestro esfuerzo y lo que contestamos es: no pasarán, no van a voltear nuestras reestructuraciones, lo vamos a impedir.
Y quiero mencionar ahora de qué se trata en concreto, el fallo de Griesa. Porque lo que pasó ahora es que la Corte Suprema de Justicia norteamericana, no consideró el reclamo argentino que implicaba revisar este fallo de Griesa.
Griesa es un juez de primera instancia; ese fallo fue confirmado por la segunda instancia y luego, a instancias del Gobierno argentino, llegó a la Corte Suprema, se le pidió a la Corte Suprema y la Corte Suprema denegó el caso, rechazó el aso y no lo tomó. Con lo cual, queda firme la sentencia de Griesa.
Me voy a referir a las consecuencias de la sentencia de Griesa. ¿Qué significan? Bueno, habiendo fracasado todos los embargos, abogados de algunos de estos fondos buitres, MNL, es uno de ellos, Aurelius, Blue Angel, que están en estas causas, pidieron otra cosa, pidieron una interpretación de una cláusula jurídica, que no lo voy a explicar porque es técnico y complejo pero voy a decir cuál es el resultado.
Lo que pidieron concretamente es que Argentina le pague a los buitres todo lo que los buitres reclaman en el próximo pago que haga la Argentina de intereses de su deuda reestructurada. Pidieron que pase eso.
¿Qué quiere decir eso concretamente, se entiende? En este momento esos son 1.500 millones de dólares. En este momento, eso significa 1.500 millones de dólares por los fondos que actuaron y cuanto le fue reconocido.
¿Qué significa? Primero: que todos los que estén en igual condición, que esos fondos que reclamaron, obtuvieron 1.500 millones de dólares, es decir, el equivalente a 15.000 millones de dólares, según nuestros cálculos, están en la misma situación y pueden reclamar lo mismo. ¿Qué quiere decir? Que si va a pagar la Argentina a sus acreedores, debe pagarle también lo que reclaman a los fondos buitres por un total de hasta 15.000 millones de dólares.
Entonces, para que lo entienda todo el mundo, vamos a la cuestión concreta: ¿cuándo es nuestro próximo vencimiento, que sería lo que Griesa señaló a pedido de los fondos buitres? Nuestro próximo vencimiento es el 30 de junio. Argentina tiene que pagar 900 millones de dólares, Argentina los tiene, está en condiciones de pagar y se los va a pagar. ¿A quiénes? A sus tenedores de deuda, a nuestros bonistas, a los bonistas que entraron en los canjes. Lo vamos a pagar.
Ahora, ¿qué problema hay? Lo que dice este fallo es, primero: que nosotros para pagarle a ellos, debemos también pagarle a los fondos buitres, 15.000 millones de dólares.
Es decir que es mentira que este fallo implica solo los 1.500 de ahora, implica los 15.000. Y a medida que vayan entrando los otros reclamantes en iguales condiciones, se va a ir sumando un monto mayor. 15.000 millones de dólares es más de la mitad de las reservas que tiene hoy la República Argentina.
O sea, que si nosotros queremos pagar los 900 que debemos y que vamos a pagar y que tenemos, tenemos que pagar 15.000 más. Lo cual, como decía recién, empuja a Argentina a un default, porque Argentina no puede pagar todo junto y cuando vayan apareciendo las demandas todo lo que se le reclama por una deuda de quienes no entraron a los canjes, algunos nos dicen, y voy a hacer el comentario de esta manera, que hay que negociar con los buitres. Pero voy a decirles claramente: los buitres son buitres porque no negocian, los buitres son buitres porque van a juicio para obtener el total de sus reclamos.
Si estuvieran en condiciones de negociar, lo hubieran hecho como todos los demás bonistas, como el 93, como la mayoría, casi la unanimidad que aceptó la oferta argentina y que hoy está cobrando. Pero no, se quedaron esos títulos sin cobrar a la espera de que algunas de estas 900 causas entraran en el arco. Y fue esta y es ahora, porque es el 30 de junio.
Entonces, fíjense las implicancias del fallo: si nosotros queremos pagar los 900, deberíamos pagar, dice el fallo de Griesa, primero o al mismo tiempo, los 1.500. Esto significa 15.000.
