jueves, 9 de octubre de 2014

Ernesto Che Guevara en Argentina tiene su museo en barrio de Caballito CABA Chaubloqueo Nicolás Guillén Eladio González toto Bagatela Mordortoys

Leyendo el discurso de Ernesto Che Guevara a los habaneros sobre el tema de la Medicina
Social, tome nota de su indicación.  Un militante actuando solo en cualquier lugar de América
no tendrá éxito.  Solo los militantes agrupados podrán lograr éxitos. 
Es verdad indiscutible esto, pero en 2014 tras 18 años de experiencia no vamos a desensillar.
Aunque es verdad que está muy oscuro con respecto a Ernesto el rosarino.
En el museo somos dos militantes solamente y llegan extranjeros como los de Guyana francesa,
Filipinas, Australia, Canada, Suecia, Escocia, España, Francia, Irlanda, Italia, Grecia, Inglaterra,
Japón, China y los Estados Unidos.  Todos llegan buscando el museo argentino de Buenos Aires,
Irene y yo les damos la bienvenida haciéndoles entender que arribaron a nuestro lugar empujados
ó tironeados por su propio Guevara interno.  Toda la mezcla de emoción-conocimiento-expectativa
-admiración respeto -idolatría o pulido conocimiento que varía de persona en persona es imán que
los hace llegar y adherirse por unas horas a nuestro museo.   A todos se lo agradecemos, porque
con cada trozo de estos Guevaras, americanos, europeos, asiáticos ó de Oceanía, de los que ellos
son portadores sanos, planeamos construir nuestro Ernesto Che Guevara.  El hombre nuevo en
el que él se transformó está para ser imitado.  A imagen y semejanza de los humanísimos
sentimientos que bullen y pugnan por salir de nosotros.  Para ser Él ó mejor dicho para
ser de una vez por todas “NOSOTROS” mismos.  Conocemos bien en nuestra intimidad, en
nuestro interior todo el amor que pugna por plasmarse hacia los seres humanos, encuentra
una barrera natural (especialmente en los varones) pero esa barrera la han venido engrosando
con total intencionalidad y perversión los amos de la enfermedad.  Son dueños de espíritus
enfermos y no pueden ejercer lo que le sobró a Guevara y tenemos nosotros AMOR.
Por eso invirtieron, invierten e invertirán millones de dólares para generar un abismo cada
día mas grande entre nosotros y el Che.   Al Príncipe lo hacen aparecer ogro, los periodistas
argentinos comprados por los amos del mundo lo ocultan, calumnian,   para que nuestros niños,
adolescentes, jóvenes y adultos no tengan contacto con la magia del héroe que pudiera influir
tanto en todos nosotros como para HACERNOS NACER NUEVOS.     

CHE COMANDANTE

No porque hayas caído
tu luz es menos alta.
Un caballo de fuego
sostiene tu escultura guerrillera entre el viento y las nubes de la Sierra.

No por callado eres silencio.
Y no porque te quemen,
porque te disimulen bajo tierra, porque te escondan
en cementerios, bosques, páramos, van a impedir que te encontremos,
Che Comandante,
amigo.

Con sus dientes de júbilo
Norteamerica se rie. Mas de pronto revuélvese en su lecho de dólares. Se le cuaja la risa en una máscara, y tu gran cuerpo de metal sube, disemina
en las guerrillas como tábanos, y tu ancho nombre herido por soldados
ilumina la noche americana
como una estrella súbita, caída en medio de una orgía.
Tu lo sabías, Guevara,
pero no lo dijistes por modestia,
por no hablar de ti mismo,
Che comandante,
amigo.

Estás en todas partes. En el indio hecho de sueño y cobre. Y en el negro
revuelto en espumosa muchedumbre,
y en el ser petrolero y salitrero, y en el terrible desamparo de la banana, y en la gran pampa de las pieles, y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,
tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,
vivo, como no te querían,
Che Comandante,
amigo.

Cuba te sale de memoria. Rostro de barbas que clarean.
Y marfil y aceituna en la piel de santo joven.
Firme la voz que ordena sin mandar, tierna y dura de jefe camarada.
Te vemos cada día ministro,
cada dia soldado, cada dia
gente llana y dificil
cada dia.
Y puro como un niño
o como un hombre puro,
Che Comandante,
amigo.

Pasas en tu descolorido, roto, agujereado traje de campaña.
El de la selva, como antes
fue el de la Sierra. Semidesnudo
el poderoso pecho de fusil y palabra, de ardiente vendaval y lenta rosa.
No hay descanso.
¡Salud Guevara!
O mejor todavia, desde el hondón americano:
¡Espéranos! Partiremos contigo. ¡Queremos
morir para vivir como tú has muerto, para vivir como tú vives!
Che Comandante,
amigo.

Nicolas Guillen     (Cuba)

 


informó el Museo “ ERNESTO CHE GUEVARA ” de Caballito, CABA
calle Rojas 129, esq. Yerbal, Buenos Aires  (cod. AAC 1405) 
Visitar lunes a viernes de 10 a 19 hs. (corrido) – entrada libre y gratuita
Escuela de Solidaridad con Cuba “ CHAUBLOQUEO ”
Registro donantes voluntarios de Células Madre  (INCUCAI)
Coordinador Mesa Vecinal Participativa en Seguridad de Caballito
Telef.   4 903 3285   Irene Perpiñal -  Eladio González  -  Toto  
email    museocheguevara@fibertel.com.ar