Pero veamos, supongamos que no queremos hacerlo y queremos pagar solo los 900 a quienes tienen nuestros títulos. El juez Griesa le ordenó a nuestro banco en Nueva York que no le pague a nuestros acreedores, que no le pague a nuestros bonistas, sino que le pague a los buitres o que le pague una parte y una parte.
Es decir, que si nosotros pagamos los 900 que tenemos y que queremos pagar el 30, vamos y lo depositamos en Nueva York, van a ser embargados, no van a llegar a sus destinatarios y Argentina estaría en un default, no porque no tiene la plata, sino porque no nos dejan pagar, por eso les decía, porque no le podríamos pagar a nuestros bonistas.
Ahora supongamos, porque algunos opinólogos están diciendo esto, que vamos y le pagamos los 1.500 a estos fondos buitres y además los 900, esto el 30, que eso es lo que dice la orden judicial. La orden judicial no dice "negóciese, discútase, váyase a algún lado, a un café, a un bar, a los tribunales, a Washington", no dice nada, lo único que dice es "hágase esto".
Si nosotros pagamos los 1.500, atrás de los 1.500 vienen 15.000, que no podemos pagar, no es razonable pagar.
Y déjenme decir algo: supónganse que, como dicen otros, vamos y renegociamos esos 15.000, los pagamos en bonos, cosa que no está en el fallo, por supuesto, pero si nosotros les ofrecemos a los fondos buitres más de lo que les ofrecemos a nuestros bonistas que entraron en el 93 por ciento de la reestructuración, estos bonistas, también con razón probablemente, vayan a un juez y le digan "yo entré al canje y me pagaron menos que a ese otro que le pagan el total de lo que decían los títulos más los intereses vencidos más los punitorios".
Entonces, hay una cláusula que están en los bonos, pero que también está en la Justicia argentina, porque es lo que dice nuestra Ley, que dice que no le podemos hacer una mejor oferta a quien no entró al canje que al que entró al canje.
Quiere decir que no son solo los 15.000 que vienen después de los 1.500; después de los 1.500 y los 15.000, vienen cifras que son de alrededor de 120.000 millones de dólares, de todos los que entraron al canje que, repito, con razón. Un bonista que de buena fe entró al canje, va a ir y le va a decir a un juez argentino que quiere que le paguen lo mismo que le pagaron al fondo buitre que reclamó. Y yo no puedo pronunciarme si está bien o está mal desde el punto de vista jurídico.
Ahora, no dudo que pueda haber un juez como Griesa o un juez como algún juez argentino que ponga una cautelar y nos impida pagar el resto de la deuda o que nos obligue a pagarles a todos esos lo mismo que a los otros. Con lo cual, la magnitud de la deuda externa argentina, no porque hayamos hecho las cosas mal, sino precisamente, porque las hicimos bien y renegociamos, pero porque encontraron una forma jurídica de reclamarnos todo este pilón de plata que corresponde a títulos que compraron para hacer esto, no para otra cosa, ni siquiera para cobrar. Compraron para hacer un negocio financiero extraordinario como no hay ninguno y que pone en jaque todos los demás negocios.
Porque si haciendo esto en 2008, uno consigue 1.600 por ciento, el hobby de todo el mundo va a ser ir a comprar bonos en default de algún país a ver si lo pueden obligar a pagar.
Y lo han hecho, porque lo han hecho con otros países también en Panamá, Perú, Ecuador y siguen.
Cuando el país está en el piso, compran los bonos, y cuando empieza a crecer, van y le reclaman aquello que está por fuera de las condiciones generales que se han hecho.
Dicho de otra manera: si no le pagamos a los buitres, la sentencia dice que no le podemos pagar a nuestros bonistas. Y si le pagamos a los buitres, se nos desencadena una cantidad de recursos que deberíamos pagar que es impagable y que no sabemos dónde termina.
De forma tal que la sentencia de Griesa por un lado o por el otro, parece empujarnos al default. O sea, porque no nos deja pagar a los acreedores nuestros de los bonos reestructurados o sea, por el contrario, porque le pagamos a los buitres, nos deja pagar a los reestructurados pero vienen reclamos por sumas multimillonarias después de esto.
Esto es lo que se desprende de la sentencia de Griesa, no dice absolutamente nada más.
¿Qué va a hacer el Gobierno argentino? En primer lugar, no podemos permitir que nos impidan honrar nuestro compromiso con los acreedores, con los bonistas que entraron a la reestructuración, con nuestro 93 por ciento que está cobrando, que aceptó la quita y que ha cobrado puntualmente y que tiene sus bonos en su poder. Así que, no vamos a permitir que nos impidan pagarles.
Es por eso que estamos iniciando los pasos para realizar un canje de deuda para pagarle en Argentina y bajo la ley argentina. Estamos iniciando los pasos.
Pero les quiero comentar otro punto: esto es lo que dice la sentencia de Griesa, lo que acabo de describir. Si una sentencia nos dice "suicídense", nosotros no podemos, aunque queramos responsablemente, ciegamente aceptar eso que dice.
¿Pero qué ocurrió? Lo quiero dejar en claro: el juez dijo algo que no coincide con el fallo. ¿Qué dijo? Que no quiere empujar, no recuerdo las palabras exactas, pero salió en la prensa y salió también en la conversación con nuestros abogados, que no quiere empujar al país al default, que no va a provocar un default. Eso es lo que dijo el juez. No se sigue de la sentencia, no se sigue del fallo. De forma tal que nosotros vamos a tomar los recaudos para poder pagar, pero también vamos a enviar a nuestros abogados a hablar con el juez Griesa. Eso es lo que voy a instruir en este momento, por instrucciones a su vez de la Presidenta de la Nación.
Por un lado, dar los pasos para hacer un canje a legislación local; por otro lado, enviar a nuestros abogados a hablar con el juez Griesa a ver a qué se refiere con esto de que no está empujando al default con esta sentencia que es muy clara y que como he leído, así como todos los analistas, yo diría el 90 por ciento, el 95 por ciento de los analistas, decía que la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos por su importancia global, por todos los que nos acompañaron, por la preocupación incluso del propio Gobierno norteamericano, el Poder Ejecutivo norteamericano, el Fondo Monetario, por preocupaciones de países vecinos tan importantes como Francia, como Brasil, que iban a considerar esta causa, ya sea tomándola directamente o consultándole al Gobierno Federal de los Estados Unidos.
Eso era lo que decían todos, esos pronósticos fallaron y lo hemos leído estos días porque era lo que prácticamente seguro iba a ocurrir, excepto, claro está, quienes teníamos la responsabilidad de ver cuáles eran las alternativas.
Por otro lado, entonces vamos a ir a hablar con el juez Griesa y, por otro lado, mañana, a las 10 de la mañana, nos vamos a juntar con los presidentes de los bloques de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores, junto con el secretario General de la Presidencia y colaboradores, para básicamente comentarles cuál es nuestro punto de vista sobre esta situación, las medidas que hemos instrumentado y cuáles son las alternativas que tiene por delante el país.
Lo que debe quedar muy claro a todos los argentinos es que el Gobierno no tomó esta deuda, no defaulteó esta deuda, sino que ha tenido principios férreos que tienen que ver con que la capacidad de pago de la Argentina es aquella que nos permite seguir creciendo.
No podemos nuevamente estar en una situación donde por pagar la deuda, lo que reine en la Argentina es el hambre, el desempleo, la miseria.
De la misma forma, eso que hemos reestructurado, desde que lo hemos hecho lo estamos pagando puntualmente. Lo vamos a seguir pagando, esa es la voluntad del Gobierno argentino.
Y por último, quédense todos tranquilos que esto está estudiado en profundidad, que se han tomado todas las medidas para impedir que la reconstrucción realmente de la situación financiera de la Argentina después del default, para impedir que esa reconstrucción esté en riesgo, más todavía por pequeños grupos de bonistas, lo más extremista del sector financiero, que no busca otra cosa que jaquear a los países, que impedir su crecimiento, que a toda costa cobrar una deuda que ni siquiera proviene de haber hecho un préstamo, de haber invertido en ese país.
Muchísimas gracias. (APLAUSOS)
Fotos
Ministro de Economía, Axel Kicllof
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Corresponsalía Región Comahue (Patagonia Norte)
Antonio Angel Coria
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